ARTE BIZANTINO. INTRODUCCIÓN Y FUENTES.
INTRODUCCIÓN.
Bizancio: un puente entre las culturas antigua y medieval.
Concepto de arte bizantino.
Periodización.
Marco espacial.
Las influencias en su origen.
La influencia bizantina en
Oriente y Occidente.
La importancia de la capital Bizancio y de la corte
imperial.
El urbanismo de Bizancio.
La época de Justiniano.
La crisis iconoclasta del siglo VIII.
ARQUITECTURA.
Características de la arquitectura.
Evolución de la arquitectura anterior a Justiniano.
La arquitectura de Justiniano.
Los elementos arquitectónicos.
Los dos modelos de plantas.
El modelo de planta centralizada poligonal.
Comentario: Iglesia de los Santos Sergio y Baco.
Comentario: Iglesia de San Vitale de Rávena.
El modelo de planta basilical y sus cuatro variantes:
La variante de planta paleocristiana.
Comentario: Iglesia de San Apolinar in Classe.
Comentario: Iglesia de San Apolinar Nuevo de Rávena.
La variante de planta longitudinal.
Comentario: Iglesia de Santa Irene de Constantinopla.
Variante de planta ecléctica.
Comentario: Santa Sofía de Constantinopla.
Variante de planta de cruz griega.
Comentario: Iglesia de Santos Apóstoles de Constantinopla.
Comentario: Iglesia de San Juan de Éfeso.
La arquitectura posterior a Justiniano.
La arquitectura del segundo periodo.
La arquitectura del periodo final paleólogo.
ARTES PLÁSTICAS.
Influencias en el origen.
Estilos iniciales.
Iconografía inicial.
Las artes plásticas del periodo deuterobizantino.
La nueva disposición iconográfica en las iglesias.
La iconografía deuterobizantina.
MOSAICO.
La evolución inicial del mosaico hasta Justiniano.
Comentario: Los mosaicos de San Apolinar in Classe.
Comentario: Los mosaicos de San Apolinar Nuevo de Rávena.
Comentario: Los mosaicos de San Vitale de Rávena.
La evolución posterior.
Los mosaicos deuterobizantinos.
PINTURA.
La evolución de los iconos.
Los frescos murales.
La miniatura.
ESCULTURA.
La evolución de la escultura.
ARTES MENORES.
Marfil.
Orfebrería.
Textil.
Vidrio y cerámica.
INTRODUCCIÓN.
La UD estudia la evolución del arte bizantino, desde sus
inicios en el siglo V, el primer gran periodo bizantino con las grandes obras de
Justiniano, y el arte posterior, hasta la caída de Constantinopla en 1453. Aunque los conquistadores otomanos destruyeron algunos
tesoros artísticos bizantinos, se han conservado numerosas obras.
Bizancio: un puente entre las culturas antigua y medieval.
Imperio bizantino
es el término historiográfico utilizado desde el siglo XVIII para referirse al Imperio
romano de Oriente en la Edad Media.
La capital de este Imperio cristiano se
encontraba en Constantinopla (en griego, Κωνσταντινούπολις, actual Estambul), de
cuyo nombre griego antiguo, Bizancio, fue creado el término Imperio bizantino por
la erudición ilustrada de los siglos XVII y XVIII.
En tanto que continuación de la parte oriental
del Imperio romano, su transformación en una entidad cultural diferente de Occidente
fue un proceso que se inició cuando el emperador Constantino I el Grande trasladó
en 330 la capital a la antigua Bizancio (que entonces rebautizó como Nueva Roma,
y más tarde se denominó Constantinopla); continuó con la escisión definitiva del
Imperio romano en dos partes tras la muerte de Teodosio I, en 395, sobrevivió a
la posterior desaparición, en 476, del Imperio romano de Occidente; y alcanzó su
culminación durante el siglo VII, bajo el emperador Heraclio I, con cuyas reformas,
el Imperio adquirió un carácter helénico, muy diferente al latino del viejo Imperio
romano. Heraclio reorganizó el ejército para rechazar a los persas (aunque poco
después sufrió el impacto devastador de la invasión islámica), abandonó el antiguo
título imperial de “Augusto” y se proclamó basileus (palabra griega que significa
rey o emperador), título que los gobernantes bizantinos asumieron hasta el final
del Imperio en 1453. Y, cambio trascendental, también reemplazó el latín por el
griego como lengua administrativa en 620. Después de su reinado, el Imperio bizantino
tuvo un marcado carácter helénico, lo que ha llevado a algunos académicos, como
Theodor Mommsen a finales del sglo XIX, a afirmar que hasta Heraclio existió el
Imperio romano de Oriente y después de él hubo el Imperio bizantino.
