OP UD 58. EL ARTE ISLÁMICO.
INTRODUCCIÓN.
Un resumen.
1. CARACTERÍSTICAS.
La civilización
islámica.
La estética
islámica.
Características
generales del arte islámico.
El problema
estético de la iconoclastia.
2. URBANISMO Y
ARQUITECTURA.
2.1. EL URBANISMO.
La concepción del espacio.
LA CIUDAD.
Estructura y elementos de la ciudad.
Los cambios en la estructura de
antiguas ciudades helenístico-romanas: Alepo, Alejandría, Damasco.
El nacimiento de la ciudad islámica
regular.
La ciudad concéntrica de Bagdad.
Otras ciudades del mundo islámico:
El Cairo, Argel, Fez, Túnez, Córdoba, Sevilla, Palma de Mallorca.
Las viviendas.
La tipología de la casa con patio:
sus constantes conceptuales y la variedad de soluciones formales.
La casa de pisos en el mundo
islámico.
Tipos especiales de viviendas musulmanas.
EL JARDÍN.
2.2. LA
ARQUITECTURA.
CARACTERÍSTICAS.
MATERIALES Y
ELEMENTOS.
LA MEZQUITA.
Estructura y
elementos: el Haram y el Sahn.
PERIODOS DE LA
MEZQUITA.
Periodo omeya.
Periodo abasida.
El primer periodo
del norte de África: la mezquita en forma de T.
La mezquita turca
selyúcida.
La mezquita turca
otomana.
La
mezquita-mausoleo.
LOS OTROS EDIFICIOS.
Madrasa.
Ribat.
Monumentos
funerarios.
Palacios.
Fortificaciones.
Edificios civiles.
3. ARTES PLÁSTICAS Y
DECORATIVAS.
La figuración en
el arte islámico.
DECORACIÓN.
Características.
La composición.
Los motivos.
ESCULTURA.
LAS ARTES DEL COLOR:
PINTURA, MOSAICO Y MINIATURA.
Periodo de siglos
VII a XI.
Periodo posterior
al siglo XI.
CERÁMICA Y ARTES
MENORES.
4. ARTE ISLÁMICO EN AL-ANDALUS.
PERIODIZACION.
4.1. PERIODO OMEYA Y
CALIFAL DE CÓRDOBA (siglos VIII-X).
La mezquita de
Córdoba.
Ciudades
palaciegas: Medina al-Zahara, Medina al-Zahira.
La mezquita del
Cristo de la Luz.
El ribat de Guardamar.
4.2. PERIODO DE REINOS
DE TAIFAS (siglo XI).
Arquitectura
defensiva.
Baños.
Los palacios: la
Aljafería de Zaragoza.
4.3. PERIODO
ALMORÁVIDE-ALMOHADE (siglos XII-XIII).
Sevilla: la
mezquita, la Giralda, Torre de Oro, Alcázar.
4.4. PERIODO NAZARÍ
(siglos XIII-XV).
La Alhambra.
El Generalife.
LA DECORACIÓN, LAS
ARTES DEL COLOR Y LAS ARTES MENORES EN AL-ANDALUS.
BIBLIOGRAFÍA.
PROGRAMACIÓN.
APÉNDICE. ARTE ISLÁMICO: UN BREVE RESUMEN.
INTRODUCCIÓN.
El término de Arte
Islámico se refiere al producido bajo el dominio musulmán (aunque fuera sólo
con una minoría dirigente), pues manifiesta una actitud propia y distinta.
Para su estudio
sufrimos un grave problema de ausencia de fuentes escritas, contando apenas con
fechas, datos históricos y geográficos, novelas y poesía, y casi nada de
literatura artística.
Mapa de la expansión inicial del Islam en Arabia y Próximo Oriente.
Mapa de la expansión del Islam.
Un resumen.
El arte islámico
aparece muy de repente, en un breve tiempo (siglos VII-VIII), sin un proceso de
maduración interna, por lo que es un arte sincrético, que integra elementos y
formas artísticos de las civilizaciones vecinas que ocupa; y se extiende sobre
el inmenso territorio del mundo islámico. En estos dos rasgos se parece al arte
romano. Pero se distingue de este y se parece más al cristiano en que es un
arte fundamentalmente religioso, que se asienta en el espiritualismo y el
trascendentalismo.
El ámbito geográfico
abarca desde Extremo Oriente a España, en un territorio definido por una cierta
unidad climática, que influye en la arquitectura y que ocasiona un contacto con
los sustratos helenístico, bizantino y romano, junto a una diversidad étnica y
cultural. Hay pues una doble tendencia a la unidad y a la diversidad.
El factor básico que
da coherencia al arte islámico es el religioso, y, por extensión, el político e
intelectual. El mantenimiento de unas necesidades religiosas fijas provocó la
consecuente permanencia de unos esquemas artísticos que, aunque podían cambiar
estilísticamente, adoptan unas soluciones básicas que jamás son modificadas
sustancialmente.
En la arquitectura
se basa en unos pocos tipos, especialmente la mezquita, seguida de la madrasa,
el palacio y los edificios públicos (baños públicos, mercados...).
Las artes plásticas
(la escultura y pinturas) están subordinadas a la arquitectura, con una función
básicamente decorativa, por lo que la decoración adquiere rango de arte en sí
misma. La pintura, sin embargo, tiene en la miniatura una cierta trascendencia.
Un papel muy importante tienen las artes menores: cerámica, tejidos, alfombras,
tapices.
El arte islámico
presenta una serie de periodos independientes por razones políticas,
geográficas o artísticas. Las sistematizaciones propuestas son múltiples, como
la de Marçais por escuelas regionales, pero la mayoría de los autores usan una
sistematización por periodos cronológicos.
La sistematización de Marçais por
escuelas regionales distingue: 1) Sirio-egipcia, 2) Magreb (con España y
Sicilia), 3) Persia, 4) Otomana, 5) Hindú, con un desarrollo del arte que sigue
al político, de modo que un cambio de dinastía es seguido por cambios en el
arte.
La sistematización cronológica
comienza en el 622, con la hégira (huida)
de Mahoma de La Meca a Medina. Los primeros califas (632-661) no dejaron apenas
restos artísticos.
1) El periodo Omeya, 661-750, con
capital en Damasco, es una etapa de fuerte expansión territorial, de
arabización, de apertura a las influencias mediterráneas del arte bizantino y el
paleocristiano. Destacan la mezquita de Damasco y el templo de la cúpula de la Roca en Jerusalén.
2) El periodo Abbasí (750-945), con
capital en Bagdad, es una etapa de disgregación territorial pero de auge
comercial y artístico, de iranización y de fusión cultural, dentro de una
amplia tolerancia religiosa. Se confirman los rasgos fundamentales del periodo anterior omeya y
destaca la mezquita de Samarra. Al
mismo tiempo, en España, la pervivencia de una dinastía omeya refugiada allí
asegura en esta época la continuidad del arte omeya, durante los llamados emirato
y califato de Córdoba, entre el 750 y el 1031, con una obra maestra, la
mezquita de Córdoba.
3) El periodo de decadencia y
fragmentación (945-1400), con la multiplicación de centros políticos y artísticos,
por lo que se desarrollan numerosos focos (o escuelas) regionales, que se dividen a su
vez en distintos periodos. En este periodo el califato abbasí decae, mientras que los selyucidas toman el poder en
Oriente, hasta su desaparición conjunta en 1258, junto a la independencia de
los países de Oriente.
En Al-Andalus, después de que el
califato omeya desaparece en 1031 le sigue el periodo de los Taifas
(1010-1080); el periodo almorávide-almohade (1080-1230), con grandes obras en
Sevilla; y el periodo nazarí (1230-1498), con las obras maestras de la Alhambra
y el Generalife.
En el resto del Islam podemos destacar
los idrisíes y aglabíes del norte de África (789-909), con la mezquita de
Kairuán; en Egipto los tulumíes, con la mezquita de Ibn Tulum. La dinastía fatimí
se apodera del Magreb, Egipto y Siria hasta decaer a finales del siglo XI, cuando
sufre el impacto de las Cruzadas y la aparición en su base del Magreb de los
almorávides y luego de los almohades; la presencia de los fatimíes en Egipto (969-1171)
deja dos grandes mezquitas, Al-Azhar y Al-Hakim en El Cairo. Otro pueblo
musulmanes con un arte notable son los turcos selyúcidas de Irán e Irak (s.
XI-XII). La invasión mongol del siglo XIII desintegra los poderes del Oriente Próximo
y los mongoles dominarán un tiempo desde Persia a la India, desarrollando en
Persia (1206-1353) un excepcional arte de la miniatura; les suceden los
timúridas de Asia Central (1370-1500), con sus miniaturas y los edificios de
Samarcanda; los turcos otomanos (desde el siglo XV), con las grandes mezquitas
de Estambul; los mongoles de la India (1526-1707, aunque la dinastía persistió
hasta el siglo XIX), con el mausoleo del Taj Mahal en Agra; y los persas safavidas
de Irán (1502-1736), con los edificios de Isfahan.
1. CARACTERÍSTICAS.
La civilización
islámica.
El Islam es una
civilización con origen en Próximo Oriente (Arabia), iniciada en el siglo VII
gracias a Mahoma, profeta de una religión con Alá como único dios, que se
inicia convencionalmente con la huida de Mahoma a la ciudad de Medina, la hégira
(622). La influencia de la religión es determinante en todos los aspectos de la
sociedad, pues crea unos lazos religiosos y culturales que unificarán pueblos
muy distantes, desde Asia central hasta España.
Los rasgos
principales de la civilización islámica son:
- Organización
política y religiosa centrada en el Califa.
- Unificación del
sistema administrativo en todos los países conquistados.
- Economía de
agricultura intensiva.
- Expansión
comercial.
- Auge urbanístico.
- Brillante cultura,
heredada de Oriente y transmitida a Occidente.
Hay tres periodos en
su auge: Ortodoxo (632-661). Omeya (661-750). Abásida (750-900, aunque la
dinastía pervivió hasta 1258).
A partir del siglo
IX y crecientemente desde el siglo XI hay una larga etapa de decadencia y
fragmentación hasta la nueva expansión otomana de los siglos XV y XVI.
La estética
islámica: religiosidad y sincretismo.
El arte islámico,
pues, está determinado estéticamente por las prescripciones coránicas, la
cultura árabe y las influencias de los países conquistados por el Islam.
- Es un arte
fundamentalmente religioso, que se asienta en el espiritualismo y el
trascendentalismo. En este sentido, también influye su cultura originalmente
nómada y luego urbana.
- Es un arte sincrético,
pues integra elementos y formas artísticos de las civilizaciones vecinas que
ocupa.
- Es un arte muy
abstracto, en el que las artes plásticas son radicalmente no figurativas, sino
decorativas, integradas en la arquitectura. Por ello, el arte islámico es el
más alejado, desde el punto de vista estético, del antropocentrismo clásico.
- Hay una sintaxis
propia en lo formal, pues los elementos cristianos o de otro origen se componen
de modo distinto, cambiando el significado de las formas.
- Los materiales
serán perecederos pues lo que se busca no es la duración sino la belleza (a
través de la ilusión, del efecto), con juegos de luces, colores, decoración y
agua.
- Las matemáticas
rigen la composición, más en el urbanismo y la decoración que en la arquitectura,
con el ejemplo de la ciudad ideal de Bagdad, con su círculo perfecto (un
influjo pitagórico).
Características
generales del arte islámico.
Hay una gran unidad
de las manifestaciones artísticas, en las distintas regiones y a través de los
periodos.
Hay un predominio de
la arquitectura y la decoración frente a la escultura y la pintura.
El auge de las artes
menores y decorativas se explica por el origen nómada de muchos de los pueblos
que integran la civilización islámica, por encima de las influencias de los
pueblos sedentarios sometidos. Destacan tanto las monumentales (mosaico,
azulejo, yesería) como las exentas (tejido, miniatura, cerámica).
El problema
estético de la iconoclastia.
La prohibición (no
coránica sino por interpretación posterior) de representar seres vivos en lo
relacionado con la religión excluyó de los edificios religiosos las
representaciones figurativas, con lo que la pintura y la escultura quedaron
relegadas al campo de las artes aplicadas. Sólo los heterodoxos chiíes aceptaron
un moderado uso del arte figurativo.
Pero el Corán no establece tal
prohibición, por lo que caben dos interpretaciones respecto a este problema del
arte islámico: la teológica y la histórica.
La teológica hace hincapié en el
dominio de la religión sobre el arte islámico, aunque no haya preceptos
artísticos en el texto, salvo críticas a las representaciones religiosas y a
las estatuas que hagan sombra (exentas). La prohibición de los ídolos
materiales es una tradición judía, que se refuerza con los hadit, la
recopilación de profecías, que establecen el aniconismo (recopiladas desde el
750, adquieren rango doctrinal en el siglo IX). Así, el Corán, los hadit
y el acuerdo de la comunidad son las normas del Islam, con una influencia
determinante sobre el arte a partir del siglo IX.
La histórica es defendida por Oleg
Grabar, para quien el aniconismo proviene de la influencia bizantina, como una
reacción ante el enemigo sempiterno, después de la crisis iconoclasta. Así, los
hadit serían una justificación ideológica
de un aniconismo entendido como propaganda política y, en definitiva, este es
siempre relativo, ya desde el periodo omeya, que desarrolla un evidente
figurativismo en lo cotidiano, nunca en lo religioso, mientras que en el
periodo abasida hay dos tendencias: la rigorista (deniega toda figuración), la
tolerante (heterodoxa, chií de Egipto y Persia, con seres vivos en el arte no
religioso). En el periodo nazarí hay ejemplos de figurativismo en las escenas
de cacería de la Alhambra.
2. URBANISMO Y
ARQUITECTURA.
2.1. EL URBANISMO.
Un aspecto
ideológico es la mentalidad nómada del musulmán del desierto, opuesto al
musulmán urbano sedentario. Hay una radical oposición entre ciudad y campo,
como la permanente lucha entre los sedentarios y los nómadas conquistadores que
Ibn Jaldún considera el motor de la historia. De esta oposición nace la idea de
la ciudad mítica e imaginaria.
La concepción del espacio.
La expansión
islámica de los siglos VII y VIII extendió su dominio sobre las ciudades
clásicas en decadencia, junto a ciudades persas e hindúes de tipo oriental.
Sobre estos tipos el Islam impuso una nueva concepción del espacio urbano, de
un carácter vital, biológico, desordenado, orgánico, privado, en oposición al
público de las ciudades griega y romana.
