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miércoles, 17 de junio de 2015

El arte románico. Resumen e introducción.

EL ARTE ROMÁNICO. RESUMEN E INTRODUCCIÓN.
INTRODUCCIÓN.
Un resumen.
1. LA SOCIEDAD Y CULTURA DEL ROMÁNICO.
El contexto histórico: el feudalismo.
El Románico como cultura rural.
Los monasterios y las órdenes monásticas.
Las peregrinaciones.
Las ciudades.
LA CULTURA Y EL ARTE DEL ROMÁNICO.
MÉTODOS DE ESTUDIO DEL ROMÁNICO.
CRONOLOGÍA.
ÁMBITO GEOGRÁFICO.
LA ICONOGRAFÍA.
Características.
Temática.
Programas.
EL ROMÁNICO HISPÁNICO.
Características.
El Camino de Santiago.
2. URBANISMO.
El mantenimiento de las estructuras urbanas: las ciudades episcopales.

FUENTES. 

INTRODUCCIÓN.
Esta es una UD general sobre la historia, conceptos, historiografía... y se tratan en otras UD la arquitectura, la escultura y la pintura en Europa y en los reinos hispánicos.

El Románico es el primer estilo artístico común a la Europa medieval occidental y su estudio es inseparable del de la sociedad que lo produjo.

Un resumen.
El término “Románico” se debe a De Caumont (1824), como derivación de la formación en dicho periodo de las lenguas romances y como extensión de la supuesta influencia del arte romano en todo el arte de los siglo VIII-XII, aunque luego este periodo se redujo a los siglos X-XIII, dando entidad propias a los estilos visigodo, asturiano, mozárabe, carolingio, otónida... que son clasificados como altomedievales o prerrománicos. Su fin no fue repentino ni coetáneo en todo Occidente: en Francia decayó por el empuje del Gótico desde principios del siglo XIII, pero se mantuvo bastante más tiempo en Italia y España.

El centro vital del estilo Románico será Francia, centro del feudalismo en su estado más puro, donde surge la dinastía de los Capetos, mientras que en Alemania y Norte de Italia triunfa la dinastía salia de Franconia (1024-1125), sucesora de la dinastía otoniana de Sajonia.


