ARQUITECTURA Y ARTE DE CHINA.* No incluye el contemporáneo, desde la revolución de 1911.
Introducción.
El arte y arquitectura de la civilización china, desde la Prehistoria hasta el siglo XXI figuran entre sus logros más significativos y resultan de uno de los principios fundamentales de la cultura china: el equilibrio armónico, que se refleja en que sus manifestaciones artísticas son una mezcla de tradiciones e innovaciones, de ideas autóctonas y extranjeras y de imágenes profanas y religiosas.
El arte y arquitectura de la civilización china, desde la Prehistoria hasta el siglo XXI figuran entre sus logros más significativos y resultan de uno de los principios fundamentales de la cultura china: el equilibrio armónico, que se refleja en que sus manifestaciones artísticas son una mezcla de tradiciones e innovaciones, de ideas autóctonas y extranjeras y de imágenes profanas y religiosas.
El desarrollo histórico.
Los gobernantes de los primeros reinos y después los emperadores
chinos fueron importantes mecenas artísticos. La subida al trono o el derrocamiento
de las diferentes dinastías reales afectó profundamente al desarrollo del arte en
China aunque, si bien las nuevas dinastías manifestaban gustos diferentes, todas
ellas compartían el mismo interés por mantener la tradición. Los gobernantes, sobre
todo los que establecían una nueva dinastía, ansiaban afianzarse ante los ojos de
sus súbditos y una manera normal de conseguir su apoyo era continuando con las realizaciones
artísticas de las dinastías anteriores.
Las cortes reales aceptaban también las nuevas corrientes
procedentes de India o de Oriente Próximo, pero cuidando de entrelazar cualquier
idea innovadora en materia de arte, religión o filosofía a la trama ya existente
de la vida china.
El arte de los primeros periodos dinásticos, esto es las
dinastías Shang, Zhou, Quin y Han, que se sucedieron entre c. 1480 aC y 220 dC,
se desarrollaron en la Edad del Bronce.
Se centraba en el culto a los muertos. Los gobernantes
y sus funcionarios, preocupados por asegurarse la inmortalidad y el paso a la otra
vida, construyeron y decoraron lujosas tumbas subterráneas, muchas de las cuales
permanecen intactas. Al lado del ataúd se colocaban vasijas de bronce de formas
complicadas, armas, jades tallados y objetos de cerámica destinados a proporcionar
al difunto comodidad y protección en el otro mundo. Las paredes de la cámara mortuoria
se decoraban con escenas ornamentales, talladas o pintadas, que representaban leyendas
populares o actividades de la vida cotidiana.
Después de la caída de la dinastía Han en 220 dC, la llegada
de extranjeros y la inestabilidad política afectaron al carácter del arte chino.
El budismo, introducido en el siglo IV, trajo de la India nuevos estilos de arquitectura,
escultura y pintura. Además, con la doctrina budista, que subrayaba que el espíritu
humano puede ir más allá de la muerte, decayó la costumbre de los entierros opulentos.
Cuando en el siglo VII, bajo la dinastía Tang (618-907),
se reunificó China, los temas artísticos se habían vuelto más cosmopolitas y mundanos.
La arquitectura seglar conoció un esplendor sin precedentes, floreció la pintura
de paisajes y de retratos, y los avances tecnológicos en el campo de la cerámica
llevaron al desarrollo de la porcelana fina.
Durante la dinastía Tang se produjo una refinada evolución
artística que se extendió a las dinastías siguientes. La pintura de paisajes se
convirtió en un importante medio de expresión tanto artístico como filosófico, sobre
todo entre los wen-jen (pintores independientes).
Los pintores de la corte incrementaron las colecciones reales con pinturas de pájaros,
flores, animales y niños, temas favoritos en el arte chino. La caligrafía, arte
de la escritura bella, adquirió un relevante lugar. Además de las artes pictóricas,
la cerámica y la porcelana alcanzaron altas cotas de esplendor técnico y estético.
Los miembros de la realeza y los ricos decoraban su casa con gran variedad de objetos
como lacas, tapices, tallas de marfil, tallas de jade y objetos de metal.
A partir de la dinastía Song (907-1368) también la arquitectura
alcanzó un auge, que continuó durante la mayor parte de la dinastías siguiente,
en el los periodos Ming (1368-1644) y Qing (manchúes, 1644-1911).
Los artistas.
Muchos artistas y arquitectos eran empleados gubernamentales
que alcanzaban sus puestos después de una carrera académica y demostrar su
experiencia en unas oposiciones. Realizaban obras por encargo real, siguiendo
unas pautas académicas, en talleres grandes y bien organizados.
En contraste, los artistas aficionados, que en muchos casos
eran funcionarios retirados o exiliados, podían trabajar sin las limitaciones que
imponía la corte y su obra refleja un individualismo importante, alejado de los
estilos imperiales.
EL ARTE CHINO NEOLÍTICO.
El periodo neolítico chino fue bastante tardío en
comparación con el del Próximo Oriente y se data en 4000-2000 a.C.
En este periodo se inicia la agricultura y la domesticación
de animales, y se empezaron a establecer pueblos sedentarios, lo que causó los primeros
ritos funerarios que nos han dejado ricos ajuares funerarios, con objetos de uso
cotidiano enterrados con el difunto.
Las tumbas neolíticas han desvelado una gran variedad de
cerámica realizadas con el torno de alfarero rápido, sobre todo grandes vasijas
pintadas que eran probablemente urnas funerarias y copas de arcilla negra pulida,
utilizadas en algún ritual.
También se han encontrado herramientas de jade y de piedra
y es probable que los chinos del periodo neolítico conocieran la metalurgia de
cobre.
En el Neolítico el conocimiento de los materiales y de
las técnicas era transmitido de generación en generación dentro de las familias
de artistas. Si bien utilizaban instrumentos relativamente sencillos, como pinceles
de bambú o batidores de madera, la construcción de sus telares, hornos y fundiciones
revela que sus procesos de producción eran complejos.
