Comentario: Rembrandt y La ronda de noche (1640-1642).
Descripción y datación.
Rembrandt pintó La ronda de noche o La ronda nocturna, un óleo sobre tela (359 x 438 cm), entre 1640 y 1642. Se expone en el Rijkmuseum de Ámsterdam.
Originalmente se llamaba La compañía militar del capitán Frans Banninck Cocq y el teniente Willem van Ruytenburgh, pero a finales del siglo XVIII fue llamada Night Watch por el pintor británico Joshua Reynolds, y Nacht Wacht por los mismos holandeses, porque entonces los colores al óleo se habían apagado tanto debido a la oxidación del barniz que muchos detalles eran indistinguibles y se parecía bastante a una escena nocturna. Después de sucesivas restauraciones, en 1947 se reveló que la escena representada era una escena diurna: una partida de arcabuceros pasando de un sombrío patio a la cegadora luz del sol.
Pertenece al género de retratos colectivos o doelen, en el tipo de los schutterstuk, esto es retrato de grupo de una compañía de milicianos civiles encargados de la patrulla urbana, la policía municipal de la época.
La obra fue pensada para adornar el salón del Kloveniersdoelen en la fiesta de inauguración del cuartel de la compañía en Ámsterdam, con motivo de la visita en 1638 de la reina María de Médicis, exiliada de Francia, pero su realización se retrasó cuatro años.
El pintor utilizó un andamio en una galería del patio trasero de su casa expresamente ampliada para la ocasión, puesto que ninguna pared del domicilio era lo suficientemente grande para apoyar la obra, y lo pintó todo de su propia mano, sin la ayuda de sus oficiales y aprendices.
Los dos oficiales y los 18 miembros restantes de la milicia pagaron finalmente una considerable suma de dinero, 1.600 florines, aunque el capitán y su teniente probablemente, como era común, estaban exentos del pago. Mientras se pintaba se suscitó cierto rechazo debido a que algunos de los miembros no quedaban muy definidos. Finalmente, cuando se expuso en 1642 no fue celebrada por la crítica, y no alcanzó el éxito hasta mucho después del fallecimiento del pintor. En cambio, el capitán Coq quedó tan encantado que solicitó dos copias para sí mismo.
Su escasa consideración por entonces y su enorme formato explican que cuando se trasladó en 1715 al Tribunal Militar de Justicia de la misma ciudad, se recortaron algunas partes del cuadro para ajustarlo a la pared en la que fue colgado: así se perdió una amplia banda a la derecha (con lo que algunos personajes desaparecieron) y unos 30 centímetros de la parte inferior, con lo que se eliminó un puente sobre un canal.
Finalmente la crítica lo rescató como una obra maestra y el Ayuntamiento lo cedió al Rijksmuseum, donde en una sala vecina a la del original se muestra una reproducción a menor escala en la que se aprecia la idea original de la obra, con las cuatro figuras principales en el centro de la imagen, además de una prolija información sobre su restauración, concluida en 2019.
Significado del tema y los personajes.
Hals. Banquete de los arcabuceros de San Jorge de
Haarlem (1616). Un ejemplo de retrato de grupo más convencional.
Rembrandt se alejó de la representación convencional de estas agrupaciones —que generalmente eran retratadas de un modo bastante estático y formal en el llamado género de doelen, retratos de grupo— para pintar una escena que sugiere la observación directa de la acción en la que la milicia abandona el acuartelamiento, disponiéndose para salir de misión, en un desfile improvisado y aparentemente caótico.
El tema es la partida de arcabuceros (sin duda el arma del hombre de la izquierda es un arcabuz, y el resto se intuye que también, en vez de mosquetes; algunos autores llaman a estos milicianos impropiamente como mosqueteros) en su ronda, pasando de un sombrío patio a la cegadora luz del sol al aire libre, una acción animada por la carrera de dos niñas, una muy destacada, en segundo plano a la izquierda que parece perseguir a un perro nervioso que se asusta ante los milicianos.
Los dos personajes principales son el capitán y el teniente, aunque algunos autores añaden un tercero, la niña, por una cuestión personal del pintor a la que pronto llegaremos.
El capitán Frans Banninck Cocq o Banning Coq (1605-1655) mandaba la compañía y es la figura central que vertebra los ejes del cuadro. Con la mano izquierda indica la orden a su teniente y la alarga al espectador, incluyéndolo en la escena.
El teniente Willem van Ruytenburch o van Ruytenburgh (1600-1657) es el segundo al mando de la compañía y recibe la orden de preparar la compañía para la formación. Era de baja estatura, y, para que no quedara muy disminuido junto al gigantesco capitán, Rembrandt lo realza empleando en su uniforme blanco un tono amarillo al que hace vibrar iluminado por un rayo de sol. En una analogía formal con el gesto del capitán, el teniente alarga su espontón con la mano izquierda, reforzando la gestualidad de los dos mandos hacia el espectador.
