Comentario:
La Aljafería de Zaragoza.
La Aljafería de Zaragoza es un palacio de recreo fortificado de los soberanos taifas de Zaragoza, de la dinastía de los hudíes, en el siglo XI. La planta del palacio manifiesta que las salas tienen una finalidad especializada, según el modelo romano.
Tiene un exterior sobrio, de carácter defensivo, que ha sufrido importantes modificaciones posteriores.
El interior es de una gran riqueza decorativa, con pilares de ladrillo (no de sillería como en Córdoba) con dobles columnillas adosadas, de capitel inspirado en el estilo corintio y con un cimacio grande, arcos polilobulados apuntados con arcos entrelazados más pequeños, que han sufrido transformaciones mudéjares posteriores.
La decoración es de motivos geométricos y vegetales (ataurique).
El
patio tiene una galería que cubre casi todo su perímetro, con dos tipos de
arcadas en los cuatro laterales. Todo el conjunto se cubre con techumbre de
teja árabe, reforzada con ménsulas.
Dos
laterales tienen un tipo de arcos polilobulados sustentados sobre pilares
flanqueados en dos de sus laterales por medias columnas con fuste liso, capitel
decorado y cimacio. Los arcos se agrupan en parejas para formar marcos de arcos
apuntados más grandes, que engloban a los arcos más pequeños en parejas, y
estos se entrecruzan. Entre los arcos anteriores tenemos dos pequeños orificios
que hacen de ventanas, las cuales tienen un arco de herradura apuntado.
Los
otros dos laterales tienen otras dos galerías con columnata similar, pero más
amplia, de arcos apuntados, y una forma polilobulada más sencilla aunque
elegante. En esta parte las ventanas son más amplias.
La
pequeña mezquita de la Aljafería es uno de los pocos edificios religiosos de
este periodo. Tiene un mihrab de arco califal con alfiz.
Influencia y desarrollo posterior.
La
Aljafería, después de la reconquista de Zaragoza en 1118 por el rey aragonés
Alfonso I El Batallador pasó a ser residencia de los reyes cristianos de la
Corona de Aragón, con lo que la Aljafería se convirtió en el principal foco
difusor del mudéjar aragonés.
Fue
utilizada como residencia regia por Pedro IV el Ceremonioso y posteriormente,
en la planta principal, se llevó a cabo la reforma que convirtió estas
estancias en palacio de los Reyes Católicos en 1492.
En 1593
experimentó otra reforma que la convertiría en fortaleza militar, primero según
diseños renacentistas (que hoy se pueden observar en su entorno, foso y
jardines) y más tarde como acuartelamiento de regimientos militares.
Sufrió
reformas continuas, y padeció grandes desperfectos en los sitios de Zaragoza
durante la Guerra de la Independencia hasta que finalmente fue restaurada en la
segunda mitad del siglo XX y actualmente acoge la sede parlamentaria de las
Cortes de Aragón.
FUENTES.
Internet.
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