El arte románico se desarrolló principalmente en las regiones donde la tradición romana había permanecido viva (norte de Italia en el Imperio Romano Germánico, Francia y España), en confluencia con los caracteres bárbaros del arte prerrománico, los estilos precedentes carolingio y otoniano, y con importantes aportes de Bizancio y del Islam.
Es el primer estilo internacional del Occidente Medieval, la primera manifestación artística del carácter unificador de la cultura europea, la cual llevó consigo el comienzo del proceso diferenciador entre Oriente y Occidente, en torno al naciente concepto de cristiandad, que culminaría con el Cisma de Occidente. Hay una verdadera fiebre de construcción en Europa desde 1000, sobre todo de iglesias (texto de Glaber, 1048), por grupos ambulantes de maestros y picapedreros, al tiempo que la Iglesia y los monasterios promueven las grandes rutas de las peregrinaciones (Roma, Tierra Santa, Saint-Michel, Santiago de Compostela), todo lo cual difunde el Románico por Occidente, desde Italia a Inglaterra, desde España a Alemania, e incluso en Palestina con las Cruzadas del siglo XII.
El carácter cristiano es patente en todo el arte: la clientela, los tipos arquitectónicos, los temas figurativos. Pero también el arte románico refleja la estructura social feudal, piramidal, al presentar a un Dios todopoderoso, hierático, que imparte justicia.
El románico es un arte profundamente unitario en muchos de sus aspectos, pero tiene también una multitud de escuelas o derivaciones locales, debido a la diversa aplicación regional de los mismos principios fundamentales. Sus centros son variados, desde las ciudades (que comienzan a resurgir con el comercio desde el siglo XI y que edifican sus iglesias-catedrales) a los monasterios rurales cistercienses y las iglesias de los pueblos.
En España es un arte fundamentalmente de importación, que se introdujo por Cataluña y el Camino de Santiago, mediante la orden de Cluny, y favorecido por la consolidación de los reinos cristianos en el siglo XI y la entrada de dinero mediante el comercio y las parias (tributos pagados a los cristianos) desde la España islámica a la caída del califato omeya.
En el Románico hay una clara jerarquía de las artes, con predominio de la arquitectura, a la cual se subordinan las artes plásticas, que se integran y adaptan en el marco arquitectónico.
La arquitectura se centra en un gran tipo constructivo, el templo, definido por su estética maciza (muros sin aperturas, lo que oscurece el interior), la cubierta de bóveda de cañón (en los espacios rectangulares, exigiendo muros con igual fuerza en toda la longitud), la articulación en tramos (lo que facilita la utilización de las cimbras de madera y abarata la construcción y la reparación), con arcos de medio punto (fajones, formeros y torales) sostenidos por los pilares y los gruesos muros reforzados por contrafuertes en los puntos de soporte. Otras cubiertas alternativas son las bóvedas de arista (en los espacios cuadrados de las naves centrales y laterales, y que permitían apoyar el peso sobre cuatro puntos, que debían ser reforzados con contrafuertes y que permitían que el resto de los muros fuesen más ligeros y con ventanas más amplias, en lo que es un paso esencial hacia el arco ojival y el futuro estilo gótico) y las de cuarto de esfera (en los ábsides y capillas), y las cúpulas (en los cruceros) sobre trompas o pechinas. Las torres campanario (o espadaña) en la fachada o laterales son el único elemento claramente vertical. Hay una clara mejora de los materiales, desde la inicial piedra rota hasta el sillar bien pulido del Románico pleno.
La decoración es muy rica, con pinturas murales cubriendo casi todas las paredes y con grandes conjuntos escultóricos en los portales y las ventanas, en los capiteles de los pilares y en las galerías de los claustros.
Se distinguen las iglesias-catedrales, de planta basilical de nave única, y las iglesias de peregrinación, más monumentales, adaptadas al rito de los peregrinos mediante la multiplicación de las naves, un amplio transepto, un deambulatorio (o girola) para la vuelta procesional alrededor de la tumba del santo (generalmente situada en la cripta bajo el altar mayor) y un amplio ábside con capillas radiales.
Los monasterios, con un templo y varios edificios especializados, son conjuntos arquitectónicos notables.
Hay numerosas escuelas o centros de difusión de la arquitectura, destacando inicialmente la lombarda, con su solución revolucionaria de la bóveda y las decoraciones de lesenas y arcuaciones ciegas, que recogió la influencia romana y bizantina, y se difundió por la Toscana, el sur de Italia sobre todo en Sicilia, donde se enriqueció con la influencia normanda, bizantina e islámica y hacia la misma Francia. Las escuelas de Francia, algo posteriores, son los grandes centros difusores hacia el resto de Europa, destacando la de Provenza, muy influida por el arte romano sobreviviente, con grandes basílicas con crucero coronado por cimborrio y con las naves laterales resueltas en cuarto de esfera; de Toulouse, con deambulatorios festoneados de capillas radiales; de Auvernia, con tribunas elevadas sobre las naves laterales; de Perigord, con tendencia a la impostación de las cúpulas; de Normandía, monumental, con su fachada de dos torres y su cubierta de madera, que se difunde hacia Inglaterra y la Europa Central; de Borgoña, con las grandes iglesias de peregrinación promovidas por la Orden de Cluny, que se extiende hasta Castilla y León por el Camino de Santiago.
Los temas figurativos de las artes plásticas, con una gran unidad en la escultura y la pintura, siguen una finalidad didáctica de tipo religioso. Domina una estética naturalista, pero irreal, en la que los cuerpos son inmateriales, casi abstractos, estáticos, adaptados al marco, prefiriendo la interpretación antes que la narración. Es un arte majestuoso e hierático en el que interesa sobre todo su contenido simbólico. Predominan los ciclos del Viejo y del Nuevo Testamento y las vidas de los santos, lo que da una gran homogeneidad iconológica al Románico, aunque las distintas tradiciones culturales de las regiones repercuten en una gran diversidad de escuelas.
De los mismos centros de la arquitectura provienen los avances en la escultura, partiendo de formas decorativas ornamentales de gusto bárbaro sobre todo los motivos geométricos y vegetales, que pervivirán en la ornamentación para llegar a los grandes ciclos figurativos compenetrados con las estructuras arquitectónicas, destacando los talleres de Toulouse y del Rosellón. Las tallas de madera son de una gran expresividad (en especial los Cristos). En general, los espacios más concurridos se dedican a los grandes temas sagrados y los lugares más recónditos a los temas más profanos y cotidianos.
En pintura, las grandes decoraciones de pintura mural (al fresco y al temple) en los muros y las bóvedas tuvieron una programación iconográfica de origen bizantino, reelaborada en Italia y difundida junto a las construcciones lombardas. Después se diversificó en la pintura de baldaquines y antipendios (tablas de los altares). En general, los programas iconográficos se disponían según un orden invariable: en el ábside el Pantocrátor justiciero e implacable en el interior de la almendra mística, flanqueado por el Tetramorfos (los Cuatro Evangelistas o sus símbolos); pero este lugar central podía estar ocupado también por la Virgen y el Niño, rodeada por los Magos que presentan sus ofrendas. Por debajo del ábside, una galería de Apóstoles con sus atributos. Los muros laterales se dedicaban a temas evangélicos y otras alegorías, reservando el muro posterior, a los pies del edificio, para el Juicio Final. En las bóvedas y cúpulas, podía haber el Juicio Final u otros temas.
En las artes menores o decorativas, cabe señalar la expansión de la orfebrería y el esmalte, en metal y marfil, con influencias bizantinas e islámicas. La miniatura (iluminación de libros) alcanzó una gran calidad en los scriptoria monásticos y episcopales, continuando la gran tradición carolingia y otónida, y sirvió como gran vehículo de difusión de los temas iconográficos y de los motivos ornamentales en todo Occidente.

