LA ARQUITECTURA ROMÁNICA EN EUROPA.
1. CARACTERÍSTICAS.
2. EVOLUCIÓN.
Primer Románico: 1000-1075.
Románico Pleno: 1075-segunda mitad siglo XII.
Románico Tardío: 1200-segunda mitad siglo XIII.
3. ELEMENTOS ARQUITECTÓNICOS.
Plantas.
Muros.
Materiales.
Luz.
Columnas y pilares.
Cubiertas.
Arcos.
Puertas.
Torre campanario.
Decoración.
Simbolismo.
4. TIPOS DE CONSTRUCCIONES.
IGLESIAS.
Iglesias de peregrinación.
Iglesias basilicales.
Iglesias de tipo rural.
MONASTERIOS.
La estructura del monasterio.
ARQUITECTURA CIVIL Y URBANISMO.
5. ESCUELAS.
FRANCIA.
ITALIA.
ALEMANIA
INGLATERRA.
6. LOS
MONASTERIOS CISTERCIENSES.
Los
principios cistercienses.
Esquema y
organización ideal del monasterio cisterciense.
Los
monasterios de Citeaux, Clairvaux, Fontenay, Pontigny.
Influencias
y evolución de las formas de los monasterios.
¿Hay un
estilo cisterciense?
1. CARACTERÍSTICAS.
Las
características principales de la arquitectura románica son: la jerarquía de la
arquitectura dentro de las artes, el predominio tipológico de la iglesia, la
cubierta de bóveda de piedra, la organización articulada y maciza del espacio.
- La jerarquía
de la arquitectura dentro de las artes, subordinando a ella la escultura, la
pintura y el mosaico.
- La iglesia
es el edificio predominante, en una época en que la Iglesia domina la vida
social y cultural. Más secundarios son los monasterios y los castillos. La
construcción exige una capacidad económica considerable, por lo que las
posibilidades de la comunidad explican las dimensiones, calidad y decoración de
cada obra. Hay una mayoritaria disposición de la planta basilical en cruz
latina (con desarrollo del crucero y del cimborrio), en sentido longitudinal
con una cabecera dotada de ábside y a veces de girola.
- Una
novedad fundamental de la arquitectura románica es la arcuación de medio punto
y la cubierta de bóveda de cañón en piedra, que exige fuertes muros de
sustentación, con escasas aberturas y robustos contrafuertes. Los elementos de
soporte son los gruesos muros de sillares, los pilares y los contrafuertes. Los
elementos soportados son los arcos de medio punto, el triforio y la bóveda de
cañón.
- La
organización articulada (tramos) y maciza del espacio, con fuertes efectos de
claroscuro y luces rasantes que penetran por las escasas y estrechas aberturas
(puertas y ventanas) abocinadas. El efecto macizo se incrementa por los toscos
materiales de acabado.
Nace un
espíritu nuevo en la arquitectura (Bruno Zevi), una nueva concepción espacial:
métrica espacial, precisa como la de un organismo vivo, con concentración de
empujes y resistencias, adelgazamiento de mampostería, abolición del arco
triunfal (que restaba unidad a la iglesia) y del atrio, mayor atención a las
fachadas (que muestran la división interna).
Esta nueva
concepción espacial se caracteriza por:
- Empirismo,
resolviéndose los problemas a medida que surgen, incluso en Cluny. No hay diferencias
profesionales entre un arquitecto y un maestro de obras.
- Primacía
de la funcionalidad en la concepción del edificio.
-
Preocupación por la solidez, perdurabilidad y monumentalidad del edificio.
-
Generalización de la métrica espacial (a pesar del carácter empírico), visible
en los módulos y tramos de crucero.
2.
EVOLUCIÓN.
Primer
Románico: 1000-1075.
Es pobre y
funcional, con piedra mal tallada o ladrillo; cubierta de madera para las naves
y cubierta de bóveda para el ábside. En algunos casos hay una bóveda de cañón
con arcos fajones y una cúpula sobre el crucero.
Destacan
tres focos: la Alemania
salia, Francia (con tres focos regionales) y Lombardía. El foco meridional en
Cataluña tiene una importancia más local, bajo la influencia lombarda, con el
cuidado excelente de la bóveda y su decoración exterior.
Románico
Pleno: 1075-segunda mitad siglo XII.
Hay una
ampliación y transformación de las cabeceras: deambulatorios, tribunas y
transeptos. La causa es el ceremonial litúrgico más complicado en las
peregrinaciones.
Románico
Tardío: 1200-segunda mitad siglo XIII.
Las
catedrales anuncian el estilo gótico.
3.
ELEMENTOS ARQUITECTÓNICOS.
Plantas.
Las plantas
dependen de la función, visible en la cabecera: en las iglesias de
peregrinación domina la girola, en las iglesias monásticas el coro.
Hay dos
plantas: la más frecuente es la arcaizante basilical pero la más evolucionada y
representativa es la de cruz latina (rematada con ábside para cada nave). Si
hay más de una nave las laterales pueden envolver el ábside con una girola, con
pequeñas capillas radiales (absidiolos) en la cabecera. Abundan las capillas
para albergar las reliquias.
La planta de
cruz latina contará con un nártex, un gran transepto (con cripta y
baptisterio), y una gran cabecera tripartita. Hay muchas variantes en esta
planta tipo, según las zonas y las necesidades:
a) La
presencia de girola depende de la función y del lugar. Está presente en las
iglesias de peregrinación pero también en otras iglesias de Francia por la
tradición carolingia, pero no hay girola en Italia, Cataluña, Normandía,
Alemania.
b) La
tribuna no está en todos los casos (Cluny).
c) No hay
apenas iglesias de planta central, salvo en alguna capilla palatina, iglesias
de influencia oriental (como Santa María de Eunate en Navarra) y en algunos
casos de arquitectura militar.
Muros.
Predominio
del macizo sobre el vano: gruesos muros, con pocas y pequeñas ventanas
abocinadas (saeteras).
Materiales.
El sillar es
el material básico de construcción. Los sillares son macizos, de piedra bien
pulida, de forma regular (escuadrada).
Luz.
La luz es
escasa, con fuertes efectos de claroscuro. Se concilia la estabilidad de la
bóveda con la iluminación.
Columnas
y pilares.
Columnas
cilíndricas, del mismo grosor, que olvidan las proporciones clásicas. Capitel
de hojas, imitación del corintio, con motivos vegetales, animales o
historiados. Las columnas abundan sobre todo en los claustros, pero son poco
relevantes en las iglesias.
Los pilares
poligonales (cruciformes, octogonales...) son el principal soporte. Se
distinguen los compuestos, robustos, con pilastras y columnas adosadas.
Cubiertas.
Al principio
hay una cubierta de madera que será sustituida por bóvedas de piedra.
La bóveda de
cañón goza de una experimentación creciente, con resistencia a su uso en las
zonas de tradición carolingia, aunque sí hay mucha experimentación en las zonas
de influencia tardorromana y de Cluny, así como adonde llega la influencia
lombarda. La bóveda se difunde por tres razones: por la acústica al dar mejor
difusión de la voz y el canto, por la necesidad de impedir los incendios, por
la ostentación de la riqueza en Cluny (criticada por la Orden del Císter).
La bóveda de
cañón es la gran innovación para cubrir las grandes naves basilicales,
generalmente en tramos rectangulares, pero también hay bóvedas de arista (que
aparecen en los tramos cuadrados como intersección de dos bóvedas de cañón,
generalmente para las naves laterales), bóvedas de cuarto de cañón (para las
tribunas sobre las naves laterales) y de cuarto de esfera (o de horno, para los
ábsides). Este avance se explica porque la cubierta, realizada en la mayoría de
los casos por una bóveda de cañón, se divide en varios tramos independientes,
lo que abarata la construcción al poder utilizar una misma cimbra (armazón
provisional) repetidas veces, al mismo tiempo que permite realizar con
facilidad reconstrucciones parciales en caso de ruina. Esta técnica requería el
refuerzo de la bóveda por medio de arcos fajones, por lo que los constructores
se vieron obligados a levantar pilares compuestos como sistemas de apoyo para
transmitir los empujes a las naves laterales, empujes que son absorbidos por
gruesos muros de cierre reforzados mediante contrafuertes.
La difusión
de la bóveda lleva a buscar la cohesión de los soportes con la cubierta,
articulando todos los elementos estructurales, con pilares compuestos si no hay
arcos fajones y con columnas si la cubierta es plana. Hay muchos arcaísmos,
como en Spira I (1030).
Cúpula en el
crucero. Como el crucero es muy difícil de cubrir, se usa a menudo la
cúpula-cimborrio (cimborrio que aparece en el exterior), con apoyos en trompas
y pechinas (una influencia bizantina). En ocasiones también se utilizó la torre
cimborrio con linterna superior.
Arcos.
Se emplean
varios tipos de soportes: arcos fajones (también llamados perpiaños, dividiendo
en tramos la bóveda de la nave central) sobre pilares, arcos formeros paralelos
al eje de la bóveda, arcos torales en el crucero, y las medias bóvedas de las
tribunas. Para soportar las bóvedas generalmente se usan arcos en el interior y
contrafuertes en el exterior.
El tipo de
arco más común es el de medio punto (pronto doblado), que a veces es peraltado
y otras abocinado (su abocinamiento, con creciente apertura de la luz, tiene a
menudo una causa decorativa).
Puertas.
Puertas
abocinadas (como las ventanas), con arcos concéntricos (arquivoltas). Se
distingue el tímpano entre el dintel y el arco, y el parteluz (una columna en
el centro).
Torre
campanario.
Torre
campanario (una o dos) situada al lado de la fachada principal o en la
cabecera. Es el elemento más vertical del templo. Se difunde la
torre-campanario con varios tipos, según las regiones. El de Cluny será de caja
octogonal, finas arcadas, intercolumnios de columnas gemelas y flechas de
piedra, mostrando las líneas exteriores ascendentes que pasarán incluso al
estilo gótico.
Decoración.
La
decoración de los muros depende de la cronología y de la tradición local. Se
tiende con el tiempo a la decoración mural de menor a mayor complejidad, con
tres soluciones:
a) La
lombarda, con lesenas y arquerías ciegas exteriores, muy difundida en Cataluña.
b) El
sistema de decorar los vanos con arquivoltas, columnillas adosadas, ménsulas,
hornacinas, etc., dentro y fuera.
c) En Italia,
las arquerías caladas al modo de unas preloggias renacentistas, con galerías de
columnillas.
- En los
exteriores destaca la relación visualmente clara de los volúmenes interiores y
exteriores, que trascienden la división interior y que se forman por adicción.
Se usan los contrafuertes en el exterior. Hay una ordenación y
monumentalización de la fachada.
Hay una
masiva decoración plástica con pintura o escultura, con temas vegetales,
animales, figurativos... La decoración es muy rica, con pinturas murales cubriendo
casi todas las paredes y con grandes conjuntos escultóricos en los portales y
las ventanas, en los capiteles de los pilares y en las galerías de los
claustros. En general, los programas iconográficos se disponían según un orden
invariable: en el ábside el Pantocrátor —justiciero e implacable— en el
interior de la almendra mística, flanqueado por el Tetramorfos (los Cuatro
Evangelistas o sus símbolos); pero este lugar central podía estar ocupado
también por la Virgen y el Niño, rodeada por los Magos que presentan sus
ofrendas. Por debajo del ábside, una galería de Apóstoles con sus atributos.
Los muros laterales se dedicaban a temas evangélicos y otras alegorías,
reservando el muro posterior, a los pies del edificio, para el Juicio Final. En
las bóvedas y cúpulas, podía haber el Juicio Final u otros temas.
Simbolismo.
