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lunes, 18 de mayo de 2015

El arte merovingio.

EL ARTE MEROVINGIO.
Introducción.
La arquitectura.
La escultura.
Las artes menores.
Fuentes.

Introducción.

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Mapas del reino merovingio y su expansión hasta el siglo VIII.

Conversión del rey franco Clodoveo I, en una miniatura medieval.

El arte merovingio es un arte fruto de la fusión del arte franco de origen bárbaro con el arte paleocristiano galorromano. Se extendió por el territorio del reino franco durante la dinastía merovingia, cuyo rey más famoso fue Clodoveo I. Su datación se acota entre 481 y 755, por lo tanto fundamentalmente en los siglos VI, VII y parte del VIII, hasta su sustitución por la dinastía carolingia, cuyo arte se clasifica ya como prerrománico, aunque varios autores recientemente están incluyendo el arte merovingio también en el apartado prerrománico.

La arquitectura.
En el siglo VI las ciudades sufren un acusado declive, mucho más grave que el de Italia e Hispania, debido a las continuas guerras, por lo que se rodean de murallas nuevas o se restauran las romanas.

Baptisterio de Fréjus.

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Baptisterio de Riez, actual iglesia de Sainte-Maxime.

La arquitectura es todavía paleocristiana, como demuestran los baptisterios concentrados en Provenza, que perteneció a los ostrogodos hasta c. 550, cuando la conquista bizantina de Italia favoreció que cayera bajo el dominio franco. Se han encontrado en las localidades de Aix, Fréjus, Riez y Albenga (en la Liguria). Son pequeños baptisterios poligonales cubiertos con cúpula sobre la pila bautismal. La mayoría imitan el tipo romano de doble casco con deambulatorio, con arquerías con reutilización de fustes y mármoles romanos. El aparejo es de sillares irregulares entre hiladas de ladrillos. Se introduce la torre-cimborrio sobre el crucero o a los pies de la nave mayor, y tienen pórticos.
Ejemplos de basílicas del siglo VI, muy modestas, son las iglesias de San Martín de Tours y San Pedro de Vienne (muy restaurada), siguiendo el modelo tardorromano.

En el siglo VII hay cambios importantes. Aumenta la arquitectura monástica, potenciada por la ola monacal irlandesa de San Columbano vertida en el continente. El centro de la vida económica y cultural se desplaza hacia el norte, donde se realizan más y mayores obras, la mayoría en pequeñas localidades rural, pues casi no se construye en las ciudades, todavía en crisis.
En este siglo hay una mayor diversidad cultural, gracias a la acelerada fusión étnica y cultural de los pueblos galorromano y franco, así como de otros pueblos germánicos dominados por los francos, como burgundios o alamanes. Mientras, el monacato y la nobleza franca mantienen la cultura clásica.


Baptisterio de San Juan de Poitiers.

La técnica de construcción mejora relativamente debido a que se intenta recuperar la tradición clásica. Destaca el baptisterio de San Juan de Poitiers, en la región de Poitou, con planta no poligonal, con dos plantas yuxtapuestas, una de ellas con dos ábsides laterales. Tenía al principio cuatro ábsides (dos eliminados después). La decoración es de arquillos y triángulos (un motivo celta). Los sillares son pequeños, tanto que por su forma parecen ladrillos. Sigue el modelo del mausoleo cruciforme de Gala Placidia en Ravena o, mejor aún, el modelo más anterior de la basílica del Salvador en Spoletto, por el motivo clásico de los frontones de la fachada con pilastras. Habría pues imitación de formas tardorromanas o bizantinas.
Los monasterios, iniciados por los monjes irlandeses y sufragados por la nobleza territorial, fueron las obras más numerosas: más de 200 construcciones monacales se enumeran en Francia entre los años 500 y 800. Muchos fueron destruidos posteriormente por las invasiones islámica, normanda y húngara, así como por las guerras civiles (como las guerras de Religión del siglo XVI) la de los Cien Años, por los constantes incendios, por las reformas desde el periodo románico, la Revolución Francesa de 1789 y finalmente la masiva desamortización durante el siglo XIX. Destacan los restos de los monasterios de Jumièges y las criptas de San Pablo de Jouarre (Seine-et-Marne) y San Lorenzo de Grenoble, con arcos de medio punto sobre columnas corintias.

Jumièges es un precedente del monasterio benedictino. Es un conjunto de iglesia, edificios comunes y especializados, con el primer claustro medieval como núcleo distribuidor. Las obras posteriores de estilo románico y gótico dificultan la comprensión del edificio merovingio.

Cripta de Saint-Paul en la abadía de Notre-Dame de Jouarre, con los sarcófagos a la derecha, explicados más abajo en el apartado de escultura.

La abadía de Notre-Dame de Jouarre (fundada c. 630) conserva sólo las dos criptas subterráneas de la iglesia de Saint Paul. La principal, del mismo nombre, con paredes y algunas columnas, cuyos fustes son reutilizados de templos anteriores pero con capiteles originales, con una esquematización del estilo corintio, con ovas de influjo franco. La pared más original tiene aparejo romano en opus reticulatum (paramento de cuadros, a solange y octógonos), que pervivirá hasta el arte carolingio (pórtico de Lorsch). En su interior hay unos importantes sarcófagos con decoración escultórica.
La otra cripta, llamada de Saint-Ébrégisile, ha sido demasiado reformada y es de menor importancia.