1. LA SOCIEDAD Y CULTURA DEL ROMÁNICO.

El Románico es la primera expresión artística auténticamente europea (Focillon), por su desarrollo en todo el continente, acompañado de un gran auge en la producción artística. Esto fue favorecido por una serie de factores históricos.
El contexto histórico: el feudalismo.
El centro vital del estilo Románico será Francia, centro del feudalismo en su estado más puro, donde surge la dinastía de los Capetos, mientras que en Alemania y Norte de Italia triunfa la dinastía salia de Franconia (1024-1125), sucesora de la dinastía otoniana de Sajonia.
La cronología concuerda con un apogeo en los siglos XI y XII, que en algunos lugares apartados perdura hasta finales del siglo XIII. Su contexto histórico es pues la crisis que experimenta Europa tras la descomposición del Imperio Carolingio, con la aparición del feudalismo.
En torno al año 1000 termina el periodo de las segundas invasiones, cuando los pueblos húngaros, polacos, moravos y normandos se asientan al fin pacíficamente en Europa, mientras que los musulmanes son rechazados (en España y Sicilia, así como en las costas) y las fronteras se tranquilizan, al tiempo que las fronteras del Occidente cristiano se expanden hacia el Sur y el Oeste.
- En lo religioso la Iglesia crece en poder y riqueza, liberándose la Iglesia oficial y monacal del dominio civil. Hay grandes reformas de las instituciones religiosas, tanto de los monasterios benedictinos, como del Papado. Se consolida una Europa cristiana y con una cultura y un arte en común, que se difunden gracias al monacato y sobre todo a las peregrinaciones en los Caminos impulsadas por el culto a las reliquias de los santos. Las Cruzadas abren Europa a influencias orientales: planta centralizada, cúpulas, decoración. 
- El sentimiento colectivo del “terror milenario”, a la llegada del fin del mundo, sufrido no sólo en el año 1000 sino también en otras fechas señaladas por los astrólogos, que exaltó la religiosidad (tema del Apocalipsis, Juicio Final). 
- El feudalismo triunfante, que promueve monasterios y castillos en el campo gracias a la mayor estabilidad política.
Hay un gran desarrollo demográfico en los espacios urbano y rural y un fuerte crecimiento económico (se promueven más iglesias y catedrales), pero con una riqueza basada en la tierra, con un comercio aún escaso. En los lugares vacíos hay una intensa repoblación y un auge constructivo, mientras que la vida urbana se reanima y se reabren las rutas comerciales en el Mar del Norte, el Báltico y el Mediterráneo, cerradas durante el tiempo de las invasiones de la Alta Edad Media. 
- La mezcla de influencias artísticas locales y externas muy variadas. No hay un centro único de origen, aunque Borgoña y Lombardía son los más influyentes.

El Románico como cultura rural.
Es un estilo artístico que da respuesta a las necesidades de una sociedad básicamente rural, organizada en torno a los monasterios, los castillos, pueblos y ciudades de escasa población.


Reconstrucción de una ciudad medieval con murallas. 

Los monasterios y las órdenes monásticas.
El arte románico simboliza el poder y el esplendor de los monasterios en la época feudal, de la que son los auténticos focos culturales.

En la Alta Edad Media predomina la orden benedictina, que sigue la regla de San Benito de Nursia (ora et labora), en principio muy austera y que extenderán sus técnicas agrarias por toda Europa. Pero la riqueza acumulada por los monasterios a lo largo de varios siglos hizo que los señores feudales codiciasen las abadías para nombrar titulares a sus hijos, al igual que los obispados y demás cargos eclesiásticos.

Monasterio de Cluny en el siglo XII.

