Mis blogs

Mis Blogs son: Actual (Actualidad y Aficiones), Heródoto (Ciencias Sociales, Geografía e Historia), Plini (Ciències Socials, Geografia, Història i Història de l’Art), Lingua (Idiomas), Oikos (Economía y Empresa), Paideia (Educación y Pedagogía), Sophia (Filosofía y Pensamiento), Sport (Deportes), Thales (Ciencia y Tecnología), Theos (Religión y Teología), Tour (Viajes), Altamira (Historia del Arte y Arquitectura), Diagonal (Cómic), Estilo (Diseño y Moda), Pantalla (Cine, Televisión y Videojuegos), Photo (Fotografia), Letras (Literatura), Mirador (Joan Miró, Arte y Cultura), Odeón (Ballet y Música).

miércoles, 1 de febrero de 2012

Comentario. El Panteón de Roma (118-125 dC), de Apolodoro de Damasco.

El Panteón de Roma (118-125 dC), de Apolodoro de Damasco.









            Descripción y construcción.
El edificio mejor conservado de la antigua Roma destaca sobre todos los templos romanos de planta circular el Panteón (santuario de todos los dioses) de Roma, también llamado Panteón de Agripa, realizado según la mayoría de autores por el arquitecto e ingeniero Apolodoro de Damasco, en la época del emperador Adriano, hacia los años 118-125 dC. 
Apolodoro había sido el genio constructor de las campañas de Trajano (es famoso su puente sobre el Danubio en las campañas de Dacia) y de las extraordinarias obras en Roma para Trajano en el Foro, el Mercado, las Termas y el Aula Regia, y prosiguió su labor con su sucesor, aunque una tradición cuenta que Adriano, envidioso de su prestigio, lo apartó finalmente, y que el mismo emperador diseñó el Panteón.
Fue erigido sobre un templo anterior encomendado por Agripa, amigo, lugarteniente y yerno de Augusto, durante el imperio de este con posterioridad al 30 aC, después de la victoria de Augusto y Agripa en Accio sobre Marco Antonio y Cleopatra en 31 aC, y se terminó en el 27 aC. La tradición señala que se erigió en el lugar sagrado de la zona del Campo de Marte donde había desaparecido Rómulo, el mítico fundador de la ciudad, mientras inspeccionaba sus tropas. Aquí caben dos interpretaciones: que Rómulo ascendiera a los cielos como afirmaban los más optimistas, o que fuera asesinado y su cadáver escondido, como sostenían otros. En todo caso, el Campo de Marte, un lugar pantanoso en los primeros siglos de Roma, no había sido urbanizado hasta finales de la época republicana y en él se realizaban maniobras militares, pero entonces comenzó un rápido e intenso proceso constructivo de numerosos edificios públicos, como unas grandes termas públicas, templos y la basílica de asuntos civiles dedicada a Neptuno (en agradecimiento a su apoyo en la victoria de Accio), que estaba unida a la parte trasera del Panteón y del que subsiste hoy solo un bloque de piedra, que ilustra la victoria sobre Marco Antonio y Cleopatra. Hay incluso una hipótesis minoritaria (yo personalmente la descarto) de que inicialmente Agripa levantó el primer Panteón como un caldarium, la sala de baños caliente de las termas, entonces las más grandes de Roma.
Según la tesis dominante entre los expertos, Agripa y Augusto querían un edificio capaz de albergar las imágenes de los siete dioses más importantes del extenso territorio romano. El templo de Agripa, cuyos restos aparecieron en las excavaciones de finales del siglo XIX y sobre todo en las de 1996-1997, tenía una pronaos y un arquitrabe similares al del pórtico actual, pero con un frente de 10 columnas, y un interior circular de 53 metros, 10 más que el actual, pero no le cubría una cúpula sino un techo plano, y sus paredes eran de piedra de travertino, muy bella, pero fácil de romperse con el fuego.
El gran incendio de Roma durante el imperio de Nerón en el 64 dC afectó a este edificio y otro incendio en el 80 volvió a herirle. La restauración emprendida por Domiciano en los años siguientes no resolvió el problema de la falta de espacio para tantos dioses. Y otro incendio en el 110, en época de Trajano, volvió a dañarlo.
Adriano afrontó finalmente el problema y mandó renovar por completo el edificio anterior, reformando la fachada del pórtico, que era la parte posterior del templo períptero anterior. Las marcas de fábrica de los ladrillos encontradas en las excavaciones por el arqueólogo Georges Chedanne en 1893 se corresponden con los años 123-125, lo que permite fijar una fecha muy precisa, además de desmontar la creencia que casi todos sostenían hasta entonces de que que al menos una parte fundamental del edificio era de la época de Agripa y que Adriano solo lo había restaurado. Con todo, se ha mantenido el nombre oficial de Panteón de Agripa, como el mismo Adriano quiso por rara modestia. Fue tal vez él quien mandó que se usara con profusión el número siete (un número sagrado en Roma y que representaba los días de la semana y los planetas entonces conocidos) en el templo: 7 escalones en el podio de la entrada, 7 exedras o capillas en el interior, los 7 anillos alrededor de la cúpula, y 7 columnas de color idéntico en la pronaos (la octava, la de la izquierda, es más rosácea)  