Aparece al final del Neolítico la primera dinastía, la Xia (h. 2100-1500 aC), de la que destacan las tumbas imperiales, en forma vagamente piramidal.
Tumbas de la dinastia Shia.
Tumbas de la dinastia Shia.
LA DINASTÍA SHANG (1480-1050 AC).
La civilización Shang (c. 1480-1050 aC.) surgió de la
mezcla de los pueblos neolíticos, en especial de un grupo localizado en la provincia
de Henan, en China central, que constituyó un clan que dio origen al núcleo de la
civilización Shang.
Su gobierno dinástico se divide en dos periodos, anterior
y posterior al establecimiento de la capital real en Anyang en el siglo XIII aC.
Numerosas ciudades Shang fueron fundadas en el periodo pre-Anyang, pero casi todos
los objetos de la época, incluyendo las vasijas de cerámica, jade y bronce, han
sido descubiertos en las tumbas, lo que prueba la existencia de rituales que requerían
recipientes especiales para comida y vino. Para atender a la demanda de vasijas,
cada vez más decoradas, destinadas a estas ceremonias, las técnicas de la metalurgia
de bronce avanzaron con rapidez.
Los dos siglos y medio finales del mandato Shang marcaron
el periodo de Anyang y las excavaciones realizadas en la zona de lo que fue su antigua
capital han ayudado a conocer mejor su arte y su cultura. Se han encontrado inscripciones
en huesos de animales (llamados huesos de oráculo) y en vasijas de bronce que demuestran
que a los gobernantes les preocupaba mucho asegurar su inmortalidad. Practicaban
un complejo sistema de veneración a los antepasados en el que iban incluidas las
ofrendas de comida y bebida en sus templos. Las vasijas constituían una parte fundamental
de la ceremonia y sugieren que los Shang tenían diferentes imágenes de culto. Algunas
de estas vasijas rituales de bronce iban decoradas en toda su superficie con monstruos
y pájaros y, en algunos casos, con figuras humanas.
Los reyes Shang construyeron complicadas tumbas. Creían
que era posible llevarse al otro mundo sus posesiones materiales, por lo que se
enterraba a los miembros de la casa real con sus riquezas personales.
En 1975 los arqueólogos chinos que trabajaban en la zona
de Anyang descubrieron la tumba de la esposa favorita de un rey Shang, donde encontraron
más de 400 vasijas de bronce y armas, además de 600 piezas de jade y piedra, de
gran calidad artística. Destacan las figuras de jade y bronce bellamente talladas
con formas de animales y pájaros.
LA DINASTÍA ZHOU (1027-256 AC).
Los reyes Shang no pudieron controlar el creciente poder
de una tribu vecina, los Zhou (c. 1027-256 aC), establecida en su frontera occidental.
Hacia el año 1027 aC. los Zhou conquistaron Anyang y asentaron
su dinastía en la ciudad. Al principio se conservó buena parte de la cultura Shang;
de hecho los bronces y jades del periodo Xian, llamado también periodo Zhou occidental,
son muy parecidos a los de la dinastía anterior. Con la progresiva desaparición
del culto a los antepasados, las vasijas antes destinadas a los templos, pasaron
a ser preciados trofeos que el monarca entregaba a sus súbditos más destacados,
para premiar sus victorias o concederles tierras. Estas vasijas de bronce solían
llevar largas inscripciones explicando la gesta que conmemoraban y constituyen hoy
valiosos documentos sobre esa época de la historia china.
Ante los ataques de otras tribus, en el año 771 aC, la
dinastía Zhou se vio obligada a abandonar su capital de Xian para instalarse en
Luoyang, otra ciudad de la provincia de Henan, lo que marcó el comienzo del periodo
Zhou oriental en cuyo arte se refleja la ruptura geográfica con el pasado Shang.
Los bronces tenían un carácter más profano y se utilizaban como regalo de boda para
decorar el hogar de los recién casados. Las representaciones de animales y monstruos
totémicos dejaron paso a ornamentos abstractos, llenos de colorido, con incrustaciones
de oro o piedras semipreciosas. Durante este periodo se hicieron muy populares las
campanas y los espejos de bronce.
El arte del periodo Zhou oriental posterior muestra una
notable diversidad y alta calidad técnica. En las tumbas de la dinastía Zhou oriental
se han descubierto pinturas sobre seda que constituyen las muestras más antiguas
de esta técnica, así como esculturas en madera, obras de laca y cerámica vidriada
que hablan de nuevos desarrollos técnicos y estilos artísticos.
LA DINASTÍA QUIN (221-206 AC).
La dinastía Quin tuvo un importante papel en la historia
de China, a pesar de su brevedad (221-206 aC).
El debilitamiento político del imperio Zhou oriental terminó
con la consolidación del poder del emperador Quin Shi Huangdi, del que procede el
nombre de China.
La gran muralla china se asocia a al emperador Quin Shi Huangdi porque él dirigió el mayor y más intenso programa de su construcción, pero también unió largos trechos de murallas anteriores y la actual muralla es en gran parte fruto de profundas restauraciones por las dinastías Ming y Qing.
La gran muralla china se asocia a al emperador Quin Shi Huangdi porque él dirigió el mayor y más intenso programa de su construcción, pero también unió largos trechos de murallas anteriores y la actual muralla es en gran parte fruto de profundas restauraciones por las dinastías Ming y Qing.
A su muerte, este poderoso gobernante fue enterrado en
la provincia noroccidental de Shanxi, en un túmulo funerario macizo, descubierto
recientemente. En esta tumba real han aparecido más de 6.000 figuras de terracota
(entre hombres y caballos) destinadas a proteger la cripta. Representan uno de los
regimientos del emperador, compuesto por oficiales perfectamente equipados, aurigas
y arqueros, así como jóvenes soldados de a pie. El ejército estaba pintado con una
amplia gama de brillantes colores que el paso del tiempo se ha encargado de apagar.