El
simbolismo de las iglesias es notable. La planta con tres naves y transepto era
alegoría de Cristo en la cruz. La cúpula central era alegoría de la bóveda
celeste. Los pilares de los Apóstoles y profetas como fundamento de la Iglesia. Los muros
del pueblo cristiano, un sillar cada hombre. El templo era el lugar de
encuentro del hombre con Dios, en silencio y penumbra, en recogimiento
espiritual.
2.4. TIPOS
DE CONSTRUCCIONES.
IGLESIAS.
Iglesias
de peregrinación.
Son las más
completas y monumentales, hechas en Románico Pleno. Pueden ser catedrales en
ciudades o templos de monasterios y acogen a multitudes de fieles y peregrinos.
Tienen una gran unidad espacial, con una armonía y un simbolismo que suscitan
la emoción de los fieles.
Se
caracterizan por: Tres naves (la central es mayor). Un gran transepto.
Prolongación de la nave principal en torno al presbiterio, mediante la girola
(deambulatorio para la vuelta ritual de los fieles). Absidiolos en el ábside
(pequeñas capillas de distribución radial). Tribuna superior. Gruesos pilares
de sustentación.
Ejemplos:
Santiago de Compostela, San Martín de Tours, San Marcial de Limoges, Santa Fe
de Conques, San Saturnino de Toulouse.
Iglesias
basilicales.
Se
desarrollan en el Románico Pleno. Son menos grandes, con tres naves con
transepto menor, cabecera con tres ábsides, a veces cimborrio en el crucero.
Ejemplos: catedral
de Jaca, iglesia de San Martín de Frómista.
Iglesias
de tipo rural.
Muy numerosas,
servían para muchas funciones: religiosas, civiles y mercantiles. Se
caracterizan por ser pequeñas, con materiales pobres. Las plantas son muy
variadas: basilical la mayoría y a veces una nave de cruz griega bien
centralizada. La mayoría son porticadas.
MONASTERIOS.
Las órdenes
monacales (sobre todo la benedictina) se extendieron por Europa, difundiendo la
religión, cultura, arte, técnicas... Ubicadas en lugares apartados, se
distribuían en un núcleo principal con el claustro, un gran patio con galerías
de arcos de medio punto, ordenador de las dependencias: iglesia, sala
capitular, refectorio, biblioteca, cocinas, dormitorios (en planta superior)...
Destaca en España el de Santo Domingo de Silos (Burgos).
La
estructura del monasterio.
Se presenta como
una ciudad cerrada: centro religioso, cultural, económico, etc. Hacia él
convergen fuertes recursos, aspirando a ser una unidad autasuficiente de
producción en las actividades agrícola y artesanal.
El acceso es
controlado y limitado al exterior de la comunidad (una puerta, un horario de
acceso, un lugar de recepción). Dentro del recinto, todo está perfectamente
pautado, ordenado y hasta jerarquizado, enfocado a conseguir el cumplimiento
del camino de perfección elaborado a partir de la regla de San Benito de Nursia
(siglo VI). La configuración del monasterio venía definida desde el siglo IX,
tras un concilio celebrado en Aquisgrán. La referencia a esta planta ideal
estará presente en la construcción de todos los monasterios, introduciéndose
sólo algunas variaciones, pequeñas unas veces, de enorme contenido otras.
La vida gira
en tomo al conjunto iglesia‑claustro, que ocupa el lugar central. Este
conjunto, punto de intersección de la tierra y el cielo, es considerado como la Jerusalén celestial, la
casa de Dios.
Por una
parte, situadas a la izquierda, encontramos los edificios de residencia y
espera:
‑ Área de
hospedería. Situada cerca de la puerta; suele haber dos casas, una para
visitantes privilegiados y escolares, y otra para pobres.
‑ Área de
los novicios. Destinada a los que aspiraban a entrar en la comunidad; lugar
transitorio de donde el aspirante saldrá tras una época de aprendizaje y la
celebración de un ritual (imposición de la cogulla, beso de paz y retiro de
tres días, signo de silencio y soledad, de muerte y resurrección).
‑ Área de
enfermería. Apartada del resto, porque la enfermedad se concibe como una
secuela del pecado y una situación de impureza, acrecentada por el hecho de que
se les daba de comer carne para fortalecerlos. El enfermo carnívoro no
participaba de la comunión, y a los que se les administraba la extremaunción se
les dejaba de suministrar carne a fin de que pudieran participar de la comunión
antes de morir. Estar enfermo era sinónimo de ser pecador. Incorporarse a la
comunidad requería un rito de penitencia y acogida, pero no se moría solo: tras
besar la cruz, el enfermo besaba a todos los hermanos y en su agonía le
acompañaban los hermanos...
Completaban
el monasterio: el cementerio, la casa del abad, el área de servicio, el refectorio
y la sala capitular.
ARQUITECTURA
CIVIL Y URBANISMO.
En la
arquitectura civil destacan las casas, palacios urbanos y castillos.
De las casas
y palacios, construidos con materiales pobres en las ciudades, quedan pocos
restos. Tienen dos pisos con una o dos puertas de medio punto y ventanales.
Los
castillos cuentan con mejores materiales, debido a su doble función residencial
y defensiva.
Las ciudades
tienen calles angostas, insalubres, de trazado regular si son fundaciones
reales nuevas o sobre ciudades romanas, e irregular si se desarrollan a partir
de varios núcleos o de una población musulmana.
Las motas
o primeros castillos medievales.
Las primeras
fortificaciones medievales, sobre una colina, con una elevación a menudo
artificial del terreno, con materiales de madera (por lo que han perdurado
pocas). Ejemplos en Oxford, Salisbury. Un puente hasta un patio o plaza para el
comercio. Se sustituye con el tiempo por la piedra, convirtiéndose en el donjon
francés o el keep inglés.
La
vivienda altomedieval.
La vivienda
cristiana tiene una diferencia básica respecto a la griega, romana, oriental e
islámica: se vierte hacia el exterior con vistas interiores y exteriores, con
numerosos vanos abiertos y una axialidad que demuestra un sentido más exteriorizado
y público de la privacidad. Los patios interiores pierden importancia (o
incluso desaparecen), reconvirtiendo su función de un jardín y lugar de vida
cotidiana a una función de simple área de servicios (taller, huerto, almacén),
uniendo residencia y trabajo de un modo incluso más íntimo que en las casas
orientales. Esta unión persistirá hasta el siglo XVIII, cuando se comienzan a
especializar las zonas ciudadanas.
Las
excepciones se deben a que se encuentren ya hechos en casas de culturas
anteriores o en monasterios o conventos (los claustros son los herederos del
peristilo) y en las casas-patio de España, Portugal e Hispanoamérica (por una
pervivencia de la influencia islámica), hasta hoy, cuando Berlage y otros
arquitectos los han redescubierto. Los motivos de esta elección son en parte
climáticas, pues en el invierno del Norte de Europa el patio es inútil. Además
son necesarios los grandes ventanales para captar más luz en el Norte y ello
hace innecesario el patio interior.
Otra
diferencia es que en la vivienda occidental el exterior intenta representar la
situación social del propietario, sin limitación de altura o decoración. Esto
pervivirá hasta el presente en Occidente.
La torre es
una de las primeras formas de vivienda medieval. La necesidad de defensa para
las familias de la nobleza es ahora determinante, con una torre de varios pisos
con aberturas en sus cuatro lados. Un ejemplo lo tenemos en las casas-torre en
piedra de San Gimignano en Toscana, famosas por la rivalidad de las familias de
la aristocracia en elevarse unas sobre otras. Pero era común en Italia y casi
toda Europa.
Otro tipo es
la casa con techo a dos aguas, en una parcela estrecha y alargada. Hay una
relación entre la vivienda urbana y la rural, pues la población venía del
campo. El material es la madera y el techo de paja, que luego se reformó con
madera.
Piedra y
madera en la construcción altomedieval: su fundamentación ideológica.
La mayoría
de las viviendas urbanas eran de madera y por eso no han sobrevivido. Seguían
el tipo rural, pues los habitantes venían del campo.
Las casas
que han pervivido son de piedra, de los siglos XI y XII. Son casas aisladas, de
familias nobles.
Los
núcleos de población.
La crisis de
la ciudad fue uno de los factores que propiciaron las invasiones de pueblos
bárbaros que carecían de tradición urbana, si bien las ciudades costeras
conservaron su capacidad comercial gracias a que el Mediterráneo siguió siendo
una ruta abierta; a partir del siglo VIII, y a raíz de la expansión del Islam,
este comercio mediterráneo quedó colapsado, en unos casos, y, en otros, en
manos del poder islámico, que inundó el Mediterráneo occidental de productos de
Asia Central e incluso de China. En el Norte, las incursiones de los pueblos
normandos, tanto en las áreas costeras como en las del interior, también
lograron anular el comercio, generando una economía doméstica, cerrada, sin
mercados, especialmente durante el siglo IX.
La ciudad
recobrará lentamente su carácter a partir de los siglos X y XI, merced a la
estabilidad política, al crecimiento agrícola y al consiguiente desarrollo
comercial. Desde el siglo X, es fácil observar cómo algunas ciudades
modificaron su configuración, en respuesta a las incursiones de los normandos, magiares
o musulmanes, levantando fortificaciones de madera y/o piedra.
Fortificación
y seguridad protegieron el comercio y las rutas comerciales; el resurgir del
comercio se producirá a medida que se estabilice el clima político:
principalmente fueron abiertas las rutas comerciales hacia Venecia, las ciudades
del Norte de Italia y Flandes. Y la consecuencia más importante será la
reanimación de antiguas formaciones romanas y la transformación de cierto
número de aldeas en ciudades; de hecho, la Edad Media es el
periodo inicial de desarrollo urbano en Europa.
‑ En torno a
polos de desarrollo económico (ciudades‑mercado): mineros (Salzburgo:
comercialización de la sal y el oro), ganaderos (manipulación de la lana:
Florencia, Brujas, Colonia y bastantes ciudades inglesas), comerciales (con
mercados y ferias para la expedición de la seda —Palermo, Venecia, Génova—, y
de las especias orientales llegadas por las rutas de las Cruzadas).
‑ En torno a
centros y caminos de peregrinación: nacidos, bien como centros de descanso o
parada en las rutas, bien como lugares de expedición de mercaderías, tales como
Burgos, Sahagún, León o Astorga en la ruta jacobea. Estas ciudades gozarán de
una fisonomía dominada por hospitales, hospederías e iglesias —para dar cobijo
a los peregrinos—, y donde la arteria principal coincide con la ruta de
peregrinación.
Atendiendo a
su configuración y planimetría, la ciudad medieval se desarrolla de diferentes
maneras: respetando la ordenación básica preexistente, rectangular o cuadrada,
como Verona, Florencia o Lyon, o modificándola totalmente, como es el caso de
Siena.
En las
ciudades de nueva creación no existirá un trazado definitorio:
- Unas veces
se adaptan al medio natural, como Londres o Berna, cuyo eje organizador es el
trazado del río, o como Siena, cuya estructuración circular sigue las tres
colinas y la línea de las aguas que convergerán en la Piazza del Campo, donde se
ubicará el Ayuntamiento.
‑ Otras,
siguen modelos antiguos, como las ciudades de Dresde y Carcasona.
‑
Finalmente, los núcleos, nacidos como pequenas agrupaciones de casas próximás a
un monasterio o un castillo, presentan calles largas, a veces una sola, y sin
más lugar común que la iglesia.
La forma
urbana.
A pesar de
que la morfología de la ciudad medieval es muy variada, tiende a configurarse
rodeada de una zona amurallada: en ella, además de la muralla, destacan las
torres y las puertas. Esta área desarrolla una función aduanera que protege los
intereses comerciales de sus ciudadanos y permite, a su vez, imponer derechos
de portazgo sobre las mercancías que habían de entrar en ella.
Esta zona
amurallada tiene carácter de instrumento militar de defensa, aunque también
añade un sentido simbólico de ciudadanía y de comunidad de intereses.