Como reacción a estos problemas el monasterio de Cluny en Borgoña, sede de la orden cluniacence, fundado en 910 por el duque Guillermo de Aquitania, fue eximido de la autoridad civil y religiosa, y pasó a depender directamente del papado, para evitar la decadencia y ser casa de reforma de la vida religiosa y del pueblo cristiano. Sus monjes elegían a sus propios abades. El ejemplo cundió, de forma que los monasterios benedictinos se rigen por la regla de Cluny. El monasterio de Cluny se convirtió en el gran centro espiritual de Europa y centro de un verdadero imperio monástico que en el siglo XII comprenderá casi 1.500 abadías y prioratos, con un poder político y económico de primera magnitud, promoviendo el arte Románico, las Cruzadas y las Peregrinaciones a Roma, Tierra Santa (Jerusalén), Santiago de Compostela, Saint-Michel en Bretaña, Canterbury en Inglaterra, fomentando así el contacto entre los distintos pueblos. Su influencia artística fue notable a través de los scriptoria, la fábrica de los grandes edificios monásticos con edificios en los cuales se sigue un similar estilo arquitectónico y se producen las artes plásticas y suntuarias aplicadas a la liturgia. Se difunde de este modo un tipo de arquitectura y artes plásticas común para Europa occidental, en el que se renuevan conceptos de la herencia clásica romana, de su arquitectura tardía, la tradición prerrománica e incluso la oriental (Bizancio, Islam). Cluny en 1258 perdió su independencia respecto a la Corona de Francia y ello precipitó su decadencia, de la que no salió hasta su desaparición en 1790 (los edificios fueron destruidos casi totalmente en 1801).
La orden cisterciense aparece en el monasterio de Citeaux (finales del siglo XI), fundado por Roberto de Molesmes, con el ánimo de reencontrar el espíritu de San Benito. Sus monjes pretenden una vuelta al carácter austero y sencillo de la primera Iglesia, santificando el trabajo manual de nuevo, alejándose del boato cluniacense y viviendo severamente (dormir en el suelo, comer una libra de pan y dos platos de verdura, vestir con tosco hábito blanco) y en silencio. Dicho estilo de vida se extiende rápidamente por toda Europa. En 1154 ya hay 350 abadías y a finales del siglo XII llega a contar con 1.800 abadías.
La figura más importante de la orden cisterciense es San Bernardo de Claraval (que entra como novicio en 1112 y muere en 1154), tercer hijo de un noble. Hombre de gran prestigio en toda la Europa civil y eclesiástica, sus ideas incidirán en el arte. Propugna la sencillez, que quedará plasmada en el rechazo crítico a algunas de las imágenes con que se decoran los claustros, calificadas como “esos monstruos grotescos, ese desorden de bellezas deformes y de rarezas estéticas”, para buscar expresiones más cercanas al simple cosmos y por lo tanto más naturales.

Las peregrinaciones.
Las rutas de las peregrinaciones recorren Europa.
A Roma llegaban los peregrinos por dos rutas, la Vía Emilia que pasaba por Módena y la Umbría, y la Vía Casia que pasaba por Arezzo en la Toscana.
A Santiago llegaban los peregrinos por cuatro rutas atravesando Francia y el norte de España. Otras rutas secundarias alimentaban este gran circuito o se separaban a centros menos importantes.
Cada ruta llegó a tener un santuario de cierta importancia, adoptando modelos artísticos semejantes, pero el Románico es un estilo internacional poco rígido, pues hay múltiples variantes regionales, por la influencia local que pervive y porque en las regiones se reciben influencias distintas.

Las ciudades.


En esta época renace la ciudad como núcleo urbano y de producción artesanal, cuyo desarrollo urbanístico gira en torno a la iglesia-catedral, sede episcopal, como centro espiritual y objeto de las ambiciones artísticas de la comunidad, de la que se erige en monumento y símbolo, aunque también asume la función de sede administrativa y lugar de reunión, recogiendo el carácter de la basílica romana.

