INTRODUCCIÓN.
El arte gótico es la
culminación del arte medieval cristiano y el enlace con el renacentista de la Edad Moderna. Su
perduración hasta el siglo XVII en Mallorca, con notables obras, es un reflejo
de que respondía a una necesidad espiritual muy profunda y de que aportó
espléndidas soluciones a las necesidades de la sociedad.
Como dice Hauser: ‹‹Hay pocas fases de la historia del arte en las que el desarrollo
dialéctico (...) se revele con más claridad que en tiempos de la transición del
románico al gótico. (...). El cambio decisivo del espíritu occidental de la
época de transición, la vuelta del mundo divino a la naturaleza, de las cosas
últimas al mundo de las criaturas, se efectúan en la escultura y en la pintura
antes y de un modo más claro, y la presentación de lo vivo y de lo orgánico,
que desde el fin de la
Antigüedad había perdido su sentido y valor, choca con menos
obstáculos que en las otras formas. Las palabras de Santo Tomás: “Dios se
alegra de todas las cosas, pues cada una de ellas concuerda con su esencia”,
resuenan como una solución acertada para todo el naturalismo nuevo.›› [Hauser, A. Sociología del arte, 1975: II, 111-112.]
Un resumen.
El Gótico es un
estilo desarrollado en un periodo entre el Románico y el Renacimiento, en los
siglos XIII-XIV en unos países y XIII-XV en otros. Geográficamente ocupa toda la Europa del norte, la
central y la occidental, y llega hasta el Próximo Oriente y, mucho más tarde,
incluso a la América
hispana.
La denominación de “gótico”
como sinónimo de barbarizante y equivalente a un estilo no sujeto a cánones se
debió a los académicos, como el manierista Giorgio Vasari, que sólo valoraban
las reglas clásicas, pero fue reivindicado en el siglo XIX por los movimientos historicistas
y románticos, sobre todo de los estilos prerrafaelita y neogótico.
Históricamente se
vive un proceso de paulatina evolución desde una sociedad rural a una sociedad
urbana. La ciudad progresa en una estrecha relación entre la expansión del
comercio, la reducción de los privilegios señoriales y el desarrollo urbano.
Las ciudades erigen grandes catedrales y también lonjas y ayuntamientos, como
signos principales de su poder.
Desde su inicio en
Saint-Denis (1144) hasta el desarrollo del gótico perpendicular en Inglaterra
(h. 1350), que llega hasta finales del siglo XV, y hasta el comienzo de la
catedral de Segovia (1525), se suceden en la arquitectura una serie de
variantes con dos características comunes: el arco apuntado y la bóveda ojival,
que comportan una evolución estructural desde el sentido de masas románico (con
sus gruesos muros de soporte de las bóvedas) hacia una visión etérea del
espacio, definido por la elevación y la luminosidad, distribuido mediante un
complejo esqueleto de piedra en el que cada parte está perfectamente
diferenciada con vista al cumplimiento de su función. Esto posibilita la
elevación hacia alturas insospechadas antes y la apertura de los muros a la luz
de las vidrieras.
Junto a esta unidad,
hay sin embargo numerosas variantes regionales, debido a sus tradiciones
respectivas. Entre los arquitectos destacan los franceses Pierre de Montereau y
Jean de Champs, así como los anónimos maestros de Amiens y otras catedrales;
Guillem de Sagrera en la Corona
de Aragón.
En las artes
figurativas: escultura, pintura, vidriera, orfebrería, tapicería, etc., hay un
conocimiento progresivo de las leyes de la perspectiva y de la anatomía,
evolucionando en cuatro periodos, definidos por sus centros: francés,
italogótico, internacional y flamenco, con técnica.