Concepto de arte bizantino.
Es una convención histórica el distinguir el arte bizantino
del romano pues el Imperio Bizantino del siglo V es todavía el Imperio Romano de
Oriente y lo será aún más después del 476, cuando se considerará el legítimo heredero
del Imperio de Occidente. Hay, pues, una continuidad respecto a la cultura tardo-romana,
aunque hay diferencias respecto al arte paleocristiano, romano y oriental.
El arte bizantino se extendió por el territorio
del Imperio Bizantino entre los siglos V y XV. Adquirió sus principales características
a partir del emperador Teodosio II en el siglo V y finalmente se independizó del
arte paleocristiano en la época del emperador Justiniano, a mediados del siglo VI.
Como en su antecedente paleocristiano, la sociedad bizantina
es de religión cristiana, y se caracteriza por el rigorismo del cristianismo ortodoxo oriental y la creencia en una visión trascendente del mundo, que deriva en un teocentrismo
que sitúa a Dios como centro del mundo. La estética bizantina siguió la corriente paleocristiana de idealización, simbolismo
y desnaturalización de la realidad.
En lo político es una sociedad cesaropapista,
en la que el monarca se considera jefe de la Iglesia, y esto influirá en una visión
jerárquica de los espacios arquitectónicos y de la iconografía.
El gusto artístico fue profundamente afectado
por el teocentrismo y el cesaropapismo, que fueron muy conservadores en la política,
la economía o la cultura. El arte tuvo una función propagandística
del poder político imperial y del poder religioso de la Iglesia, lo que explica
su afectación e hieratismo. En suma, es
un arte propiamente medieval, que profundiza aun más que el paleocristiano en la
abstracción, y que llegará incluso al aniconismo, esto es, el rechazo de las imágenes,
sobre todo en la crisis iconoclasta (726-843) de destrucción de las imágenes por
una reacción religiosa que contó con el apoyo imperial.
Por todo lo anterior, el arte bizantino evolucionó poco
y lentamente a lo largo de su milenio de vida. Esta estabilidad es una vocación
que comparte con el arte egipcio, por lo que se debe considerar un arte más de Oriente
que de Occidente.
Sus dos ideas básicas se anudan a las de la ideología de
una sociedad con pretensión de inmutable, regida por dos ideas básicas: el orden
(en griego táxis, que también quiere decir ceremonia) y la representación
(en griego mímesis, que también significa imitación). La Nueva Roma aspiraba
a ser la nueva Ciudad Eterna, a mantener el orden político, social y religioso,
de supuesta fundación divina, con todo su esplendor y pompa orientales, bajo la
égida de un emperador que era representante de Dios en la tierra, en la mejor tradición
del emperador pontífice romano. Este orden perfecto espejea el del ámbito celestial,
y la corte terrestre recrea la estructura de la corte celeste, con sus santos y
arcángeles, transmutados en altos dignatarios civiles y eclesiásticos. La jerarquía
lo armoniza todo, así en la tierra como en el cielo.
El arte bizantino refleja bien esa búsqueda del orden ideal.
Los individuos se integran en retratos colectivos, de grupos muy bien formados,
mejor incluso, uniformizados. En estas representaciones, cada uno ocupa su posición,
sea santo o cortesano, bestia simbólica o evangelista. Todos miran de frente, se
muestran firmes y están en guardia. El artista sabe que debe seguir los dictados
de unas reglas establecidas por un modelo de arte clásico, reguladas por una etiqueta
del arte, entendido como creación y como apéndice de la Corte. “El emperador es
el representante del Bien y de lo Bello”, y como tal, la belleza es competencia
suya, tanto como el mando de sus ejércitos.
Periodización.
La Historia del Imperio Bizantino se divide según el consenso
historiográfico en tres grandes periodos: Primero (395-850), Segundo (850-1050)
y Tercero (1050-1453).
Esta división quiso extenderse a la Historia de su Arte,
pero en esto surgió un grave desacuerdo entre los historiadores.
Hay consenso en que el arte bizantino se desarrolló durante casi un milenio, desde al menos la caída
del Imperio romano de Occidente el año 476 hasta la toma de Constantinopla por los
turcos en 1453.