Dado que el templo estaba en una zona pantanosa, con un inestable suelo de arcilla, hubo que excavar y reforzar unos cimientos muy profundos y sólidos, con una zanja alrededor, de 7 metros de anchura y 4,5 metros de profundidad, que todavía hoy se puede ver en el contorno exterior, y aquí debemos precisar que el suelo de la época imperial estaba entre 2,7 y 3 metros (algunas fuentes incluso indican 4 metros) por debajo del actual, como han revelado las excavaciones en la plaza. Los constructores quitaron el barro a mano, revistieron la zanja con tablones de madera y luego vertieron hormigón, durante meses. Pero cuando comenzaron a construir aparecieron grietas, así que añadieron una segunda zanja exterior de 3 metros, hecha del mismo modo que la primera, y conectaron los dos cimientos con mampostería de ladrillo, consiguiendo así una anchura total de 10 metros.
Cabe indicar que el peso de la cúpula es de unas 5.000 toneladas y que si además las paredes que lo sostienen hubieran sido de hormigón macizo de 7 metros, el enorme peso hubiera hundido el edificio en el suelo, comprometiendo su estabilidad, así que la construcción, además de los cimientos, debía incorporar una adecuada proporción de materiales ligeros y unos complejos sistemas internos
¿Cómo lo hicieron? La solución, empírica pues es dudoso que hicieran cálculos, fue no crear un muro macizo, sino levantar dos sólidos muros, unos interior y otro exterior, con un hueco  interno que se estima tiene 46.000 metros cúbicos la mitad del cual se llenó de un mampostería de materiales más ligeros y la otra mitad es solo aire, de modo que las tres partes del muro suman 7 metros de grosor, pero mucho más ligero que si hubiera sido hormigón macizo. Además, pusieron arcos de descarga, al modo de un panal orgánico sin contrafuertes exteriores, aligerando la estructura con pasillos concéntricos internos, más los arcos que descansan en los ocho enormes pilares macizos de piedra de travertino (el mismo del Coliseo) de 6 metros de altura, que a su vez llevan el peso al suelo. Y para reducir más aún el peso abrieron huecos en la planta interior, las exedras y los nichos, lugares en los que la estructura solo tiene 2,5 metros de espesor.
El material principal es el hormigón romano que está fabricado con cal, piedra puzolana (ceniza volcánica), cascotes y fragmentos de ladrillo, y se vertió en hileras o tongadas horizontales, con una técnica metódica y paciente, con numerosas capas trabajadas una a una y dejadas secar antes de continuar, para no dejar burbujas de aire. El hormigón se reforzó con tongas también horizontales de ladrillos grandes, colocadas cada metro y medio. 
Se empleó también la piedra de travertino en el anillo de la planta baja, el ladrillo para los arcos de descarga y unos materiales aun más ligeros de piedra de toba volcánica ligera, piedra puzolana, piedra pómez (la más ligera, por lo que circunda el óculo) y cerámicas rotas, para la plementería de las plantas superiores y sobre todo de la cúpula, de manera que los materiales más pesados estaban en los anillos más bajos y los más ligeros en los anillos superiores. 
El suelo y la pared interna de la primera planta son de mármol y granito. Se emplearon revestimientos de bronce y mármoles y estuco en los casetones del interior, y en cambio el revestimiento exterior se hizo con placas de mármol y bronce, que no han llegado hasta el presente. 
¿Cómo se construyó la inmensa y pesada cúpula? No hay documentos al respecto, pero los expertos asumen que se levantó un enorme armazón interior de cimbras de madera de 43 metros de largo, un trabajo de carpintería sin igual en su tiempo, que sostenía un encofrado de madera que se llenó posteriormente con mucha lentitud de capas de hormigón mezclado con piedras de toba, de pómez y de puzolana, y vasijas de cerámica rotas o incluso enteras vacías, procurando que fuesen materiales progresivamente más ligeros cuanto más se acercaban al óculo, y se realizó una precisa segmentación, de modo que la base de la cúpula tiene un grosor de 5,60 metros, que se va estrechando a medida que asciende hasta el óculo, donde el grosor es de solo 1,5 metros. 
Vamos con el anexo de una historia que sorprenderá. En el siglo XIX llegaron las investigaciones de los arquitectos franceses Achille Leclère, que levantó una valiosa planimetría que mostraba la complejidad de la estructura; Eugène Viollet-le-Duc, que lanzó la atrevida hipótesis de los arcos; y en 1892, de Georges Chedanne, que rascó la superficie cupular, y evidenció una estructura interna de la cúpula con una compleja trama desde el anillo del óculo, sostenido por 12 nervios que llevaban a las claves de una fila de 12 arcos mayores, que a su vez descansaban sobre las claves de otra fila de 12 arcos y estos en las claves de la última fila de otros 12 arcos menores. Pero un siglo después, la investigación con medios más modernos desmontó la tesis de los arcos con función estructural, porque resultó que los arcos del Panteón son asimétricos, lo que vulnera la norma para que sean útiles, pues es sabido que unos arcos asimétricos se deforman y comprometen la estructura, es decir, sin homogeneidad el conjunto se derrumbaría 
Además, se añadieron a la base de la cúpula un anillo de piedra más resistente reforzado con ocho pilares ocultos en el tambor para que el peso se transfiera directamente al suelo y no hubiera tantas fuerzas de empuje lateral que hubieran cuarteado la cúpula. Asimismo, los 140 casetones en 28 filas de cinco niveles, de la pared interna no son solo decorativos (tenían estrellas de bronce), sino que al ser cavidades aligeraron la carga total. Hay dudas sobre cómo se hicieron los casetones: ¿realizados uno a uno, o con moldes?
Se dice que el óculo abierto de nueve metros misteriosamente no deja entrar la lluvia en el interior, pero los previsores romanos construyeron un sistema de drenaje, mediante un suelo convexo, que en el centro se levanta apenas unos centímetros, además de unas pequeñas perforaciones en algunas losetas, que llevan el agua de la lluvia por unas canalizaciones afuera del edificio.