El francés, en el
siglo XIII-inicios del XIV, con un primer esquematismo lineal (reminiscencia
románica). El italogótico, también en el siglo XIII, con un naturalismo
realista idealizado, destacando las escuelas de Siena y Florencia, con Duccio,
Simone Martini, los hermanos Lorenzetti y, sobre todo, Giotto, así como el
escultor Niccolo Pisano, que transforman el bizantinismo en un estilo
occidental, que influye en Francia a través de la corte papal en Aviñón y en
Cataluña con Ferrer Bassa. El internacional, que domina la segunda mitad del
siglo XIV y la primera del XV, con un gusto por el realismo y el lujo,
destacando las escuelas de París y Flandes-Borgoña, que influyen en toda
Europa; la de París con Jean Pucelle, los hermanos Limbourg, André de Beauneveu
y Jacquemard de Hesdin; la de Flandes-Borgoña con el gran escultor Claus Sluter
en el gran centro de Dijon, mientras que en Flandes se desarrolla la tapicería
en el centro de Arras, con los maestros Jean de Bandol y Jean de Brujas; en
Cataluña destaca Bernat Martorell. El flamenco, ya desde finales del XIV y casi
todo el siglo XV, con una temática humanista y una técnica detallista (gracias
a la innovación del óleo), con grandes pintores como Jean van Eyck, Roger van
der Weyden y Hans Memling; en Cataluña destaca Lluís Dalmau.
1. CONTEXTO
HISTÓRICO.
El arte gótico se
extiende en el entramado general de la espiritualidad que caracteriza a la Edad Media, pero de
ninguna manera podrá considerarse como una continuación del espíritu románico.
Desde el pensamiento filosófico hasta las nuevas situaciones socioecónomicas
nos plantean las condiciones necesarias para que aparezca un hombre nuevo y por
ello un arte nuevo, allá a finales del siglo XII. Las novedades serán de tal
importancia que, como veremos, llevan casi siempre a situaciones artísticas
radicalmente nuevas.
Hay que precisar a
continuación las principales condiciones sociales y culturales que desembocan
en el nuevo estilo.
Una nueva
estructura social.
Una nueva figura
aparece en la historia: el burgués. Frente al románico agrario, feudal y
monástico se desarrolla ahora el gótico artesanal y burgués, donde el
monasterio aislado en el campo es sustituido por la catedral ciudadana.
El despertar del
humanismo: las órdenes mendicantes y las universidades.
Las órdenes
mendicantes y las universidades trasmiten una espiritualidad humanista.
Las órdenes mendicantes
más destacadas son las de franciscanos y dominicos, que viven de su trabajo, la
predicación y la limosna, en contraste con los monasterios que poseen grandes
extensiones de tierra. San Francisco de Asís, en el siglo XIII, nos transmite
esta nueva dimensión del hombre. En adelante el cuerpo no será un miserable
soporte del alma, sino una maravillosa obra de Dios que hay que respetar.
Las universidades se
convierten en los grandes focos difusores del saber, superando el aislamiento
de los monasterios. Estudiantes y profesores de toda Europa se desplazan de
universidad en universidad, buscando el saber.
La evolución del
pensamiento teológico y filosófico.
En el siglo XII se
traduce a Aristóteles y sus ideas opuestas al platonismo se extienden por toda
Europa; en ellas la sensación priva sobre la abstracción y con ello se tenderá
cada vez más al naturalismo en la plástica. La observación y el cálculo
determinan a partir de ahora el conocimiento, y en arte el realista y el
ingeniero sustituirán al expresionista y al simbolista románico.
La reforma
cisterciense.
Ya habíamos visto en
el Románico que, contra la relajación de la Iglesia, San Bernardo emprende una
tajante reforma, fundando la
Orden del Císter. Entre varias innovaciones de orden
espiritual, la nueva Constitución de la Orden contiene instrucciones muy precisas sobre
los nuevos templos, proscribiéndose todo tipo de decoración y limitándose la
arquitectura a sus elementos estructurales. Esta nueva situación permite a los
arquitectos despreocuparse del ornato y atender únicamente a las cuestiones
técnicas. De este modo la ingeniería arquitectónica da unos pasos gigantescos
en la segunda mitad del siglo XII hasta alcanzar su madurez en el siglo XIII.
2. CARACTERÍSTICAS Y
CRONOLOGÍA.
CARACTERÍSTICAS.
- Ideológicamente
representa una espiritualidad más humana y realista, al imponerse desde el
siglo XIII la idea aristotélica del valor religioso de las cosas naturales.