Puntualmente, adquiere un importante papel como defensa ante enfermedades y
epidemias. También hay murallas en áreas monásticas y de pueblos rurales; las
más llamativas en España son las de la ciudad de Ávila, símbolo de la Castilla románica.
Las calles,
convertidas frecuentemente en mercados, agrupan tiendas y talleres de un mismo
oficio: carniceros, herreros, curtidores, pajeros. Carecían de aceras y de
pavimentacion, ya que los desplazamientos se realizaban a pie o con animales de
carga (la pavimentación es más propia de la época gótica: París se pavimenta en
1185; Florencia, en 1235-1339).
En general,
las casas son humildes, y el material constructivo más utilizado es la madera
(paja o cañas), por lo que son susceptibles de sufrir incendios; la piedra está
reservada para algunas construcciones y principalmente se emplea en las
fachadas. No respetan el trazado lineal y suelen aumentar la parte saliente,
sobre todo en los pisos altos (pueden estrechar la mano al vecino). Algunas
tienen huerto, patio y hasta pozo, en los ámbitos rurales. También es frecuente
el jardín en la parte posterior. A partir del siglo XI, se hace más habitual la
construcción de casas de piedra con dependencias varias para funciones
diferentes: sótanos, destinados a almacén o bodega; planta baja, a tienda o
taller; piso primero y/o segundo, como lugar de recepción y habitación.
Aunque los
servicios comunitarios o públicos, en general, eran mínimos, podemos destacar
los siguientes:
‑ Mercados.
Se dice que la comercialización de productos es la razón de ser de la ciudad
medieval. Su ubicación es variable, ya que los encontramos en el centro urbano,
en sus inmediaciones, en el ensanche de la calle principal y hasta en plazas
situadas a la entrada de la ciudad. A pesar de todo, el mercado callejero es
común en toda Europa.
Socialmente,
el mercado tiene mucha importancia; es el lugar donde el campesino y el
artesano confluyen para vender sus productos y comprar lo que se les ofrece;
además, el día en que se celebraba era el más señalado de toda la semana. Las
tiendas son más talleres que comercios, y en ellos, la mayoría de las veces,
los artesanos‑comerciantes trabajan por encargo. Finalmente, existían mercados
en las puertas de la ciudad, aunque no fueron los mas importantes.
‑ Albergues.
Para estudiantes de paso, viajeros, mercaderes y peregrinos.
‑
Hospitales. Construidos con el dinero de feudos o monacatos (en el periodo
Gótico se financiarán con el dinero municipal o real).
‑ Baños. Generalmente
regentados por judíos, solían ser fundaciones reales y se levantaban en lugares
cercanos a las murallas, como, por ejemplo, los baños árabes de Gerona.
‑ La plaza
de la iglesia. Es también uno de los más importantes ejes de la ciudad
medieval. Era el lugar al que acudían los fieles antes y después de los oficios
divinos. Se desarrollaba en la fachada occidental de la iglesia y en ella se
celebraban sermones al aire libre y también, a partir del siglo XII, los “misterios”
(representaciones teatrales de base cristológica y mariana); también allí
ataban sus caballos los visitantes, por lo que en algunas de estas plazas se
construyeron establos.
En resumen,
la configuración de la ciudad medieval no obedece a una preocupación estética.
Habrá que esperar al siglo XIV para encontrar tal conciencia y descubrir
también las primeras ordenanzas que la traduzcan. También hay que señalar que
no todas las ciudades reúnen todos los elementos antes citados.
Los
castillos.
Responden a
la inestabilidad social que provocan las invasiones y son símbolo visible del
sometimiento del vasallo a su señor.
Su forma
estará condicionada a la evolución de las armas de guerra, especialmente a las
máquinas de ataque y asedio. El castillo participa de la preocupación militar y
de la preocupación urbana: son un bastión para la guerra y un lugar de
residencia. Desde la torre vigia se alertaba a la población para la defensa;
tenía generalmente planta cuadrada o circular; los bajos se destinaban a
almacén, el piso alto a habitación y tenía la entrada por el primer piso,
utilizando unas escaleras móviles o a veces puentes levadizos para su acceso.
Se
construyen en puntos estratégicos —elevaciones naturales, macizos rocosos—, y
es muy extraño encontrarlos en áreas llanas. En ellos, la casa y las
habitaciones del señor se hallaban junto a las murallas y la torre, pues es el
lugar más fortificado y seguro. Junto a ellas, la iglesia, los almacenes —que
generan un patio— y otras dependencias. La antigua torre vigía se llamara en
adelante “del homenaje” y se rodeará de dependencias pétreas, con otras torres
de defensa y fortificación.
A medida que
avanza el siglo XII, las “castellanías” (unidades de soldados que el señior
tiene a su mando) comienzan a abandonar los castillos, acentuándose cada vez
más el aislamiento del señor en su castillo. Y es que, entrando en el siglo
XIII, la sensación de inseguridad del señor feudal será cada vez mayor, y
tenderá a buscar seguridad en el aislamiento, cerrando paulatinamente sus
espacios abiertos.
5.
ESCUELAS.
FRANCIA.
Las
escuelas regionales.
Francia es
el gran centro de la arquitectura románica, con una enorme abundancia de
edificios, sin un modelo único en los varios centros o escuelas regionales.
Provenza: caracterizada
por la simplicidad, con grandes basílicas de una destacada nave central, con
crucero coronado por cimborrio y con las naves laterales resueltas en cuarto de
esfera. Hay una gran influencia de los edificios romanos sobrevivientes.
Destacan la iglesia de San Trófimo de Arlés y la abadía de San Gil.
Poitiers,
Angulema y Perigord: en la región de Aquitania. Dominan las influencias
bizantinas con la planta de cruz griega y la abundancia de cúpulas (Angulema,
Perigord) sobre pechinas, y de la escultura en la fachada. Destaca el remate
cónico con escamas en Poitou, con edificios de tres naves de igual altura.
Toulouse:
con deambulatorios festoneados de capillas radiales.
Auvernia: con
tribunas elevadas sobre las naves laterales.
Normandía: con
cubierta de madera, fachada con dos torres, grandes naves, poca escultura. Se
difunde hacia Inglaterra y la Europa Central. Destacan la abadía de Mont Saint
Michel y la iglesia de San Esteban de Caen (ésta tuvo gran influjo en el
Románico, en Inglaterra como en Compostela).
Borgoña: son
iglesias de peregrinación. Las bóvedas muy altas, especialmente la central,
ventanales amplios (que iluminan los capiteles historiados del interior), arcos
con dovelas de colores alternados. Destacan Cluny, Santa Magdalena de Vézelay,
San Lázaro de Autun, San Esteban de Nevers.
Primer
románico francés.
El siglo XI
en Francia es una época de feudalismo, con una gran fragmentación territorial,
con focos que todavía no pueden considerarse escuelas regionales, pero que
experimentan con elementos distintos. Hay tres focos principales: Loira,
Borgoña y Normandía.
- La zona
del Loira.
En la zona
del Loira la novedad es la planta, con sus cabeceras que experimentan la girola.
Heisz dice que las girolas románicas surgen de la cripta carolingia. En cambio,
Conant opina que es en San Martín de Tours (918), donde surge la girola, en
época tardocarolingia (siglo X), con su forma típica de deambulatorio con
capillas radiales, aunque el ábside y el deambulatorio estarían divididos por
una pared en ese primer experimento. En 997-1014 se construye otra girola y se
tira la pared de separación, dejando una pared de ábside sostenida por un tramo
de arcada sobre columnas. Hay absidiolos semicirculares (que son típicos del
Románico) en el ábside y el transepto.
En la zona
del Loira se construyen iglesias abaciales y catedralicias con el mismo tipo de
cabecera de St. Martin de Tours, como la de St. Clermont Ferrant (946), en
lugares de influencia carolingia, pero ya sin los Westwerk. Estas cabeceras son el modelo de las cabeceras de las
grandes iglesias de peregrinación que se construirán muy pronto.
- La zona de
Borgoña.
Borgoña es
una zona muy importante en las innovaciones del románico, por varios factores:
a) es fronteriza con el Loira, b) las fundaciones benedictinas se relacionan
con el Norte de Italia, c) hay un intenso monaquismo en Cluny.
El resultado
es que en Borgoña se funden los elementos más logrados de estas tradiciones: A)
Del Románico lombardo toma la bóveda de cañón de piedra para los grandes
espacios y la decoración mural. B) De la zona del Loira toma la cabecera con
girola. C) De la tradición carolingia (renovada por la otoniana) toma la
monumentalidad y más tarde el Westwerk y el doble transepto (aunque variando su
lugar). En Borgoña nace, por otra parte, la cabecera escalonada benedictina y
un modelo de monasterio, el de Cluny, a partir del modelo de St. Gall.
Hay tres
grandes obras: St. Philibert de Tournus, el monasterio de Cluny y St. Benigne
de Dijon.
St.
Philibert de Tournus es de finales del siglo X. A principios del XI se hace la
girola, y en 1030-1040 se hace la bóveda de la nave central. Esta iglesia es
uno de los primeros experimentos del Románico de Borgoña. Sigue el modelo
carolingio transformado, con cabecera del Loira, con unas arcaicas absidiolas
rectangulares (no semicirculares como en St. Martin de Tours). El Westwerk
desaparece, sustituido por un nártex profundo, la galilea, con tramos de bóveda
de arista estructurados en naves.
Con canteros
lombardos se cubren las naves a la misma altura, con tramos de bóvedas
transversales de cañón delimitadas por arcos fajones, lo que es un arcaísmo
carolingio (son como los llamados arcos-diafragma de la Capilla Palatina
de Aquisgrán). También es un arcaísmo que los soportes no están articulados con
la cubierta (hubiera sido más lógico que fueran compuestos). La cubrición de
las naves laterales con bóvedas de arista será típica del Románico, pero aquí
es aún muy primitiva (el modelo son las criptas). Hay una cripta (979) bajo el
presbiterio para las reliquias de San Filiberto. El exterior tiene una fachada
ordenada en volúmenes con decoración lombarda de lesenas. Hay una sola torre a
un lado.
El
monasterio de Cluny II fue destruido durante la Revolución Francesa
(1798-1823), por lo que las hipótesis de su planta son dudosas. Sucedió al
monasterio tardocarolingio de Cluny I (910-927). La obra comenzó a mediados del
siglo X y fue consagrada en 981 por el abad Mayolo. El edificio fue derribado
para dar paso a Cluny III (consagrado en 1088). Durante la reforma benedictina
se convirtió en el monasterio madre de la Orden , por lo que se hicieron necesarias grandes
reformas. Entre 980 y 1020, se expande su prestigio e influencia.
Es el
prototipo de monasterio del Románico cluniacense tanto por su iglesia como por
el plan del propio monasterio, derivado del plan de St. Gall, modificando
ciertos elementos debido a la reforma de la Orden. Las cuatro zonas
de St. Gall eran la clausura, la abierta, la de los enfermos y novicios y la de
servicios. De estas cuatro zonas, Cluny elimina la cuarta, la de servicios, en
razón de que los monjes arrendaban las tierras y no las cultivaban, por lo que
el abastecimiento se hacía a través del núcleo de población exterior. También
se modifica la tercera zona, la de enfermos y novicios, que se separan en dos
zonas. Duby explica esta separación debido a que la enfermedad se consideraba
un signo de pecado y por ello el monje enfermo era separado de la comunidad.
También se transforma la zona exterior porque el abad debe vivir con los monjes
y porque desaparece también la escuela, quedando una enorme hospedería para
albergar a los muchos viajeros que llegan desde los restantes monasterios y a
la nobleza.
Se introducen
dos edificios nuevos, situados juntos: la sala capitular (adosada a una capilla
oratorio de Santa María, que está sólo en Cluny II y no fue repetida en otros
monasterios; según Kostof sí fue repetida, sobre todo en Inglaterra) y el
locutorio donde los monjes pueden hablar, ya que los monjes cluniacenses debían
vivir en silencio. La sala capitular era lugar de reunión para rezar y leer el
capítulo de la Orden. En
el refectorio uno de los monjes leía los textos sagrados mientras los demás
comían. El dormitorio está sobre esos dos edificios nuevos.