Aunque ya hacía tiempo que se habían abandonado los sacrificios humanos, propios
de los enterramientos Shang, el deseo de protección durante el viaje de la muerte
seguía siendo un importante elemento en las prácticas funerarias.
El segundo gobernante Quin no fue capaz de conservar el
poder de su padre, y el control pasó a manos de la dinastía Han en el año 206 aC.
LA DINASTÍA HAN (206 AC-220 DC).
Los Han gobernaron China durante más de 400 años (206 aC-220
dC), periodo de gran importancia para la historia del arte chino.
Las tumbas eran la obra primordial para los gobernantes,
que dedicaban a ellas los mejores arquitectos y artistas. La elaborada construcción
de las tumbas habla de la sofisticada tecnología que existía en materia de arquitectura:
las bóvedas y las columnas vinieron a sustituir a las estructuras de madera y de
tierra prensada de las anteriores dinastías.
Además había esplendidos palacios imperiales, aunque todos
fueron destruidos.
En las tumbas se observa que los temas de pintura Han más
frecuentes eran episodios de la vida en el más allá y leyendas de antiguos héroes.
Los pocos restos que nos han llegado revelan una intención novedosa de representar
el espacio y la distancia, puesto que aparecieron los primeros elementos de representación
del paisaje, aunque fueran apenas algún arbolito o montaña.
Los palacios, según los textos históricos de la época,
estaban decorados con grandes retratos de los emperadores y con murales, pero pocas
de estas obras han llegado hasta nosotros.
Urna funeraria del periodo Han.
Dentro de las tumbas Han había gran profusión de objetos
en miniatura, que generalmente reproducían las posesiones, animales o edificios,
del difunto. Se llamaban mingqi (bienes espirituales) y solían estar realizados
en cerámica vidriada o pintada con vivos colores. También había miniaturas de la
casa, del corral, de los animales domésticos y criados favoritos y un surtido de
objetos de uso cotidiano.
Otras artes menores también eran notables, sobre todo
el tallado del jade. Las cámaras mortuorias subterráneas del príncipe Liu Sheng
y de su esposa Tou Wan (muertos hacia el 120 aC), descubiertas en 1968 en la provincia
de Hebei, contenían un gran despliegue de artículos de laca, de sedas, cerámica
y vasijas de bronce, algunos dorados y otros con incrustaciones de oro. Los dos
cuerpos estaban envueltos en vestidos de jade, realizados con trocitos rectangulares
de esta piedra unidos con hilos de oro. Cada traje lleva más de 2.000 piezas de
jade que, en China, simboliza la vida eterna. Según los arqueólogos se tardó más
de diez años en confeccionar cada traje.
LAS SEIS DINASTÍAS (220-589).
La riqueza de la dinastía Han no pudo evitar su derrocamiento
en el año 220 dC.
En los siglos siguientes los mayores clanes rivales trataron
de controlar partes del imperio, que se fragmentó en el llamado periodo de las Seis
dinastías (220-589).
El arte recibió la influencia de nuevas ideas religiosas,
como el confucionismo y el taoísmo, que propiciaron nuevos temas y estilos. El ideal
confuciano encontraba su expresión más popular en las escenas de piedad filial,
mientras que los taoístas, amantes de la naturaleza, se inclinaban por los paisajes
y las leyendas populares.
El arte budista
en el periodo de las Seis Dinastías.
El budismo, llegado a China desde la vecina India, tuvo
un profundo efecto sobre el arte del periodo de las Seis dinastías. Los primeros
ejemplos de arte budista que se vieron en China fueron las estatuillas traídas por
los budistas indios. En el siglo IV la afluencia de estilos y temas produjo una
nueva categoría de arte y arquitectura budistas dentro de la tradición china.
En China occidental todavía se pueden contemplar, en el
monasterio de Dun-huang, importantes pinturas murales basadas en historias sagradas.
Aumentó la popularidad de la escultura monumental procedente del norte de la India,
y se crearon las esculturas talladas en piedra maciza representando a las deidades
budistas de las montañas de Henan y en las provincias de Shaanxi.
Una importante novedad del periodo fue la pagoda de madera,
basada en la stupa india y en la torre de la dinastía Han. Hacia el siglo VI la
mayor parte de la vida cultural china estaba inspirada en el budismo.
La pintura en
el periodo de las Seis Dinastías.
Aunque el arte budista dominaba casi todas las obras de
las Seis dinastías, también había en paralelo un cambio en las tradiciones profanas.
Al mismo periodo budista pertenece Gu Kaizhi, considerado
el padre de la pintura paisajística. Se le atribuyen tres cuadros, conocidos únicamente
a través de probables copias: dos versiones del Cuento del río Lo (que se
conservan en la Freer Gallery of Art, Washington, D.C., y en el Palacio Museo de
Pekín) y el rollo titulado Recomendaciones de la maestra a las damas de la corte
(British Museum, Londres). Sus figuras y elementos del paisaje presentan una ejecución
formal, casi rígida, pero denotan, al mismo tiempo, una delicadeza y un carácter
etéreo que han perdurado a través de la larga tradición artística china.
La cerámica en
el periodo de las Seis Dinastías.
El norte de China, centro inicial de la influencia budista,
es el principal foco del arte y la cultura de las Seis dinastías. Sin embargo, también
en el sur hubo progresos, especialmente en la cerámica. Los primeros cacharros reconocibles
son de gres vidriado en verde, llamado Yue-yao, y se fabricaban en los hornos de
la provincia de Zhejiang. Esta cerámica era muy duradera y se utilizaba sobre todo
para la fabricación de cuencos y jarras que se llegaron a exportar a lugares tan
lejanos como las Filipinas y Egipto.
LA DINASTÍA TANG
(618-907).
China inició una recuperación durante el breve mandato
de la dinastía Sui (589-618) y se consolidó con el joven monarca Taizong en el año
618, que inició la próspera dinastía Tang (618-907), que propició un gran desarrollo
artístico, hasta ser considerado su periodo como una edad de oro de China.
La estabilidad del gobierno y la prosperidad económica
consecuente propiciaron un florecimiento de las artes: pintura, cerámica, metalistería,
música y poesía.