El patio (sahn) de la Gran Mezquita de La Meca en una celebración multitudinaria.
LA CIUDAD.
El Corán no tiene
normas sobre cómo deben edificarse las ciudades y tampoco sobre las viviendas,
por lo que queda al libre albedrío de los musulmanes. Pero sí que influye el
espíritu coránico, muy igualitario.
La única regla universal es la institución
del mutasib, un ciudadano que
soluciona los problemas de convivencia de sus vecinos, protegiendo la seguridad
y la privacidad, pero manteniendo el derecho de paso entre las fincas y
viviendas.
La fundación de
ciudades es una exigencia de la conquista, adaptando el urbanismo de los países
conquistados al propio contexto religioso, social y geográfico, sobre unos
sustratos regionales y locales, pero con un común carácter intimista y secreto,
ligado a la radical igualdad del Corán, en la que los creyentes son como
esclavos de Alá, por lo que su posición depende siempre de la voluntad divina y
no es conveniente manifestarla con signos externos de lujo en la vivienda,
aunque los interiores de los palacios pueden ser de increíble riqueza. Ricos y
pobres conviven en los mismos barrios, sin darse la separación occidental en
barrios de primera y de segunda (al presente comienza a haberla). El retiro
privado, la ocultación del interior de la vivienda al exterior, tiene la
motivación de proteger la intimidad de la familia. Influyen también factores
económicos, climáticos y jurídicos (es notable la dificultad de la expropiación
en el mundo islámico, lo que impide la planificación y reconversión urbana).
Estructura y
elementos de la ciudad.
Modelo de ciudad islámica con ciudadela en la parte superior, medina central y arrabales.
El viajero Ibn Battuta nos ha
proporcionado valiosa información sobre las ciudades islámicas, con sus
monumentos y gentes desde Gao al Sur del Sahara a las ciudades de Persia. Al
Farabi es otro viajero importante por sus descripciones.
El tipo de ciudad
islámica ha variado poco en el tiempo. La ciudad no tiene ordenamiento, ni
tampoco unos requisitos mínimos de vías o higiene, generalmente con ausencia de
cloacas, por lo que las calles están siempre sucias. Hay una escasez monumental
que la diferencia notablemente de la ciudad clásica grecorromana.
Los únicos edificios
o complejos monumentales son la mezquita y el palacio (del gobernador, emir o
califa), junto a madrasas (escuelas
coránicas), hamman (baños públicos), gaysaryyah (mercados
cubiertos), khans (tabernas o posadas para viajeros) y maristans
(hospitales para pobres y enfermos).
La mezquita
principal (jami o aljama) es el centro de la vida ciudadana, como
el antiguo ágora griego, con funciones de escuela, centro de cultura,
administración de justicia, comunicación de las normas, etc. Su minarete para
la llamada de los creyentes es el hito de la ciudad. Chueca, en contra,
considera a la puerta como el elemento primordial de la ciudad islámica.
La plaza del antiguo
ágora se convierte en un mercado (maydan, zoco) y no tiene la función
de la convivencia social sino de centro de comercio y se sitúa junto a las
puertas de la ciudad. Otra zona comercial es una calle longitudinal con tiendas
y talleres (suq, bazar), a menudo porticada y cubierta, adaptando
la antigua avenida comercial helenística.
La ciudad, o medina,
tiene así una estructura de barrios, rabat, que a veces se extienden
fuera de las murallas.
Hay barrios de musulmanes, cristianos
y judíos (la Jara). La Umma, reunión de todos los creyentes, es un conjunto
universal de ciudades, con barrios que son como pequeñas ciudades y calles que
se comportan de un modo asimismo autónomo, con todos los servicios básicos (a
menudo con sus propias puertas) y con una división en arrabales y calles según
los oficios. Así hay arrabales de los barberos, curtidores, halconeros,
alfareros... En España el carácter islámico orgánico ha perdurado en muchos
cascos antiguos, incluyendo Palma, aunque resten pocos edificios musulmanes
intactos.
Hay pequeños barrios dentro de las
murallas, muy cerrados, en los que no pueden entrar los extranjeros, a menudo
con murallas interiores, con su propia mezquita, fuera del paso de las grandes
calles, con numerosos callejones sin salida adarves (derivado de darb), con casas de una extremada
privacidad, como se observa todavía en Túnez.
El barrio de la Casba (con la
fortaleza, Almudaina o Alcázar) es la residencia del jefe militar y de las
tropas, con la doble misión de controlar a los enemigos externos e internos
(rebeldes, pueblos no islámicos). La Casba está junto a las murallas, que en
Occidente son del tipo barbacana (doble defensa), como en Sevilla y Palma de
Mallorca.
Los cementerios se localizan fuera de
las ciudades, como en el mundo clásico, pero los personajes principales serán
enterrados en el interior.
Las calles son básicamente de tres
tipos: 1) Principales, muy axiales y dedicadas al comercio y la comunicación,
2) Secundarias, menos axiales y con poco tráfico, 3) Residenciales,
irregulares, sin tráfico, para las viviendas.
Hay calles principales, axiales, a
menudo por herencia romana (como Alepo y Damasco) por las que circula toda la
población, dedicadas al comercio (Zoco) y los monumentos públicos: mezquitas,
madrasas, palacios, baños, escuelas, locales comerciales de las fondas (del
árabe funduk).
Estas calles principales no tienen
viviendas puesto que no tendrían privacidad. Las viviendas se concentran en las
calles residenciales de poco o ningún tráfico, irregulares, con trayectos
largos y confusos, en una típica estructura alveolar.
Apenas hay plazas, reducidas a los
patios de los grandes monumentos, mientras que los zocos son calles controladas
por gremios, a menudo cubiertas con cañizo, lonas o bóvedas, que suelen ir de
una puerta a otra de la ciudad. Los zocos dedicados a las actividades menos salubres
(como el tinte de los tejidos), se ubican en las afueras.
Los cambios en la estructura de
antiguas ciudades helenístico-romanas: Alepo, Alejandría, Damasco.
La conquista islámica de estas
ciudades conllevó su adaptación a las nuevas necesidades de los conquistadores.
Ya en el periodo bizantino se habían ido borrando algunas de las
características helenísticas, por las destrucciones y los amurallamientos
ocasionados por las guerras con los persas, con el abandono de ágoras, teatros,
circos, etc. Las ciudades helenístico-romanas pasaron a la ciudad islámica sus
grandes avenidas, que fueron adaptadas poco a poco al comercio del zoco,
mientras que las calles principales y secundarias se desviaban y cortaban para
reservar los barrios a las diferentes tribus y etnias. Los barrios cambiaban y
se organizaban de un modo anárquico, creciendo el caos con los sucesivos
cambios de propiedad.
Alepo, con su zona baja residencial y
su ciudadela militar en lo alto de la colina, fue reorganizada según un patrón
irregular en sus calles, manteniendo el uso comercial de la gran avenida
transformada en un Suq o calle
comercial (bazar en persa), y la
plaza central transformada en un zoco grande.
Damasco será la primera capital de los
musulmanes, duranten el califato Omeya (660-750). Mantiene desde entonces
todavía gran parte del trazado regular de la ciudad clásica, pero con cambios
evidentes, al cortarse y transformarse muchos ejes y calles en sentido
curvilíneo e irregular, incluso con numerosas calles sin salida.
El nacimiento de la ciudad islámica
regular.
Las ciudades que tuvieron su origen en
los campamentos militares de la conquista conservaron la impronta de la
organización militar y funcional del territorio.
Al-Kufa (638) fue una ciudad militar,
originada desde un campamento militar para las tropas que habían conquistado
Mesopotamia. Una mezquita y un palacio de Gobierno fueron su núcleo central. Su
plan era radioconcéntrico (hacia el núcleo), con una división zonal por tribus.
Al-Basra (638), más conocida como
Basora, fue otra ciudad ortogonal, más al Sur de Mesopotamia, con funciones de
campamento militar y de puerto en el Golfo Pérsico.
Al-Fustat (640) fue el campamento
militar y primera residencia de los gobernadores en Egipto. Se encontraba cerca
de El Cairo (y de la antigua Menfis) y fue destruida en el siglo XI, para
evitar su conquista por los cruzados.
La ciudad concéntrica de Bagdad.
Bagdad fue planificada en 762 como una
ciudad de trazado regular concéntrico (el núcleo era la mezquita), con cuatro
calles radiales. Era una excepción dentro del Islam, pero pronto el crecimiento
orgánico alteró la planificación, sobre todo desde que fue capital de la
dinastía abasida, llegando a tener un millón de habitantes. Se creó junto al
Tigris en el punto más cercano al Éufrates, al que se unía por canales a lo
largo de los cuales la ciudad creció. Fue destruida por los mongoles en 1258 y
tardó siglos en recuperarse.
Otras ciudades del mundo islámico:
El Cairo, Argel, Fez, Túnez, Córdoba, Sevilla, Palma de Mallorca.
El Cairo fue fundada en 969 por la
dinastía fatimí como nueva capital de Egipto junto a la ciudad de Al-Fustat, se
convirtió en los siglos siguientes gracias a su puerto y el comercio en la
primera ciudad islámica por población (hoy es un monstruo que tiene más de 10 millones
de habitantes). Es un trazado completamente islámico, con una falsa apariencia
regular.
Argel es una típica ciudad irregular
musulmana, fundada en 972-984, que se desarrolló notablemente gracias a la
piratería desde el siglo XVI. Fue conquistada por los franceses en 1830, que
impusieron una red de grandes calles organizando los barrios de la ciudad. La
Kasbah pervivió como núcleo islámico, rodeada de barrios modernos para los
europeos.
Fez fue fundada en Marruecos por el
emir Idris en el 808. Junto a Salé-Rabat tomó el modelo de Túnez, con una zona
residencial complejísima y una zona comercial de Suks. El barrio europeo del siglo
XX, en la periferia, es un contraste por sus calles rectas, grandes zonas
verdes y la escasa densidad de población.
La primera ciudad islámica fundada en
Túnez fue Kairuán, en 671, aunque la romana Túnez se convirtió, por su puerto,
en la ciudad más importante, adaptando las vías antiguas, creando un modelo de
transformación que fue imitado en Almería y Fez.
Córdoba fue la capital en España desde
el 711, sobre una ciudad romana con buenas comunicaciones con el Sur y el Norte
de la península, con un río y acceso a los suministros de la rica región agrícola
andaluza. Se adaptó pronto al nuevo urbanismo islámico, sobre todo con la
dinastía omeya (756-1031), llegando a ser durante el califato del siglo X la
principal ciudad de la Europa Occidental, con ca. 400.000 habitantes. Los
palacios del califa, Madina al-Zahara y del emir, Madina al-Zahira se
encuentran fuera de la ciudad. La medina tenía una muralla de protección para
los barrios interiores. Había populosos barrios fuera de la muralla, como el
Arrabal, con un foso de protección para toda el área periurbana.
Sevilla fue la principal ciudad
portuaria sobre el Guadalquivir, llegando a ser la segunda urbe de la España
islámica. Mantiene aún hoy el trazado islámico irregular en el centro urbano.
En Palma de Mallorca la ciudad romana fue
adaptada mediante un retrazado irregular de las calles. La Almudaina era el
alcázar junto al mar. La medina se fue ampliando con nuevas murallas (dotadas de
barbacanas) para los nuevos barrios destinados recibir a los inmigrantes
musulmanes que huían de la península. Las calles principales de una puerta a
otra eran las actuales de San Miguel, Sindicato... También había las
secundarias y residenciales, incluso sin salida. Los barrios tenían sus propias
mezquitas, luego convertidas en iglesias, como Santa Eulalia, San Miguel, la
misma catedral (probable mezquita mayor, de la que se conserva el emplazamiento
del minarete en la base de la actual torre campanario). Los monumentos se
ubicaban en las calles principales.
Las viviendas.
Las casas son de
varios tipos: unifamiliares (dar) y
de pisos. Se caracterizan por la pobreza de los materiales, el recogimiento, la
intimidad. Las casas de pisos son
grandes bloques de viviendas, trasunto de la insula romana, que son la suma de dos elementos: el wakala (bloque comercial) y el rab (bloque de viviendas).
La tipología de la casa con patio:
sus constantes conceptuales y la variedad de soluciones formales.
Los barrios residenciales del centro (mahallahs) se prolongaban en los
arrabales (arbad) más exteriores. Se
construía primero la casa y luego se prolongaba la calle hasta su puerta, de lo
que resulta un callejero inextricable, con numerosas calles sin salida o
adarves. Este carácter irracional obedece a una lógica distinta de la
occidental. La estructura mental islámica respecto al urbanismo es una relación
jerárquica entre Islam, ciudad, barrio, calle y casa.
La casa musulmana (sakan, maskan) es el recinto de la paz y tranquilidad (sakinah) de la familia, unidad básica de
la sociedad, lo que explica su máxima privacidad (como la que se buscaba en la
antigua Mesopotamia), con la entrada con un muro de privacidad.
La casa se divide en dos partes, la pública
(salamlik) y la privada (haramlik). En las casas grandes esta
división es horizontal, con dos patios. En las casas pequeñas es vertical, pues
la planta baja es pública y el primer piso es privado. Las casas tienen pocos
vanos al exterior y todos, incluso los interiores, tenían cristales, tapices,
paños, maderas, rejas, etc., para proteger la privacidad.
Los materiales son perecederos, con
poca piedra (si la hay se limita a los fundamentos y la parte baja para
reforzar e edificio) y mucho adobe y ladrillo, con la típica mampostería. Esto
se debe al carácter humilde que deben tener las viviendas islámicas, que se
manifiesta asimismo en que es de mal gusto tener más de dos pisos, con excepción
en Yemen y otros lugares.
Hay un patio para la iluminación
interior y para la vida cotidiana al aire libre en plena privacidad. Las casas
se esconden tras fachadas poco ostentosas o incluso se unen unas a otras sin
tener fachadas, manteniendo sólo los accesos. Los balcones son poco frecuentes,
pero si existen son opacos (El Cairo, Sana en Yemen).
El dar
es la casa unifamiliar típica de la clase media en el Norte de África (se
conservan muchos casos en Fez del siglo XVI), equivalente a la domus romana. Las algorfas son las casas
más pobres (la etimología se mantiene en un lugar de Calvià, en Mallorca) y
también se llaman así los voladizos de los pisos altos que a veces pasaban
sobre la calle hasta la manzana vecina.