La niña es el único personaje confirmado como femenino del cuadro, porque no puede asegurarse el género del otro personaje infantil que aparece detrás suyo a la izquierda, aunque por la similitud de los tirabuzones podría ser también una niña, incluso una hermana. La crítica considera que el rostro es un retrato idealizado de su esposa Saskia van Uylenburgh (1612-1642), que había muerto el mismo año de la finalización del lienzo, ocasionándole una profunda depresión. Aprovecha su presencia para servir de foco de luz, como un espectro que apenas se relaciona con el resto de los personajes. Viste un lujoso traje amarillo limón y en la cintura le cuelga un gallo muerto pintado de pinceladas blancas y algunas azules, y que resulta ser el emblema de la compañía, que Rembrandt representó en sustitución del habitual blasón de este tipo de retratos colectivos.
Retrato de Saskia como Flora (1634), en Museo del Hermitage de San Petersburgo. Saskia era modelo de muchos de los retratos de su esposo.
Análisis formal.
Rembrandt se apartó pues de la
convencional escena estática y formal del retrato colectivo, y escogió
representar un momento de movimiento, algo muy propio del Barroco,
en la acción de los soldados apurados para embarcarse de inmediato en una misión. A
diferencia de los cuadros de la misma temática en que la disposición de las
figuras siguen un orden jerárquico preciso, Rembrandt basó la colocación de los
personajes únicamente en razones plásticas de expresión personal y dramática.
El ordenamiento muy racional que parece desordenamiento es un logro de los mejores pintores barrocos, como es el caso de Rembrandt, que compone una estructura muy racional del aparente desorden, mediante tres tipos de estructuras que se complementan: los cuatro planos de profundidad, los dos ejes medios del rectángulo que conforma el cuadro, y el conjunto de diagonales y zigzagueos.
Los personajes se disponen en cuatro planos, el primero compuesto por los dos oficiales; el segundo por los cuatro hombres más cercanos, que manejan sus arcabuces en tres momentos diferentes de su uso (la carga, el disparo y el soplado de la pólvora); el tercero por la niña y el perro; y el cuarto por el batiburrillo de los otros 14 miembros, desde el arcabucero de la izquierda hasta el tamborilero de la derecha. La sensación espacial en estos diferentes niveles se acentúa con el tratamiento lumínico de la penumbra del portalón al fondo, de la luz de la calle radiante de sol y el del espacio del propio observador, un logro que se asemeja al de otros extraordinarios juegos compositivos del Barroco, como en Las Meninas de Velázquez.
El eje vertical lo determina la posición del capitán con su traje negro, que se ve apoyado por la figura del teniente, este de amarillo claro. Esta dos figuras hacen que la escena quede centrada, girando a su alrededor el resto de los miembros.
Las diagonales que forman la larga lanza y el asta de la bandera se cruzan en el centro luminoso de la escena, encuadrando los tres grupos de personas con una línea imaginaria, quedando los dos mandos en la posición preponderante de la escena.
Rembrandt era un gran dibujante pero aquí el dibujo no es tan importante como la luz y el color, con los que opera para difuminar los contornos de las figuras y sugiere la presencia de polvo y aire entre ellas, logrando la misma excelencia que Velázquez en la perspectiva aérea.
La luz es sin duda su principal recurso. Influido por Caravaggio y su tenebrismo, Rembrandt usa el claroscuro para crear una atmósfera mágica de penumbras doradas, sombras envolventes y luces cegadores, creando fuertes contrastes entre las zonas en penumbra y las iluminadas. La luz proviene de la izquierda, según la dirección de las sombras proyectadas, pero a pesar de su concepción realista, no actúa uniformemente, sino que ilumina y destaca a ciertos personajes y relega a otros a la sombra. En ocasiones parece que la luz nace de las mismas figuras, como en el caso de la niña que corre.
Detalle del uniforme del teniente Ruytenburch, con la punta del espontón dirigida en escorzo hacia el espectador.
El color está aplicado con pinceladas muy espontáneas, largas, sueltas y libres, como es típico de los grandes maestros barrocos. El amplio cromatismo se desarrolla en tonos cálidos de las tierras y los ocres, con las excepciones del rojo de la banda roja (el echarpe) del capitán, del soldado del largo arcabuz a su derecha, del blanco ocre de la chica que corre detrás y de la casaca de uniforme amarillo del teniente. Al fondo la gama es de ocres, pardos, dorados, verdes y azules, y el oscuro colorido de los trajes contrasta con el brillo metálico de los yelmos, en los que la luz parece resbalar.
Usa tonalidades opuestas para contrastar como el uniforme claro y oscuro de las dos figuras centrales, como el negro riguroso del capitán que resalta el blanco de su golilla o incluso el tono dorado de la penumbra en contraste con las caras iluminadas.
Contexto histórico-artístico.
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