- Técnicamente
plantea una nueva concepción del espacio arquitectónico, que posibilita la
menor presión del arco apuntado (ojival) y la estructura de fuerzas y
contrafuerzas que permite la bóveda de crucería y el arbotante. Se planifican y
cubren así los mayores espacios que necesita la ciudad al aumentar su
población.
- Su periodificación
es clara: el gótico europeo (y español), evoluciona desde un gótico de
transición (finales siglo XII-primera mitad siglo XIII) a un gótico clásico
(segunda mitad siglo XIII-primera mitad siglo XIV), para terminar en un gótico
flamígero (segunda mitad siglo XV-XVI).
Corrientes de
interpretación: espiritualista y técnica.
Hay dos grandes
corrientes de interpretación del arte gótico: la espiritualista y la técnica.
- La espiritualista,
propia sobre todo la historiografía alemana (Worringer, Dvorak, Pinder,
Sedlmayr), defiende que es una expresión del alma nórdica frente al arte
clásico mediterráneo, y que el arco ojival apuntado, la bóveda de crucería y el
arbotante son prioritariamente una decoración.
- La técnica,
influida por Viollet-le-Duc e historiadores de la École des Chartes (Choisy,
Lefèvre-Pontalis, Brutails, Lasterye, Aubert), opinan que el gótico es la
respuesta funcional a unos problemas constructivos: el arco ojival apuntado, la
bóveda de crucería y el arbotante son las soluciones geniales que permiten la
verticalidad y la luz de los templos.
Focillon representa
la síntesis de ambas corrientes: técnica, forma y significado tienden al
equilibrio. Panofsky enfatiza que el arte gótico representa la mentalidad de su
época tanto como la Suma
Teológica de santo Tomás de Aquino.
CRONOLOGÍA.
Esta periodización
en tres o cuatro épocas no es general para cada arte (la arquitectura se divide
en tres y la pintura en cuatro) pero sí representa los cambios espirituales en
el Gótico.
Primera época (2ª
mitad del siglo XII y el siglo XIII).
Es una época de fe,
de amor y de entusiasmo. La fe de los Capetos con Luis IX, el rey santo, y la
prolongada paz que consigue políticamente favorecen la elevación de los templos
en tiempos cada vez más breves. La rapidez de la construcción le da a la obra
una unidad de estilo rara vez obtenida en la Edad Media.
Respondiendo a la
nueva espiritualidad, al principio del Gótico las figuras divinas son menos
hieráticas, menos castigadoras y más acogedoras. La Virgen sonríe, el Niño
bendice, los Cristos son menos sufrientes.
Segunda época
(siglo XIV y 1ª mitad del siglo XV).
Pero esa fe y ese
amor que eleva catedrales hacia el cielo y que las honraba con el título de
Nuestra Señora (Notre Dame) se va extinguiendo con el final del siglo XIII.
Otras preocupaciones morales y económicas, así como la Peste Negra (desde
1348) y la Guerra
de los Cien Años, cambiaron radicalmente el panorama religioso en buena parte
de Europa. Y por otra parte el crecimiento de las Universidades, en las que la
razón sustituía al sentimiento, contribuye a que a piedad no sea producto de la
fe sino del estudio.
En esta época de
crisis vuelven a las figuras el patetismo, la expresividad y el sufrimiento.
Tercera época (2ª
mitad del siglo XV).
Al extinguirse la
espiritualidad que fundamentaba el estilo, se busca una salida estética. Es el
gótico flamígero, que sin innovar en los aspectos técnicos y estructurales
expresa el gusto por la decoración exuberante, peculiar de una época de riqueza
material.
En esta época de
relativa calma y prosperidad, las figuras vuelven a serenarse, asumiendo un
realismo psicológico, una mayor atención al hombre real. Es una actitud que
enlaza con el Humanismo del Renacimiento y que contemplamos en las obras de
Flandes. Pero en épocas de crisis o de exaltado misticismo vuelve el patetismo
y la expresividad: son los casos de Alemania o de España antes de los Reyes
Católicos.
La pervivencia
del Gótico.
En muchos países o
regiones el gótico perduró más allá de 1500. En España es muy evidente hasta
1550 en muchos edificios, en Alemania y sobre todo Inglaterra hasta principios
del siglo XVII. En Mallorca, en concreto, se hacen algunos edificios de
estructura gótica incluso a principios del siglo XVIII. La causa de esta
extraordinaria pervivencia fue que el gótico aportó soluciones técnicas y
sencillas, y resolvió unas necesidades espirituales que perduraban.