Los budistas padecieron periodos de persecución durante
la era Tang, pero en el arte chino perduró la influencia de su religión. De aquel
periodo se conservan en la actualidad las pagodas de piedra y las pinturas de las
cuevas de Dunhuang. En las provincias del norte se siguió practicando la escultura
monumental en piedra, que revela una creciente tendencia hacia las figuras completas,
llenas de sensualidad. Esta importancia del volumen es la principal característica
de la escultura Tang, tanto religiosa como profana, que se aprecia en la piedra
y en la cerámica. Son muy pocas las imágenes budistas de metal que se conservan
de aquellos siglos, porque durante los periodos de actividad anti-budista se fundían
para acuñar monedas.
La pintura Tang.
La pintura budista mantuvo su importancia durante el periodo
Tang, pero el paisaje profano pasó a dominar las artes pictóricas. Son tres los
nombres de pintores que se conocen, junto con probables copias de sus obras. Wang
Wei, un solitario terrateniente, creador del paisaje monocromo, prefería los paisajes
nevados. Sus obras sirvieron de modelo para los pintores independientes sucesivos
y la intimidad y tranquila melancolía plasmadas en ellas fueron muy apreciadas por
los artistas posteriores. Contrastando con su estilo está el de Li Sixun y su hijo
Li Zhaodao (activos hacia 670-735). Una copia realizada en el periodo Song de su
obra Viaje de Ming Huang a Shu (Museo del Palacio Nacional de Taipéi, Taiwán)
deja constancia del exilio de un monarca Tang. Como muchos paisajes de este periodo,
está realizado en tonos verdes y azules brillantes y presenta un impresionante panorama
con afloramientos rocosos y frondosos árboles que le confieren un carácter monumental.
Este estilo estaba muy alejado de las composiciones más simples de pintores como
Wang Wei.
En el periodo Tang se perfeccionó la pintura de retratos
iniciada en la era Han. Los emperadores encargaban retratos de sí mismos y de sus
predecesores para las colecciones imperiales. En el Museo de Bellas Artes de Boston
se conserva un ejemplo de esta costumbre, con una obra de Yen Liben, destacado retratista
Tang, en la que aparecen retratados 13 gobernantes desde la dinastía Han hasta la
Sui. También se acostumbraba a decorar las cámaras funerarias con retratos de los
difuntos y de los miembros de su familia.
Las artes decorativas
en la dinastía Tang.
La innovación es la característica principal del periodo
Tang en lo relativo a las artes decorativas. Los comerciantes y artesanos de diferentes
nacionalidades trajeron importantes influencias procedentes de Oriente Próximo que
estimularon la creación de nuevos estilos en metalistería y cerámica.
Los frascos de viaje y los platos de plata y oro, con gran
variedad de formas, recuerdan las tradiciones de Asia central. Los vistosos cacharros
de loza, sobre todo jarras y vasijas de beber, se parecían mucho a la orfebrería
persa y estaban basados en prototipos de metal. Es importante la cerámica de este
periodo pues gracias a una técnica desarrollada en el sur de China era posible cocer
una sustancia blanca, de grano fino, que hoy se conoce como porcelana. Esta cerámica
procede de una combinación de arcilla blanca y feldespato molido que, una vez mezclada
y moldeada al torno, se cuece en el horno a temperaturas altísimas que llegan a
rebasar los 1.200 Cº. Si bien hasta más tarde no se sacó partido de todas las posibilidades
de la porcelana, sus orígenes en la dinastía Tang constituyen un importante hito
en este campo.
LA DINASTÍA
SONG (960-1270).
En los años que siguieron a la caída del gobierno Tang
el territorio de China quedó reducido a consecuencia de las invasiones de los pueblos
vecinos. Los emperadores Song (960-1270) no eran tan poderosos como sus predecesores
Han o Tang. Se esforzaron por mantener una paz poco sólida con sus, casi siempre,
hostiles vecinos, y las artes de la época denotan una introspección y un refinamiento
que se cultivaron como respuesta a las ásperas realidades políticas. Los emperadores
Song se caracterizaban por ser muy ilustrados y muchos de ellos eran, incluso, consumados
artistas.
La pintura Song.
La pintura Song fue de gran calidad y diversa en escuelas
y estilos. La corte promovió una academia real de pintura y patrocinó a numerosos
artistas. La familia real prefería los temas de pájaros y de flores, así como los
retratos de los animales de compañía y de los niños. Muchas pinturas de este periodo
sirvieron de modelo para juzgar obras posteriores y son muchos los pintores chinos
actuales que continúan trabajando en los estilos cortesanos de la pintura Song,
tanto florales como de retratos, copiados una y otra vez a lo largo de los siglos.
Sin embargo la dinastía Song es más conocida por la pintura
de paisajes. Durante el periodo Song septentrional (960-1126), los pintores solían
inclinarse por un estilo monumental, creando impresionantes panorámicas. Artistas
como Li Cheng, maestro de los planos horizontales y lejanos (activo en el siglo
X) y Fan Kuan, que sigue fielmente a la naturaleza (activo a principios del siglo
XI), destacaron en este estilo con sus imponentes vistas de acantilados rocosos
interrumpidas por alguna catarata o por algún grupo de figuras pequeñas. La ejecución
es compleja, repitiendo las pinceladas unas encima de otras para crear la ilusión
de textura.
Apareció también la pintura de los eruditos, o wenren
hua. Los eruditos eran independientes que discrepaban con los estilos impuestos
por la academia y que creaban sus propios paisajes. Los que practicaban el wenren
hua, en el periodo Song septentrional, preferían temas menos grandiosos que
los pintores oficiales y con frecuencia elegían un sencillo árbol o una roca con
un bambú.