El
cementerio y la enfermería se sitúan cerca de la cabecera de la iglesia. Hay
una gran puerta monumental a la entrada del monasterio y el pueblo entraba a la
iglesia por la puerta de poniente. El scriptorium
y la biblioteca (570 libros) parece que se encontraba en una sala entre el
claustro y la iglesia.
La iglesia
abacial de Cluny II según Conant fue comenzada en 955 y consagrada en 981, con
el gran abad constructor Mayeul (coadjutor desde 955, abad en 963-94). Luego
fue ampliada con un nártex y cubierta con bóvedas de cañón (c. 1010), con el
abad San Odilón (994-1048) y el monje arquitecto Gunzo (un músico que aplicó
los módulos matemáticos a la obra). Todos los monjes de la Orden profesaban en
esta iglesia y de acuerdo a la tesis de Viollet-le-Duc la escogieron como
modelo de sus otras fundaciones, aunque la tesis actual de Conant es que sólo
fue la principal inspiradora. La iglesia la modificaron ligeramente en Cluny
III (desde 1088, con Pedro el Digno y acabada c. 1157, con mayores
dimensiones). Sigue el modelo de la antigua basílica de San Pedro de Roma, con
una planta basilical de eje O-E, con la entrada principal al O.
Tenía tres
naves abovedadas de cañón (serán cinco en Cluny III). Estaba estructurada en
tramos, con una gran cabecera benedictina (parecida a la cripta carolingia, con
absidiolas escalonadas) con cinco capillas. Había un tramo de presbiterio muy
profundo para poder albergar el coro de los monjes y varios altares. Había
espacios cerrados flanqueando el presbiterio para facilitar el retiro de los
monjes.
En la planta
destacaba también que en la fachada principal hay ausencia de Westwerk como el
que tenía St. Gall pero sí había un nártex estructurado en tres naves, llamado “galilea”
(igual que el de St. Philibert de Tournus) cubierto con tramos de bóveda, con
la doble función de enterrar los personajes ilustres que venían a morir a Cluny
y de albergar a los seglares en los servicios religiosos. Pese a la presencia
de la gran galilea el atrio no desaparece, sino que se prolonga y se cubre.
Las torres
son dos a los pies (una para archivo y otra para prisión), una en el crucero
principal (la torre llamada de las Lámparas), dos octogonales a los lados y
otras pequeñas en los ángulos. Había una torre-cimborrio en el crucero.
Las
cubiertas son de bóveda de cañón para las tres naves, por razón de una mejor
acústica. En Cluny II las naves tenían bóveda de cañón en la central y de
arista en la dos laterales.
Son todas
estas innovaciones del Primer Medievo unas creativas soluciones a diversos
problemas prácticos: el Westwerk en el arte carolingio servía para potenciar
ciertos ritos y funciones, en el Románico la gran girola para rodear la
cabecera y albergar las reliquias en las capillas, la cabecera enorme para dar
espacio a los monjes y para poner más altares, así como el galilea para espacio
de los seglares y lugar de enterramiento.
St. Bénigne
de Dijon (1001-17), era el mayor templo de Borgoña, con fusión de la planta
central y de la basilical, de la técnica borgoñona y lombarda. Pero apenas se
conoce por faltar documentos y material gráfico, porque fue destruido durante la Revolución Francesa.
- La zona de
Normandía.
El foco de
Normandía es un foco muy dinámico e influyente, a lo largo del siglo XI, con la
conquista de Inglaterra, Nápoles y Sicilia por los normandos, a donde exportan
rasgos románicos, y también conocen algunos rasgos sicilianos de tipo islámico
que llevan al norte de Europa. Sintetiza elementos propios, de una zona de
fuerte influencia carolingia y otoniana, con innovaciones de la zona del Loira
(girolas), gracias a dos abades cluniacenses de origen lombardo, Guillermo de
Volpiano y Lanfranco que también conocen la arquitectura de Cluny. Volpiano
sucesivamente residió en Cluny y St. Bénigne de Dijon (que comenzó a construir
en 1001), llevó canteros lombardos a Cluny para hacer la bóveda, pasó a
Normandía, donde construyó monasterios, y más tarde a Inglaterra. Lanfranco
llegó a Normandía en 1039, creando una famosa escuela en Bec (1045). En
Normandía se procura la simplicidad y por ello la bóveda es sustituida por la
cubierta de madera, y no hay girola. Además de las dos torres de la fachada hay
otra cuadrada en el crucero. La decoración es casi exclusivamente geométrica,
sin apenas vegetal.
Hay una
serie de edificios al margen de Cluny, del tipo Spira, con elementos
innovadores de la arquitectura otoniana, que desde 1030 a 1060 cogen otros
elementos del Primer Románico y aportan elementos propios, que son básicamente:
a) La
armonización de la articulación vertical (ya presente en Spira) con la
articulación horizontal mediante la incorporación de tribunas sobre las naves
laterales (las primeras del Románico). En el arte carolingio estaban sobre el
Westwerk y ahora sobre las tribunas. Hay, pues, tres pisos.
b) La
definitiva sistematización de la fachada románica, con un cuerpo intermedio
entre torres.
Los dos
edificios más importantes son la iglesia abacial de Jumièges y la iglesia de la
catedral de San Esteban de Caen.
Notre-Dame
de Jumièges (1037-66) es una planta de síntesis, con cruz latina, cabecera con
deambulatorio pero sin absidiolos (no es pues una auténtica girola), marcando
los soportes para la métrica espacial en tramos con pilares compuestos y
columnas muy gruesas alternativamente. Su alzado es muy alto, con cubierta
plana (aquí no hay bóveda hasta el Románico Pleno). Las tribunas tienen vanos
que no encajan aún en los vanos de la planta baja, no se corresponden. La
fachada no tiene el Westwerk y es la fachada típica románica, con dos torres
altas y un cuerpo central con un techo triangular inclinado y un pórtico. El
piñón es un techo falso triangular que realmente sostenía el techo de la nave
contra la fachada.
Saint
Etienne de Caen (1067-81), tiene el mismo tipo de fachada, con un cuerpo
central en tres niveles con dos hileras de ventanas, coronado por un hastial
triangular, con cuatro contrafuertes enmarcando tres pórticos, dos altísimas
torres a los lados. El interior tenía una cubierta plana. Innova con la
armonización de los vanos de las tribunas con los de la planta baja y con otro
elemento nuevo, posible precedente del triforio gótico, el andito normando, que
también vemos en la catedral de Durham, y que es un estrecho pasadizo que corre
delante de las ventanas altas (el cuerpo de luz del piso superior).
El
románico fráncés internacional.
De las
grandes aportaciones del románico lombardo, otoniano y francés procede la
internacionalización de varios elementos. Antes del 1070 hay edificios fuera de
Francia que ya cogen estos elementos. Son los casos de St. Rémy de Reims y la
catedral de Chartres, en la monarquía capeta, en el norte de Francia, que se
relacionan con el arte otoniano, pero con elementos del románico francés. En
St. Rémy de Reims hay cabecera benedictina de Borgoña y las tribunas de
Normandía. En Chartres cogen la cabecera de girola otoniana.
En el
Románico Pleno hay dos grandes grupos de edificios de difusión internacional,
las iglesias de peregrinación (modelo de muchas otras) y las iglesias
benedictinas basadas en la tercera remodelación de Cluny, que estudiamos como
corriente internacional o como Románico francés, que es el que marca la
vanguardia artística. Habría otro foco, el Císter, que estudiamos al final del
Románico, por prolongarse en el periodo de transición. Hay además las escuelas
locales, que deben mucho a Francia en sus elementos.
Hay un
problema en el estudio del Románico Pleno francés. Conant lo estudia por
regiones, lo que es difícil, y por tipologías, que también falla en su
integración.
Se estudia
por regiones, aunque es útil presentar previamente un esquema de tipologías:
- Modelo
internacional, de iglesias de peregrinación, con edificios afines en Francia.
Este tipo tiene bóveda de cañón, arcos fajones y tribunas.
- Cluny III,
que es también internacional por la influencia de la Orden benedictina y
aisimismo afecta a la arquitectura local (iglesias episcopales). En este modelo
hay bóveda de cañón apuntado y no hay tribunas.
Hay tres
variantes en el tipo de Cluny III:
a) Vézelay
(Borgoña), sin tribunas, con bóveda de arista.
b) Iglesias
de Poitou, que son como la de Cluny, pero tienen rasgos estructurales propios,
como la iglesia-salón.
c) Provenza,
que también tiene rasgos propios, más clásicos por influencia de antiguos
ejemplos romanos que subsisten en la región.
- Iglesias
con hileras de cúpulas, Périgord y Aquitania.
- Normandía,
bóveda de crucería románica (nave central).
- Císter,
con los edificios de los monasterios.
Los
modelos franceses:
Modelo de
las grandes iglesias de peregrinación.
Modelo
internacional, de peregrinación, con edificios afines en Francia. Con bóveda de
cañón y tribunas. Preciso que las tribunas románicas sobre las naves laterales
se cubren con bóveda de cañón y tendrán la doble función de aumentar el espacio
para los fieles y de actuar como arbotantes que soportan el peso de la bóveda
central.
Las iglesias
principales son las que están en las rutas de peregrinación, siendo las más
importantes de cada una de las cuatro rutas.
Son de tres
tipos: dos iglesias benedictinas, dos iglesias colegiatas y una catedral, al
final de las rutas. De Oeste a Este tenemos la colegiata de San Martín de Tours
y las benedictinas de San Marcial de Limoges y Ste. Foi de Conques. Al Sur hay
la colegiata de St. Sernin de Toulouse y al final del Camino la catedral de
Santiago de Compostela.
Son
distintas entre sí, aunque tienen rasgos comunes, que marcan la armonía de
conjunto y la belleza:
- En planta
tienen grandes dimensiones, larga nave central, naves laterales con tribunas,
ancho transepto y amplia capilla mayor.
- Hay bóveda
de cañón de altura uniforme en la nave central y bóvedas de arista en las naves
laterales.
- Los
soportes son pilares cruciformes con cuatro columnas adosadas, una de las
cuales se prolonga para articularse con los arcos fajones que soportan las
bóvedas, dos soportan los arcos formeros que separan las naves, y la cuarta,
por la nave lateral sostiene el arco de separación de las bóvedas de arista y
arriba, en la tribuna, sostiene el arco fajón que separa los tramos de la bóveda
de cuarto de cañón que ayudan a descargar la bóveda alta.
- Salvo
excepciones las naves laterales con sus tribunas rodean todo el edificio. Por
ello hay una girola.
- No hay
cuerpo de luces. La luz entra por las ventanas de la girola, naves laterales,
tribuna, cimborrio y ábside.
- El coro
encierra (generalmente con paredes) un gran espacio para los canónigos y
monjes, y en compensación se ensanchan los transeptos.
Los
edificios más importantes fueron cinco, de los que subsisten tres:
La colegiata
de San Martín de Tours (c. 1050) tenía dobles naves laterales, circundando una
el transepto, como en Toulouse y Santiago. Fue destruida y sólo quedan dos
torres.
La iglesia
benedictina de San Marcial de Limoges, era la más arcaica, con nave lateral que
no circundaba el transepto, además de absidiolos con arcos de herradura
(influencia hispánica). También fue destruida.