Hay que precisar para entender estos
desarrollos irregulares de las viviendas que la familia musulmana es mucho más
extensa que la occidental, pues se amplía con más parientes, desde los abuelos
a las varias mujeres, hasta que en tiempos recientes se ha reducido mucho la
poligamia.
Las normas de la edificación de las
viviendas prescriben que los voladizos (Sabat)
deben tener una altura mínima (un hombre sobre un camello), que las ventanas
estén a una altura que no permita la visión del interior, así como que las
puertas y las ventanas no pueden estar una delante de la otra (para evitar una
perspectiva de la vida privada en un descuido de los habitantes), dentro de la
generalización de la entrada en línea quebrada, que imposibilita la visión
completa del interior, como también ocurría en la casa oriental. Incluso las
ventanas de las estancias que dan al patio son opacas, para evitar que los
invitados, puedan ver la vida interior.
El plano de la casa dar
generalmente es irregular, con una distribución muy similar:
- Una entrada en quebrada.
- La sala de recepción. El macat
es una tipología de sala de recepción abierta al patio y el jardín.
- Un patio cuadrado o rectangular en
el centro o en un lado para la distribución de las estancias.
- Las estancias de la vida cotidiana
privada. Estas estancias se reparten en dos zonas: la masculina y pública de
recepción; la femenina, más privada (cocina, harén), generalmente en el primer
piso, junto a los dormitorios.
Adaptaciones al medio climático son el
construir las casas muy próximas (para evitar el sol y el viento seco), las
comodidades de ventilación (habitaciones muy altas para favorecer la aireación)
y humificación, de superficies de agua para mantener la humedad y dar un sonido
apacible, las plantas olorosas en macetas o jardín (jazmín, azahar, nunca
geranios).
Las puertas están adosadas al exterior
en Occidente, con decoración. Los elementos añadidos y muebles son de baja
calidad y mal gusto (salvo las alfombras, que suelen ser de gran calidad).
Muchas casas son tan antiguas como del siglo XV y siguientes, hasta la
actualidad, en un proceso de degradación en el que los centros urbanos han sido
abandonados a las clases sociales más pobres mientras la clase media pasa a
vivir en barrios de tipo europeo con aire acondicionado (para suplir la poca
adaptación climática de las casas de tipo occidental).
Para el estudio del dar hay una documentación muy importante
que ha permitido la reconstrucción teórica de los edificios del pasado. El waqf es el documento que describe las
casas donadas a las mezquitas, quedándose el anterior dueño el usufructo
perpetuo (para él y su familia), con lo que se consigue que la propiedad no
pueda ser confiscada o expropiada.
La casa de pisos en el mundo
islámico.
El bloque de viviendas es excepcional
dentro de la tendencia general de la vivienda urbana unifamiliar.
Las casas de pisos son grandes bloques
de viviendas, trasunto de la insula
romana, que son la suma de dos elementos: el wakala (bloque comercial) y el rab
(bloque de viviendas).
El wakala
es un funduk (fonda o alhóndiga)
comercial, de trazado rectangular o cuadrado con patio en medio para el
comercio, con las plantas bajas con un mezzanino
(división en dos niveles del arco inferior), habilitado para almacén de
productos. Es el mismo tipo de edificio del caravansar
(posada comercial para las caravanas) en el campo.
En El Cairo, desde el siglo XIV, este
tipo de edificio se difunde mucho, porque los sultanes favorecieron su
construcción. Se necesita espacio y sobre la estructura comercial anterior se
pone otra estructura, el rab, un
bloque para viviendas de clases medias que no podían vivir en un dar. De este
modo se separaban las áreas comerciales y residenciales pero no ya en
horizontal en barrios, como antes, sino en vertical. Algunos bloques son
inmensos, con hasta 2.000 habitantes y el edificio Bab el Nasr tenía 400
habitantes.
Las fachadas son generalmente más
bellas que las del dar, con simetría en las ventanas, entradas monumentales
bien decoradas, con cierta similitud a la casa veneciana de pisos.
Se separan las entradas del comercio y
de la vivienda. El vecino llega a su vivienda por unos pasillos que son como
calles cerradas. El pasillo de las viviendas rodea cuidadosamente el patio o
las viviendas, para no dejarlas sin luz exterior.
Las viviendas son generalmente de dos
plantas, muy estandarizadas en su distribución interna, para permitir la
entrada en quebrada y la división en zonas masculina y femenina.
La planta de una vivienda de unidad de
habitación de Le Corbusier (Berlín), con su dúplex funcional, se parece mucho a
la islámica.
Tipos especiales de viviendas musulmanas.
Una típica casa de la Kasbah de Argel
tiene tres pisos: 1) La planta baja tiene entrada, patio (que se eleva por toda
la casa), cocina, letrina, dormitorio y escalera. 2) La planta primera tiene la
proyección del patio y dos dormitorios. 3) La planta segunda tiene la
proyección del patio y dormitorio, con una terraza sobre uno de los dormitorios
de la planta primera. Las plantas de la casa y de las habitaciones son de
planta irregular. El uso de las habitaciones varía según la hora del día y la
estación del año, de acuerdo a la gran adaptabilidad de la casa islámica.
En Fustat había pórticos (ilwan) en los lados del patio, para
aumentar la superficie iluminada, aireada y de vida cotidiana de la familia.
Hay este tipo en muchos lugares actuales (Túnez, Persia).
Un ejemplo excepcional son las
casas-torre de los clanes familiares de Sana (Yemen), famosa por su gran
altura. El material es la piedra abajo y el ladrillo arriba, con grandes
ventanales cubiertos en Edad Media con telas enceradas y luego con ventanas con
alabastro translúcido o con escayola. Cada casa tiene su propia entrada y no
hay patio.
La parte inferior y la superior se
reservan al hijo mayor (con grandes vistas al exterior). Las manzanas tienen
huertos urbanos en su centro. La impermeabilización de las azoteas, baños y canalizaciones
se hace con una pasta a modo de estuco.
Los sistemas de ventilación islámicos
son muy diversos e inventivos, como en las viviendas de la costa del Índico
africano, donde hay unos tubos orientados a la brisa del mar, a la par que dan
iluminación. El arquitecto Josep Lluís Sert imitará este método en Occidente en
la Fundación Miró de Barcelona para recibir la luz, así como su maestro Gropius,
que lo conoció en un viaje por Irak.
EL JARDÍN.
El jardín islámico es de uso privado,
y si hay actualmente jardines públicos es una excepción, contraria a su
normalidad en Occidente. Es un Cielo en la Tierra, una representación del ideal
de Paraíso islámico. Téngase presente que la palabra griega Paradeisos procede de la persa Paerdis, que significa "Cercado" o "Jardín", y hay una larga tradición en Próximo Oriente de jardines como imágenes terrenas del mundo celestial.
El jardín tiene un trazado muy racional,
ortogonal, por lo común cruciforme. Se recortan los setos para representar
formas geométricas artificiosas, domesticando la Naturaleza. Se cultivan
plantas exóticas, de formas caprichosas y colores de gran variedad e intensidad.
El perfume de las flores (jazmín, azahar, rosa...), es esencial en este jardín.
El agua es un elemento vital en el
jardín, como sonido musical y como espejo en el que se refleje la arquitectura.
Los tratados de agricultura dedican
muchas páginas a los jardines, a la mecánica para facilitar el movimiento del
agua, a las siembras más adecuadas para lograr colores y perfumes en ciertas
épocas del año. Incluso se llega al estudio del jardín interior, en una
asociación arquitectura-jardín, con los movimientos del agua y los perfumes que
dan gozo a la persona.
2.2. LA
ARQUITECTURA.
CARACTERÍSTICAS.
La arquitectura
recibe la influencia de una cultura nómada, manifiesta en las estructuras
arquitectónicas abiertas con patios y pórticos cubiertos generalmente con
terrazas.
La arquitectura se
desarrolla horizontalmente. Su único elemento vertical, el alminar de las
mezquitas, obedece a la necesidad de convocar a los fieles a los rezos
prescritos.
Los exteriores
muestran desnudez, con pocos huecos, y si en las fachadas hay exornaciones
importantes, se las delimita claramente. Las excepciones a esta regla, como los
delicados relieves en los muros de la fortaleza de Msatta, en la Siria del
siglo VIII, son consecuencia de influencias preislámicas, sobre todo helenísticas.
El Islam no inventa elementos
nuevos pero sí cambia su sintaxis. La tipología es relativamente reducida:
1) Religiosa:
mezquita, ribat, madrasa,.
2) Civil: palacio,
alcazaba, caravansar, hamman.
Sus características
son la escasa altura, la amplitud, el intimismo, el abandono del exterior para
concentrarse en la belleza interior, la tipología predominantemente religiosa,
el minucioso estudio de la composición (basada en la repetición rítmica de
ciertos elementos) y de la iluminación (mediante la utilización de ámbitos
abiertos, cerrados y semicerrados sucesivamente).
- La arquitectura se
desarrolla en el interior, con una escasa importancia relativa de las fachadas
del exterior (que sólo ocasionalmente traducen el interior). Es una
arquitectura que deriva del modelo de casa con patio interior, indistinguible
dentro de una ciudad, como vemos en la mezquita de Kairuán, tapada por los
edificios vecinos hasta sus mismas puertas, aunque desde el siglo X hay una
tendencia oriental a distinguir decorativamente los exteriores, sobre todo en
Persia.
- No hay edificios
especializados en funciones. La forma de la mezquita se adapta a una pluralidad
de funciones.
- No hay una
planificación regular de las plantas, salvo en los primeros palacios omeyas.
Hay un crecimiento orgánico, con la adición de nuevas unidades, en la que por
lo común no hay ejes direccionales.
- Hay una escasa
preocupación por los problemas estructurales, que son secundarios respecto al
“efectismo visual” manifiesto en la decoración de los elementos constructivos,
por ejemplo con arcos que no son soportes sino ornamentales.
MATERIALES Y
ELEMENTOS.
Los materiales son
muy pobres: mampuesto, ladrillo, madera y yeso. La piedra se usa sólo en los
edificios más relevantes. Los materiales son pobres y perecederos. Si en el
periodo omeya se usaba aún el sillar regular de piedra, con los abasíes se usa
sólo el ladrillo (secado o cocido). En
los alminares se acostumbra a edificar el primer piso de piedra (para la mayor
solidez del edificio) y los superiores de ladrillo. Esta pobreza de los materiales
puede tener una doble explicación: material (la pobreza de la sociedad y la
insuficiencia de las fuentes de materiales) y estético-religiosa, que es la más
probable, por influencia del Corán, cuya actitud ante Dios y la caducidad de la
vida es muy pasiva. Una sura del Corán dice: «Dios es lo único real y
permanente». El dogma de que «Dios es voluntad», y por ello también cambio y
movimiento a su voluntad, sin libre albedrío humano, es una posición contraria
a la inalterable naturaleza del cristianismo, con un cosmos inalterable, en el
que los materiales son perdurables, al contrario del Islam, en que los
materiales duran poco.
Los soportes son generalmente columnas, a menudo
reutilizadas de construcciones anteriores, delgadas, sin modulación clásica, con
capiteles corintios o de mocárabes. En el periodo omeya se reutilizaron
columnas anteriores (mezquita de Kairuán). En el abasida los capiteles son
nuevos, de una derivación del corintio, curvando más las hojas de acanto. La
columna propiamente islámica nace con el califato fatimí (s. XI, en Egipto),
con un fuste anillado y un capitel corintio, mientras que el capitel
propiamente islámico o “morisco”, nace en el califato almohade del s. XIII, con
dos masas superpuestas (un tronco cónico decorado con vegetales estilizados y
un cilindro con meandros). En la columna nazarí hay una basa.
Los pilares son
escasos; se difunden en la arquitectura abasida, mientras que en otros periodos
se usan a la vez la columna y el pilar.
Los arcos son de una
extraordinaria variedad: medio punto, de herradura, peraltados, de quilla de
barco, polilobulados, mixtilíneos, entrecruzados... En el Oriente omeya se difunde primero el arco de
medio punto, al que desde los abasidas se añade el apuntado (o almendrado),
mientras que en Occidente se difunde el arco de herradura (se cree que por
influencia visigótica). Son arcos con frecuencia peraltados, enmarcados en un
alfiz (cuerpo rectilíneo), con el muro ornamentado (albanegas). El de quilla de
barco es propio de Egipto. El arco polibulado aparece en el siglo IX y después
el mixtilíneo (con lóbulos y rectas alternados). Los arcos entrecruzados tienen
dos pisos de arcos.
Las cubiertas son
generalmente de madera, planas al principio.
Las bóvedas aparecen
más tarde: son semiesféricas de cañón, apuntadas o no, y desde el siglo X se
utiliza la de arista, formando arcos que se cruzan dejando un polígono central,
la cúpula de gallones.
Las pequeñas cúpulas de yeso cubren
los espacios más sagrados. Las cúpulas tienen una intención más decorativa que
arquitectónica, siempre exteriorizada, como la bizantina y en contra de la
occidental. Tienen yeso en el interior y plomo en el exterior en el periodo
omeya, se hacen de ladrillo en el periodo abbasí y se cubren con azulejo a
partir del siglo XI. Evolucionan
en varios tipos:
- Con trompas y pechinas.
-
De nervaduras, desde el s. X (mezquita de Córdoba), que se caracterizan por no
cruzarse en la clave. Pudo influir en la bóveda ogival
gótica.
- De mocárabes (también llamada de muqarna,
almocávar o estalagtitas). Decorada con los mocárabes, de discutido origen: a)
Para Oleg Grabar derivan de la decoración con prismas de yeso de los palacios
orientales. b) Para otros autores tienen un origen estructural a partir de la
trompa. Su comienzo se localiza en Irán, hacia el s. X, y llega a Occidente en
el siglo XI. Un ejemplo bellísimo lo encontramos en la Alhambra.
La decoración se
basa en la labor de ataurique de motivos vegetales entrelazados (sobre todo las
hojas de palmera), geométricos y epigráficos.
LA MEZQUITA.
La mezquita es el
edificio emblemático del Islam, lugar de reunión y culto. La mezquita original
deriva de la casa de Mahoma en la ciudad de Medina, con un patio, una zona
cubierta para dirigirse hacia la Meca y otra para asuntos privados.
Estructura y
elementos: el Haram y el Sahn.
El modelo más común
es el sirio. La mezquita consta de un gran patio porticado con fuente central,
comunicado con la gran sala de oración (haram), con sus variados arcos
de sostén (esquifados, de herradura o polilobulados, etc.), con los únicos
elementos decorados con riqueza, el púlpito (almimbar) y el mihrab.