Así, no es de
extrañar que surgiese un poderoso estilo neogótico en el siglo XIX, con enorme
fuerza. Simplemente sobrevivió al barroco y al neoclasicismo, para satisfacer
las necesidades de la burguesía ascendente y de la Iglesia que requería un
estilo espiritual, no racionalista.
3. EL GÓTICO EN
ESPAÑA.
El éxito del
Gótico en España.
Socialmente el
gótico es un arte burgués, más rico por lo tanto en Cataluña y Valencia,
realizado para satisfacer las necesidades de un patriciado burgués, corporativo
y mercantil, que en Castilla, donde es aceptado por la nobleza y el clero,
enriquecidos por el comercio de la lana.
Es un arte de
importación europea, siendo mucho más original en la Corona de Aragón que en
Castilla, excesivamente dócil a las influencias francesas en arquitectura y a
las flamencas en pintura. Según el historiador norteamericano Post, Cataluña se
relacionó con los otros reinos peninsulares y, como ellos, recibió influencias
de Flandes y el norte de Francia. En cambio, Joan Sureda considera que lo hizo
más con Italia y el sur de Francia, por lo que deberían dejarse de lado los
conceptos de franco-gótico o hispano-flamenco.
Tiene un distinto
desarrollo cronológico en los reinos peninsulares, de acuerdo a su distinto
desarrollo económico. Alcanza su apogeo en Cataluña durante el siglo XIV
(dominio comercial en el Mediterráneo occidental) y en Valencia en el siglo XV
(huida de los capitales barceloneses ante la crisis y la guerra civil),
mientras que en Castilla las épocas cumbre son el siglo XIII (Reconquista de
Andalucía) y XV (comercio de la lana).
En el gótico español
la orden monástica del Císter es el mensajero del nuevo estilo. La introducción
del gótico se hace desde Francia a través del Camino de Santiago, sobre todo
por estos monjes cistercienses, muy promovidos por la monarquía (desde c. 1130).
En Castilla y León
hay en el siglo XIII una mayor influencia francesa, con su relación comercial
con Francia y la expansión territorial hacia el Sur (lo que explica la
influencia mudéjar), en una época de gran prosperidad. En 1348 la Peste Negra y
ya antes el estancamiento de la
Reconquista frenan el impulso creador, hasta el renacer del
siglo XV, en cuyo final la influencia flamenca es dominante. En Cataluña y
Aragón la expansión territorial y comercial mediterránea y hacia Valencia abre
un periodo de gran prosperidad hasta 1348. Las influencias artísticas provienen
del sur de Francia y de Italia. Surge un “gótico mediterráneo” de
extraordinaria genialidad arquitectónica. En Navarra la vinculación con las
dinastías francesas explica su gótico absolutamente de estilo francés.
Características
formales del Gótico en España.
La arquitectura
gótica española se caracteriza por la menor altura relativa a la anchura,
respecto a la francesa. En la
Corona de Aragón la línea es predominantemente horizontal.
Los monjes cistercienses portan un nuevo concepto arquitectónico, de austeridad
y avance técnico: ojivas, arcos apuntados, mayor altura, etc., que influye
sobre las últimas construcciones románicas (catedrales de Lérida, Sigüenza,
Ávila). Las primeras estructuras ojivales aparecen en las catedrales de Ávila y
Tarragona.
La escultura sigue
los modelos de Francia en el exterior, aunque con inferior calidad. Más notable
es la talla de madera polícroma, mientras el retablo (esculpido o pintado)
alcanza un gran desarrollo, desde fines del siglo XIV.
La pintura hispana
alcanza un gran desarrollo, sobre todo la de retablos, con variadas influencias
europeas. Hubo poca pintura mural al fresco (más desarrollada en Italia). El
siglo XV es el gran siglo de la pintura en España, con diferencias entre las
coronas de Castilla, con influencia flamenca, y Aragón (con centros en Cataluña
y Valencia), primero con influencia italiana y más tarde también flamenca (a la
que se añade libertad y realismo).
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