La iglesia
benedictina de Ste. Foi de Conques (c. 1050-1120) es la más pequeña y rústica,
construida por el maestro Hugo. La nave lateral a cada lado tampoco circunda el
transepto (como la anterior, siendo las dos únicas que no lo hacen). Hay bóveda
de cañón en la nave central y en el crucero (bóveda sistemática) y una cúpula
sobre trompas. La iluminación no da luz directa en la nave central, salvo en la
tribuna y en la cabecera con girola semicircular. Hay verticalidad en las dos
torres flanqueando la fachada y en la torre-cimborrio. La fachada tiene un
pórtico con tímpano esculpido con temas realistas, como un caballero que se
despeña en un abismo, un usurero colgado de su bolsa de dinero, obispos
simoníacos, demonios... El templo alberga los restos de Santa Fides
(martirizada a los 12 años por el emperador Diocleciano) que fue una de las
santas más veneradas en la
Edad Media. Su escultura es extraordinaria, en oro,
diamantes, cerámica, etc.
La gran
colegiata de St. Sernin de Toulouse (comenzada en 1083), de cinco naves, la
central y las dobles naves laterales, circundando una el transepto. Cuenta con
una torre-cimborrio escalonada. Como excepción está construida en parte con
ladrillo. Está muy relacionada con la catedral de Santiago.
La catedral
de Santiago de Compostela (1070-1211) es la más evolucionada y monumental de
este grupo, pero la estudiaremos dentro del románico hispánico.
La
influencia de las iglesias de peregrinación se advierte en Saint-Etienne de
Nevers, un edificio muy representativo del Románico Pleno que presenta una
preciosa planta reducida de este tipo. La planta está muy bien articulada, con
ábside, deambulatorio, capillas radiales, transepto. La mampostería es de
piedra labrada, lo que permite disminuir el volumen de los soportes interiores
y elevar la nave central, con una bóveda de cañón con arcos fajones. Se redujo
la altura de los dos pisos, arcadas y tribuna para añadir un claistorio.
Modelo de
Cluny III.
Cluny III,
iniciada por San Hugo en 1088, acabada en lo fundamental c. 1110, era la mayor
iglesia de la Cristiandad
hasta que se hizo San Pedro de Roma en el siglo XVI. Destacaba más por su
elegancia que por su solidez (la bóveda de la nave central se derrumbó en 1125
y fue reconstruida por Beda el Venerable en seis años), dotada de nave ancha,
alta y bien iluminada, de dos pisos, con magnífica decoración de pilastras
acanaladas y numerosas esculturas que se extendían por el nártex, los pórticos,
los tímpanos, los dinteles, las arquivoltas y los capiteles. Fue un modelo de
la escuela borgoñona, mejor que sus predecesoras de Tournus y Dijon. También
era muy importante la decoración pictórica.
Cluny III
continuó con el arco de medio punto mucho más tarde de que los edificios laicos
de Francia adoptaran la ogiva a finales del siglo XI, como se veía en el
frontispicio del nártex, en el gran atrio historiado con esculturas policromas
(que comunicaba con la iglesia) y en las 301 ventanas estrechas y elevadas,
cerradas por vidrieras de dibujos geométricos.
Tiene cinco
naves y dos transeptos plenamente desarrollados en la cabecera. En la entrada
tiene una galilea estructurado en tres naves. El grandioso coro estaba rodeado
de un deambulatorio y rematado sobre la bóveda del ábside por un inmenso fresco
de Cristo en el Apocalipsis. En el presbiterio había cinco capillas radiantes y
16 ábsides menores.
Destaca la
bóveda de piedra, de 12 m
de vuelo y 30 m
de altura, que cubría la inmensa nave con sus arcos de cañón ligeramente
apuntados (como las bóvedas islámicas), lo que es una novedad importante. En
dos de las cuatro naves laterales las bóvedas eran de arista. El alzado es de
tres pisos, con arcadas, triforio ciego y claristorio.
Había cinco
campanarios: dos que enmarcaban el frontis, la torre-cimborrio cuadrada sobre
el crucero y los dos octogonales a los extremos del gran transepto. Hoy sólo
subsiste el brazo siglo del gran transepto, coronado por el campanario
octogonal de 62 m ,
llamado “campanario del Agua Bendita”.
En el
monasterio es importante la construcción de un palacio para el hospedaje de los
visitantes más importantes.
Conant
considera que la iglesia es una combinación de iglesia de planta central con
doble transepto y de iglesia basilical. Es una obra maestra de proporción y
simetría, con una previa reflexión matemática, de acuerdo a las tesis de
Vitruvio.
El modelo
de Cluny en el grupo de Borgoña.
En la región
de Borgoña predomina el modelo de Cluny, tan internacional como regional. Hay
un grupo de edificios, distinto a Cluny y Autun, con la iglesia de la Madeleine de Vézelay, en
la ruta de Limoges-Périgueux a Compostela. Fue construida durante un efímero
periodo cluniacense (1096-1137).
Son rasgos
de Cluny que no haya tribunas, el claristorio y la escultura en la portada,
pero varía respecto al modelo en el alzado a dos niveles (arcadas y
claristorio, sin triforio), en el tipo de bóveda, de arista también para la
nave central, reforzada con arcos fajones (decorados con bicromía) y en que los
capiteles de la nave central tienen decoración historiada.
Destacan las
tres puertas de acceso desde el nártex a las tres naves. La portada central
está adornada en el tímpano con una obra maestra del relieve medieval, con el
Salvador, transmitiendo su gracia redentora y sus Evangelios al mundo. En el
parteluz está San Juan Bautista, como antecedente de la figuración gótica en
las jambas de Saint-Denis y Chartres poco después. El Pórtico de la Gloria de Compostela podría
ser una derivación de esta portada, pero ya más evolucionada (pues en
Compostela participa en la articulación exterior del edificio, lo que no hacen
en Cluny y Vézelay).
Es el
prototipo de este grupo de iglesias de Borgoña y su influencia llega hasta las
iglesias cistercienses.
El modelo
de Cluny en el grupo de Poitou.
Es otra
variante del modelo de Cluny, en la región de Poitou, con su capital en
Poitiers. Hay importantes rasgos locales por la importancia de la tradición
paleocristiana y merovingia. Es la tipología de la iglesia-salón, con
diafanidad espacial. Se comienza en la segunda mitad del siglo XI en St.
Savin-sur-Gartempe (c. 1060-1115) y en la primera mitad del siglo XII en
Notre-Dame la Grande.
Son de
planta sencilla, con una nave o tres, con cabecera tripartita o de ábside único
(hay alguna con girola). Las naves siempre tienen bóveda, que se distinguen por
tener las naves una altura casi igual, por lo que hay poca problemática
estructural. Las arcadas de separación son muy elevadas. Las arcadas interiores
y exteriores son muy numerosas.
St. Savin-sur-Gartempe
(1060-1115) tiene un sistema de soportes muy romano, con naves separadas por
arcadas de columnas cilíndricas pintadas (no estriadas), en una cita romana.
Hay sólo tres tramos con arcos fajones y pilares compuestos.
Es
importante por sus pinturas en la bóveda y en la cripta con el Antiguo
Testamento en cuatro bandas, con pinturas de tonos oscuros y tostado-rojizos.
Notre Dame la Grande de Poitiers (1130-1140)
es de medianas dimensiones, con tres naves, crucero con torre-cimborrio, ábside
sostenido con columnas, girola con planta poligonal al exterior y tres
absidiolas radiales (arcaicas al estar desordenadas). Hay una bóveda de cañón
apuntada con arcos fajones y no emplea tribuna, como en Cluny.
Su exterior
es prototipo de una fachada típica del Poitou, que influirá en la fachada y
paramento en otras zonas de Francia, y también en el Románico español (S.
Martín de Frómista, Salamanca, Zamora), debido a la importante ruta de
peregrinación y la repoblación (vinieron inmigrantes desde Poitiers).
El cuerpo
central es mucho más grande respecto a las torres que en otros modelos. Es la
fachada-pantalla. Destaca la decoración escultórica por toda la fachada, con
temas geométricos, vegetales y figurados. Hay en el centro un arco de triunfo
semicircular, con frontón arriba, y dos arcos ciegos apuntados a los lados. El
arco de triunfo no tiene dintel ni tímpano y se enmarca con cuatro columnas a
cada lado, agrupadas en parejas. Todo el conjunto, con su riqueza decorativa,
aparenta haber recibido la influencia oriental.
La
morfología de las torres es especial, con tres columnillas adosadas a cada lado
de los ángulos, sosteniendo un tambor situado a la altura de las impostas de
los costados del edificio. Sobre cada tambor hay un piso cilíndrico calado con
arquerías, coronado por un capitel cónico, con un paramento en el cono “a
escamas” imbricadas (igual que en el frontón). La torre-cimborrio escalonada
armoniza con las otras dos torres en los óculos y repite el mismo paramento “a
escamas”. Este modelo se difundió en las iglesias de cúpulas del Périgord.
El modelo
de Cluny en el grupo de Provenza.
St. Trófimo de Arlés y St. Gilles-du-Gard son catedrales. La arquitectura románica
de Provenza se caracteriza por su simplicidad estructural, por su escasez de
girolas, las azoteas de sus cubiertas y las gruesas torres cuadradas. Sus
volúmenes son grandes masas cúbicas. Sus alzados no tienen tribunas.
St. Trófimo
de Arlés, tiene mucha influencia paleocristiana (por la región). Provenza relaciona
Francia con Italia y con España, sobre el Ródano y la ruta de peregrinación.
Artísticamente destaca su escultura y su fachada. La escultura destaca porque
son edificios tardorrománicos, de c. 1150-1200. Su arquitectura es sencilla y
como la de Poitou, si es compleja es por alguna influencia foránea. Hay una
impronta clasicista, derivada de los antiguos monumentos romanos de la ciudad,
evidenciada como en la cercana iglesia de Gilles-de-Gard en los acantos, las
pilastras estriadas y otra ornamentación clásica.
Se relaciona
con el tipo de Cluny (ya que no tiene tribuna), pero sus pilares son muy
gruesos y su fachada es también distinta, ya que es una fachada con un cuerpo
adosado arriba, como un arco de triunfo, adosado a un edificio basilical, con
decoración exterior de columnas y relieve.
El interior
tiene una nave central muy elevada, cubierta de bóveda de cañón apuntado, y
bóvedas de cuarto de cañón en las naves laterales. En el interior hay
austeridad.
Sobre el
crucero poco marcado hay una gran torre románica, con tres pisos, casi cúbicos,
cada uno más estrecho que el anterior, con decoración lombarda (lesenas y
arcuaciones) en los dos primeros pisos, pilastras corintias en el tercero, y un
remate de friso calado y cornisa con ménsulas.
Tiene un bello
claustro, aunque de c. 1389.
St.
Gilles-du-Gard es el ejemplo más fastuoso. Como excepción en Provenza, tiene
tres naves, transepto, ábside con capillas radiales. Su fachada occidental es
como la de Notre Dame la Grande
de Poitiers, con mayor importancia del cuerpo central respecto a las torres (el
modelo debió ser esa iglesia, pero se exagera su tipo, con una horizontalidad
máxima). La fachada tiene tres portadas, como arcos de triunfo, cada una
semicircular, abocinada, con tímpano esculpido, superponiendo un orden
decorativo de columnas con dinteles entre las puertas.
El modelo
de Périgord y Aquitania.
Las iglesias
con hileras de cúpulas, en Périgord, Aquitania y en el Loira (Fontevrault) y en
el Languedoc (Moissac). Hay unas 60 iglesias conservadas. Son de planta latina,
aunque a veces (Périgueux) son de cruz griega. Se cubren con cúpula (algo
extraño en Occidente), por una función utilitaria, al ser más estables, al
cubrir superficies más amplias que las bóvedas. Si la cúpula bizantina era de
ladrillo, la románica era de piedra. Da un efecto de diafanidad. Los arcos
torales que soportan las cúpulas son apuntados.
Son
edificios rurales, de dimensiones moderadas, pero con tres grandes ejemplos:
Angulema, Périgueux y Cahors. El origen del modelo es dudoso. Las fachadas son
muy variadas. Todas son iglesias bien iluminadas.