Este es el esquema de las más bellas mezquitas de Siria, Palestina, Egipto,
Magreb y España. Se sigue utilizando hoy para las nuevas mezquitas.
La dimensión de la
mezquita se diversifica en la aljama (mezquita principal), en la que se hace la
oración solemne de los viernes, y la secundaria, de menores dimensiones en los
barrios, para los oficios religiosos diarios.
Se divide en dos
zonas principales:
- El Haram, sala de
oración dividida en naves paralelas; la central es la mayor.
- El Sahn, patio
generalmente porticado.
En la sala de
oración, el Haram, se encuentran:
- Quibla:
muro orientado a La Meca, que indica la dirección de la oración.
- Mihrab:
punto direccional en el muro de la quibla, generalmente ornamentado con lujo.
Es un ábside de origen cristiano o judío.
- Maqsura:
lugar de oración del califa o emir, a menudo cubierto con una cúpula. Se sitúa
frente a la quibla.
- Sabat:
pasillo para dignatarios, situado en la quibla. Se halla sólo en algunas
mezquitas.
- Mimbar:
cátedra o púlpito elevado, de madera, para que el imán de la mezquita dirija
las oraciones. La dikka es una tarima más al interior de la mezquita
aljama, para los repetidores del sermón.
- Saquifa:
lugar para las mujeres, generalmente a los lados o a los pies de la nave.
En el patio, el
Sahn, se encuentran:
- Alminar:
minarete o torre para que el muecín o almuédano (clérigo convocante)
haga la llamada a oración. Está situado en uno de los extremos. Tiene forma
cuadrada o circular. La variante más
difundida por el Magreb y España deriva del minarete omeya de la mezquita de Damasco,
en forma de alta torre de planta cuadrada con azotea y torrecilla. Se halla
también en Egipto, en la mezquita tunecina de Sidi Uqba, en el alminar
reformado de la mezquita de Córdoba y en los almohades de Marráquech, Rabat.
Mansura (cerca de Tremecén), Argel, la Giralda de Sevilla. Es excepcional el minarete
abbasí de al-Malwiyya, de la ruinosa mezquita de Samarra (Irak, h. 850), un torre
cónica con rampa exterior en espiral, con una posible influencia del zigurat
mesopotámico. Los alminares persas son cilíndricos, con abundante decoración
exterior en azulejo. Los
alminares turcos selyucidas y otomanos derivan de los persas anteriores, son
muy altos, cilíndricos y esbeltos y siguen este modelo los de la India (siglo
XI), mientras que los del Gran Mogol (desde el siglo XVI) son más robustos,
adaptando la arquitectura hindú.
- Riwag:
pórtico en torno al patio, para resguardar a los fieles.
- Sabil:
fuente para lavarse los pies los fieles antes de entrar en el Haram.
- El tesoro es un
cubículo en el patio, para guardar los objetos más valiosos (mezquita de Susa
en Tunicia), junto a la fuente de las abluciones.
A partir de este
modelo, en el que se repiten la mayoría de estos elementos, hay múltiples
variedades regionales.
PERIODOS DE LA
MEZQUITA.
Cabe distinguir dos
grandes periodos en la evolución de la mezquita, el primero de formación
(omeya) y el segundo de consolidación del tipo (abasida). Les seguirán unos
periodos de una gran fragmentación regional, de la que sólo destacaremos unos
ejemplos.
Periodo omeya.
En este periodo hay
una fuerte influencia bizantina.
El primer gran
edificio es la mezquita de Omar en Jerusalén, h. 700, también llamada el
Santuario de la Roca porque alberga la roca desde la que, según la tradición,
subió Mahoma al cielo. Tiene una planta centralizada octogonal (influencia del
mausoleo cristiano del Santo Sepulcro de Jerusalén). Su exterior está decorado
con mármoles de colores. Está coronada con una gran cúpula, sobre un tambor.
La Gran Mezquita de
Damasco sigue la planta de una basílica cristiana bizantina preexistente. Tiene
una planta de tres naves paralelas a la quibla, con una axialidad propia de
esta arquitectura omeya (que se perderá en la abasí y volverá en la omeya de
Córdoba y la fatimí). Tiene columnas reutilizadas y pilares, arcos de medio
punto y herradura. Hay un pabellón del tesoro en el sahn, de planta octogonal,
con cúpula. La forma de su alminar es la más difundida posteriormente por el
Magreb y España, con una alta torre de planta cuadrada con azotea y torrecilla.
La decoración es excepcional, con mosaicos y temas arquitectónicos de
influencia bizantina.
El modelo omeya se
consolida con la mezquita de Al-Aqsa en Jerusalén, un poco posterior, levantada
sobre el gran templo judío de Salomón. Tiene una gran nave central (al fondo
está la quibla y el mihrab) y seis naves laterales (tres a cada lado), Hay una
cúpula y un pequeño patio. La decoración es de paneles esculpidos, con una
decoración típicamente omeya. Tiene las naves perpendiculares a la qibla. El
mismo modelo sigue la mezquita de Medina.
A partir de aquí
cabe ya hablar de una arquitectura propiamente islámica, con distintos tipos de
mezquita: la omeya (axial, hipóstila), la abasida (emparentada con madrasa más
tarde), la fatimida (con planta en forma de T), la iraní (con iwan y cúpula),
la turca otomana y la mezquita-mausoleo.
Periodo abasida.
En el periodo
abasida, la influencia bizantina es sustituida por la persa, que ofrece la
tradición sasánida.
Destaca la Gran
Mezquita de Samarra (Irak, h. 850), la mayor del Islam, aunque sólo quedan su
muralla y su gran alminar helicoidal.
La Mezquita de
Abu-Dalaf (859) comienza el modelo de mezquita en forma de T, con una nave
transversal paralela al muro de la quibla.
El primer periodo
del norte de África: la mezquita en forma de T.
En Túnez está la
Gran Mezquita de Kairuán, como la de Susa (Tunicia), que sigue una nueva direccionalidad,
con una nave central más ancha y de mayor altura, perpendicular a la qibla,
también en una nave más ancha, con una cúpula (de trompas) en la intersección.
Forma así una planta en forma de T. Erigida hacia 670, fue muy reformada por
los aglabíes en el 836, con influencias hispano-omeyas con una ampliación a 17
naves que aún terminan en la nave transversal de la quibla. El minarete,
cuadrangular, tiene tres cuerpos, de tamaño decreciente.
La planta en forma
de T se difunde con el califato fatimí y el almohade. Se sustituye la columna
por el pilar (con columnillas adosadas), como en la mezquita de Ibn Tulum en El
Cairo. Mientras, la reconstrucción del siglo X de la mezquita de Susa emplea el
arco de herradura en el pórtico del patio.
En el Egipto de los
tulumíes destaca la Mezquita de Ibn Tulum en El Cairo, h. 879, según el modelo
abasida: amplio patio, minarete rodeado por una rampa en espiral. En el
posterior periodo fatimí, se levantó en El Cairo la Gran Mezquita de Al-Azhar
(finales siglo X), con varios edificios monumentales, de influencia abasida.
Destaca el gran patio, con un pórtico de 300 columnas. La sala de oración tiene
dos cúpulas sobre tambor con arcos. Tiene una rica decoración vegetal y
epigráfica.
La mezquita turca
selyúcida.
En Anatolia y el
resto de sus dominios (con su influjo en Turquía y la India), los turcos
selyuqíes difundieron otro tipo, de planta reducida, con rica fachada, a veces
entre dos esbeltos alminares. Pero lo más notable es el empleo masivo del iwan
y de la cúpula.
Es una lenta
evolución desde el tipo abasí: 1) en el siglo X con una sala hipóstila de
pilares, un patio porticado; 2) en el siglo XI con una cúpula ante el mihrab;
3) en el siglo XII con iwanes en los cuatro lados (con un iwan más importante),
cubriendo las galerías del patio con múltiples tramos cupulados (como en el
interior), en una planta cruciforme similar a la madrasa. Mientras, se
multiplican las funciones del conjunto (educativas, alojamientos, hospital,
etc.)
Desde el siglo XV
aparecen en Irán grandes mezquitas cupuladas, con grandes iwanes en el patio,
con interiores y exteriores revestidos de bellos azulejos.
La mezquita turca
otomana.
Destaquemos en
especial a los turcos otomanos, con las grandes mezquitas de Estambul, como la
Mezquita Azul, de planta centralizada y grandes bóvedas, imitando la iglesia
bizantina de Santa Sofía. La mezquita otomana deriva de los modelos bizantinos,
con una centralización de la planta (Santa Sofía es la influencia mayor),
aunque también se emplean plantas cruciformes (modelo de los Santos Apóstoles
de Constantinopla y de San Juan de Éfeso). Se incorporan elementos de la
arquitectura iraní: cúpulas en los pórticos, minaretes cilíndricos y altos.
La mezquita
Suleymanye, del sultán Solilmán I, en el siglo XV, tiene una planta central,
imitando a Santa Sofía, añadiendo un patio y un pórtico cupulado. La mezquita
Azul de Ahmed, en el siglo XVII, tiene una planta cruciforme, con tramos
cupulados, ocho minaretes, epigrafía islámica y claras influencias europeas.
La mezquita-mausoleo.
La mezquita-mausoleo
tiene una doble función: religiosa y funeraria. Aparece en el siglo X en Irán
(Bujara es la primera). En Irán muchos mausoleos son de planta poligonal con
cúpula puntiaguda (como los antiguos palacetes sasánidas) y esta variante pasó
a Egipto (siglo XII), con los ayyubíes y los mamelucos, que edificaron en El
Cairo el conjunto de las “tumbas de los califas”. Es un modelo de planta
cuadrada, con cúpula (símbolo de poder) realzada sobre un alto tambor.
El mausoleo entre
los selyucidas es una alta torre cónica de ladrillos (türbe). La
dinastía tártara timurí desarrolló (desde finales del siglo XIV) una variante
de mausoleo con gran riqueza de mocárabes estalactíticos y relucientes azulejos
en sus zaguanes y cúpulas. Un conjunto importante es el de Samarcanda, con el Gur-i
Mir, sepulcro de Timur (inicios del siglo XV). Hay una entrada en cada
lado. En el imperio hindú del Gran Mogol los mausoleos son bellísimos
pabellones rodeados de grandes jardines (como el Taj Mahal en Agra, siglo
XVII).
LOS OTROS EDIFICIOS.
Madrasa.
La madrazas (o
medersas) son escuelas coránicas y jurídicas a la vez que alojamiento
estudiantil. Tienen planta en cruz en torno a un gran patio cuadrangular, con
iwanes en los centros de los muros para dar la enseñanza. Surgió en Irán (siglo
XI), con forma de mezquita, con la forma sasánida del iwan (entradas con
semicúpulas o puerta-sala abovedada y abocinada al exterior) en el centro de
cada lado. Uno de los iwanes, realzado en altura y decoración, sirve como mihrab
(para mirar hacia la Meca). Los lados sirven para alojamiento en uno o dos
pisos, con pequeñas celdas.
La forma de la
madrasa se extendió hacia el Oeste desde el Irán, donde en el siglo XII se
fusionó con la mezquita, que toma el plan de la madrasa y su doble función
religiosa y educativa. La madrasa más ostentosa es la de la madre del sah en
Isfahan (h. 1700).
Ribat.
Los ribat,
fortaleza-convento del Magreb (siglo X-XI), de forma fortificada y de mezquita
a la vez. Su primera función era la religiosa-militar de albergar a los
guerreros de la Guerra Santa antes de sus expediciones, como vemos en la de Susa
(Túnez), con sus muros almenados. Desde el siglo XIII su función es ya sólo
monacal, de retiro espiritual, engrandeciéndose con una mezquita, biblioteca,
etc., alrededor del patio central, aunque sin el plan riguroso de los
monasterios cristianos.
Monumentos
funerarios.
Los monumentos
funerarios en forma de cuadrado cubierto con cúpula y decoración de mocárabes
estalactíticos y de cerámica de relucientes azulejos, como en el Mausoleo
(Gur-i Mir) de Tamerlán en Samarcanda, de la dinastía tártara timurí (finales
del siglo XIV). En el imperio del Gran Mogol los mausoleos son bellísimos
pabellones rodeados de grandes jardines (como el Taj Mahal en Agra, del siglo
XVII).
Palacios.
El palacio adoptó
dos formas: como alcazaba y como ciudad palaciega.
La alcazaba (o
alcázar) por lo general estaba apartada de la ciudad. Es un núcleo fortificado
dentro o junto a una ciudad, generalmente en lo alto de colinas, con los edificios
de una pequeña ciudad: ceca, mezquita, biblioteca, casas privadas, talleres,
jardines, etc. Como consecuencia de una organización social jerárquica tiene
múltiples funciones: castillo fortificado, villa de lujo, residencia de la
Corte, centro administrativo. Se estructura con diferentes dependencias
alrededor de patios abiertos. Destacan en la Siria omeya algunos palacios en el
desierto, como Msatta. Más tarde, en Argelia el de los hammadíes, en España la
alcazaba de Málaga y la Aljafería de Zaragoza.
En cambio, en
Oriente se prefirió la forma del palacio sasánida (Ujaydir y Balkuwara en
Irak), con distintos niveles (la corte arriba, jardines en medio y las oficinas
abajo) que se imitó en parte en el palacio cordobés de Madina al-Zahara y en el
conjunto granadino de la Alhambra y el Generalife (siglo XIV-XV), cuyo estilo
decorativo influyó en el Alcázar de Sevilla, construido para Pedro I de
Castilla.
Fortificaciones.
En las
fortificaciones destacan las tres monumentales puertas de las murallas de El
Cairo (siglo XI) y la ciudadela de Alepo (siglo XII), de influencia bizantina;
en España las puertas de Toledo y en Marruecos las de Rabat y Fez.
Edificios civiles.
Destacan los grandes
edificios para alojamiento de viajeros y mercancías: en Egipto (okel),
en Turquía (caraban saray) y en el Magreb (fondak). En Granada
destaca el Patio del Carbón (siglo XIV). Subsisten muchos de los antiguos
complejos mercantiles, los zocos, con callejuelas (a veces cubiertas), que se
cruzan, como el vasestan turco de Brusa (siglo XIV). Los baños públicos
son muy numerosos.
3. ARTES PLÁSTICAS Y
DECORATIVAS.
La figuración en
el arte islámico.
