La artista austriaca Maria Lassnig (1919-2014).
La artista austriaca Maria Lassnig (Kappel
am Krafeld, 1919-Viena, 2014) fue conocida por sus autorretratos pintados y su teoría de la “conciencia
corporal”. Desde los años 60 se decantó por la experimentación figurativa.
Ángela Molina (2014) explica que ‹‹(…) las pinturas de Maria Lassnig —siempre en torno a la figura
humana, la suya propia— resultan de una intensidad inquietante, extrañas,
burlonas, muestran el incendio inminente en el cuerpo de una mujer protagonista
de su propio drama en la Viena heredada de Freud y Kokoschka. (…) Lassnig
culminó desde un profundo sentido de la soledad el viaje hacia la psique humana
y lo primitivo, un fabuloso y antiheroico contragolpe a las categorías
convencionales de la pintura representadas en Las señoritas de Avignon que responden a todas las preguntas acerca
de la interiorización, fragilidad, represión y expresión del cuerpo de la
mujer. “Comienzo con una experiencia corporal. Entonces llegan las preguntas
existenciales. La enfermedad, la naturaleza maltratada, la guerra. Pinto la
suma de mis estados”. Así describía Lassnig sus pinturas, la expresión de “la
conciencia del propio cuerpo”, como recordaba el diario austríaco "Der Standard" al informar sobre su muerte.
Maria Lassnig nació en Kappel am
Krappfeld, en la región austríaca de Carintia, en 1919. Estudió en la Academia
de Bellas Artes de Viena durante la II Guerra mundial. Una de sus primeras
pinturas, realizada justo después de la caída de Hitler, fue un autorretrato
expresionista que fijaría el modelo sobre el que iban a girar todas sus
representaciones posteriores: los mismos rictus, las mismas posturas, el mismo
patetismo y drama interior enquistado en el cuerpo y percibido desde el
interior. Su retrato parece que asuste, pero es ella la que está atemorizada,
aunque lista para defender lo único que realmente es suyo, su cuerpo. Quizás
sea esta una de las razones por las que la artista siempre se negó a tener
descendencia. El impacto que produce cada uno de sus autorretratos servirían
hoy como proclama visual contra cierta legislación moralista que busca
paralizar la libertad individual de la mujer.
La pintura de Lassnig no es goyesca,
al contrario, utiliza colores luminosos y pasteles. Sus retratos pueden ser
enaltecedores de vida pero también son aborrecibles, satíricos. Lassnig se
representa a sí misma mirando directa y ferozmente al espectador, haciéndole
ver que cada día hombres —y mujeres— invierten con sus acciones en ese banco de
memoria patriarcal que incesantemente les expropia. Fue precisamente ese
insobornable compromiso con el “yo” y con la estética de lo abyecto lo que le
impidió entrar en un sistema del arte que etiquetó su forma de pintar como
“degenerada”, el mismo sistema que años más tarde solo fue capaz de gravitar
sobre una pintura muy dulcificada o que solo admitió unas prácticas feministas
por otros medios, como el happening y el vídeo. En 1968, Lassnig se trasladó a
vivir a Nueva York para buscar nuevas oportunidades. Tardó cuarenta años en ser
reconocida. Hace poco más de una década, la galería Petzel inauguró su primera
muestra individual en Nueva York. La artista ya era octogenaria. En la
actualidad, el PS1 MoMA exhibe una gran retrospectiva de su obra y sus pinturas
y películas de animación únicamente están ya al alcance de las grandes
colecciones.
En 1980 Lassnig se instaló
definitivamente en Austria, donde comenzó a ejercer como profesora en la
Escuela de Artes Aplicadas de Viena, convirtiéndose en la primera mujer en
lograr ese puesto. Fue cuando se le empezó a reconocer en su país, donde la
pintura de Egon Schiele y Oskar Kokoschka, el accionismo de Valie Export (con
la que representó a su país en la Bienal de Venecia de 1980), el cine de Michael
Haneke y la prosa de Elfriede Jelinek son denominación de origen. El año
pasado, la Bienal de Venecia le concedió el León de Oro a toda su carrera, un
galardón que no pudo recoger en persona por su delicada salud y que aceptó
criticando su tardanza: “Después de 70 años pintando, con muchas privaciones y
necesidades, tras muchas exposiciones y éxitos que llegaron tarde, debo ahora
recibir este gran premio, que ya no me es posible recoger en persona”, dijo en
el discurso que hizo leer en la ceremonia.››
Internet.
Documentales.
Maria Lassnig. Das neunte Jahrzehnt. 9 minutos.
Exposiciones.
<Maria Lassnig. Zwiegespräche (Dialogues)>. Viena. Albertina
Museum (2017). Comisaria: Antonia Hoerschelman.
Artículos.
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