El artista italiano Rafael (1483-1520).
Rafael. Autorretrato (1505-1506).
Rafael Sanzio (Urbino, 1483-Roma, 1520), formado en la culta corte de Urbino, luego en Florencia e instalado desde 1508 en Roma gracias a su paisano Bramante, domina las enseñanzas de los grandes artistas del Quattrocento, como su propio padre, Giovanni Santi, su gran maestro Perugino, y de sus contemporáneos Leonardo y Miguel Ángel.
De Perugino toma el colorido y sobre todo la composición equilibrada de la perspectiva geométrica, aunque sea muy estática al principio; de Leonardo aprende la expresión intimista de los personajes, y una composición más atrevida, así como dominio del sfumatto y la perspectiva aérea; de Miguel Ángel consigue la perfección del estudio anatómico y un dinamismo que se emparenta con el primer manierismo.
A su vez, Rafael fue un maestro admirado por los mecenas y otros artistas relevantes como los mismos Leonardo y Miguel Ángel, y tuvo numerosos discípulos, a los que dedicaba infinita paciencia y que le correspondieron con un ánimo reverente.
Murió muy joven, el mismo día 6 de abril que cumplía 37 años, según su biógrafo Vasari por los excesos de una noche de amor con la Fornarina, una de sus modelos y amantes, que tal vez sea Margherita Luti, hija de un panadero del Trastévere., y de ahí su apodo. Los expertos apuntan que la causa fue una enfermedad venérea, probablemente sífilis.
Fue enterrado en un nicho principal del Panteón romano, en cuya lápida reza: "Aquí descansa Rafael, por quien la naturaleza, madre de todas las cosas, temió ser vencida y morir con su muerte".
La obra.
Es sobre todo un prolífico pintor pero además tiene unas importantes facetas de dibujante, escultor, arquitecto o incluso arqueólogo.
Como pintor aporta una nueva iconografía religiosa, que creará escuela en los siglos siguientes, hasta el punto de ser considerado el maestro por antonomasia del Cinquecento, para algunos tal vez incluso demasiado perfecto, demasiado equilibrado.
Pinta sobre todo temas religiosos como Anunciaciones, sagradas familias y madonas, adremás de numerosos retratos y grandes composiciones como las que realizó para las Estancias del Vaticano.
Los Desposorios de la Virgen (1504; 117 x 170, Pinacoteca de Brera, Milán) es su primera gran pintura, en la que muestra cómo va superando la influencia de su maestro Perugino, aunque en esta obra todavía se percibe su analogía con su fresco La entrega de las llaves, en un muro de la Capilla Sixtina, y es que Perugino fye determinante en su dominio de la perspectiva lineal para crear un especio pictórico, así como en el recurso a la arquitectura clásica como fondo. Aquí es evidente la inspiración en el templete de Bramante para San Pietro in Montorio. Rafael ya maneja un rico colorido y compone con notable armonía los grupos de personajes, destacando en primer plano José y María a un lado y otro del sacerdote Zacarías que formaliza su unión, más los jóvenes pretendientes (vestidos a la moda romana del 1500) en la derecha y las muchachas casaderas en la izquierda.
La Virgen del jilguero (1506, Galleria Uffizi de Florencia).
La Madonna de Foligno (1512, Pinacoteca Vaticana, Roma).
La Madonna Sixtina (1513-1514. Gemäldegalerie Alte Meister de Dresde).
Sus abundantes madonas son en realidad "sagradas familias" con el tema de la Virgen con el Niño y/o con otros acompañantes. Encantan por el exquisito cuidado de cada elemento, la luz y la combinación del claroscuro, el color variado y vivaz, la anatomía y la equilibrada composición triangular. Sus delicados niños Jesús, Juan Bautista y angelitos fueron muy influyentes en otros muchos pintores, como Murillo.
Julio II (1511-1512, National Gallery de Londres).
Los retratos muestran una gran hondura psicológica, como La muda (c. 1507, Galeria de Urbino), El cardenal (1510, Museo del Prado, Madrid), La Fornarina (1518-1519, Galleria Nazionale de Roma) o Baltasar de Castiglione (1514-1515, Museo del Louvre, París).
Los frescos de las Estancias del Vaticano muestran su dominio de la concepción espacial, con una gran profundidad y amplitud del espacio. Hay dudas sobre la atribución a Rafael de varias partes de estos frescos, porque contó con varios ayudantes.
La Escuela de Atenas (1510-1512).
En la Cámara de la Signatura están La Disputa del Sacramento (dedicada a la Teología) y La Escuela de Atenas (Filosofía), con El Parnaso (Poesía) y La Justicia.