Como hemos dicho
antes, la figuración no fue prohibida por Mahoma, pues el Corán sólo rechaza
los ídolos pre-islámicos. La prohibición nació en el siglo IX, por imposición
de los hadits (obras interpretativas) de los teólogos, que incorporaron
la doctrina de la iconoclastia a la Sunna. Se acusó a los pintores de
querer imitar el poder creador de Dios al dar la ilusión de la vida, con lo que
se cortaron los lazos del arte islámico con la figuración tan desarrollada en
la Siria bizantina y la Persia sasánida. Pero subsistió la figuración en muchos
lugares, en los menos sometidos a la ortodoxia sunní. Eliminada en las
mezquitas y los libros coránicos, se refugió en los palacios, en las miniaturas
en los libros (obras de ciencias, historia y literatura), en la cerámica
popular, en las placas de marfil...
Pero, con la
creciente intolerancia, fue reduciendo su ámbito, y en el siglo XIII ya apenas
restaba en las bibliotecas. Los centros más activos de la ilustración de libros
serán Bagdad (hasta su destrucción en 1258), Irán (siglo XIV-XVI con apogeo en
la época safávida de Abbas I), la India (desde el imperio mongol fundado por
Babur en 1526) y Turquía (desde el siglo XVI).
DECORACIÓN.
Pese a la
importancia de la mezquita, es en lo decorativo donde el Islam pone de
manifiesto su idiosincracia plástica. La decoración es un rasgo esencial del
arte islámico, siempre a la búsqueda de la ilusión, con el juego de la luz
indirecta y tamizada por celosías, el agua estática o corriente que refleja la
arquitectura y la ornamentación, el jardín o el paisaje abierto desde los
miradores, etc. La finalidad es recrear el Jardín perfecto, en el Cielo, sobre
todo en los sahn, los patios-jardín (el Patio de los Leones en Granada).
Los motivos
decorativos deben mucho a las artes suntuarias, así como en la técnica, y a
través de ellas se difunde la ornamentación por todo el Islam, con escasas
variantes (como la almohade), sucediéndose los cambios en temas y técnicas y
llegando en pocos decenios al otro lado del mundo islámico.
Los materiales son
casi siempre perecederos. Se puede seguir en ellos la evolución de la
decoración:
1) Omeya: madera en
las entradas y ventanas; placas de mármol y mosaicos en las paredes; piedra
esculpida en unos pocos lugares.
2) Abasida: el
mosaico disminuye su importancia, mientras que la piedra y el mármol dejan de
usarse en favor del ladrillo. El azulejo (cerámica alicatada) se difunde, así
como el estuco desde su posible origen iraní, pintado desde el siglo X,
beneficiado por su gran economía y versatilidad.
3) Disgregación, en
los siglos XII y XIII, se diversifica la decoración, con un Oeste austero
(Magreb, España) y un Este de gran riqueza decorativa, con el yeso y el color.
Características.
Se trata de una
decoración plana, carente de un eje de simetría y con una tendencia a la
repetición. En suma sus rasgos son:
- No jerarquización.
- Su función más
habitual es la de revestimiento mural, por que se suelen hacer sobre planchas
de yeso, madera, ladrillo, cerámica o mármol, dando a los edificios un carácter
muy específico (como vemos en la Alhambra de Granada). Este afán decorativo
transformó incluso elementos estructurales en ornamentales.
- Repetición
indefinida de los motivos ornamentales, en una composición en orden geométrico
y dirigida a lo alto, plana (sin profundidad), con un crecimiento orgánico sin
límites, infinito a voluntad y sin jerarquización.
- Horror vacuii, con una completa
ocupación del espacio con motivos muy pequeños.
- Ordenación
geométrica, tanto en el motivo como en la composición, basada en una estructura
matemática y la simetría, como en los paneles rectilíneos de la Mezquita de
Córdoba, con su eje de simetría en el centro, encuadrados en los alfices y
paredes.
- Plana, sin
profundidad.
- Dirigida a lo
alto, pues la atención del espectador siempre se dirige hacia los motivos
suspendidos arriba, tanto los mocárabes o mosaicos, como los ricos capiteles
sobre lisos fustes.
Los motivos decorativos.
La clasificación de
los motivos es:
- Vegetal sobre
todo, en el periodo omeya, con un repertorio bizantino esquematizado. Hay
también temas geométricos simples. El ataurique es un entrelazado vegetal muy
complejo, en el que a menudo se intercala figuración humana y animal. La media
palmeta es de origen iranio.
- Lineal o
geométrica (lo que se avenía con la psicología árabe), en el periodo abasida,
con un completa esquematización del ataurique, aunque nunca desaparece el tema
vegetal. Las formas más frecuentes son polígonos, triángulos, cuadrados, rombos
y estrellas, en variadas combinaciones. Aparece el arabesco como un motivo
geométrico de líneas interminables y gran complejidad.
- Epigráfica, con el
empleo decorativo de inscripciones, facilitado por la elegancia de la escritura
arábiga, que valora la sacralidad de la palabra. Tiene dos tipos: A) Cúfica
(cuadrada o rectilínea). B) Cursiva (nesjí, redondeada), desde el siglo
XII. Según Oleg Grabar hay cuatro tipos de inscripción: informativa (fechas de
la obra, soberanos), reiterativa (suras coránicas repetidas), iconográfica
(función del edificio, asociaciones simbólicas) y poética.
- Figurativa, que
puede ser pintada o esculpida (periodo omeya). Son figuras humanas o animales
(pavos, perros, grifos), en escenas de cacería, fiestas con música en el
palacio, etc. En el periodo abasí evoluciona hacia el antinaturalismo, sin
hacer retratos, con linealidad, como en la pintura mural de Samarra, Dos
bailarinas, con su composición en espiral y su leve modelado con fin sólo
ornamental. Para Oleg Grabar la pintura omeya se hacía en el espacio público y
la abasí en el ámbito privado.
- Paisajística, sólo
en el arte omeya, con el ejemplo de la mezquita de Damasco, por una influencia
helenística, aunque Grabar apunta la ausencia de figuras humanas en este
paisaje como relacionada con el jardín del Paraíso coránico.
Mocárabes, junto a palmetas y otros motivos vegetales.
ESCULTURA.
Salvo en la primera época omeya, que mantuvo algo del gusto bizantino, hay escasas
obras escultóricas, generalmente con intención decorativa, como los animales del
Patio de los Leones en Granada, o algunas figuras aladas.
Sí abundan más las piezas de orfebrería que reproducen animales pero no es propiamente escultura y también hay escenas narrativas con
figuras en las labras en marfil (botes, cofrecillos, olifantes), hechas en el
Egipto fatimí, la Córdoba omeya y Cuenca, o en las cajitas de marfil de Sicilia (siglo
XII), ya en la época de dominio cristiano de los normandos.
LAS ARTES DEL COLOR:
PINTURA, MOSAICO Y MINIATURA.
Estas son las artes
del color y tienen una gran unidad temática y de estilo, por lo que las
estudiaremos conjuntamente.
Hay dos formas:
religiosa (abstracción) y profana (figurativa). La pintura y el mosaico
monumentales son un complemento de la arquitectura, mientras que la miniatura
es la forma más común y popular, con una gran riqueza y variedad.
Periodo de los siglos
VII a XI.
Este periodo
comienza con la influencia bizantina en Siria, en las mezquitas decoradas con
mosaicos.
Hay una rica
decoración mural figurativa clásica en los palacios omeyas de Qusayr'Amra
(antes de 750) y de Qsar-al-Hair, con la famosa escena de los reyes vencidos
(incluido el visigodo Rodrigo).
En los palacios
abásidas de Samarra la decoración mural tiene temas de danza.
La técnica del vidriado
nace en Bagdad en el siglo IX para la decoración de los muros y se extendió por
el Norte de África y España (donde se suma a la bizantina en los ricos mosaicos
de la mezquita de Córdoba).
Periodo posterior
al siglo XI.
Con la fragmentación
política cobra auge la miniatura de libros en numerosos centros artísticos. Era
un proceso complicado y minucioso, con temas religiosos, épicos, amorosos,
científicos, etc. La más bella fue la miniatura persa, de gran colorido,
figurativismo, naturalismo, de influencia china. Su apogeo llegó en el Irán del
siglo XVI, con el pintor Behzad (que trabajó en Herat y Tabriz), imitado en la
India. La escuela persa influyó en la turca, de figuras realistas. La miniatura
hindú recibe influencias persas, chinas y occidentales.
En España las artes
del color sufrieron la agresión de los ascéticos almorávides y almohades, pero
con los nazaríes hubo una rica escuela de pintura, con los techos del Salón de
Reyes de la Alhambra (siglo XIV).
CERÁMICA Y ARTES
MENORES.
En cambio, hay un
enorme desarrollo de las artes aplicadas: tallas decorativas en madera,
artesonados, labras en marfil (botes, cofrecillos, olifantes), tejidos,
tapices, alfombras, armas, orfebrería, vidrio y, sobre todo, la cerámica.
Destacan las tallas decorativas en
madera, los artesonados españoles, egipcios y sicilianos (bajo los normandos);
abundan las escenas con figuras en las labras en marfil (botes, cofrecillos,
olifantes), hechas en el Egipto fatimí, la Córdoba omeya y Cuenca, o en las
cajitas de Sicilia (siglo XII).
Son de alta calidad los obrajes de
tejidos en seda, como el tiraz egipcio o cordobés, los recamados
sicilianos, las telas de Almería, Granada, Marruecos, y las persas de los siglos
XVI-XVIII, los brocados y terciopelos turcos.
Las alfombras anudadas en Anatolia y
Persia, en lana (o lana y seda), de influencia selyuqí, y también en el Egipto
mameluco y en España (Alcaraz, Cuenca y la Alpujarra).
Las labores metálicas, con la técnica
de la ataujía o adamasquinado, en Irán (s. XIII-XV) y Turquía, con armas,
acetres y candelabros, y adornos esmaltados.
El vidrio en Siria, Irán y España
(Granada), la talla del cristal de roca en el Egipto fatimí (siglos X-XII), los
guadamecíes de Córdoba y Marruecos.
El arte aplicado por excelencia fue la
cerámica, con grandes hallazgos técnicos en Oriente (barniz blanco,
estannífero, lustre dorado, siglos VII-IX), con gran variedad de brillantes
estilos (sobre todo en Irán), mientras que en Occidente destacó la cerámica de
Málaga (imitada en Manises).
4. ARTE ISLÁMICO EN AL-ANDALUS .
PERIODIZACION.
El arte islámico en Al-Andalus (España y Portugal en esa época) se divide en cuatro
periodos:
1.-Omeya-califal de
Córdoba.
- El subperiodo 711-756 es el de los
gobernadores dependientes del Califato omeya de Damasco y no tiene restos
artísticos destacables. Se usaron las iglesias visigóticas a medias con los
cristianos, como la iglesia de San Vicente en Córdoba.
- El subperiodo 756-929 es el de los
emires independientes omeyas.
- El subperiodo 929-1010 (con
descomposición hasta 1031) es el del califato omeya.
2.- Reinos de Taifas (1010-c. 1085).
3- Almorávide-Almohade
(1085-1238), com dos subperiodos.
4) Nazarí
(1238-1492).
Al-Andalus en 790, 900, 1150 y 1479.
4.1. EPOCA OMEYA Y
CALIFAL.
La mezquita de
Córdoba.
La mezquita de
Córdoba es la obra máxima del arte islámico occidental. Fue comenzada en 784 en
el solar de la iglesia visigoda de San Vicente, cuando ya se han construido las
grandes mezquitas de Damasco, Al-Aqsa y Kairuán. Se hicieron tres ampliaciones,
para poder albergar a un número cada vez mayor de fieles. Resumiendo su
evolución: Abd-al-Rahman I, la construye con una superposición de arcos. Hisam
I construye el primer alminar. Abd-al-Rahman II hace la primera ampliación.
Abd-al-Rahman III construye el nuevo alminar y el refuerzo de la fachada del
patio. Al-Hakam I hace la más importante y bella ampliación. Almanzor hace la
última y mayor ampliación.
La obra de Abd-al
Rahman I es un edificio hipóstilo, con 11 naves perpendiculares a la pared de
la qibla (como las de Kairuán y Al-Aqsa, contrarias a las paralelas de la de
Damasco).
El patio no tiene
pórtico, lo que la distingue de las orientales.
El interior es muy
original, con el fuste rojo de las columnas reutilizadas (como algunos muros de
la anterior basílica), como los capiteles, mientras que las arquerías son
originales con su doble altura, con un primer piso de columnas y un segundo de
pilares, con cimacios, capiteles, modillones de rollos, como nexo con los
pilares. Es un sistema de doble arquería, con arco de herradura ancho en la
parte de abajo y arco de medio punto en la parte de arriba. Los arcos están
ligados por la dovela de base (arcos enjarjados) con combinación de colores
(sillar y ladrillo rojo), por la posible influencia del acueducto romano de
Mérida.
El tejado interior
es plano, de madera, con vigas transversales decoradas, que en el siglo XVIII
se cambió por bóvedas de cañón. La cubierta exterior es de doble vertiente cada
nave (para recoger el agua), mientras que en el más seco Oriente es plano.
El exterior es como
una muralla con remate de almenar escalonado, con material de sillar (como las
sucesivas obras), con contrafuertes. Queda la puerta de San Esteban, con arco
de herradura, en alfiz, bicromo, que sirve como modelo para las restantes
puertas. El sistema de aparejo es de soga y tizón.
Los estudiosos distinguen
dos influencias:
- La arquitectura omeya, con su
decoración, etc., por decisión del primer emir omeya, venido de Damasco.
- La tradición romana y visigótica,
con su arco de herradura, contrafuertes, doble altura de la arquería, modillón
de rollos, etc.
Ampliación de Abd-al-Rahman II en la mezquita de Córdoba.
El hijo de Abd-al Rahman I, Hisham I (788-796), continuó las obras de la mezquita. La ampliación de
Abd-al Rahman II (822-852) se produce sobre la sala de oraciones, sustituyendo
la pared de la quibla y ampliando las naves hacia el sur. Los capiteles son
nuevos, según una evolución del corintio.
En el siglo X llega el apogeo del arte hispano-musulmán, con la introducción de elementos orientales
(motivos geométricos, nuevas formas de mezquita de origen palatino, por
influencia de los palacios orientales y fatimíes). Se llama a este periodo
“arte califal” (929-1012) y se expresa en la arquitectura en las nuevas ampliaciones
de la mezquita de Córdoba y en la ciudad palaciega de Medina al-Zahara. Se
caracteriza por un canon constructivo propio, empleado en relaciones numéricas
enteras, medidas en tercios de módulo. Se utiliza sistemáticamente el arco de
herradura con alzado peraltado. Se introducen los arcos lobulados y los arcos
entrecruzados, y se utilizan bóvedas de nervios no entrecruzadas en el centro
(como en la mezquita del Cristo de la Luz). Las columnas generalmente no tienen
basa y son decoradas con motivos corintios. La ornamentación es lujosa,
mediante placas de mármol, gres y, sobre todo, escayola, con relieves vegetales
y epigráficos. En la escultura destacan los capiteles y las pilas de mármol
ornamentales, decorados con figuración zoomórfica.