La escultura.
La escultura merovingia es sobre todo funeraria. Es una amalgama cultural. Hay dos estilos: popular y de sarcófagos.

Plano del hipogeo de las Dunas (Poitiers).


Escultura del hipogeo de las Dunas (Poitiers).

En el estilo popular tenemos el hipogeo de las Dunas (Poitiers), del siglo VII, un pequeño mausoleo rectangular semisubterráneo para el abad Mellebaude, según un modelo ya usado por la nobleza galorromana desde el siglo III, pero con novedosa escultura y decoración pintada. En los escalones de bajada tenemos unas serpientes entrelazadas (influjo de orfebrería), peces y follaje de hiedra. En las jambas de las puertas hay vegetales y geometría orgánica. Una inscripción cabalística en la parte inferior de la puerta invita a orar. En el interior hay motivos vegetales y la cruz de los Dos Ladrones, con un relieve tosco de incisión para unas figuras muy esquematizadas.
El arte del sarcófago se extiende por dos zonas principales. Al sur el material es el mármol por la abundancia de canteras, y al norte se utiliza la piedra, a veces con mármol importado.
En Aquitania, en las localidades de Draussio y Saint-Seurin de Burdeos, hay sarcófagos de mármol con motivos de cruz de crismón, decoración vegetal y columnas en los vértices.

Destaca sobre todo la cripta de Saint-Paul en la abadía de Notre-Dame de Jouarre, descubierta en 1867, que cuenta con tres sarcófagos muy importantes, de los nobles Agilberto (estudioso en Irlanda, obispo de Dorchester en 650, de París en 664 y muerto en 674), su hermana Agilberta y la abadesa Teodequilda, fundadora de la abadía.

[https://es.pinterest.com] Enlace a una imagen de la cripta.


El sepulcro de Agilberto tiene una original y espléndida figuración humana en la escena del Juicio Final: Maiestas con un grupo de Orantes como los Elegidos y una Maiestas Domini con Tetramorfos mirando fuera de la mandorla en una curiosa excepción a la norma, sólo vista en Egipto y Tesalónica, por lo que se considera de origen oriental y se sugiere que el escultor aprendió en un taller copto de Egipto y tal vez emigró con la conquista árabe del 640.


El de Agilberta tiene una tapa trapezoidal (influencia bizantina en el formato) con series de rosetones inscritos en rombos, y las caras del sarcófago con incisiones oblicuas (en solange: rombos en serie, como en la pared) y motivos vegetales, y en los bordes hay una greca de influencia oriental.

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[https://es.pinterest.com] Enlace a la imagen del sarcófago.
El de Teodequilda es de tapa trapezoidal, con una cara con dos bandas de conchas en serie y una inscripción epigráfica muy bella en tres bandas, imitando la letra antigua (es un precedente de letra carolingia).

Las artes menores.
En orfebrería hay un predominio del gusto germánico. El pupitre de la reina Santa Radegunda, muerta en 587, que es un reclinatorio con símbolos de crismón, pavos reales, cruces... Relicarios y arquetas ricamente decorados con orfebrería de esmalte, hechos con técnicas de cloisonné y engastado, a veces usando antiguos camafeos romanos. Destaca la arqueta de Mumma, con dos bandas, la superior con figuras humanas muy esquematizadas (con un guerrero) y la inferior con lacería repleta de rosetas.
El arte merovingio de la miniatura es un notable precedente de la miniatura carolingia. Se conservan biblias, sacramentarios y fragmentos de textos religiosos, los mejores del siglo VII y principios del siglo VIII.

Fuentes.
Internet.
Conferencias.
[https://www.youtube.com/watch?v=N7X15y3Xt94] Roman and Merovingian Manuscripts.

Exposiciones.
*<Les Francs, précurseurs de l'Europe>. París. Petit Palais (23 abril-22 junio 1997). Cat. 144 pp. 150 ilus. (80 en color).
*<Trésors mérovingiens de l'Île de France>. Saint-Germain-in-Laye. Musée des Antiquités nationales (hasta 29 junio 1997).

Libros.
Bango, Isidro. El arte de la Alta Edad Media. Anaya. Madrid. 1989. 96 pp.
Beckwith, John. El arte de la Alta Edad Media. Destino. Barcelona. 1995 (1964). 270 pp.
Caillet, Jean-Pierre (dir.). L'Art du Moyen Age. RMN/Gallimard. París. 1995. 592 pp. 643 ilus b/n, 200 color.
Duby, Georges; et al. La escultura. El testimonio de la Edad Media desde el siglo V al XVCol. Las artes. Skira. Ginebra. 1989.
Hubert, Jean; Porcher, Jean; Volbach, W. F. La Europa de las invasiones. Col. Universo de las Formas. Aguilar. Madrid. 1968. 394 pp.
Pacht, Otto. La miniatura medieval. Alianza. Madrid. 1987. 221 pp.
Pijoan, Josep. Arte bárbaro y prerrománico desde el siglo IV hasta el 1000. Summa Artis, Vol. 8. Madrid. 2004.

1 comentario:

Anónimo dijo...

No tienes fotos del sárcofago de Teodequilda? el link no va