La catedral
de Angulema (1105-1128) tiene tramos cupulados (cuatro cúpulas) y el resto con
bóveda de cañón. En el transepto hay unas pequeñas cúpulas también. Los arcos
torales descargan el peso de las cúpulas en pilares compuestos adosados a las
paredes, lo que no es propio de Roma ni de Bizancio. Se trata el muro de modo
plástico, con arcadas ciegas. Tiene una fachada-pantalla.
Fontevrault
es el panteón real de los Plantagenet, con cinco tramos cupulados, girola y
absidiolas.
St. Front de
Périgueux (1120-1170) es el mejor ejemplo del modelo. Tiene un sistema
bizantino, con planta de cruz griega y tres naves, con cinco cúpulas (como en
los Santos Apóstoles de Constantinopla y San Marcos de Venecia) que descargan
en las bóvedas de las naves laterales. Hay pilares vacíos, gruesos pero
vaciados con pasos (es un rasgo excepcional). Las absidiolas son poligonales en
el exterior (como las bizantinas). El exterior tiene una elevadísima torre escalonada
sobre el pórtico, con un cono de paramento con escamas (como en el Poitou). Las
cúpulas se exteriorizan en la torre-cimborrio.
La catedral
de Cahors (1100-1119) tiene dos cúpulas poco proporcionadas, en mampostería,
envueltas en bajos tambores revestidos de sillería, sostenidos sobre pechinas,
arcos apuntados y pilares macizos de sillería. El vasto espacio abierto de este
modo se prolonga en un ancho ábside con tres capillas radiales. La fachada
occidental se parece al Westwerk y la portada lateral es de estilo borgoñón. El
interior, de 22 m
de anchura, es muy diafano y abierto. Es tan funcional y cálido que era lógico
que el Gótico tardará tanto en ser adoptado.
El modelo
de Normandía.
En el
Románico Pleno el ducado de Normandía se beneficia de que ya era un foco del
Primer Románico, y aporta novedades tan importantes como la articulación
horizontal y vertical de los soportes, la cubierta plana, tribunas y un
corredor arriba (andito). La fachada tiene un cuerpo central entre dos grandes
torres.
Es una escuela
anglo-normanda, al extender su influencia a Inglaterra (1066). Hay rasgos
protogóticos y una clara relación con la Île de France. Se introduce la bóveda
de crucería románica lombarda desarrollada, pero se mantiene el andito y la
tribuna por lo que se vacía la pared. Hay dos teorías: 1) para Von Simson el
Románico y el Gótico se diferencian, 2) Conant y Focillon creen que el Gótico
es simplemente un desarrollo necesario de lo anterior, por lo que consideran
esta arquitectura anglonormanda como protogótica.
Sus dos
mejores ejemplos son las catedrales de Saint Etienne de Caen y de Durham.
Saint Etienne de Caen
(d. 1068), con el andito y una precoz experimentación de la bóveda de crucería
lombarda. Pero es una bóveda todavía románica porque es pesada, con nervios muy
gruesos (lo que la diferencia de la bóveda gótica, con nervios más esbeltos).
No son nervios estructurales sino de apoyo secundario. Las crucerías diagonales
cubrían dos crujías oblongas a la vez, que juntas formaban un cuadrado. A estas
bóvedas de crucería de dos crujías se las llama sixpartitas porque a los cuatro
nervios usuales se les añaden otros dos, con lo que quedan seis segmentos
(triángulos curvos).
Durham (d.
1093), en Inglaterra. Es ambigua, por su retroceso a las bóvedas de crucería
románica, no estructurales (con los nervios sólo ayudando a las aristas). Pero
tiene la novedad del arco apuntado para marcar los tramos de bóveda. Sólo le
falta la ligereza y elegancia de los materiales para ser gótico. Su alzado es a
tres niveles, con andito, tribuna y soportes alternados, de pilares redondos
(cilíndricos y decorados con estrias de varios formas) y compuestos.
El modelo
del Císter.
El modelo
del Císter es particularmente austero. Por su importancia como puente hacia el
estilo gótico haremos un apartado especial al final de la parte de
arquitectura.
ITALIA.
Características.
Italia es el
centro de varias influencias y tradiciones. La división territorial y los
distintos influjos en Italia provocan una amplia variedad de estilos y formas.
Un rasgo
general es que el Románico italiano coexiste durante todo este periodo con el
arte bizantino y paleocristiano tardío. La arquitectura románica en Italia es,
excepto en Lombardía (cuna del Primer Románico), una arquitectura sin
soluciones intermedias, sin un Primer Románico, pues pasa directamente al
Románico Pleno.
Italia es
país de un arte muy particular, con elementos eclécticos, tamizados de un modo
muy propio y singular, con su gusto por los efectos decorativos y la
elegancia.En general, es muy importante la influencia de la Roma antigua, advertible en
el remate de la fachada a dos vertientes (similar a los frontones) y en que
algunas fachadas tienen prótiros (porches exteriores, a veces sostenidos por
leones) siguiendo el modelo de los pórticos clásicos romanos. Hay también
influencia paleocristiana (crucero poco destacado), así como de la basílica
lombarda (con bóveda y pilares).
Son rasgos
italianos:
- El interés
por las superficies murales, las fachadas no esculpidas sino articuladas por la
arquitectura y el juego de materiales.
- La fachada
se convierte en un símbolo urbano, integrando al edificio en la plaza y en el
espacio urbano. Las fachadas son incluso más grandes que el edificio.
- Hay una
tendencia a que la torre campanario se adapte en la arquitectura civil, en las
torres de las familias aristocráticas, con una competición entre familias por
elevarse sobre las otras (San Gimignano).
- El
Románico dura mucho en Italia. En pleno siglo XIII hay aún arquitectura
románica y el periodo Gótico será muy corto.
Las
influencias.
Hay tres
influencias decisivas, la del Románico lombardo, la bizantina y la clásica,
siendo menores y más localizadas (en el sur) las islámica y la normanda.
- La
influencia del Románico Lombardo es la más importante, desde c. 1050, con un
gran desarrollo local. Desde c. 1075 comienza a usar la bóveda de crucería
románica para la nave central (una aportación lombarda, aunque la cúpula
nervada y esta bóveda se originaron tal vez en Armenia según algunos autores).
Los muros son de ladrillo. En la decoración exterior se va sustituyendo la
lesena y las galerías continuas de arcuación ciega típicas del estilo lombardo
por la arquería calada. Las famosas torres campanario lombardas son exentas.
Los capiteles son cúbicos y redondeados en su parte baja. Son típicos los
pórticos resaltados sobre columnas que descansan en animales.
- La
influencia paleocristiana se nota en los grandes conjuntos catedralicios, con
especialización de funciones de los distintos edificios, el Duomo (catedral),
el Campanile y el Baptisterio. Otros elementos paleocristianos son el atrio
(San Ambrosio de Milán), soportes de columna para las cubiertas planas de
madera, grandes edificios con un único ábside (sin capillas radiales), espacios
amplios y diáfanos.
- La
influencia clásica, de la antigua Roma, renovada a través de Bizancio, con
espacios centralizados, cúpulas en el crucero (Pisa, Siena, Florencia más
tarde), equilibrio entre ejes, columnas y dinteles (Pisa).
Hay en el
Sur una influencia islámica (ornamentación y cúpulas nervadas) y normanda, de
doble sentido (influyen y son influidos, en dirección a Francia).
Las
regiones:
Lombardía.
Es la región
más relacionada con Europa, en especial con una impronta otoniana, cuya
influencia llega a Toscana y la Emilia-Romagna. Lombardía
es el gran centro difusor de inicios del Románico, con su solución
revolucionaria de la bóveda, que recogió la influencia romana y bizantina, y se
difundió por la Toscana ,
el sur de Italia —sobre todo en Sicilia,
donde se enriqueció con la influencia normanda, bizantina e islámica— y hacia la misma Francia. Destaca también por las
decoraciones de lesenas (bandas lombardas con pilastras verticales, muy
difundidas en Europa) y arcuaciones ciegas (galerías de arcos ciegos en los
muros, los “arquillos lombardos”). Destaca en el Románico Pleno el ejemplo de
San Ambrosio de Milán (con bóveda de crucería y crucero poco destacado). Obras
menores del Románico Pleno son varias iglesias de Verona y la catedral de
Módena.
San Ambrosio
de Milán es una iglesia paleocristiana reformada en 1080, pero en obras hasta
el siglo XIII. Es un ejemplo maduro de aplicación de la bóveda de crucería
románica. Los materiales son de piedra y ladrillo, de una bicromía muy lombarda
(es común la combinación de piedra y mármol). Es una basílica de tres naves con
tribuna, cabecera tripartita, sin transepto, con atrio y nártex. La nave
central tiene tres tramos de bóveda de crucería, pero son casi cupuliformes.
Hay alternancia de soportes (influencia otoniana), con pilares compuestos para
los arcos fajones y pilares simples. Sobre el nártex hay una tribuna superior
en el exterior (tipo Westwerk). La torre-cimborrio es del siglo XIX. Las otras
torres están adosadas al edificio pero su concepción es ser exentas.
En el Románico
tardío, en la segunda mitad del siglo XII se desarrollan los modelos
anteriores. La arquitectura lombarda se distingue por su fachada y la cubierta.
La fachada presenta la galería calada, mientras que los mármoles en el exterior
son como los de la
Toscana. Destacan el templo de San Michele de Pavía, el
conjunto de Parma, y las dos iglesias de Lucca.
San Michele
de Pavía (1110-1160) es de planta cruciforme, con una fachada como San
Ambrosio, inaugura el tipo milanés de iglesia en la plaza urbana, con gran
amplitud de la fachada-pantalla, un ritmo en la composición con haces de
columnas en contrafuertes hasta el hastial del techo (falso y más elevado que
el techo de la bóveda que tapa a la vista), con galerías caladas que marcan el
contraste de la horizontalidad. Tiene bóveda de arista en la nave central. Es
muy original la escultura en frisos corridos en la banda inferior con temática
animalística (un rasgo poco italiano).
El conjunto
de Parma, con el Duomo, el Campanile y el Baptisterio, es el conjunto más
famoso del Románico tardío.
En el Duomo
(1100, reconstruido tras un terremoto en 1117), destaca su fachada-pantalla
típicamente lombarda, en tres niveles (el último, el hastial que tapa la
bóveda, en forma de triángulo, subrayado por una cornisa) y un gran cuerpo
central con un portal-baldaquino apoyado sobre unos leones, como en la catedral
de Módena. Es una fachada sin escultura salvo estos leones. En los dos niveles
inferiores hay galerías caladas para dar horizontalidad.
El Campanile
está adosado, pero está exento en su planta, con decoración lombarda. La
segunda torre no se levantó apenas.
El
Baptisterio es octogonal con galerías caladas (como el de Pisa) y es de época
tardía (fin siglo XII-principios siglo XIII). Es de ladrillo y piedra. La
galería de columnas se inspira en Pisa.
Las dos
iglesias de Lucca son la catedral de San Martino (la primera) y el templo de
San Michele. Los interiores son góticos, pero las fachadas son como las pisanas
de estilo románico, pero con un exceso casi barroco, con una riqueza visual
extraordinaria. En la planta baja por los cuatro lados hay un orden gigante de
arcadas. En la fachada principal hay cuatro pisos de arquerías. Una arquería
superior se extiende por los otros lados.
Toscana.
La Toscana
recibe la influencia lombarda y de la arquitectura clásica romana. Se
caracteriza por las logias (galerías de arcos vivos), importancia de las
columnas, decoración con variado cromatismo pétreo, predominio de la
horizontalidad. Conjuntos de edificios separados de catedral, baptisterio y
campanile. Destacan el conjunto de Pisa y el templo de San Miniato de
Florencia.