La Justicia está dedicada a los juristas de la Jurisprudencia; hay dudas sobre la atribución a Rafael de este fresco ). Algunos historiadores atribuyen La Justicia al pintor renacentista Lorenzo Lotto, entre los que destacan Arnold Nesselrath (director de la sección de Arte Bizantino de los Museos Vaticanos) y Francesco Rossi (director de la Academia Carrara de Bergamo y comisario de la mayor exposición de Lotto en Bergamo). La obra está subdividida en Justiniano promulgando la Pandectas (el Derecho Civil) y Gregorio IX publicando las Decretales (el Derecho Canónico) en los lunetos sobre las ventanas.
En la Cámara de Heliodoro maravillan las monumentales pinturas La Expulsión de Heliodoro y, en un luneto sobre una ventana, La Misa de Bolsena (un famoso milagro medieval), y en una pared otras dos obras, la Liberación de San Pedro de la cárcel de Jerusalén y el Encuentro de Atila y el papa León Magno. En la tercera cámara, de la que Rafael dejó los dibujos y acabaron sus discípulos, está El Incendio del Borgo, dedicado a ensalzar la protección que el papado brinda a la ciudad. En algunas de estas obras hay ya significativas características manieristas, sobre todo en los colores fríos y los cuerpos tensos y sensuales de El Incendio del Borgo.
Su última obra es un hito iconográfico, La Transfiguración (1517-1520; Pinacoteca Vaticana, Roma), que dejó inacabada a su muerte, y que se estructura en dos niveles; el superior con Cristo transfigurado entre Moisés y Elías, sobre los tres apóstoles predilectos, el inferior con el milagro del niño endemoniado ante el resto de los discípulos. La división de la composición espacial en dos ámbitos, la gesticulación de las manos y el movimiento en hélice del cuerpo de la madre del niño, son propios del manierismo.
La faceta de arquitecto de Rafael ha sido injustamente preterida, pues muestran su genio sus intervenciones en la construcción de la iglesia de San Pedro del Vaticano y en el Palazzo Madama.
La influencia posterior de Rafael: su impacto en Joan Miró.
Más allá de su enorme influencia en el Manierismo o en el Barroco clasicista de los Carracci, Rafael se puso otra vez de moda desde el siglo XIX, gracias a su afortunada revisión por clasicistas como Ingres o algunos de los prerrafaelitas (una parte de ellos prefería a los primitivos italianos), y más tarde en los revivals clasicistas de Picasso, Miró y otros.
En la Barcelona de los años 1910 y 1920 era admirado por casi todo el círculo de Miró, en especial por su maestro Galí y sus amigos Ricart y Junoy, que no dejarían de hacerle sentir su influencia. El mismo Picasso toma en 1919 La embozada de Rafael para pintar su ambigua parodia La italiana y cuando Miró llegó a París en 1920 debió transmitirle su admiración, que coincidió además con las exposiciones de celebración del cuarto centenario de su fallecimiento, por lo que la prensa francesa le dedicó grandes espacios. [Green. Cubism and its enemies, 1987: 188. cit. Lubar. Joan Miró Before The Farm, 1915‑1922: Catalan Nationalism and the Avant‑Garde. 1988: n. 55, p. 184.] Miró le escribe a Ràfols en julio de 1920 su admiración por el clasicismo rafaeliano: ‹‹David y Rafael, no Ingres (…) pasar de la abstracción a Rafael y David›› [Carta de Miró a Ràfols. Mont-roig (25-VII-1920) BC. cit. Rowell. Joan Miró. Selected Writings and Interviews. 1986: 74. / Rowell. Joan Miró. Écrits et entretiens. 1995: 86. / Rowell. Joan Miró. Escritos y conversaciones. 2002: 124. / Soberanas; Fontbona. Miró. Cartes a J.F. Ràfols, 1917/1958. 1993: 45. / cit. Umland. <Joan Miró>. Nueva York. MOMA (1992-1993): n. 116, p. 348.].