LA CULTURA Y EL ARTE DEL ROMÁNICO.
Hay en el Románico una fusión cultural, completamente nueva, pues anteriormente las influencias se habían juntado sin fundirse, coexistiendo todas. Ahora los elementos de distintas tradiciones se funden en una nueva unidad, más perceptible en la escultura. La arquitectura ordena a su servicio a las demás artes, convertidas en auxiliares de su decoración. Será pues un arte tectónico, basado en los efectos estéticos de la piedra, en la que se concentra la forma y decoración del edificio.
Junto a la arquitectura religiosa (sin duda la más importante) surge una arquitectura civil, con pocos palacios (por la decadencia del poder real ante el auge del feudalismo, excepto en la monarquía otoniana) con obras militares desde el siglo XI, como castillos, torres y murallas almenadas y, sobre todo, obras civiles de puentes y hospitales a lo largo de las rutas de peregrinación y comerciales.
El Románico es un arte popular, eminentemente ilustrativo y didáctico, pero es también un arte intelectual, propio de la culta orden benedictina, con una rica iconografía y temática simbólica, con la novedad secular de los Bestiarios y otros temas, como los pornográficos en las misericordias de los coros, que pervivirán incluso en el Gótico.

MÉTODOS DE ESTUDIO DEL ROMANICO.
Hay dos tipos de criterios, el geográfico por escuelas regionales y el cronológico.
-El criterio geográfico de las escuelas regionales es difícil de aplicar porque no da una visión unitaria y porque siempre es polémico delimitar las escuelas.
-El criterio cronológico lo desarrolló Puig i Cadafalch de acuerdo a sus estudios sobre la evolución de la arquitectura, con dos periodos: 1) Primer Románico, con una intensa experimentación en el sistema de bóveda. 2) Románico Pleno, con una generalización y perfeccionamiento del sistema de bóveda. El sistema de cubrición de bóveda es el más utilizado en el Románico, pero es un criterio dudoso porque hay zonas que no experimentan con la bóveda hasta un periodo tardío, como Alemania.
Yarza y Conant aplican la suma de los dos criterios a la Arquitectura, con el criterio de ver los focos innovadores del Primer Románico y qué elementos cambian. Estudiamos primero las corrientes internacionales que llevan a la eclosión del Románico Pleno y luego estudiamos las regionales. El concepto de región es usado sólo porque la región es foco de creación de unos modelos que se expanden allende sus fronteras.
En Pintura (en todas las artes del color) hay más claridad metodológica, por la mayor coherencia estilística. En la pintura mural se distinguen dos corrientes, italobizantina y francorrománica, con matices distintos entre sí. Y lo mismo se sigue en Escultura, uniendo ambos criterios, cronológico y regional.

CRONOLOGÍA.
La cronología no es uniforme en todas las regiones, pero en general hay tres periodos básicos:
1) Primer Románico, desde finales del siglo X a c. 1075. Hay tres grandes focos: Alemania, Sur de Europa y Francia.
En el primero, Alemania, tenemos el arte otoniano (otónida), muy dudoso, porque hasta el 1024 es heredero y una continuación del arte carolingio. El segundo foco innovador es el Primer Románico o Meridional (Puig i Cadafalch), en el Sur de Europa. El tercero, a principios del siglo XI, es Francia, que cuenta asimismo con tres focos: Loira, Borgoña y Normandía.
2) Románico Pleno, desde c. 1075 a 1150. Caracterizado por el apogeo de los monjes de Cluny, de las rutas de peregrinación y la eclosión de la escultura, mientras que se sistematizan las escuelas regionales, con el primer desarrollo de la Orden del Císter. Finaliza al aparecer el Gótico en St. Denis (1154).
3) Románico Tardío, de disolución, desde 1150 a siglo XIII (con fin muy impreciso, en la mayoría de los lugares h. 1250). Convive con el Gótico y vive el apogeo de la escultura historiada aplicada a los claustros.

ÁMBITO GEOGRÁFICO.
El ámbito geográfico es muy extenso Francia, el Imperio Germánico, Norte de España, Norte y Centro de Italia (hasta Roma), Inglaterra (desde 1066), hasta incluso en Palestina. Hay también influencias locales en el Sur de Italia por la influencia normanda, en Chipre por las Cruzadas, etc.