Sin duda los más destacado del siglo X son las sucesivas ampliaciones de la mezquita, comenzando con la de Abd-al Rahmán III, siguiendo con la de su hijo Alhakam II, la más bella, y finalmente la de Almanzor, la más amplia pero la menos conseguida, al descentrar el mihrab de Alhakam II.
Abd-al Rahman III
(912-961, califa desde 929), realiza en la mezquita la ampliación del patio y
la erección del minarete cuadrado.
La ampliación de Alhakam II, con el mihrab al fondo.
Alhakam II (961-976)
ordena la ampliación más lujosa de la mezquita, fusionando las formas palatinas
y religiosas. El sistema de soportes es el mismo anterior, con una planta en
forma de T de influencia fatimí, una sala cupulada (hoy la capilla de
Villaviciosa).
En el alfiz de la puerta del mihrab destaca la decoración de ataurique y epigráfica..
El mihrab es un arco
de herradura con alfiz y friso trilobulado con columnillas. El revestimiento
exterior en mosaico es de origen bizantino (con técnicos bizantinos enviados
por el emperador). Se inspira en la epigrafía de la cúpula de la Roca
(Jerusalén) y también tiene ataurique. Es el primer mihrab que es una verdadera
estancia independiente (no un simple nicho). Es de planta octogonal, con cúpula
de estuco con motivos geométricos (también por primera vez).
Cúpula gallonada de la maqsura en la ampliación de Alhakam II.
Ante el mihrab hay
una cúpula flanqueada por otras dos, en el espacio de la maqsura, con un
sistema original de soportes de arcos trilobulados y entrelazados, con arcos de
herradura arriba. Los pilares tienen una columnilla adosada. Las cúpulas son de
nervadura (que no se cierra en la última clave) y todas son distintas. La
plementería está decorada.
Almanzor (caudillo
en 976-1002, bajo el largo califato de Hisham II, un califa que apenas ejerció el poder) mandó hacer en 987 la última
ampliación de la mezquita, la más espaciosa pero también la menos suntuosa, tal
vez por la austeridad de costumbres de un periodo guerrero. Se dirigió la
ampliación hacia el Este, con el añadido de 8 naves a las 11 anteriores,
rompiendo así la simetría anterior del mihrab. Los arcos son polilobulados
(hasta 11 lóbulos en algunos casos), con otros de herradura apuntado (túmido).
La decoración sigue siendo omeya. Su mayor inconveniente es que la ampliación descentró el mihrab de Alhakam II.
Ciudades
palaciegas: Medina al-Zahara, Medina al-Zahira.
El califa Abd-al
Rahman III (912-961) construye desde 936 (la acabara en 976 su hijo Alhakam II)
la ciudad palatina de Medina al-Zahara, que se estructura en varios elementos:
Recinto murado. Acueducto. Puentes. Alcazaba. Zona palaciega.
El palacio se
planifica en tres terrazas de varios niveles (influencia fatimí) con la residencia
real en la cúspide, jardines en el centro y las oficinas en el nivel inferior.
Esta forma de palacio proviene en parte de Oriente, del palacio sasánida
(Ujaydir y Balkuwara en Irak), que se imitó en el palacio cordobés. Destaca el
bello Salón Rico con arcos de herradura ciegos (muy cerrados de vano), que
serán el modelo de la ampliación de Alhakam II en la mezquita. Estos arcos son
cerrados, con trasdós peraltado y decoración en las albanegas, con influencia
abasí en el ataurique estilizado (a través de la importación de objetos) dentro
de una base siempre omeya.
Almanzor mandó
construir desde el 979 otra ciudad palaciega en las afueras de Córdoba,
Medina-al-Zahira, con un palacio muy lujoso, pero de ella han quedado pocos
restos, porque fue destruida a principios del siglo XI.
La mezquita del
Cristo de la Luz.
La mezquita de
Bab-el-Mardun (llamada del Cristo de la Luz) (hoy iglesia) en Toledo (999-1000)
es una mezquita de barrio, de uso popular, pequeña, que sufrió una ampliación
en estilo mudéjar en el siglo XIII (la fachada), según la misma planta cuadrada
anterior. Tiene cuatro columnas y está dividida en 9 unidades o tramos, con
otras tantas cúpulas (todas a distintas alturas). Las columnas tienen capiteles
visigóticos, con arcos de herradura. Los materiales son distintos según los
muros: sillares, ladrillos, argamasa...
La fachada es de
sillar en la parte inferior y de ladrillo en la superior, con una bella
composición, con tres vanos, arco central de medio punto (se duda si no fue una
reforma posterior), arco laterales de herradura y lobulado. Hay un friso de
arcos de herradura entrelazado y otro friso de rombos, con epigrafía.
La otra fachada (hoy
lateral) da al patio original, con puertas de arcos de herradura, insertos en
arcos de medio punto y arriba arcos de herradura insertos en arcos lobulados.
El ribat de Guardamar.
Hay un ribat (convento de fieles
musulmanes) muy interesante en Guardamar (Alicante), desarrollado desde un
emplazamiento eremítico, en el periodo c. 900-1050, con auge en época califal y
abandonado a la desaparición del califato, durante la crisis de los Taifas. El
conjunto se abre al mar Mediterráneo en medio de un pinar. Se estructura en
tres zonas:
- Una zona de entrada con un funduk
para recibir a los peregrinos y visitantes.
- Una mezquita aljama, común para
todos los fieles.
- Una zona acotada, a la que se accede
por una puerta adintelada de la quibla, con 21 celdas con oratorio, para los
eremitas musulmanes.
4.2. PERIODO DE
REINOS DE TAIFAS (siglo XI).
Mapa de los reinos de Taifas h. 1031.
El primer periodo de
Taifas vive el hundimiento de Córdoba y el surgimiento de nuevos núcleos en las
capitales de los nuevos Estados: Toledo, Zaragoza, Valencia, Badajoz, Sevilla,
Granada, etc. Más que de un periodo de decadencia cabe hablar de periodo de
cambio, con la introducción de nuevas influencias orientales al tiempo que se
desarrollaban los modelos califales, en una fusión enriquecedora. Es un arte unitario,
pese a esta pluralidad de centros, con intercambios de productos, artistas,
emigración de los artistas cordobeses, etc. Hay poca arquitectura religiosa, en
beneficio de la militar y palatina.
Arquitectura
defensiva.
En el arte militar
destacan en España la puerta de Alcántara y la de la Bisagra Vieja en Toledo,
con arco de herradura inscrito en un arco peraltado, entre dos torres
cuadradas.
Baños.
Había numerosos
baños en Al-Andalus, pero sólo nos han quedado restos de este periodo. Destacan
los de Granada, Baza y Palma de Mallorca. Su forma es similar a los de la
Antigüedad, con decoración islámica.
Los Baños Árabes de Jaén (Hamman al-Walad o Baño del Niño), del siglo XI, son los más grandes de España. Sitos en el palacio de Villadompardo, fueron hallados a principios del siglo XX. Ocupan unos 450 metros cuadrados, con cuatro salas. Destaca la sala templada, con una columnata que soporta ocho arcos de herradura que llevan con pechinas a una cúpula con cinco luceras estrelladas. El vestíbulo tiene 14 metros de largo y una bóveda de cañon con lucernas.
Baños Árabes de Jaén. Reconstrucción virtual de 8 minutos: [https://www.youtube.com/watch?v=ESJfAjcCukA]
Los palacios: la
Aljafería de Zaragoza.
El palacio adoptó la
forma de alcázar militar, debido a la inseguridad de la época, por lo general
apartado de la ciudad: las alcazabas de Málaga, Almería, Granada y la Aljafería
de Zaragoza.
La Aljafería, exterior e interior.
La Aljafería de
Zaragoza es un palacio de recreo fortificado de los soberanos taifas de
Zaragoza. Tiene un exterior sobrio, de carácter defensivo. El interior es de
gran riqueza decorativa, con arcos polilobulados (con arcos entrelazados), con
transformaciones mudéjares posteriores. Se adopta el pilar con columnillas
adosadas. La decoración es de motivos geométricos, con vegetales en ataurique.
En el interior hay pilares de ladrillo (no de sillería como en Córdoba).
La pequeña mezquita
de la Aljafería es uno de los pocos edificios religiosos de este periodo. Tiene
un mihrab de arco califal con alfiz. La planta del palacio manifiesta que las
salas tienen una finalidad concreta (según el modelo romano).
La alcazaba de
Málaga tiene dobles murallas, con torres generalmente cuadradas, con accesos
por rampas y puertas. El interior es lúdico, con miradores y arcos
polilobulados.
4.3. PERIODO
ALMORÁVIDE-ALMOHADE (siglos XII-XIII).
Sevilla: la
mezquita, la Giralda, Torre de Oro, Alcázar...
La influencia del
Norte de África es predominante, con un sentido artístico más austero.
Los almorávides
hacen obras en el primer tercio del siglo XI, de las que nos han quedado unos
pocos restos, debido a la posterior e inmediata destrucción almohade. Hoy se
tiende a revalorizar su arte. En
España apenas quedan restos, pero en el Magreb tenemos parte de la mezquita de
Argel y la mezquita de Tremecén, con un alzado en el que se sustituye la
columna por el pilar de ladrillo, sin columnas adosadas. Los arcos son de todos
los tipos, de herradura, de herradura apuntado, lobulados o mixtilíneos. Las
cúpulas de las maqsuras siguen el modelo cordobés (nervadas) y aparecen las
primeras cúpulas de mocárabes. Las paredes son muy sobrias. El mihrab también sigue
el modelo cordobés.
Los almohades
emplean la planta en forma de T, con un nuevo revestimiento decorativo.
Manifiestan un alto rigor religioso, imbuido de austeridad, con una
arquitectura sólo religiosa y militar, muy sencilla. La decoración es
geométrica más que vegetal y hay espacios vacíos entre los motivos (lo que es
una excepción). Sus principales obras están en Sevilla.
La mezquita de Sevilla nos ha legado
el patio y la Giralda. Conocemos descripciones coetáneas, que nos confirman que
seguía el modelo almohade, con una obra de ladrillo, una sala de oración de
acuerdo al modelo cordobés, naves perpendiculares a la quibla, pilares como
soportes, arcadas en las naves con arcos de herradura apuntados. La planta era
en forma de T, con naves más amplias en los tres lados exteriores, con
cubiertas cupuladas en las intersecciones (cinco cúpulas en total, tres de
ellas en la maqsura). El patio era porticado, con galerías conectadas con las
naves interiores, mientras que las naves que daban al patio se abrían en
puertas. Las cubiertas eran a doble vertiente en cada nave, y las cúpulas eran
nervadas, con mocárabes.
La Giralda es el
minarete de la destruida mezquita, adosado al edificio. De gran belleza se
construye con una mezcla de materiales: sillería en la parte inferior y
ladrillo en la superior. La planta es cuadrada, con dos cuerpos: torre interior
y exterior, con una rampa entre las dos, cubierta con bovedillas de arista. La
torre interior tiene pisos con bóvedas. La decoración exterior muestra unas
ventanas iguales, de compleja estructura: inscritas en arcos de herradura, y
estos en unos arcos lobulados insertos a su vez en un arco apuntado. Los
lienzos decorativos son las seqbas,
con rombos de arcos lobulados entrecruzados y mixtilíneos. Contaba (fueron
eliminadas en la reforma cristiana)
con almenas escalonadas y una cúpula superior con tres esferas superpuestas.
Minaretes similares los encontramos en las mezquitas de Marraquech y Rabat, que
muestran arcos de herradura apuntados y decoración en seqba.
El Alcázar de Sevilla nos ha
legado apenas unos restos decorativos de esta época, pues los principales edificios son de influencia mudéjar, ya en época cristiana. El Patio del Yeso será el antecedente
del patio granadino, alargado, con estanque y pórtico.
Las torres
defensivas son la principal obra de la arquitectura militar almohade, que se
caracterizó por las dobles murallas, reforzadas con las poderosas torres
albarranas (enclaves defensivos fuera de las murallas de la ciudad) y muros en
adarve (con camino superior para unir la muralla a la torre albarrana), como la
torre de Espantaperros en Badajoz, que tiene los dos elementos.
La Torre del Oro de Sevilla es
el mejor ejemplo de torre albarrana, de función defensiva pero bellamente
decorada con almenas y arcos ciegos de herradura inscritos en arcos de
herradura apuntados. La planta es poligonal, con tres núcleos inscritos uno en
el otro. La cubierta es de tramos en bóveda de arista en la rampa. La pared
exterior estaba recubierta de azulejos dorados.
Los Reales Alcázares de Jerez.
El Alcázar de Jerez fue construido por los almohades en el siglo XII, cuando ya era una ciudad importante, con 16.000 habitantes sobre una superfice de 46 has. El Alcázar tenía la función de ciudadela o palacio-fortaleza, siendo uno de los edificios almohades más importantes que se conservan en la Península. En su recinto de cuatro kilómetros de muralles hay restos islámicos: dos puertas monumentales; la mezquita, los baños árabes; la torre octógona y, a sus pies, el Pabellón del patio de Doña Blanca. Edificios posteriores son la Torre del Homenaje, de finales del siglo XV, y el palacio barroco de Villavicencio y el Molino de aceite, ambos del siglo XVIII.
4.4. PERIODO NAZARÍ
(siglos XIII-XV).
El arte nazarí
influyó mucho en el arte mudéjar hispano. Entre los edificios civiles de
Granada destaca el Patio del Carbón (siglo XIV), para los viajeros y
comerciantes.
La Alhambra.
El conjunto
granadino de la Alhambra y el Generalife (siglo XIV-XV) es la obra cumbre del
arte nazarí, sobre una colina en Granada, un palacio-fortaleza con un carácter
militar, palaciego y religioso, una auténtica ciudad aislada de la ciudad
inferior mediante las murallas y torres.