En el siglo XII la familia real Song huyó al sur y se estableció
en la ciudad de Hangzhou. Durante esta época de la llamada dinastía Song meridional
(1127-1279) la academia de pintura imperial creó un estilo de paisaje conocido como
escuela de Ma-Xia, por el nombre de sus dos principales representantes, Ma Yuan
y Xia Gui. Crearon paisajes menos elaborados que los del periodo Song
septentrional, utilizando las veladuras para sugerir la masa terrestre y para conferir
a la obra un aspecto ligero y etéreo. A Ma Yuan se le conocía como 'Ma-el-de-una-esquina'
porque con su pintura sólo cubría una esquina del cuadro, dejando el resto en blanco.
Esta técnica acentuaba la sensación de espacio abierto y sugería el infinito, cualidades
muy apreciadas en el estilo Ma-Xia.
Contrastando con la serenidad de la obra de Ma Yuan y Xia
Gui está la de los monjes Chan o Zen, rama de la fe budista que cree en la espontaneidad
de la creación artística, por lo que sus obras quedan terminadas en unos pocos minutos
de frenesí. Los pintores de la academia oficial rechazaban este estilo, de pincelada
libre y muy suelta, calificándolo de obra de 'borrachos locos'. La independencia
de la escuela Zen se convirtió en un modelo importante para los artistas de los
siglos posteriores que se mostraban desilusionados ante los estilos puramente académicos.
La cerámica
Song.
La cerámica de los periodos Song septentrional y meridional
es comparable a la pintura de paisaje en cuanto a variedad y calidad. Entre los
productos más bellos de los hornos del norte, denominados clásicos, está la loza
de ting, en la provincia de Hebei, que se caracteriza por su vidriado blanco lechoso
y por sus motivos delicadamente tallados o estampados, entre los que abundan los
capullos de loto, en origen símbolo budista, pero muy frecuentes en el arte profano
de la dinastía Song. La loza de Jun, de vivos colores, con salpicaduras rojas o
púrpuras pintadas sobre el vidriado azul, era muy popular en la corte y se utilizaba
para cuencos y macetas. El gres verde celedón, de gran calidad, era también un clásico
en los hornos tanto septentrionales como meridionales. En el norte, donde el verdeceledón
tiende a ser de un verde grisáceo, se utilizaba para la fabricación de jarrones
o de pebeteros. Además de estas variedades, favoritas de la corte, había también
un tipo de cerámica popular llamada cizhou, que se fabricaba en la provincia de
Henan para uso local. Los alfareros de Tzu-chou empleaban una amplia gama de técnicas
decorativas, entre las que se contaba el vidriado, la pintura, el tallado y el esmaltado.
Las formas eran muy variadas aunque abundaban los cabezales, los jarrones y los
objetos en miniatura, que se utilizaban probablemente como juguetes.
El sur de China aportó su propia loza real, sobre todo
la porcelana blanca descubierta en la zona de los Tang. Algunas piezas de cerámica
fina se realizaban expresamente para uso imperial y tenían el carácter de kuan,
es decir, oficial. Los objetos de gres verdeceledón del sur tienen un sutil vidriado
verde azulado que parecía ejercer una sensación de serenidad sobre aquellos que
los contemplaban. Los monjes budistas de la provincia de Fujian preferían tomar
el té en brillantes cuencos negros vidriados de loza de Jian. Para decorar estos
utensilios se colocaba en su interior una hoja o un motivo recortado en papel antes
de cocerlos y una vez en el horno el material se desintegraba, dejando una marca
oscura que se hacía más visible al llenarlos de té. Estos cuencos de té de Jian
eran muy apreciados por los monjes japoneses que estudiaban en los monasterios Zen
de China; en Japón se conservan numerosas colecciones de este tipo de loza de la
época Song.
La escultura
Song.
Las formas plenas características de la dinastía Tang continuaron
en la escultura del periodo Song. Los éxitos más notables se alcanzaron en las figuras
budistas, en las que con frecuencia la arcilla y la madera sustituían a la piedra.
La arcilla, de gran plasticidad, permitía plasmar las formas del cuerpo con más
suavidad y con ella se obtenían sorprendentes resultados de parecido con el natural.
La arquitectura
Song.
La tendencia Song hacia el refinamiento se aprecia también
en lo que queda de la arquitectura del periodo. Los estilos Tang se fueron alargando
y afinando y dieron lugar a unas agujas características del estilo Song. Los tejados
curvos, típicos de la arquitectura china, alcanzaron su apogeo en el periodo Song.
Se perfeccionaron las vigas transversales para aportar el apoyo necesario a los
pesados tejados. En el interior, un sistema de delicadas bóvedas y ménsulas de madera
facilitaba la sensación de espacio abierto y de luz. Las pagodas seguían siendo
el edificio religioso por excelencia. Al principio se construían de albañilería
y, sobre todo en el norte, se decoraban con complicadas celosías. Aunque los arquitectos
Song preferían la altura a la anchura, hay ejemplos de que también se construyeron
edificios anchos y bajos y estas estructuras solían ir acompañadas de patios, balcones
y grandes vestíbulos, características que se harían más frecuentes en los periodos
Yuan y Ming.
LA DINASTÍA
YUAN (1279-1368).
La invasión de los mongoles (1279-1368) produjo alteraciones
en la naturaleza del arte chino, sobre todo en la pintura y en la escultura. Aunque
los gobernantes extranjeros tenían interés en perpetuar la cultura clásica china,
la mayoría de los artistas no estaban a gusto en la corte y se retiraron. La pintura
y la caligrafía se convirtieron en el terreno de estos ex-funcionarios. Wenren
hua, el arte de los aristócratas independientes durante la dinastía Song, fue
durante el periodo Yuan, y en lo sucesivo, la escuela artística más importante;
seguían siendo conocidos como los eruditos y tildaban a los pintores que se quedaron
en la academia de conservadores e incluso de imitadores.
Al principio del periodo Yuan, los artistas oficiales recibían
encargos de obras basadas en los estudios de pájaros y de flores de la época Song
o en los paisajes de la escuela Ma-Xia. Todas las innovaciones procedían de fuera
de la tradición académica, que nunca volvió a alcanzar el nivel que tenía durante
la dinastía Song meridional.