El conjunto
de Pisa (iniciado en 1063, se acaba en el siglo XIII) es el primer gran
conjunto completo con Duomo, baptisterio, campanario y camposanto. Está aislado
en un campo para destacar las fachadas de gran sentido decorativo, con el
mármol del exterior, con galerías caladas, arcuaciones ciegas todavía, la
bicromía del mármol en el interior.
En el Duomo
(1063-1118), de los maestros Burgueto y Reinaldo, hay un total ausencia de
torres, con un riguroso sentido de la horizontalidad y con galerías también en
la cabecera (influencia lombarda y precursora de la loggia renacentista) con
efectos de luz y sombra. Hay arquerías ciegas sobre columnas en la parte
inferior y en los laterales.
La planta
del Duomo es muy original, una combinación de tres basílicas según el
historiador Conant: 1) Una basílica central de cinco naves (con hileras de
soportes distintas en cada lado de la nave central, como si hubiera dos
basílicas pegadas a lo largo) y un ábside. 2) Su crucero está formado por otras
dos basílicas menores que se unen en el centro (cubierto con una gran cúpula),
con sus tres naves y sus propios ábsides. Las tribunas compartidas (con
cubierta de madera) circundan todo el Duomo.
Las
cubiertas son planas de madera y artesonadas (como la paleocristiana), con
soportes de columnas. En dos de las naves (en el lado N) hay bóvedas de arista,
pero en el lado S son planas de madera. La gran cúpula se instala sobre el
crucero, sobre pilares compuestos, con bicromía en la decoración.
La arquería
interior tiene columnas antiguas, de estilo romano, con cimacios cuadrados. La
decoración es de fajas alternadas de mármol blanco y oscuro. Hay un mosaico de
influjo bizantino. El exterior es de galerías caladas lombardas, que en la
fachada principal se disponen en varios pisos. Un arco triunfal apuntado da
entrada a la nave central. Los otros arcos de entrada son de medio punto.
El
Baptisterio (d. 1153) del maestro Diotisalvi, es circular (Rotonda de
Anástasis), una variación de la normal planta octogonal. Es un edificio exento
(una costumbre italiana). La galería primitiva exterior del segundo cuerpo se
labró luego en estilo gótico. El interior está abovedado.
El Campanile
(c. 1274) es la famosa torre inclinada. La hicieron el alemán Guillermo y el
pisano Bonnano. Es exento, cilíndrico, con arquerías de mármol rodeando los
seis pisos.
El Camposanto (1278-1283)
tiene arcos góticos de tracería y tiene un atrio clásico alargado.
El templo de
San Miniato al Monte en las afueras de Forencia (c. 1013-1118, terminada c.
1100, con fachada del siglo XII y pavimento de 1207), es el modelo para Santa
Maria Novella de Alberti. Destacan su simetría, equilibrio, geometría y rica
decoración de incrustaciones, su cubierta plana, el uso de soportes de pilares
compuestos para los arcos diafragma de los tramos. En cada tramo hay tres
arcos, tres ventanas y cuatro cuchillos de armadura de cubierta. El ábside
tiene una arquería ciega decorativa, con un mosaico en la bóveda. Bajo el
presbiterio realzado hay una cripta abierta, que tiene tramos de arista. Es muy
bella la taracea geométrica de los mármoles (blanco, verde, rojo) y la pintura
de la armadura de madera.
El
Baptisterio de San Juan en Florencia (siglos XI-XII) es octogonal. Hay una
doble pared, con particiones verticales en el interior para los empujes. Había
una cúpula, hoy recubierta por una pirámide baja. La arquería calada decorativa
se cambia por un juego geométrico de contraste de mármoles de colores. Preciso
que el Campanile de Florencia es de 1334-1357, iniciado por Giotto y terminado
por Andrea Pisano y Francesco Talenti.
La región
del Centro.
El resto del
Centro, con los Estados Pontificios, junto a parte de la Toscana y parte de la Emilia Romagna , viven
sobre todo la influencia del pasado romano. En Roma la influencia clásica y
paleocristiana es determinante, incluso en el Románico tardío, en el que
destacan dos templos, Sant'Angelo in Formis, y Santa Maria in Cosmedín.
Sant'Angelo
in Formis, es como una típica iglesia paleocristiana. Tiene una excelente obra
maestra de la pintura románica (un modelo para Europa y Cataluña).
Santa Maria
in Cosmedín (1100), tiene un interior de influjo paleocristiano y un campanile
lombardo de siete pisos (con arcos, impostas voladas, cornisas de ladrillo,
piedras multicolores), con vanos estrechos en los pisos bajos (con pilares) y
vanos amplios en los pisos altos (con columnas). En esta iglesia se halla la
famosa escultura leonada de la Boca della
verità, de antiguo origen romano.
La región
del Sur.
Sicilia,
Nápoles: Recibe la influencia lombarda y de la arquitectura clásica romana, así
como de los bizantinos, normandos y musulmanes. Destaca la influencia de la
decoración islámica y bizantina (mosaicos, mocárabes) y de cúpulas. Sobresalen
los templos de Monreale (con extraordinaria decoración) y Bari.
En Nápoles
(sobre todo en la Apulia )
y en Sicilia hay una mezcla de influencias, con más color y fantasía, con
efectismo casi barroco.
En la Apulia destacan:
La Catedral
de Trani (d. 1098), de extraño exterior, con su cuerpo central sobre un podio,
montado sobre un arco. La torre tiene un gran vano en el suelo con un arco
ojival.
San Nicola
de Bari es ecléctica, con dos alzados, el primero paleocristiano (y con
cubierta plana), el segundo románico (de tipo lombardo).
En Sicilia
destacan:
La Capilla Palatina
de Palermo (1132-1343), una iglesia bizantina en miniatura, con tres naves
separadas por columnas, mosaicos. La cubierta plana con artesonado de mocárabes
y los arcos apuntados son islámicos. Hay una plausible teoría de que Cluny III
estuvo influenciada por esta arquitectura siciliana.
La catedral
de Cefalú (d. 1131), de elegante planta basilical, muros sólidos, con filas de
columnas separando la nave central de las laterales (cubiertas con bóvedas de
arista). La cabecera tiene una capilla cubierta de bóveda de arista y
semicúpula apuntada. El transepto está cubierto en parte con bóveda de cañón y
en parte con techo de madera. El exterior es el más bello del románico siciliano,
con dos torres como minaretes, a los lados de un pórtico con tres arcos
entrelazados en la parte alta y ventanas con arco apuntado (influencias
islámicas).
La catedral
de Monreale (fin siglo XII), es ecléctica, con arcos apuntados y entrelazados,
con bicromía. Sus mosaicos son bizantinos.
La región
del Adriático.
El
Adriático, desde Véneto, Ravena, Umbria, hasta la Apulia, es una región de
activo comercio (e influencia artística) con Bizancio. En el Románico tardío
destaca San Antonio de Padua, que muestra la influencia bizantina en la zona
del Véneto, con cúpulas y torres puntiagudas, como las de San Marcos de
Venecia. La diferencia con esta es la piedra de la sillería del interior, sin
mosaico ni mármol, y la decoración lombarda del exterior.
ALEMANIA.
En Alemania
domina un arte imperial, monumental. Pervive la tradición otónida y recibe
variadas influencias: lombarda, francesa. Se caracteriza por las plantas con
ábsides en cabecera y pies, arquillos en muros y en torres circulares, naves
elevadas. Destaca San Miguel de Hildesheim (cubierta de madera) con una planta
como de dos iglesias adosadas (dos cruceros, dos presbiterios, dos ábsides),
Santa María de Laach, y las catedrales de Spira, Worms y Maguncia (estas con
cubiertas de bóveda de arista). La duplicación del ábside obedecía al ritual
estacional (con procesiones a los diferentes altares), mientras que la reforma
de Cluny concentraba coro y altar en un solo lugar para celebrar la misa.
Arquitectura
salia (dinastía de Franconia).
La
arquitectura de la nueva dinastía salia (1024-1125), sucesora de la otoniana,
con la que enlaza porque muchos edificios fueron iniciados en una y acabados o
reformados en la otra y porque las características son muy parecidas, posee un
sello claramente nacional e intenta separarse de la gran influencia del mundo
clásico.
Quedan pocos
restos de la arquitectura palatina, con unas capillas palatinas (de Valkhot en
Nimega) que son como las carolingias, así como la arquitectura monástica y
episcopal, que hasta 1024 es continuación de la carolingia. Los mejores
ejemplos son: iglesia de San Miguel de Hildesheim (1001-1033), las catedrales
de Paderborn (1017), Estrasburgo (1015), Maguncia (1036) y la iglesia abacial
de San Ciriaco de Gernrode (961).
Como
continuación del arte carolingio, se prefieren las plantas de cruz latina con
presbiterio sobrealzado, desarrollo del doble coro y del Westwerk, cubiertas
planas de madera, mientras que las bóvedas se reservan para los espacios
pequeños, y hay módulos para los tramos.
Las novedades
son varias:
En la
catedral de Maguncia (iniciada en 978, incendiada en 1009 el día de su
consagración, y acabada en 1036, es la mayor iniciada durante el imperio de
Otón II), hay un doble coro pero no hay Westwerk.
En San
Ciriaco de Gernrode (961 y después) las entradas están a lo largo de la nave
(con la correspondiente percepción de que es un espacio más ancho).
En Paderborn
y Estrasburgo se experimenta con el Westwerk. Al principio la arquitectura
otoniana había seguido el esquema del «triturrium», pero ya en Estrasburgo se
emplean sólo dos altas torres flanqueando la fachada, con un cuerpo intermedio,
mientras que la tercera torre se sitúa sobre el crucero. Las torres laterales
se resaltan con unos pórticos que dan a las naves laterales (es la típica fachada
románica). Sobre el 1000 ya se elimina la tercera torre. En Paderborn se erige
una enorme torre central, con dos pequeñas torres-escalera a los lados.
San Miguel
de Hildesheim es el edificio más representativo de este periodo de Románico
Inicial (1001-1033, la cripta y las puertas en 1015), inspirada por el obispo
Bernardo, con tres naves, doble coro, dos cruceros, cripta y con dos torres en
cada una de las caras y sistema de triturrium (Westwerk) todavía. Se
caracteriza por las entradas en el lateral (como en San Ciriaco de Gernrode) y,
sobre todo, por la austeridad exterior y el equilibrio de las masas
monumentales (dos rasgos típicos del Románico alemán). La cubierta es de madera
(un rasgo arcaico, propio de estas iglesias hasta 1024). En el interior la
decoración es escasa y de gran austeridad (aunque pintado con dos colores, rojo
y blanco, típicos del Románico alemán), con capiteles cúbicos. Hay una métrica
espacial en módulos cuadrados, cuya dimensión se consigue haciendo que la
distancia entre los pilares equivalga a la de los tramos del crucero. Hay
alternancia de soportes (ABBA, típica del románico alemán), situando dos
columnas entre los pilares.
En la
catedral de Spira a partir de 1024-1030 se comienzan a emplear las bóvedas y
por fin los muros se valoran plásticamente. Spira se levanta en dos fases:
Spira I (1030-1061) y Spira II (a partir de 1082). Es el templo más importante
de Alemania en estos siglos, al ser el mausoleo imperial.
La catedral
de Spira I es un modelo del Románico Inicial, aunque su bóveda es un añadido
posterior. Tiene planta de cruz latina, con tres naves, crucero poco marcado y
un presbiterio muy elevado para dejar sitio a la cripta. Lo más destacable de
Spira I es el alzado de la nave central, con pilares compuestos (con una
semicolumna adosada) que suben hasta la arcada del cuerpo de luces. Se
corresponden los dos juegos de arcadas en los pisos inferior y superior.
Adosadas a las semicolumnas hay pilastras que enmarcan las arcadas. Estas
pilastras y semicolumnas no son soportes sino puros elementos plásticos, por lo
que no hay una articulación entre alzado y cubierta (los únicos soportes en el
Románico serán los muros y los pilares). Las naves laterales se cubren ya con
bóvedas de arista (típicas del Románico). Sólo falta la bóveda en la nave
central para ser plenamente representativa del Románico, pero esta se hace en
la segunda fase.