La cronología de la Alhambra es
dudosa. Pero parece que hacia 1250 ya estaba conformada como una ciudad
interior de Granada, con murallas y jardines, residencia real, mezquita, casas
y edificios para todas las actividades sociales y económicas, como un barrio
independiente. Las murallas y el acueducto se completaron hacia 1300, los
jardines y pabellones del Generalife hacia 1320 y los edificios principales se
alzaron en los años 1340-90. Hacia 1370-1390 la Alhambra ya estaba configurada
tal como ahora la conocemos.
Funcionalmente se
dividía en dos palacios, cada uno con sus dependencias y patios.
Patio de Comares con la Torre al fondo.
- El palacio de
Comares, dedicado a la recepción pública del sultán y a la administración.
Destacan como elementos la Torre, el Cuarto y el Patio de Comares (el patio
también se llama de los Arrayanes y es célebre su estanque) y el Patio del
Mexuar.
Patio de los Leones de la Alhambra.
Vista desde la estancia sur del Patio de los Leones. Es un lugar para el solaz. En el brocal de la fuente del Patio de los Leones reza un verso del visir Ibn Zmrak: “¿No ves cómo el agua se derrama en la taza, pero sus caños la esconden enseguida? Es un amante cuyos párpados rebosan de lágrimas…”
- El palacio de los
Leones, reservado a la vida privada del sultán. Destacan como elementos el
Cuarto de los Leones con sus salas (Abencerrajes, Dos Hermanas) y el Patio de
los Leones.
Mexuar.
- El Mexuar, un salón de reuniones, probablemente el edificio más antiguo (h. 1315-1320), ha sido demasiado reformado en la Edad Moderna y apenas queda la estructura original.
Pabellón del Partal.
-El Partal es un pabellón de descanso apartado, con un estanque y jardines de notable belleza.
Mirador de Daraxa (o Lindaraja), con su decoración de mocárabes.
Además, el conjunto
tiene los Baños Reales, jardines interiores, miradores, puertas monumentales,
etc.
Las murallas, tienen 2.200 metros de
longitud, rodeando un recinto de 720 metros de largo por 220 de ancho. Son
gruesas, de mamposteria recubierta de piedra y ladrillo. Se unen a la muralla
de la ciudad por dos puntos, lo que convierte a la Alhambra a la vez en parte
de la ciudad y en un organismo independiente. Hay 22 torres, de funciones
diversas. Toda esta fortificación combina la función defensiva con la de
planificación interior.
La Alhambra se
caracteriza por la pobreza de los materiales constructivos y por la riqueza
ornamental de los interiores, con abundancia de artísticas composiciones
geométricas en madera y yeso, con las que se componían arcos y bóvedas.
La Alhambra fue un
modelo muy influyente: su estilo decorativo influyó en el Alcázar de Sevilla
construido para Pedro I de Castilla.
El experto Oleg Grabar destaca lo mucho que queda por
investigar, tanto en trazado de plantas de los edificios a lo largo de su
evolución, y como faltan los pequeños detalles de las excavaciones y muchos
temas más. Sus conclusiones son:
- La Alhambra era una ciudad en
miniatura, dominada por un enclave real.
- Todo el conjunto es orgánico,
creciendo por adición en el espacio, de modo que cada edificio es una entidad
propia.
- Resulta muy difícil asignar funciones
estables a estas entidades.
- El vocabulario constructivo o
decorativo es muy simple: torres, patios, estanques, galerías, salas alargadas
y cuadradas, cúpulas de mocárabes, techos de madera, yeserías y azulejos, son
los elementos dominantes.
- La extraordinaria belleza del
conjunto y de sus partes.
El Generalife.
El Generalife es un
amplio espacio anexo pero exterior a la Alhambra, el más notable de los
jardines, con un gran equilibrio entre el cultivo, la estética del agua y el
color de las plantas. Cuenta con algunos pabellones para el descanso.
La restauración y remodelación modernas
nos impiden conocer con exactitud su plano original. Una parte estaba terminada
en 1319, y su estructura indica que estaba abierto al público tanto como a la
Corte. Estanques, pórticos, pabellones, escaleras, etc., le daban una gran
complejidad, dentro de un bello escenario de agua, árboles y flores.
Los Baños Árabes de Ronda y otros edificios.
Los Baños Árabes de Ronda, construidos después del 1310, son los mejor conservados del arte nazarí, con muros de ladrillo, vestíbulo y la típica división tripartita de las salas caliente, templada y fría, soportadas con arcos de herradura y cubiertas con bóvedas de cakón y cúpulas iluminadas con lucernas estrelladas.
[https://www.youtube.com/watch?v=J8RAo43950U] Una reconstrucción virtual de 10 minutos.
Asimismo, en Ronda hay la Casa del Gigante, uno de los palacios nazaríes mejor conservados fuera de la capital, construido en los siglos XIV y XV, y que debe su nombre a una escultura fenicia que su propietario descubrió en una riada.
También en Ronda está el palacio del Rey Moro, donde se puede admirar la fortaleza de la Mina, en realidad una prisión para los esclavos cristianos que abastecían de agua a la ciudad, que alberga una escalera en zigzag de más de 200 escalones que servía para acceder hasta el fondo del Tajo.
LA DECORACIÓN, LAS
ARTES DEL COLOR Y LAS ARTES MENORES EN AL-ANDALUS.
Las figuraciones
pintadas son poco frecuentes (techos del Salón de Reyes de la Alhambra del
siglo XIV), pero abundan escenas con figuras en las labras en marfil (botes,
cofrecillos, olifantes) en Córdoba y
Cuenca. Destacan asimismo
los obrajes tejidos en seda, como el tiraz
cordobés, las telas de Almería y Granada, las alfombras (Alcaraz, Cuenca y la Alpujarra), el vidrio (Granada), los
guadamecíes de Córdoba, las tallas decorativas en madera, los artesonados y, sobre todo, la cerámica de Málaga (imitada en Manises).
BIBLIOGRAFÍA DE ARTE ISLÁMICO GENERAL.
Documentales / Vídeos.
Arte islámico. ArteHistoria. 8:40. [https://www.youtube.com/watch?v=P2Qrk2zt-O8]
Un resumen de algunas obras importantes de la arquitectura, útil para un repaso comparativo.
Arte musulmán. 6:45. [https://www.youtube.com/watch?v=SX4qjAuTcNg]
Breve resumen, con pocas imágenes, para un repaso rápido. Incluye una introducción histórica.
Exposiciones de arte islámico.
*<Al-Andalus. Las artes islámicas en España>. Madrid. (1992). Cat. 427 pp.
*<Nur: la luz en el arte y la ciencia del mundo islámico>. Sevilla. Fundación Focus-Abengoa (26 octubre 2013-9 febrero 2014). Dallas. Dallas Museum (2014). 150 obras. Comisaria: Sabiha Al Khemir. Reseña de Seisdedos, Iker. El arte islámico bajo una nueva luz. “El País” (25-X-2013) 40.
Libros.
AA.VV. El Islam. La Meca y la Gran Expansión. Col. Grandes Civilizaciones. Ediciones Rueda. Madrid. 2002. 195 pp.
AA.VV. Los inicios del arte otomano. La herencia de los emiratos. Col. Museo Sin Fronteras. Electa. Madrid. 2002. 250 pp.
Al-Dar Al-Masriah Al-Lubnaniah. El arte mameluco. Esplendor y magia de los sultanes. Col. ‘Museo Sin Fronteras’. Electa. Madrid. 2001. 235 pp.
Blair, Sheila S,; Bloom, Jonathan M. Arte y arquitectura del Islam 1250-1800. Cátedra. Madrid. 1999. 527 pp.
El-Said, Issam. Islamic art and architecture: the system of geometric design. Garnet Pub. Reading (Reino Unido). 1993. 135 pp.
Ettinghausen,
Richard; Grabar, Oleg. Arte y arquitectura del Islam 650-1250. Cátedra.
Madrid. 1996. 496 pp.
Gabrieli, Francesco (dir.). Histoire et civilisation de l’Islam en Europe. Bordas. París. 1983 (1982 italiano). 279 pp.
Grabar, Oleg. Formación
del Arte Islámico. Cátedra. Madrid. 1973. 242 pp.
Mandel, Gabriele. Cómo
reconocer el arte islámico. Edunsa. Barcelona. 1993 (1978). 63 pp.
Marçais, G. El
arte musulmán. Cátedra. Madrid. 1991. 255 pp.
Michell, George. La arquitectura del mundo
islámico.
Alianza. Madrid. 1988. 292 pp.
Papadopoulo,
Alexandre (ed.). El Islam y el arte
musulmán. Gustavo Gili. Barcelona. 529 pp.
Schack, Adolf Friedrich. Poesía y arte de los árabes en España y Sicilia. M. Rivadeneyra. Madrid. 1867. 3 vols.
Ward, Rachel. Islamic metalwork. British Museum Press. Londres. 1993. 128 pp. 39 ilus. color y 60 en b/n.
Artículos.
Charbonnier, Jean-Michel. Au jardin des images interdites. “Beaux Arts”, 127 (X-1994) 68-75. Pintura figurativa en la miniatura islámica.
Charbonnier, Jean-Michel. Arabie, arc-en-ciel. “Beaux Arts”, 151 (XII-1996) 98-103. La decoración de frescos de las casas de Asir, por las mujeres.
Charbonnier, Jean-Michel. Le Caire, cité fatimide. “Beaux Arts”, 169 (VI-1998) 64-69.
Crespo, Irene. Arte para unir Oriente y Occidente. “El País” (25-IX-2014) 44. Se abre el Aga Khan Museum en Toronto, con su colección privada de arte islámico, destacando las miniaturas y cerámicas. Es el primer museo dedicado a la cultura islámica en Norteamérica.
Marozzi, Justin. Story of cities #3: the birth of Baghdad was a landmark for world civilisation. “The Guardian” (16-III-2016). La fundación de la “ciudad circular” de Bagdad en 762 por el califa Al-Mansur.
Baeza, Lourdes. Luz para la cúpula dorada de Jerusalén. “El País” (10-XII-2017). Culmina la restauración de los 1.525 metros cuadrados de mosaicos del Domo de la Roca (construido en 691) y la Mezquita de a-Aqsa.
BIBLIOGRAFÍA DE ARTE ISLÁMICO DE AL-ANDALUS.
Internet.
Comentario: La mezquita de Córdoba.*
Comentario: La Aljafería de Zaragoza.*
Comentario: la Giralda de Sevilla.*
Comentario: La Alhambra de Granada.*
Documentales / Vídeos.
Historia del Arte Español. Episodio 5. Arte musulmán. Rafael López Borrego. 21:45. [https://www.youtube.com/watch?v=A2_RjroLbPk] Un resumen bien narrado del arte islámico en Al-Andalus.
Exposiciones de arte islámico en Al-Andalus.
*<Al-Andalus. Las artes islámicas en España>. Granada. Alhambra (1992). El Viso. Madrid. 1992. 427 pp.
*<El legado científico andalusí>. Madrid. Museo Arqueológico Nacional (abril-junio 1992). 340 pp. Incluye obras de arte.
*<Vidrio islámico en Al-Andalus>. Segovia. La Granja de San Ildefonso-Museo del vidrio. Fundación Centro Nacional del Vidrio (2006-hasta abril 2007). Cat. 169 pp.
*<Las artes del metal en al-Andalus>. Madrid. Museo Arqueológico Nacional (17 diciembre 2019-26 abril 2020). Alicante. Museo Arqueológico (junio-julio 2020). 264 piezas. Comisario: Sergio Vidal. Reseña de Olaya, V. G. La espada de Boabdil y las 1.004 estrellas árabes. “El País” (18-XII-2019).
Libros de arte islámico en Al-Andalus.
Borrás, Gonzalo M. La Alhambra y el Generalife. Anaya. Madrid. 1989. 96 pp.
Borrás, Gonzalo M. El arte mudéjar. Unesco/Ibercaja. Madrid. 1996. 270 pp. 143 ilus.
Coll Conesa, Jaime. Cerámica y cambio cultural: el tránsito de la Valencia islámica a la cristiana. Ministerio de Cultura. Madrid. 1988. s/p.
Gabrieli, Francesco (dir.). Histoire et civilisation de l’Islam en Europe. Bordas. París. 1983 (1982 italiano). 279 pp.
Grabar, Oleg. Alhambra. Iconografía, formas y valores. Alianza. Madrid. 1986 (1978 inglés). 229 pp.
López Guzmán, Rafael; Gila Medina, Lázaro. Arquitectura y carpintería mudéjar en Nueva España. Grupo Azabache. México. 1992. 190 pp.
Puerta Vilchez, José Manuel. Historia del pensamiento estético árabe. Al-Andalus y la estética árabe clásica. Akal. Madrid. 1997. 913 pp.
Raquejo, Tonia. El palacio encantado. La Alhambra en el Arte británico. Taurus. Madrid. 1990. 198 pp.
Riera Frau, Maria Magdalena. Evolució urbana i topografia de Madina Mayurqa. Ajuntament de Palma. Palma de Mallorca. 1993. 238 pp.
Schack, Adolf Friedrich. Poesía y arte de los árabes en España y Sicilia. M. Rivadeneyra. Madrid. 1867. 3 vols.
Torres Balbás, Leopoldo. Arte Almohade, Nazarí, Mudéjar. Vol. IV. Ars Hispaniae. Plus Ultra. Madrid. 1949. 428 pp.
Yarza, Joaquín. Arte y arquitectura en España 500/1250. Cátedra. Madrid. 1990. 385 pp.
Artículos de arte islámico en Al-Andalus. Orden cronológico.
Moneo, Rafael. La mezquita. “FMR”, ed. española, v. 1, nº 2 (1990) 27-43. Mezquita de Córdoba.
Stierlin, Henri. L'Alhambra. “CdA”, 475 (IX-1991) 70-83.
Planelles, Manuel. Medina Azahara, ciudad infinita. “El País” (17-XI-2007) 46. Pimentel, Manuel. El yacimiento perpetuo. (46).
Cortés, Valme. El agua vuelve a sonar en el Patio de los Leones de la Alhambra. “El País” (15-I-2012) 40. Se inaugura la restauración de la famosa fuente, cuyos 12 leones sustentan la gran pila de forma dodecagonal en cuyo borde el poeta Ibn Zamrak esculpió un poema. Se ha usado piedra de Macael (Almería), la misma que se usó en el siglo XIV cuando se esculpió la obra por mandato del sultán Muhammad V.
Marí, F.; G. Lluís. Comencen les excavacions a Almallutx. “Diari de Balears” (17-IX-2012) 11. Descubert un poblat (o alqueria) islàmic al fons del Gorg Blau, datat als segles X-XII (probablement la major part és del 1229-1232, feta pels fugitius de la conquesta cristiana), sobre 6.000 metres quadrats. Hi ha estructures de cases, carrers, una mesquita i enterraments orientats a La Meca.