LA ICONOGRAFÍA.
Características.
El Románico es el momento en que la estética medieval (basada en la Patrística) llega a su apogeo, con un fuerte simbolismo. En Occidente se introduce con fuerza la imagen narrativa. La función de la imagen estaba ya fijada por san Gregorio Magno c. 600 y el Concilio de Arras en 1025 confirma esta concepción. En el Románico se actúa por oposición para articular la función didáctica, en una desferenciación con la que se trasciende la narración y se la emplea como metáfora. Se representa en una sola imagen lo colectivo (genérico).
El Románico no es una época de grandes combinaciones iconográficas, sino que combina de modo distinto el repertorio ya creado. Cada elemento tiene una filiación conocida.
Temática.
Se destacan cuatro grandes grupos de temas:
- Teofanías. Se basan en visiones apocalípticas. Hay otro tipo de teofanías (como el Pentecostés), que en el Románico se relacionan con ciclos iconográficos típicos de la época, como los ciclos de la Redención, etc.
- Temática historiada. Lo típico son las escenas del AT y NT, asociadas por el significado, una del AT con una del NT.
- Hagiografía. Escenas relacionadas con la vida de los santos, que se asocian por contraste. El santo se presenta como modelo a seguir o como testimonio de fe.
- Temática profana. Con significado religioso o no. Puede ser de dos tipos:
a) Antropomórfica. Con escenas del Zodíaco y escenas sobre la vida cotidiana del campo (mensario). Tiene esta temática una larga continuidad, con sentido simbólico por lo que se contrasta con las representaciones religiosas. En el Románico tardío esta temática se presenta ya sola, con lo que deja de tener un sentido simbólico.
b) Zoomórfica. Pueden ser animales reales que pueden seguir un esquema simbólico de enfrentar dos animales diferentes, como el león y la serpiente (el bien y el mal). También pueden ser animales fantásticos para las visiones apocalípticas y el bestiario. También se dan los motivos vegetales y geométricos.

Programas.
No hay programas homogéneos que abarquen todo el edificio. Sólo existen programas homogéneos en las portadas, en los claustros y en las pinturas. La portada esculpida tiene un papel más admonitorio (amonestación, advertencia), mientras que la pintura intenta presentar los grandes principios de la fe. Los lados de la epístola (derecha) y del evangelio (izquierda) no tienen un programa específico.
Los grandes principios de la fe constituyen la manifestatio y se suelen ubicar en el ábside. Cuando la pintura está en una cripta, un panteón, en suma en un lugar distinto de la propia iglesia, la manifestatio ocupa las bóvedas (que desde Bizancio tienen un simbolismo celestial).
Lo más importantes es el dogma de la Trinidad, por lo que se ubica en el ábside. La Madre de Dios dentro de estos principios de fe tiene un papel menos importante (lo mismo ocurre en las teofanías de las portadas). Se la representa como Theotokos, como trono de Dios. A veces la manifestatio incluye el Coro Celestial.
El programa de la pintura mural incluye también la testificatio. Se trata a veces de la propia Corte Celestial, pero más a menudo de los Apóstoles o los Santos que testimonian la verdad de las manifestaciones de estos principios. Se suelen situar en el registro inferior de la cuenca del ábside, pero alguna vez se colocan en las paredes de las naves laterales. Lo normal es que en estas se incluya la temática narrativa.
En cuanto al programa iconográfico de la portada, la escena principal, la teofanía ocupa siempre el tímpano, y se dedica a la exaltación de la gloria de Cristo. La aparición de la Virgen en las portadas es totalmente excepcional (sólo aparece alguna vez en las iglesias hispánicas). Las arquivoltas se suelen dedicar a motivos vegetales y geométricos, pero algunas veces incluyen el mensario y el zodíaco. El dintel presenta escenas relacionadas con la escena principal, que frecuentemente es el Juicio Final, por lo que el dintel normalmente presenta el tema de los condenados y de los elegidos. Las jambas están formadas por columnas con fustes lisos y capiteles historiados. En un momento ya muy tardío nos encontramos con la estatua-columna dedicada a santos y profetas. Las piezas que quedan sueltas lo normal es que estén ocupadas por el motivo del bestiario.
El tema del tímpano está pensado para dar efecto, para hacerse notar, mientras que los demás están destinados a una visión más detenida.

EL ROMANICO HISPÁNICO.

Características.
El románico hispánico es una de las más importantes escuelas regionales. En Cataluña recibió de influencia italiana y en el resto de España la influencia francesa, pero no es una simple imitación sino una derivación acorde al sustrato regional de cada lugar.
El Románico hispánico fue una apertura hacia Europa, en busca de una identidad común, lo que afectó a múltiples aspectos de la realidad, como la liturgia, con una sustitución de la liturgia mozárabe por la romana y de la letra visigótica por la carolingia. Penetró con la Orden cluniacense, con monjes franceses que trajeron sus pautas artísticas y gracias al interés de los reyes hispánicos (con un fuerte afrancesamiento dinástico). Se inscribe en el proceso de la Reconquista hacia el Sur, con una amplia participación francesa en la intensa repoblación, proveniente del suroeste de Francia y sobre todo del Poitou.
A su vez España aporta al Románico europeo rasgos islámicos: cúpulas nervadas al estilo cordobés y arcos polilobulados. La escultura hispánica aportará una iconografía más rica que la europea, por la fuerte tradición prerrománica.