Análisis formal.
El Panteón remarca la principal característica novedosa de la arquitectura romana respecto a la griega, esto es la valoración del espacio interior, con la función de dar cabida a los fieles y a las imágenes de los dioses, además de mostrar su gusto por la monumentalidad y su perfecta técnica constructiva.



Reconstrucción virtual desde el atrio.


El conjunto se iniciaba con un inmenso atrio porticado, cuyos cimientos se conservan en lo que hoy es la gran plaza delantera. Al otro lado estaba la basílica (civil) de Neptuno.


Un amplio podio frontal, con una pequeña escalinata, da acceso a un monumental pórtico rectangular, octástilo, de orden compuesto (con predominio del corintio). Las ocho columnas exteriores y las ocho interiores miden 14,2 metros, divididos en los 1,48 de las basas de mármol blanco del Monte Pentélico en Grecia, el mismo material de los capiteles de estilo corintio de 80 centímetros de alto; y en medio los 11,9 metros de las piezas de fustes monolíticos (sin tambores, sino de una sola pieza, con un peso de 60 a 70 toneladas y un ancho de 1,48 metros, lo mismo que la altura de las basas), de granito rosado, importados de Egipto, probablemente después de la victoria de Augusto y Agripa en Accio en 31 aC. Pensemos que en las canteras de Egipto, en el Mons Claudianus, hubo que trabajar durante meses para cada bloque y luego tardaría un año o más en el transporte, Cabe indicar que de las 16 columnas de granito egipcio hay una un tipo diferente, lo que se ha concitado conjeturas sobre su significado. Se levantaron una a una a manos, solo con cuerdas.