La pintura Yuan.
Al margen de la considerable diferencia de estilo, la pincelada
de los pintores wenren era más acentuada y segura que la de los artistas Song meridionales.
Las rocas y los árboles, que en la escuela Ma-Xia se presentan borrosos, aparecen
con fuerza en la obra de los pintores del periodo Yuan. Ya no se utiliza la bruma
para sugerir la distancia y el infinito y la amplitud deja paso a un interés más
dramático por la forma. El grupo conocido como los 'Cuatro grandes maestros del
Yuan' —Huang Gong-wang, Ni Zan, Wu Zhen y Wang Meng— representa la diversidad característica
de este periodo. El paisaje continuó a la cabeza de los temas representados y se
introdujeron zonas de color y variaciones de ejecución que recordaban a los primeros
paisajistas de la era Tang.
La caligrafía
Yuan.
Desde los tiempos pre-Tang se ha considerado a la caligrafía
como una rama de la pintura. Se hizo muy popular durante la dinastía Yuan por su
relación con las aspiraciones de los wenren.
Junto con la poesía y la música constituía una parte importante de la formación
intelectual de los caballeros; era frecuente regalar a los amigos una muestra de
escritura para conmemorar una ocasión o para agradecer la hospitalidad. La caligrafía,
como la pintura, da fe de las posibilidades, casi infinitas, del pincel. Los caracteres
representados se ajustaban a una gran variedad de estilos, desde los grabados arcaicos
sacados de las vasijas de bronce hasta las formas más libres que recordaban a los
pintores Zen.
La porcelana
Yuan.
La corte de los mongoles promovió grandes progresos en
las técnicas de fabricación de porcelana. A mediados del siglo XIV se fabricaron
las primeras muestras fechadas de porcelana decorada con colores aplicados antes
del vidriado (vasijas David, en la Fundación
Percival David, Londres). Hacía tiempo que se conocía la tecnología para la fabricación
de porcelana, pero la decoración en color planteaba serios problemas porque eran
pocos los pigmentos capaces de resistir las altas temperaturas necesarias para cocer
la base de arcilla blanca.
En el periodo Yuan se descubrió que el cobalto molido producía
un pigmento negruzco que podía ser mezclado con agua y pintado sobre la porcelana
antes de su cocción y que tomaba un bonito tono azulado en el horno. Este descubrimiento
inició la famosa tradición de los cacharros blancos y azules que durante siglos
se venderían en los mercados chinos, en los países musulmanes y en Europa. El óxido
de cobre resultó también utilizable como agente decorativo y se creó una clase de
porcelana de tonos rojos debajo del vidriado.
La arquitectura
Yuan.
Los mongoles favorecieron también importantes aportaciones
en la arquitectura. Hoy se cree que las estructuras originales de la capital mongola,
Pekín, eran mayores que las estructuras Ming que las sustituyeron. La estética mongol
daba preponderancia a la masa, en claro contraste con las anteriores edificaciones
Song. La construcción Yuan se caracterizaba por grandes salones sucesivos para poder
celebrar al mismo tiempo banquetes, audiencias reales y los actos oficiales ordinarios.
El proyecto de gran ciudad empleado por los arquitectos de Pekín fue conservado
y adaptado por los responsables de las dinastías Ming y Qing, y sigue recordando
a la capital imperial Yuan.
LA DINASTÍA MING
(1368-1644).
El gobierno mongol terminó con una vasta revuelta
campesina y el restablecimiento de una dinastía de etnia china, llamada Ming (1368-1644).
La pintura Ming.
La corte fundó inmediatamente la academia real de pintura
que atrajo principalmente a los pintores de pájaros y de flores y a los paisajistas
de la escuela Ma-Xia. Sin embargo seguían siendo los eruditos los autores de las
obras más significativas. Del grupo que encabezaba a los wenren Ming, llamado escuela de Wu, salieron numerosos artistas importantes
entre los que destacan Shen Zhou y Wen Zengming. Ambos eran caballeros cultivados
y practicaban la pintura y la caligrafía. La pincelada de Shen Zhou denota una línea
rigurosa que proporciona claridad a sus obras, inspiradas con frecuencia en temas
cotidianos, como un grupo mirando a la luna desde una terraza (Museum of Fine Arts,
Boston). Wen Zengming se decantaba por los temas de gran simplicidad, como un árbol
o una roca, y su obra transmite la fuerza que da la soledad, quizá como reflejo
de su desencanto ante la vida oficial.
La crítica y el
estudio del arte en el periodo Ming.
El arte fue tema de estudio y de crítica desde el periodo
Han, pero alcanzó su apogeo durante la dinastía Ming, de manos de Dong Qichang,
pintor, crítico, coleccionista y erudito. Los escritos de Dong sobre la historia
de la pintura china siguen siendo importantes, sobre todo su identificación de las
escuelas de pintura del norte y del sur. Mantenía que la escuela del sur —la de
los literatos—, que preconizaba el individualismo y la vida contemplativa cultural,
podía remontarse a Wang Wei en la dinastía Tang. Por otro lado, la escuela del norte,
originaria de la familia Li en los siglos VII y VIII, incluía a las generaciones
posteriores de pintores oficiales. Entre el último grupo se encuentran los grandes
monumentalistas Song septentrionales Li Cheng y Fan Kuan, así como los artistas
de la escuela Ma-Xia. Según la teoría de Dong, esta escuela se caracterizaba por
su falta de innovación, su dependencia de los dictados de la corte y su imitación
servil del pasado. Aunque los especialistas contemporáneos consideran que este argumento
es simplista, Dong fue, sin lugar a dudas, el primero que dejó clara la división
entre el pintor de corte profesional y el wenren.
La cerámica
Ming.
El periodo Ming es famoso por sus artes decorativas. La
producción de cerámica aumentó de forma considerable y se produjo una gran expansión
del mercado con la gran demanda, para la exportación, de la porcelana vidriada azul
y roja.