El Camino de Santiago.
Los reyes hispánicos influyen decisivamente en el éxito del Románico, por su impulso reconquistador y su política de favorecer a la Orden de Cluny.
El conocimiento de la leyenda del Apóstol Santiago es esencial para comprender el éxito de las masivas peregrinaciones por el Camino. Según esta, las reliquias fueron transportadas primero a Egipto y después a Galicia, por unos monjes coptos, al caer bajo el dominio islámico el Oriente. Desde el triunfo cristiano en la batalla de Clavijo su fama creció y se convirtió en patrón de España, como Curador de enfermedades y Matador de moros. Santiago será un símbolo de la lucha entre el Bien y el Mal y sus reliquias serán un instrumento que determine el triunfo del Bien, a favor del individuo (salud física y mental) y de la sociedad (contra las epidemias y las guerras).


A Santiago llegaban los peregrinos por cuatro rutas atravesando Francia y el norte de España. Otras rutas secundarias alimentaban este gran circuito o se separaban a centros menos importantes.
1) La primera de París a Burdeos, al O., donde se juntaba con la marítima de los peregrinos de Inglaterra.
2) La segunda por Vézelay y el suroeste.
3) La tercera por Le Puy y el centro-este. Las tres pasaban simultáneamente por Roncesvalles.
4) La cuarta pasaba por Arlés, Toulouse y Somport, para encontrarse con las otras en el Puente de la Reina, desde donde seguían juntas hasta Santiago.

El Codex Calixtinus recoge la propia experiencia de un monje cluniacense c. 1150, Pico, que expone la peregrinación en tres etapas, con consejos prácticos y críticos (una excelente información social) sobre los lugares de descanso. Es posible que Pico recibiera el encargo de esta obra de parte del obispo Gelmírez y que el papa Celestino II pusiera su aprobación al libro (de ahí el título que nos ha llegado).
El 25 de julio, cuando caía en domingo, se establecía que fuera un Año Jacobeo, en el que las multitudes acudían con mayor intensidad que los años normales para obtener la indulgencia, un perdón completo y retroactivo de todos los pecados.
Los servicios a los peregrinos estimularon las edificaciones y la aparición de nuevas ciudades como Puente de la Reina, Briviesca y la misma Santiago, mientras que otras crecieron, como Burgos, León y Astorga. Hospitales e iglesias rurales se erigieron en los distintos puntos de descanso del Camino, como Rabanal y Cebreiro.
Las etapas son muy interesantes, con sus restos de la época románica, con varios influjos, lombardos, mozárabes, etc. Las iglesias generalmente son de una nave con cubierta de madera y pequeños vanos abocinados (San Juan de Busa, en Navarra). Santa María de Iguacel (Burgos) tiene un aparejo regular. Otras iglesias tienen mejores portadas esculpidas.
-Los monasterios cluniacenses de San Juan de la Peña, con dos iglesias superpuestas, bajo una gran roca que es la cubierta de la iglesia superior, con un claustro de magnífica escultura, y de Santa Cruz de Serós, con lesenas lombardas.
-El monasterio de Leire es el mejor, con tres naves desiguales, con pilares escalonados y bóveda de medio cañón. La cripta tiene una portada en la entrada y unas columnas muy cortas. Las portadas son de épocas diferentes.
-La iglesia de Santa María la Real es de transición al Gótico, con preciosa escultura, con Santiago.
-La tercera etapa de la Vía de Lausana pasa por Monreal hasta Puente de la Reina. Las iglesias de planta central, octogonales, son de las Ordenes Militares y se vinculan con la mezquita de la Roca o la iglesia del Santo Sepulcro de Jerusalén. La iglesia de Santa María de Eunate en Navarra es un buen ejemplo de planta centralizada. La iglesia de Torres del Río, del mismo tipo, con escultura más austera que Eunate. Sus cúpulas son nervadas, con nervios que se cruzan en Eunate y que no lo hacen en Torres del Río (una influencia más islámica).
-Roncesvalles tiene la Capilla del Espíritu Santo o de Carlomagno. Pamplona creció con la afluencia de peregrinos. Hasta Estella se pasaba por Puente de la Reina, con su famoso puente, con seis arcos de medio punto y otros menores en los pilares, con dos torres de vigilancia (se conserva una). Las calzadas medievales eran bien cuidadas en las cercanías de las ciudades.
-De Estella a Nájera, pasa por Logroño. En Estella está el palacio real del siglo XII. El monasterio de Irache. De Nájera a Viana, a Santo Domingo de la Calzada hasta Burgos, con desviación a San Millán de la Cogolla (reconstruido en el siglo XVI). La catedral de Santo Domingo de la Calzada. El conjunto de San Juan de Ortega.
-Burgos tuvo hasta 32 hospitales. El monasterio de las Huelgas.
-Castrojeriz, con su iglesia.
-Frómista, con la iglesia de San Martín de Frómista.
-Santa María la Blanca, con bellas portadas esculpidas.
-Carrión de los Condes, con dos iglesias.
-Sahagún, con Románico “mudéjar”, en ladrillo, no en piedra como las restantes iglesias del Camino.
-Hospital de Villarente, hoy una casa privada. Son hospitales pequeños, fruto de donaciones particulares. Otros son más grandes, con servicios, un patio o un claustro. Siempre hay separación entre sexos. Hospital de San Marcos en León. Hospital del Rey en Burgos, de tipo basilical, con capilla en la cabecera. El hospital de Santo Domingo de la Calzada, también de tipo basilical.
-De León a Rabanal, pasando por Orbigo y Astorga. Los edificios daban siempre a la Rua principal de los peregrinos.
-De Rabanal a Villafranca. La Cruz de Ferro se erigió con piedras de los peregrinos.
-En Galicia, hay pequeñas iglesias parroquiales, de tipo popular, muy rústica.
-En la etapa 12, el monasterio de Samos, reconstruido en estilo barroco después de padecer un incendio.
-De Palas do Rei a Santiago.
-Los ritos de purificación de los peregrinos, que se lavaban desnudos antes de entrar en Santiago, en Lavacolla. En el Monte del Gozo, se descalzaban hasta llegar a la catedral en la ciudad, tocaban las frentes y las manos bajo la estatua del apóstol en el parteluz del Pórtico de la Gloria y ya en el interior veneraban las reliquias del apóstol en la cripta bajo el altar principal, así como las restantes de la girola.