Lo remata un espectacular frontón en el que todavía se lee la dedicatoria de Agripa (Marco Agrippa, hijo de Lucio, cónsul por tercera vez, (lo) hizo), cuyo tímpano exponía una escena sagrada en bronce que se degradó en la Edad Media y probablemente fue finalmente fundida hacia 1624 por orden de Urbano VIII, que tal vez no quería que en un templo cristiano hubiera una imagen todavía marcadamente pagana (tal vez un águila con las alas desplegadas) pero también deseaba el preciado bronce para el Baldaquino de San Pedro.




El exterior del templo debió estar cubierto con mármoles y estucados en el anillo mural y placas de bronce en la cúpula, refulgiendo como un sol dorado en los días luminosos de Roma. Pero esas placas exteriores se perdieron en uno de los múltiples saqueos que padeció la capital durante la Edad Media: el emperador bizantino Constante II en 663 mandó retirarlas para pagar la guerra contra los musulmanes, y se colocó otra cubierta más barata de plomo en 735, también saqueada posteriormente.


En el interior del gran cuerpo cúbico intermedio sigue un propileo (o pronaos) muy amplio, estructurado en dos filas por ocho columnas de orden corintio, que dividen el espacio en tres naves, como era la estructura tradicional de los templos principales de la Tríada Capitolina (Júpiter, Juno y Minerva). Las dos naves laterales, más estrechas, acaban en dos grandes nichos a modo de ábsides, que probablemente albergaban estatuas. 
El techo estaba decorado con el mismo tipo de casetones del interior, y en su tiempo estaban decorados con florones de bronce, que fueron saqueados, por el papa Urbano VIII para que con ellos Bernini realizara el Baldaquino de San Pedro en 1624, lo que no impidió al papa proclamar que el Panteón era célebre en todo el orbe. El pueblo romano, irreverente y más respetuoso con su pasado, se vengó diciendo que “Quod non fecerunt barbari fecerunt Barberini” (lo que no hicieron los bárbaros lo hicieron los Barberini, en alusión a la familia del papa).


La parte más importante es la inmensa cella circular, derivada del tholos griego, y esférica con gruesos muros de un tambor o anillo gigantesco que sostiene la gran cúpula semiesférica, acabada en un óculo cenital.
La medida del diámetro de la cella, 43,5 metros, es la misma que la de la altura en la clave imaginaria de la cúpula, creando así una esfera perfecta en el interior. Es una dimensión que no se pudo superar hasta la arquitectura del hierro del siglo XIX.
La cúpula se divide en dos paredes paralelas, que a fin de reducir su peso se rellenaron con materiales ligeros como toba volcánica y fragmentos de cerámica, y fueron sujetos con paramentos de ladrillos grandes colocados en líneas concéntricas para una mejor trabazón. La cúpula se va adelgazando a medida que sube, de modo que a nivel del suelo tiene unos seis metros de grosor y solo uno y medio de espesor en el borde circundante del óculo circular de nueve metros de diámetro, que corona la cúpula e ilumina con una intensidad homogénea el interior, salvo en las suaves penumbras de las exedras. El óculo es un símbolo del culto solar, pues su luz dibuja un enorme disco solar que se desplaza lentamente por el interior y que, como veremos en el apartado del significado, tiene un significado hermético.