Hasta entonces, sólo unos pocos colores se aplicaban sobre
la porcelana, en forma de vidriado de plomo. Ahora, sin embargo, se introdujo una
nueva técnica: una vez que la porcelana había sido vidriada y cocida a la temperatura
necesaria, se pintaba con esmalte del color deseado, como verde, amarillo o púrpura,
y se volvía a cocer por segunda vez. Gracias a este invento se podía decorar la
más fina cerámica china con una infinita variedad de colores brillantes, desarrollándose
numerosos estilos; los más solicitados en los mercados europeos eran los decorados
en los que predominaba el rosa (llamados 'familia rosa') y en los que predominaba
el verde (llamados 'familia verde'). También se esmaltaba el cobre, y se hacían
vistosos objetos decorados con esmaltes alveolados (cloisonné).
Las artes textiles
Ming.
Los gobernantes de la dinastía Ming eran grandes aficionados
a las antigüedades y preferían los temas que recordaban motivos antiguos, pues
se presentameban como una restauración de las raíces chinas como un medio para
legitimar su dinastía.
Para los tejidos elegían elaboradas decoraciones con figuras
de origen Tang o Song. Aunque los avances técnicos condujeron a sofisticadas innovaciones
en el campo textil, como los tapices de seda, muchos funcionarios Ming adoptaron
los estilos antiguos para vestirse. El atuendo corriente en la corte eran los vestidos
con dragones mientras que el emperador se reservaba el derecho de llevar vestidos
con motivos taoístas arcaicos.
Las artes de la laca, jade y bronce Ming.
Muchos de los objetos antiguos que se conocen estaban realizados
en laca tallada, una antigua modalidad artística que se remonta a la era Zhou y
que alcanzó nuevas cotas de ornamentación en el periodo Ming. Las bandejas y otros
accesorios domésticos estaban primorosamente decorados con dragones, figuras y motivos
florales.
La misma profusión se observa en el arte, igualmente antiguo,
de la talla del jade, realizándose preciosos objetos como jarrones, figuras de deidades
y réplicas de antiguas vasijas de bronce, que eran muy solicitados tanto en China
como en el extranjero.
En la fabricación de esculturas y recipientes de bronce, que solían
ser braseros o pebeteros, se imitaban de forma deliberada los estilos del pasado.
La arquitectura Ming.
Los mongoles habían rechazado el delicado estilo Song iniciando
una tendencia hacia las estructuras más bajas y macizas, que fue adoptada por los
arquitectos Ming, quienes crearon muchos edificios rectangulares. Los templos Ming
conservaban algunos detalles Song, como las figuras de madera del interior pintadas
con gran colorido.
El Palacio Imperial de la Zijin Cheng (Ciudad Prohibida), en su mayor parte realizado en madera, fue conservado y ampliado durante la posterior dinastía Qing hasta bien entrado el siglo XIX y es difícil separar lo que es Ming de las aportaciones Ming. Comprende 980 edificios con 8.707 habitaciones, sobre un total de 720.000 m².
LA DINASTÍA QING (1644-1912).
Los últimos años de la dinastía Ming estuvieron marcados
por grandes disidencias políticas internas y revueltas campesinas. Esta situación fue aprovechada desde el norte por los manchúes, que se hicieron con el poder en 1644 y
se mantuvieron hasta 1912.
Deseosos de asimilar las tradiciones de las dinastías anteriores,
los gobernantes Qing mantuvieron todos los aspectos de la cultura china.
La pintura Qing.
La corte continuó patrocinando una academia real de pintura,
pero la calidad de su producción no iba más allá de la buena imitación de los estilos
Song.
Como en siglos anteriores, las mejores pinturas procedían de los artistas
cultos, surgiendo en la dinastía Qing dos escuelas bien diferenciadas de wenren
hua: los que basaban su obra en los maestros del periodo Yuan y los llamados
individualistas, que practicaban una pintura más libre, menos restringida.
En el
primer grupo había destacados artistas como Wang Hui, quien además de realizar un
enorme número de obras al estilo de pintores como Huang Gongwang y Dong Qichang,
desarrolló un estilo propio de compleja ejecución. Otros pintores, como Hung-jen,
dominaban el estilo de un solo artista Yuan (en este caso de Ni Zan), copiando y
trabajando exclusivamente en sus obras.
La otra escuela de wenren rechazaba el enfoque ortodoxo
de los seguidores de los modelos Yuan. En lugar de ello, se esforzaban por cultivar
un estilo personal de ejecución. El monje budista Kun Can trabajaba sin trabas,
a la manera de los pintores Zen del periodo Song meridional. Aunque muchas de sus
figuras se presentan distorsionadas, nunca llegan a ser abstractas y sus pájaros
y rocas, plasmados velozmente, conservan su forma orgánica. De forma parecida Dao
Jhi, conocido también como Shi Tao, infundió su estilo a la comprensión de la naturaleza,
consiguiendo un gran movimiento y vitalidad en sus obras, dinamismo que aumentaba
añadiendo zonas de aguadas azules o rosas.
La cerámica Qing.
Las artes decorativas del periodo Qing destacan por su excelencia técnica pero no son innovadores en temática ni alcanzan la belleza clásica de la cerámica Ming.
El proceso de esmaltado se perfeccionó durante esta época, junto con
innumerables sombras nuevas para la porcelana de vidriado monocromo.
En los siglos
XVII y XVIII se exportaban a Europa preciosas porcelanas. Cuando los hornos occidentales
empezaron a producir porcelana azul y esmaltada, la calidad de la cerámica china
empezó a decaer. Las piezas más interesantes salían de los pequeños talleres de
provincias donde los alfareros, sin competir con los hornos imperiales, creaban
deliciosos cacharros por encargos locales.
La loza I-hsing de la provincia de Jiangxi,
un gres rojo castaño, era la preferida de los estudiosos de la región y ningún caballero
dejaba de tener una pequeña tetera, un soporte para la pluma o un cuentagotas en
su escritorio.
Otras artes decorativas Qing.