URBANISMO.
En la Edad Media, Bizancio sustituyó en este papel a Roma, mientras el resto de las ciudades caían en una profunda decadencia, prolongada hasta el siglo XI. Las ciudades medievales, con escasa dimensión física y humana, concentraban el poder político (realeza, nobleza, burguesía) y religioso (obispos), protegido por las murallas y puertas.
Las ciudades se amurallaban en pequeños recintos no sólo por facilitar la defensa sino también porque así se gastaba menos en la construcción y mantenimiento de los muros y porque la principal entrada de impuestos era la entrada en la ciudad y por ello un recinto muy amplio disminuía los ingresos en vez de aumentarlos.
En la Alta Edad Media las ciudades sufren una profunda crisis. La población vivirá durante siglos de la tierra, siendo las ciudades meros centros administrativos y religiosos, residencias de los príncipes y obispos. Pirenne, en su magistral estudio sobre las ciudades medievales, ha demostrado que la supervivencia de las ciudades en la Alta Edad Media se debió a la presencia de la jerarquía de la Iglesia en ellas, porque la desaparición del comercio y en consecuencia de los mercaderes, junto a la desaparición de la economía monetaria que permitía a los grandes propietarios agrícolas vivir en la ciudad, habían suprimido las bases económicas para la vida urbana. Hasta el resurgimiento económico del siglo XI la Iglesia será el sostén de las ciudades, junto a la excepción de algunas ciudades con función de capitales administrativas, como Aquisgrán o Rávena.

El mantenimiento de las estructuras urbanas: las ciudades episcopales.
En Colonia, y en las italianas Florencia, Pavía, Turín y Verona, se pueden observar aún las líneas de las murallas y vías romanas. En Tréveris se da el caso opuesto, tapando el trazado anterior con los escombros y reutilizando los mejores edificios romanos para la catedral y el castillo del arzobispo. Herzog ha escrito que de las 17 mayores ciudades fundadas en época carolingia y otónida 13 eran sedes episcopales, dos procedían de palacios imperiales y dos eran ciudades-mercado.

El impulso de las ciudades episcopales se debe a la presencia de artesanos y comerciantes debido al desarrollo de los edificios religiosos, con su mano de obra artesanal, y al hecho de que albergasen mercados. Ejemplos son Halberstadt, Hildesheim y Bamberg.

FUENTES.
Internet.
Documentales.
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Morales, Manuel. Obscenidades románicas como pararrayos del Maligno. “El País” (30-VII-2018). Un debate de historiadores sobre el significado de la iconografía sexual en las iglesias románicas.
Morales, M. El divertido infierno del románico. “El País” (8-IV-2019). Un curso en Aguilar de Campoo (Palencia), dirigido por Pedro Luis Huerta, con siete expertos en arte y sociedad sobre la representación del diablo en las iglesias.

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