Como se indicó arriba, el peso de la cúpula exige un complejo sistema de descargas de pesos en la estructura interna del anillo mural, construido con hormigón y dividido en dos juegos de soportes, tres pisos de arcos de descarga cruzados que finalmente dan a parar en los ocho grandes pilares (se pueden usar también los términos pilones como en la arquitectura egipcia o machones como en la arquitectura románica) de la planta baja, de unos 6 metros de espesor, en los que se vaciaron espacios para ocho cámaras semicirculares. 
El conjunto de arcos, pilares y exedras, así como la resistencia del hormigón, permite sostener el peso de la inmensa cúpula, sin necesidad de contrafuertes exteriores.
El amplio espacio interior se realza pues con esta centralización, enfatizada por las formas circulares y las medidas perfectas de la esfera.
Si se analiza el interior en altura comenzamos con la planta baja circundada por los ocho pilares con sus respectivos nichos cóncavos, y ocho exedras en forma de grandes nichos.
Una de las exedras es la entrada (que brinda así una vía axial hacia la exedra de enfrente) y las otras siete están divididas a su vez en dos grupos alternados. Hay cuatro exedras de forma rectangular o trapecial enmarcadas cada una por dos pilastras a los lados y dos columnas en el centro, que albergaban altares de varios dioses. Las tres exedras semicirculares de los lados principales están rematadas con arcos de medio punto, de la cual destacaba frente a la entrada la consagrada entonces (desde Agripa) a Julio César (el iniciador del Imperio), Marte (el dios de la guerra) y Venus (la diosa del amor era pariente mítica de César), y hoy dedicada a Santa María. 


El segundo piso sirve como un friso o ático sin inclinación que circunda el interior con una hilera de casetones alternados con ventanas (en la Antigüedad estaban aparentemente abiertas, lo que aumentaba la luminosidad interior, pero se cegaron posteriormente y su decoración actual es de mediados del siglo XVIII) coronadas con frontoncillos triangulares de estilo miguelangelesco.
El tercer piso es la superficie interior de la cúpula, decorada con cinco hileras (cada una de 28, un número lunar) de casetones cuadrados, que decrecen de tamaño a medida que la mirada sube a lo largo de los nervios. Todos los casetones estaban decorados con florones de estrellas de bronce, que  mucho después fueron saqueados, como los del pórtico.

Significado.

El panteón era el templo principal del culto imperial, la sede de las ceremonias oficiales del emperador como Cosmocrátor o Señor del Cosmos, pontífice máximo de la religión politeísta romana. Estableciendo un paralelismo actual, el Panteón sería como el San Pedro del Vaticano de la Iglesia Católica. Era un tipo de templo rotundamente novedoso, porque los templos romanos, antes y después, se diseñaban para ceremonias exteriores ante la pronaos, y en cambio el Panteón estaba hecho para entrar en él y celebrar los rituales en el interior.. Además, el templo estaba en la Antigüedad en una plaza unos 4 metros más baja que en la actualidad y rodeado de otros edificios monumentales, por lo que los romanos no veían la cúpula desde el exterior, sino que si no lo conocieran podían pensar que era un templo tradicional, de planta rectangular y techo plano, y al entrar se quedarían asombrados por la novedad estructural de una inmensa sala circular en planta y altura. como un astro. 



La planta circular y la perfecta planificación de las medidas y las proporciones del templo se corresponden a las necesidades de los rituales político-religiosos de la religión solar imperial, que representa al emperador tocado con la corona de de rayos solares de Helios, el dios Sol; al respecto, las fuentes apuntan a que el jefe del Estado protagonizaba una ceremonia solar cada 21 de abril, el día oficial de la fundación de Roma. Según los expertos Giulio Magli y Robert Hannah el edificio actuaba como un calendario solar: en los equinoccios de marzo y septiembre, al mediodía, un haz circular de luz penetra a través del óculo superior e ilumina la entrada, donde estaría entonces el emperador , simbolizando su elevación al reino de los dioses,
Otros simbolismos evidentes son que el número de casetones de cada hilera horizontal, 28, se corresponde con los días del ciclo lunar; y que la visión axial desde la entrada hacia el nicho principal enfrente se corresponde con la procesión ritual de los sacerdotes romanos en su camino de perfección, una andadura religiosa que ya experimentaban los sacerdotes egipcios de Amón y que luego proseguirá la religión cristiana.
Se debate todavía la dedicatoria de las siete exedras del interior. 
La teoría más seguida que las más destacada, frente a la entrada, estaba consagrada desde la época de Agripa a Julio César (venerado como el iniciador del Imperio), flanqueada por la dedicadas a Marte (el dios de la guerra) y Venus (la diosa del amor era pariente mítica de César), hoy reasignada a Santa María, mientras que las exedras a derecha e izquierda se supone que eran para Júpiter, Juno y Minerva, las divinidades principales de la Tríada Capitolina. 
Otra interpretación plausible recogida por muchos autores es que las siete exedras se consagraban a los siete dioses celestes de Roma:  Sol, Luna, Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno,