Los estilos ornamentales preferidos en la época Ming fueron
seguidos por los artistas Qing en la metalistería, la laca y el jade tallado.
Son excelentes las labores minuciosas con marfil, el cristal soplado y, tanto en China como en Europa eran muy populares los frascos de rapé de vistosos colores.
Los muebles de madera
decorados con laca, que algunas veces era dorada, tenían gran aceptación en la corte
imperial y entre los funcionarios ricos y los comerciantes.
La arquitectura Qing.
También en la arquitectura continuaron muchas de las tradiciones
Ming. Los emperadores Qing preferían interiores amplios, casi monótonos, desprovistos
de detalles.
Pabellón del Palacio Imperial en Pekín.
Pabellón del Palacio de Verano en Pekín.
Los palacios, muchos de los cuales aún existen en la ciudad de Pekín,
son la 'marca de fábrica' especial de la arquitectura Qing y se caracterizan por
sus formas macizas templadas por una estricta simetría. El color desempeña un importante
papel en estos edificios de tejados dorados, detalles pintados en rojo y escaleras
de mármol blanco.
También existen algunas variantes, como la residencia veraniega
de Yuan-ming-yuan, del siglo XVIII, basada en el estilo del palacio de Versalles
en Francia.
Muy distinto es el Altar del Paraíso o Templo del Cielo (iniciado
en el año 1420, restaurado en el año 1890), estructura circular de tres pisos, inspirada
en las descripciones de los estilos arquitectónicos anteriores a la dinastía Han.
FUENTES: ARQUITECTURA.
Internet.
Documentales.
Ciudades perdidas. Serie española de Home Video (60'). Presentada por Vicente Simon. Chang'an. La Roma de Asia (Pekín; Chang'an, capital de los Han y Tang de China durante 1.100 años, en la actual Sian, con la tumba con soldados del emperador Hsi Huang-Ti; la historia de la emperatriz Wu-se-Tian; Yang-Wufei, favorita del emperador Hsiang-Hsu, la gran protagonista de las historias de amor chinas).
Ciudades perdidas. Serie española de Home Video (60'). Presentada por Vicente Simon. Chang'an. La Roma de Asia (Pekín; Chang'an, capital de los Han y Tang de China durante 1.100 años, en la actual Sian, con la tumba con soldados del emperador Hsi Huang-Ti; la historia de la emperatriz Wu-se-Tian; Yang-Wufei, favorita del emperador Hsiang-Hsu, la gran protagonista de las historias de amor chinas).
Libros.
Huiyin, Lin. A Pictorial History of Chinese Arquitecture.
Una escritora e historiadora de arte
y arquitectura.
Keswick, Maggie. The Chinese garden: history, art & architecture. Academy Editions. Londres. 1978. 216 pp. Contribución y conclusiones de Charles Jencks.
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[http://es.wikipedia.org/wiki/Arte_de_China]
[http://www.arteespana.com/arteantiguachina.htm]
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Memorias de piedra 3/3: China, cuando las montañas se pintaban. 52 minutos. Las pinturas rupestres de Huashan, en el rio Zuojiang, realizadas entre los siglos V aC y II dC. Son casi dos mil figuras, la mayoría humanas de estilo esquemático.
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Yang Guang. “El País” (17-IV-2013). El emperador (604-618), muy impopular,
fue asesinado, y su tumba en Yangzhou es muy pequeña.
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hachas con signos caligráficos del 3.000 aC que podrían ser los primeros ejemplos
conocidos de escritura china.
López, A. Encuentran la tumba que revela cómo era la
vida en el imperio de Genghis Khan. “El Confidencial” (14-VIII-2018). Los
arqueólogos han localizado una cámara mortuoria octogonal de h. 1300 con
historias pintadas.
ARTISTAS.
Listado de artistas chinos.
Ching Hao (s. X, pintura), Ma-Yuan (c. 1190-1225, pintura), Cheng Honhshou (1599-1652, pintura), Shi Tao (Shitao) (1641-1717, pintura),
Qi Baishi (1863-1957, pintura), Zhang Daqian (1899-1983, pintura), Xie Zhiliu (1910-1997, pintura), Wu Guangzhong (1919-2010, pintura), Gao Xingjian (Ganzhou, 1940, nacionalizado francés; pintura, música, novela, teatro, poesía, ensayo, premio Nobel de Literatura 2000), Chen Yifei (1946-2005, pintura),
Xu Bing (1955, instalaciones), Wenda Gu (1955, pintura), Zhang Pelli (1957, videoarte, accionismo), Cai Guo Qiang (1957, instalaciones), Ai Weiwei (1957, hijo del poeta Ai Qing; arquitecto, acciones, escultura), Zhang Xiaogang (1958, pintura), Mu Chen (1960, fotografía), Shao Yinong (1961, fotografía), Yue Min Jun (1962, pintura), Xiao Lu (1963, arte feminista), Zhuang Hui (1963), Zhang Huan (1965), Wang Qinsong (1965, escultura), Rong Rong (1968, performance), Xu Zhen (1977, fotografía), Cao Fei (1978, performance, videoarte),
Sinólogos en Historia del Arte.
Entre los especialistas de arte chino destacan los chinos Lu Jijia (1947) y Liang Jinsheng (1948); los norteamericanos John C. Ferguson (1866-1945, de origen canadiense), Ludwig Bacchofer (1894-1976, de origen alemán), Lawrence Binyon (1869-1943), Heinrich G. Franz (1916), Wen C. Fong (Shanghai, 1930, de origen chino, profesor en la Princeton University en 1954-1999), Jerome Silbergeld (c. 1945, profesor en Princeton University), Wu Hung (Pekín, 1962, de origen chino, profesor en Harvard y Chicago) y Robert W. Bagley (profesor de Princeton University, especialista en arte chino antiguo),; los británicos Basil Gray (1904-1989) y William Watson (1917-2007); y el sueco Oswald Siren (1879-1966).
El mayor coleccionista y tal vez el mayor experto
mundial en arte chino es Uli Sigg, el embajador de Suiza en Pakín.
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