Vicent, Mauricio. La Alhambra invisible. “El País” Semanal 1.890 (16-XII-2012) 76-84.
Mora, Antonio J. Hallada una mezquita rural única en el yacimiento granadino de Lanteira. “El País” (13-XII-2016). El edificio se localiza en Pago del Jarafí (municipio de Lanteira, Granada) y es anterior al siglo XII (tal vez se remonta al siglo VIII). Solo se conserva parte de su planta (4 x 7,5 metros) y es la única mezquita rural de barriada (apenas cabían una veintena de personas) hallada en Al-Andalus, con materiales muy pobres.
García, Alberto. Así era el Palacio de Al-Mutamid. “ABC” (30-VI-2018). Descubierto el palacio del rey taifa Al-Mutamid de Sevilla, en la casa nº 8 del Patio de Banderas, cerca del Alcázar sevillano.
Sáiz, Eva. Medina Azahara es Patrimonio Mundial. “El País” (2-VII-2018). La Unesco declara el yacimiento de Medina Zahara (hay varias denominaciones) como Patrimonio Mundial. Solo se ha excavado el 10% de sus 115 hectáreas de construcciones, iniciadas por Abderramán III en 936 y destruidas hacia 1009-1013.
Manzano, Eduardo. Madinat al-Zahra: el pasado hecho futuro. “El País” (2-VII-2018).
Olaya, Vicente G. Medina Azahara crece hacia el este del palacio califal. “El País” (14-X-2018). Identificado un gran edificio administrativo al este de la Plaza de Armas.
Arroyo, J. Los arqueólogos rescatan la puerta principal de la muralla del siglo XI de Granada que se creía destruida. “El País” (11-IX-2019). Las obras de restauración sacan a la luz el acceso más importante a la fortificación de los reyes ziríes en el Albaicín.
Molina, Margot. Un cortijo de Málaga esconde una mezquita de Abderramán III. “El País” (25-XII-2019). El emir levantó a finales del siglo IX un proyecto de ciudad, al-Madina, en la vega de Antequera, que abandonó para construir la monumental Medina Azahara.
Olaya, V. G. Sin fondos para el Salón Rico. “El País” (26-VII-2020). La polémica (no) rehabilitación de Medina Azahara.
PROGRAMACIÓN.
OP UD 58. EL ARTE
ISLÁMICO.
UBICACIÓN Y
SECUENCIACIÓN.
En Bachillerato, en
las modalidades de Artes y Humanidades y Ciencias Sociales, en 2º curso, como
optativa, así como para otras modalidades.
Bachillerato, 2º
curso. Historia del Arte. Apartado 3. Los estilos artísticos: evolución
histórica y diversidad espacial.
El arte islámico.
Presencia e influencia en la Península Ibérica.
RELACIÓN CON TEMAS
TRANSVERSALES.
Relación con los
temas de la Educación Moral y Cívica y la Educación Ambiental (la contaminación
es uno de los grandes peligros para la arquitectura y la escultura).
TEMPORALIZACIÓN.
6 sesiones.
1ª Documental.
Diálogo para evaluación previa. Exposición del profesor sobre características
generales del Arte islámico: cultura, orígenes.
2ª Exposición del
profesor sobre la arquitectura. Diálogo con cuestiones. Actividades prácticas
sobre urbanismo y arquitectura.
3ª Exposición del
profesor sobre la arquitectura. Diálogo con cuestiones. Actividades prácticas
sobre urbanismo y arquitectura. La mezquita de Córdoba merece un estudio
especial en la UD.
4ª Exposición del
profesor sobre las otras artes. Diálogo con cuestiones.
5ª Exposición del
profesor con refuerzo de lo anterior. Comentarios de textos, esquemas, mapas.
6ª Examen de Arte
islámico. Entrega de las actividades individuales de la salida.
OBJETIVOS.
Conocer las
circunstancias históricas del arte islámico.
Conocer rasgos de
arte islámico, cronología y ejemplos.
Relacionar cada obra
con su época.
Evolución del arte
islámico.
Analizar e
interpretar sus obras artísticas.
Comprender sus
técnicas.
Valorar su
influencia en las culturas no islámicas.
CONTENIDOS.
A) CONCEPTUALES.
Características del
arte islámico.
Arquitectura
islámica.
Escultura y pintura
islámica.
Otras artes
islámicas.
El arte islámico en
España. La mezquita de Córdoba.
B) PROCEDIMENTALES.
Análisis de la
relación entre arte y sociedad.
Análisis de las
obras de arte en diapositivas.
Hacer cronología del
arte islámico.
Asimilar conceptos
de causalidad múltiple y continuidad.
Visitar museos y
edificios islámicos.
C) ACTITUDINALES.
Rigor crítico y
curiosidad científica.
Valoración y
conservación del patrimonio artístico.
Valoración de la
obra de arte como un producto de la sociedad en la que aparece.
Estimular la visión
crítica de las obras de arte.
Valorar las culturas
diferentes y sus influencias mutuas.
METODOLOGÍA.
Expositiva y
participativa.
ACTIVIDADES.
A) CON EL GRAN
GRUPO.
Exposición por el
profesor del tema, con presentación digital de esquemas conceptuales, mapas y
planos. Se hará hincapié en la relación entre sociedad y arte.
B) EN EQUIPOS DE
TRABAJO.
Realización de una
línea de tiempo sobre el proceso histórico del arte islámico, en relación con
el de su civilización.
Elaboración de un
mural con un esquema del arte islámico y fotocopias de principales obras.
Elaboración de un
mapa del mundo islámico y otro de España con las líneas de difusión del Arte
islámico y los principales lugares.
Realización de
esquemas sobre los apartados de la UD: arquitectura, escultura, pintura,
cerámica...
Comentarios de obras
principales de cada una de las artes.
Comentario de textos
medievales sobre arte.
C) INDIVIDUALES.
Realización de
apuntes esquemáticos sobre la UD.
Participación en las
actividades grupales.
Búsqueda individual
de datos en la bibliografía, en deberes fuera de clase.
Contestar cuestiones
en cuaderno de trabajo, con diálogo previo en grupo.
RECURSOS.
Presentación digital
y mapas del mundo islámico y Al-Andalus.
Libros de texto,
manuales.
Fotocopias de textos
para comentarios.
Cuadernos de
apuntes, esquemas...
Documental.
EVALUACIÓN.
Evaluación continua.
Se hará hincapié en la participación en las actividades de grupo, la calidad de
los comentarios de las diapositivas, el debate de los contenidos, el dominio de
los términos y el análisis de las características del arte islámico.
Trabajos
documentados y exposición en clase.
Examen final de arte
islámico, con tres partes:
1) Preguntas breves
de conceptos.
2. Pregunta general con esquema sobre
características generales de arquitectura.
3) Comentario de
imagen de arquitectura. Se valorará la identificación de la obra, del lugar
donde se halla el edificio, la época y las características principales.
RECUPERACIÓN.
Trabajo
personalizado guiado por profesor, con bibliografía guiada y atención de dudas.
Deben realizarse esquemas, comentarios de obras y una entrevista personal.
APÉNDICE. ARTE ISLÁMICO: UN BREVE RESUMEN.
*Este resumen está adaptado a un nivel elevado de la UD de la civilización islámica de 2º de ESO o como introducción o repaso rápido de la UD de Historia de Arte en Bachillerato.
El arte islámico está determinado por las prescripciones coránicas, la cultura árabe y las influencias de los países conquistados por el Islam.
La prohibición de representar seres vivos en lo relacionado con la religión excluyó de los edificios religiosos las representaciones figurativas y la pintura y la escultura quedaron relegadas al campo de las artes aplicadas.
Las formas ornamentales preferidas fueron los desarrollos lineales o geométricos (lo que se avenía con la psicología árabe), lo que explica el empleo decorativo de inscripciones (facilitado por la elegancia de la escritura arábiga, cúfica o cuadrada y, desde el siglo XII, la cursiva o nesjí), las combinaciones de polígonos y los temas vegetales: la "media palmeta" (de origen iranio) y los atauriques.
La arquitectura se desarrolla horizontalmente. Su único elemento vertical, el alminar de las mezquitas, obedece a la necesidad de convocar a los fieles a los rezos prescritos. Los exteriores muestran desnudez, con pocos huecos, y si en las fachadas hay exornaciones importantes, se las delimita claramente. Las excepciones a esta regla (como los delicados relieves en los muros de la fortaleza de Msatta, en la Siria del siglo VIII), son consecuencia de influencias pre-islámicas (helenísticas). La mezquita ofrece parquedad de adornos, en su gran patio porticado con fuente central, y en la gran sala de oración (haram), con sus arcos de sostén (esquifados, de herradura o polilobulados), con los únicos elementos decorados con riqueza, el almimbar (púlpito) y el mihrab. Este es el esquema (de origen sirio) de las más bellas mezquitas de Siria, Palestina. Egipto, Magreb y España. En Anatolia los turcos selyuqíes difundieron otro tipo, de planta reducida, con rica fachada, a veces entre dos esbeltos alminares. Caso único de influencia bizantina es la mezquita de Omar, en Jerusalén (s. VII), de planta poligonal, con gran cúpula y mosaicos no figurativos. Desde el siglo XV aparecen en Irán grandes mezquitas cupuladas, con interiores revestidos de bellos azulejos.
Entre los alminares es excepcional el al-Malwiyya, de la ruinosa mezquita de Samarra (Irak, h. 850), torre cónica con rampa exterior en espiral. La forma más difundida por el Magreb y España deriva de la mezquita de Damasco, antigua basílica bizantina reformada en el siglo VII, con alta torre de planta cuadrada con azotea y torrecilla. Se halla también en Egipto, en la mezquita tunecina de Sidi Uqba, en el alminar reformado de la mezquita de Córdoba y en los almohades de Marráquex, Rabat. Mansura (cerca de Tremecén), Argel, la Giralda de Sevilla. Los alminares turcos selyuqíes y otomanos son muy altos, cilíndricos y esbeltos y siguen este modelo los de la India (siglo XI), mientras que los del Gran Mogol (desde siglo XVI) son más robustos, adaptando la arquitectura india.
Otros edificios religiosos son los ribat, fortaleza-convento del Magreb (siglos X-XI), y la madrasa, escuela coránica, que surgió en Irán (siglo XI), desarrollada alrededor de un gran patio cuadrangular, con la forma sasánida del iwan en el centro de cada lado. La madrasa más ostentosa es la de la madre del sah en Isfahan (h. 1700).
El mausoleo es un edificio importante, que entre los selyuqíes es una alta torre cónica de ladrillos (türbe). En Irán muchos mausoleos son de planta poligonal con cúpula puntiaguda (como los antiguos palacetes sasánidas) y esta variante pasó a Egipto (siglo XII), con los ayyubíes y los mamelucos, que edificaron en El Cairo el conjunto de las "tumbas de los califas". La dinastía tártara timurí desarrolló (desde finales del siglo XIV) una variante de mausoleo con gran riqueza de mocárabes estalactíticos y relucientes azulejos en sus zaguanes y cúpulas. Un conjunto importante es el de Samarcanda, con el Gur-i Mir, sepulcro de Timur. En el imperio del Gran Mogol los mausoleos son bellísimos pabellones rodeados de grandes jardines (como el Taj Mahal en Agra, siglo XVII).
El palacio adoptó la forma de alcázar, por lo general estaba apartado de la ciudad: en Siria el de Msatta, en Irak el de Qasr al-Hayr, en Argelia el de los hammadíes, en España la alcazaba de Málaga y la Aljafería de Zaragoza. Pero en Oriente se prefirió la forma del palacio sasánida (Ujaydir y Balkuwara en Irak), que se imitó en el cordobés de Madina al-Zahra y en el conjunto granadino de la Alhambra y el Generalife (siglos XIV-XV), cuyo estilo decorativo influyó en el Alcázar de Sevilla (construido para Pedro I de Castilla).
En las fortificaciones destacan las tres monumentales puertas de las murallas de El Cairo (siglo XI) y la ciudadela de Alepo (siglo XII), de influencia bizantina; en España las puertas de Toledo y en Marruecos las de Rabat y Fez.
Destacan los grandes edificios para alojamiento de viajeros y mercancías: en Egipto (okel), en Turquía (caraban saray) y en el Magreb (fondak). En Granada destaca el Patio del Carbón (siglo XIV). Subsisten muchos de los antiguos complejos mercantiles, con callejuelas (a veces cubiertas), que se cruzan, como el vasestan turco de Brusa (siglo XIV).
Todas las variantes de las artes aplicadas tienen gran importancia. Las figuraciones pintadas son poco frecuentes, en los restos de la residencia de Qusayr Amra (siglo VIII) y en los techos del Salón de Reyes de la Alhambra (siglo XIV), pero abundan escenas con figuras en las labras en marfil (botes, cofrecillos, olifantes), hechas en el Egipto fatimí, la Córdoba omeya y Cuenca, o en las cajitas de Sicilia (siglo XII). Destacan las tallas decorativas en madera, los artesonados españoles, egipcios y sicilianos (bajo los normandos). Asimismo, los obrajes tejidos en seda, como el tiraz egipcio o cordobés, los recamados sicilianos, las telas de Almería, Granada, Marruecos, y las persas de los siglos XVI-XVIII, los brocados y terciopelos turcos.
Las labores metálicas, con la técnica de la ataujía o adamasquinado, en Irán (siglos XIII-XV) y Turquía, con armas, acetres y candelabros, y adornos esmaltados. Las alfombras anudadas en Anatolia y Persia, en lana (o lana y seda), de influencia selyuqí, y también en el Egipto mameluco y en España (Alcaraz, Cuenca y la Alpujarra). El vidrio en Siria, Irán y España (Granada), la talla del cristal de roca en el Egipto fatimí (siglos X-XII), los guadamecíes de Córdoba y Marruecos. La técnica de encuadernación de libros. La miniatura ilustrada en Oriente (siglo XIII), con su apogeo en el Irán del siglo XVI, con el pintor Behzad (que trabajó en Herat y Tabriz), imitado en la India. El arte aplicado por excelencia fue la cerámica, con grandes hallazgos técnicos en Oriente (barniz blanco, estannífero, lustre dorado, siglos VII-IX), con gran variedad de brillantes estilos (sobre todo en Irán), mientras que en Occidente destacó la cerámica de Málaga (imitada en Manises).
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