Influencia posterior.
La importancia religiosa y política del edificio explica que fuera respetado y restaurado a menudo por los emperadores, reyes y papas que se sucedieron en el dominio de la ciudad. El emperador Focas lo donó en 608 al papa Bonifacio IV y este lo dedicó el 13 de mayo de 609 a Santa María de los Mártires. Siempre fue y es uno de los lugares más visitados por los peregrinos. En la Edad Moderna fue la sede de la Academia Romana de los Virtuosos, lo que explica que haya sido utilizado para tumba, entre otros, de Rafael, Vignola y Annibale Carracci, y sirvió también de panteón real para dos reyes de la dinastía Saboya de la Italia unificada.




El Panteón en el siglo XIX. Los dos campanarios (los romanos los llamaron despectivamente las "orejas de burro") que Urbano VIII (el mismo de la familia Barberini que quitó los florones de bronce de la pronaos y dio origen a la frase "Quod non fecerunt Barbari fecerunt Barberini") mandó poner a Carlo Maderno y Bernini en 1623-1634 fueron retirados en 1880-1893, como los edificios que estaban pegados en sus lados y la parte trasera, durante la primera gran restauración del edificio.

El Panteón tuvo un extraordinario influjo en la arquitectura monumental posterior, porque fue el modelo más conocido y accesible para los templos de planta centralizada en Occidente y Oriente. Así, la cúpula de Santa Sofía de Constantinopla no puede entenderse sin verla como una propuesta de superación en tamaño y técnica del Panteón. Asimismo fue el modelo de referencia para Brunelleschi en su cúpula de Santa María dei Fiore en Florencia, y para Bramante y Miguel Ángel (dijo que su diseño parece angélico y no humano) en su cúpula de San Pedro del Vaticano, o Borromini en su San Carlo alle Quattro Fontane.

Fuentes.
Internet.
[http://es.wikipedia.org/wiki/Panteón_de_Agripa]

Documentales / Vídeos.


El Panteón de Agripa. Documental educativo en español. 10:03. [https://www.youtube.com/watch?v=2P0FUjTmDWs] Muy pedagógico y claro en las explicaciones.

 

Explore the secret rooms of the Pantheon. Darius Arya Digs. 11:00. [https://www.youtube.com/watch?v=KTekpz-6nZA] El Panteón en su parte trasera se apoyaba sobre la basílica de Neptuno y se conserva parte de las estructuras subterráneas.

 

La historia del Panteón de Roma (2023). 54 minutos. 


The Pantheon. Smart History. 8:31 [https://www.youtube.com/watch?v=KaY8zqYfQI0] . Pedagógico y con gran variedad de imágenes.


Panteón de Roma. 8:40. [https://www.youtube.com/watch?v=PFTlZ6mLl50Explicaciones de historiadores especialistas.




The Pantheon - Under the Dome. 4:39. [https://www.youtube.com/watch?v=-aDhzQMIGCY]


Climbing the Pantheon's Dome on Pentecost. 3:08. [https://www.youtube.com/watch?v=IlBKdizKgSY]


Libros.
AA.VV. Historias de arte para Bachillerato de las editoriales Algaida, Anaya, Bruño, ECIR, Edebé, Santillana, SM, Vicens Vives...
Bernal Triviño, Ana Isabel. Arquitectura y símbolo del Panteón de Roma: Paganismo y cristiandad. Editorial Académica Española. 2011. 68 pp.

Artículos.
[http://memory.loc.gov] Artículo de Chedanne sobre su excavación del Panteón en 1893.

1 comentario:

Anónimo dijo...

MUCHAS GRACIAS! BRILLANTE!