Miró insiste en noviembre: ‹‹Mi estado actual sólo permite la contemplación de un clásico Rafael›› [Carta de Miró a Ràfols. (18-XI-1920) BC. cit. Rowell. Joan Miró. Selected Writings and Interviews. 1986: 75. / Rowell. Joan Miró. Écrits et entretiens. 1995: 88. / Rowell. Joan Miró. Escritos y conversaciones. 2002: 126. / Soberanas; Fontbona. Miró. Cartes a J.F. Ràfols, 1917/1958. 1993: 46-47.]. En cambio, en una carta de 1922, manifiesta que Picasso ha sustituido a Rafael como su primer referente: ‹‹Un buen cuadro de Picasso es tan clásico como uno de Rafael y se sostiene bien a su lado.›› [Carta de Miró a Roland Tual, en París. Mont-roig (31-VII-1922). [Tual, D. Le Temps dévoré. Fayard. París. 1980: 105-106, 203, completa en francés. / reprod. Rowell. Joan Miró. Selected Writings and Interviews. 1986: 80. / Rowell. Joan Miró. Écrits et entretiens. 1995: 92. / Rowell. Joan Miró. Escritos y conversaciones. 2002: 133.]
El hilo conductor Rafael-Picasso lleva a Combalía (1998) a sugerir que la obra picassiana, como la de otros coetáneos, fue uno de los influjos en el rappel à l’ordre que experimenta Miró en estos años del realismo detallista. Y en fin, Miró mostrará nuevamente su aprecio al retomar el tema de la Fornarina en 1929, después de admirar el cuadro en el Louvre. [Raillard. Conversaciones con Miró. 1993: 216-217. La declaración es del 5-XII-1975.]
FUENTES.
Internet.
*<Raphael et l’art français>. París. Grand Palais (15 noviembre 1983-13 febrero 1984). Cat.
<El último Rafael>. Madrid. Museo del Prado (12 junio-16 septiembre 2012). 70 obras. Comisarios: Paul Jaonnides, Tom Henry. Reseñas de Seisdedos, Iker. Visita a Rafael antes de su viaje a Madrid. “El País” (12-V-2012) 46. / Seisdedos, Iker. Rafael. “El País” Semanal 1.862 (3-VI-2012) 64-70. / Seisdedos, Iker. El Prado da vida al último Rafael. “El País” (9-VI-2012) 43. / De Diego, Estrella. Un Rafael inesperado. “El País” Babelia 1.079 (28-VII-2012) 2.
<Raffaello
1520-1483>. Roma. Scuderie del Quirinale (5 marzo-2 junio 2020).
Doscientas obras. Comisarios: Marzia Faietti y Matteo Lafranconi. [https://www.scuderiequirinale.it/mostra/raffaello-000] Reseña de Pacho,
Lorena. Roma se entrega a la leyenda de Rafael. “El País” (5-III-2020).
<Rafael en Palacio. Tapices para Felipe II>.
Madrid. Galería del Palacio Real (3 diciembre 2020-18 abril 2021). Los nueve
tapices madrileños de la serie ‘Los
hechos de los apostoles’ ocupan 400 metros lineales; cada pieza tiene entre
cinco y siete metros de alto y pesa unos 400 kilos. De los 10 originales de
Rafael solo falta el noveno, Saulo en
prisión. Comisaria: Concha Herrero. Reseña de García, Ángeles. Patrimonio saca de los almacenes del Palacio
Real los tapices de Rafael. “El País” (3-XII-2020).
<Rafael>. Londres. National Gallery (9 abril-31 julio 2022). Comisario: David Ekserdjian. [https://arsmagazine.com/la-imperfeccion-de-rafael/] Reseña de De
Miguel, Rafa. Una muestra en la National
Gallery celebra la harmonía de Rafael. “El País” (7-IV-2022). Una
exposición retrasada por la pandemia, con más de 90 obras de dibujo y pintura.
Libros.
Antal, F. Rafael entre el clasicismo y el manierismo. Visor. Madrid. 1988. 120 pp. 217 ilustraciones.
Ettlinger, Leopold D.; Ettlinger, Helen S. Raphael. Phaidon. Oxford. 1987.
Joannides, Paul. The drawings of Raphael, with a complete catalogue. Phaidon. Oxford. 1983.
Artículos.
Domínguez, Martí. El
magrejat pit de la Fornarina. “El País” Quadern 1.605 (22-X-2015) 6.
Teorías sobre el último cuadro de Rafael.
Pacho, L. Los
diez tapices de Rafael vuelven a la Capilla Sixtina más de 400 años después.
“El País” (18-II-2020). Los dos ciclos de la serie ‘Los Hechos de los Apóstoles’ narran la vida de los apóstoles Pedro
y Pablo; realizó los cartones de los diseños entre 1515 y 1516, y se
tejieron en el taller de Pieter van Aelst en Flandes para llegar a Roma entre
1519 y 1521. Tienen tres por cinco metros. La versión del Palacio Real de
Madrid para Felipe II tiene nueve tapices.
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