Se elimina
por completo el Westwerk, tanto en concepción como en morfología (pues las
torres están atrás y junto a las torres octogonales del centro), aunque Conant
opina que estas torres sí recuerdan a Centula. Bajo el elevado presbiterio hay
una gran cripta, dividida en cuatro espacios (tres cuadrados bajo el crucero y
uno ovalado bajo el presbiterio), con tramos de bóveda de arista soportados por
columnas y pilares (el espacio central bajo el crucero). La decoración exterior
es lombarda, con lesenas y arquerías ciegas.
En
definitiva, el conjunto de Spira I es el mejor ejemplo del Románico Inicial
alemán, por su magnificencia, enormes dimensiones (75 m de largo, 13 m de ancho y y 25 m . de alto), gruesos muros
de soporte y cubiertas planas. Influye en toda Centroeuropa, de modo que
después de 1030 se modifican las iglesias de Tréveris y Maguncia siguiendo su
modelo.
En Spira II
(a partir de 1082) se cubre la nave central con tramos de bóveda de arista
delimitados por arcos fajones. Las bóvedas de arista descansan su peso sobre
los ángulos por lo que sólo hace falta reforzar esos puntos (apeos), no en
todos como en las bóvedas de cañón. Los apeos son muy altos para poder soportar
el cuerpo de luces. Se añade otra semicolumna adosada a cada uno de los pilares
y estos llegan hasta arriba para poder soportar mejor los tramos de arista.
Es un
ejemplo con sus grandes dimensiones, con su grandiosidad tan romana. Los
cambios de finales del siglo XI y del siglo XII deben mucho al Románico
lombardo más maduro, como la galería bajo el alero, el cuerpo de luces, las
arcadas ciegas, las lesenas decorativas, los frisos de arquillos...
El modelo de
Spira II fue tan influyente en Alemania en el siglo XII como Spira I en el
siglo XI. Así, Santa María de Laach (1093-1156) también se aboveda entonces y
en ella se mantiene la bipolaridad de los dos cuerpos (con seis torres) y la
decoración lombarda. En este gran ejemplo del Románico Pleno alemán desaparece
la Westwerk pero la parte oeste mantiene su importancia, las portadas son muy
austeras y no se decoran escultóricamente, y perduran los rasgos carolingios y
lombardos, como en las iglesias de Worms y Maguncia. A veces se adapta la
bóveda de cañón con arcos fajones del tipo francés. En Alemania el estilo
románico, con su monumentalidad, dignidad y austeridad, ha perdurado e influido
hasta el presente.
INGLATERRA.
La
arquitectura en Inglaterra está relacionada con la escuela normanda desde la
conquista de la isla en 1066 por el duque de Normandía. Se caracteriza por los
templos de grandes proporciones, con naves largas, un enorme cimborrio y un
doble triforio.
Destacan las
catedrales de Winchester, Gloucester, Peterborough, York, Canterbury y Durham
(con la innovación de la bóveda de crucería y el claristorio superior sobre el
matroneo, para aumentar la iluminación).
6. LOS
MONASTERIOS CISTERCIENSES..
La abadía de
Citeaux (Borgoña), se fundó en 1089 por los monjes que se llamarían
cistercenses, que vuelven a la pureza de las costumbres del primer
cristianismo. Pronto se extenderían como un movimiento de reforma contra los
excesos y debilidades de los cluniacenses.
Los
principios cistercienses.
Las
principales características de la
Orden repercuten en la tipología de la arquitectura, pues el
Císter es rigorista, austero y desnudo en el arte. Sus principios fundamentales
son:
El voto de
pobreza, con la prohibición del lujo en la vida, la construcción y el arte, con
la negación del arte figurativo (iconoclastia moderada). Así los capiteles son
lisos o adornados con sencillas hojas. Se prohíbe usar la madera en las
bóvedas, que son de cañón u de crucería. Los arcos fajones acaban en permódulos
a media altura.
Alberico y
Harding habían defendido este principio pero fue Bernardo de Claraval su
principal propagador, con La apología a Guillermo (1123-1125).
Hay dos factores, uno interno, la búsqueda de la espiritualidad pura y
sencilla, y uno externo, la reacción contra el exceso de lujo de la orden
cluniacense. Hay en el arte cisterciense una tensión entre: 1) la fidelidad y
estricta observancia de las severas reglas, 2) la necesidad de formular una
estética noble y austera, de libertad creativa.
En el siglo XII
el arte de la Orden
se refugió en la miniatura, con preciosas ilustraciones, hasta que se reaccionó
contra los excesos de colorido, de fondos dorados y de personajes (humanos o
bestiales), en que había caído Cluny. Se suprimió por completo la pintura y la
escultura. Se prohibieron los campanarios (en oposición a Cluny), aunque se
hicieron más tarde, sobre todo en Inglaterra e Italia.
El
centralismo de la Orden
es relativo (pese a que en clase explique que era total), pues las abadías
tenían mucha autonomía en lo secundario. Esto explica la planta común en sus
edificios, pero que se hagan con influencias locales en la técnica
constructiva, que se debe a maestros locales y no a los propios monjes.
Esquema y
organización ideal del monasterio cisterciense.
La ubicación
procura el apartamiento en el campo, con pobreza en la vida cotidiana, cultivo
del campo.
Los
monasterios son muy regulares en su planta, con la estricta división de los dos
sectores para los monjes y los conversos. Su ordenación subsistirá durante
siglos.
La iglesia
es una basílica sencilla, de tres naves (a veces de una), líneas rectas, con
pilares, un transepto en el Este y cabecera con seis pequeñas capillas. No hay
espacio más que para los monjes. En el transepto hay dos puertas: una a la
sacristía y otra al cementerio. Hay otras dos puertas hacia el claustro, una
para los monjes cerca de la cabecera y otra para los conversos cerca de los
pies de la iglesia (por la jerarquía). Esta compartimentación se reproduce en
el interior de la iglesia, con la división de la nave central en dos partes,
con un coro elevado dividido en dos, uno para los monjes y otro para los
conversos. Los monjes seguían la misa en el altar mayor y los conversos en dos
altares secundarios junto al coro. Los monjes tenían un acceso propio desde los
dormitorios.
El crucero
ojival se introdujo en el siglo XIII en las naves colaterales. Esta innovación
se extendió pronto por Europa, con notable éxito hasta llegar al gótico. La
fachada es austera, con sólo altas ventanas en triplete o con rosetón sencillo.
La
decoración era casi inexistente: capiteles lisos o con hojas estilizadas,
ninguna figura o estatua (las imágenes lánguidas de la Virgen aparecieron sólo a
principios del siglo XIII) mientras que el sencillo crucifijo de madera
dominaba el altar (la figura de Cristo aparece muy tarde, primero pintada y
luego esculpida). Los ornamentos litúrgicos son de lino y madera, pues estaban
prohibidos el brocado, la seda y los metales preciosos. Las vidrieras, por el
reglamento de 1150, no debían tener color o pintura, con un vidrio basto y
grisáceo, con figuras geométricas (cenefas y arabescos) mediante el plomo
(Pontigny). A partir del siglo XIII esta prohibición decorativa perdió
lentamente su vigor y en el siglo XVII la Orden incluso sería una de las grandes
propagadoras del Barroco.
Los
claustros, según el plan de Bernardo, distribuyen las estancias anexas (todas
de grandes dimensiones y gran funcionalidad). El claustro es cuadrado o
ligeramente rectangular con galerías cubiertas en sus lados.
La sacristía
se adosa a la cabecera. Junto a ella está la biblioteca (armarium), con acceso directo desde el claustro.
Las salas
capitulares, de planta cuadrada (tres naves en nueve tramos) o rectangular, con
cubierta de bóveda ogival (en contraste con la de cañón o arista del resto de
dependencias). En Eberbach tenemos una columna central que se abre en forma de
palmera. Ganarán progresivamente en decoración, con preciosas columnas desde el
siglo XIII. Al lado hay una escalera hacia el dormitorio. El auditorium era una sala donde el abad
distribuía el trabajo diario. La sala de los monjes (tomada de Cluny) conectaba
con las letrinas.
El
dormitorio era una enorme sala, con bóveda de cañón. Se emplean columnas
centrales en Eberbach. En Santes Creus es una cubierta de madera sobre arcos de
diafragma apuntados.
El
refectorio (de variada tipología) y el calefactorio son especializados y la
cocina es común.
Las
dependencias de los novicios están al O, con su locutorio, refectorio, calefactorio,
letrina, dormitorios...
Los
monasterios de Citeaux, Clairvaux, Fontenay, Pontigny.
No quedan
restos de Citeaux y Clairvaux. Citeaux tenía bóvedas de cañón y terminaba en
cabecera rectangular. Clairvaux tenía bóvedas de crucería primitiva y terminaba
en cabecera circular. Estos arcos de crucería eran más baratos, sencillos,
duraderos y eficaces en el soporte del peso y la cubrición.
La abadía de
Fontenay (1118-1119, Borgoña), la más antigua bien conservada, fue reformada según
la estética cisterciense en 1139-1147. La iglesia es alargada, tiene planta de
cruz latina, nave central y naves laterales, crucero (rebajado en altura
respecto a la nave central) bastante corto en los dos brazos, de los que se
abren dos capillas hacia el coro. Más tarde, el crecimiento del número de
monjes condujo a una prolongación del crucero y la correspondiente
multiplicación de capillas.
El conjunto
se compone de líneas rectas. Las bóvedas de las tres naves son de cañón
apuntado, con arcos fajones. Más tarde se reformó el presbiterio, con
deambulatorio y capillas circundantes. En el exterior se denotan los tramos
cuadrados del edificio, remarcados con contrafuertes, como rasgo de repetición
y uniformidad de la arquitectura cisterciense.
La abadía de
Pontigny (1114, la abadía, 1140, la iglesia), es un ejemplo de la evolución al
gótico. La planta basilical es alargada, con tres naves y un pequeño transepto.
Se caracteriza respecto a Fontenay porque su nueva cabecera (1185-1210), ya
semiesférica y gótica, tiene un doble deambulatorio lo que permite aumentar las
capillas radiales (rectangulares). La nave central tiene bóveda de crucería,
con pilares compuestos. Las naves laterales tienen bóvedas de arista. En la
fachada hay ya arcos góticos. Pero el espíritu todavía era románico, austero.
Influencias
y evolución de las formas de los monasterios.
En el siglo XIII
se introducen progresivamente las técnicas góticas en los monasterios
cistercienses, a medida que estos se extienden por Europa y se adaptan a las
escuelas regionales. Una evolución que veíamos desde la románica Fontenay a la
pregótica Pontigny. En Alemania la
Orden introduce el Gótico, aunque con la pesadez germánica en
el volumen y detalle, mientras que en Inglaterra hay más finura.
¿Hay un
estilo cisterciense?
Es evidente
que hay un programa artístico común, con un espíritu religioso muy homogéneo.
Los historiadores discuten si esto supone un estilo propio. Para la mayoría no
lo es (Yarza, Aubert), sino que es fruto de un periodo de transición entre el
Románico y el Gótico. Pijoan opina que aún es un arte románico, debido a que
sólo cumple la primera regla de este estilo en arquitectura.
- Uso de la
bóveda de crucería.
- Uso
predominante de arco apuntado u ojival.
-
Contrarresto de los pesos de la bóveda con arbotantes.
Estos dos últimos caracteres góticos no los
tiene la arquitectura cisterciense. Para algunos autores cabría opinar que es
un «gótico reducido» a las técnicas y a la luz del espacio gótico.
UD FUENTES.
Internet.
Documentales.
Exposiciones.
Libros.
Artículos. Orden cronológico.
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