El primer debate es la fecha de su inicio, con cuatro grandes
propuestas: el 395, fecha de la división del Imperio en dos partes; el 476 con la
extinción del Imperio de Occidente; el 500, por la venida del siglo VI; y el 527,
fecha de la entronización de Justiniano. La cuarta es la tesis más aceptada, pues
se razona que antes habían existido cambios y rasgos artísticos propios pero que
no eran sustanciales. De hecho, durante la época tardo-romana, Constantinopla fue
un núcleo más clasicista, en el sentido de que mantuvo el gusto profano, que la
propia Roma.
En la división interna hay menos debate historiográfico,
con un acuerdo básico en plantear al inicio un periodo protobizantino en que no
se distingue plenamente del paleocristiano pero ya se observan características propias
en Oriente, más los tres grandes periodos o edades: Primera Edad de Oro (527-640),
Segunda Edad de Oro o Primer Renacimiento (850-1204) y Tercera Edad de Oro o Segundo
Renacimiento (1260-1453), con unos largos hiatos o cortes, en especial durante las
crisis de las invasiones árabes (desde 632), el conflicto iconoclasta (750-850)
y la invasión latina (1204-1261).
Otra división propuesta por los historiadores establece
una separación en dos grandes periodos: la Edad de Oro de Justiniano (527 hasta
una fecha dudosa, anterior en todo caso a 850), con un hiato debido a la crisis
iconoclasta, seguido por un periodo Deuterobizantino desde 850 hasta 1453. Estos
periodos se subdividen por siglos: VI, VII... hasta el XV, o por dinastías, en especial
la macedónica (867-1056), la comnena (1081-1185) y finalmente la paleóloga (1261-1453).
Marco espacial.
Se extendió desde Bizancio hacia las dos orillas del Mediterráneo
por el oeste y hasta Armenia por el este. Pero la historiografía se debate entre dos grandes propuestas:
- El área concreta del dominio político del Imperio Bizantino,
con la capital y las regiones bajo su directo control político, en especial Grecia,
Anatolia (en Turquía) y la zona de Rávena en Italia.
- La concepción de “producción bizantina”, que incluye
otros lugares que fueron parte del imperio durante un tiempo corto o largo, como
Armenia, Serbia, Venecia o Sicilia, o que incluso nunca lo fueron, como Rusia, pero
que fueron influidos decisivamente por Bizancio.
Las influencias en su origen.
El arte bizantino se nutre en su inicio y desarrollo del
arte de las otras grandes civilizaciones cercanas de Occidente y Oriente, anteriores
o coetáneos: romano, paleocristiano, griego helenístico, sasánida…, con una veta
popular que lo emparenta con artes anteriores como el egipcio (a través de los coptos)
o el mesopotámico, todo ello transformado profundamente por la ideología del cristianismo
pues será un Imperio “romano cristiano”.
En la arquitectura las influencias son muy variadas, pero
las más intensas son las del arte romano y paleocristiano, tanto en las formas como
en los materiales (piedra y, sobre todo, el ladrillo), con gruesas paredes en hileras,
unidas con mortero (cal y arena), mientras que se recupera la bóveda romana (tan
poco utilizada en la arquitectura paleocristiana), con sus modelos de bóveda de
cañón, de arista y la cúpula.
La fusión de tantas influencias será un largo y complejo
proceso que maduró en la época de Justiniano, y que posteriormente volverá a registrar
nuevas influencias, como el arte islámico, el románico o el gótico.
La influencia bizantina
en Oriente y Occidente.
El arte bizantino fue muy influyente
durante la Edad Media, tanto en Oriente, como revela el arte copto egipcio, el primer
arte islámico, el arte de los países balcánicos y de Rusia, así como en Occidente,
sobre todo a través de Italia.
El arte bizantino influyó en el arte
medieval de Occidente porque Bizancio era todavía una gran potencia europea y por
su prestigio como modelo imperial admirado por los papas, emperadores como Carlomagno
y los otónidas alemanes, o la nobleza feudal. Esta influencia disminuyó desde el
siglo XI, cuando el Románico se convirtió en el movimiento europeo dominante, aunque
persistió en la escuela de pintura italo-bizantina hasta el Gótico.
Asimismo el arte bizantino influyó
en el arte islámico, del cual constituye un importante sustrato cultural y artístico,
sobre todo en las artes suntuarias y en la técnica e iconografía de la decoración
de los edificios.
La importancia de la capital Bizancio
y de la corte imperial.
Constantinopla es el gran centro de
la vida política, económica, social, cultural y artística, de modo que quien domina
la capital domina el Imperio.
La Corte Imperial es el principal cliente
del arte, tanto el civil como el religioso, y así el arte bizantino modélico será
el de los talleres imperiales o áulicos, que establecen un estilo “cortesano” pero
que también es un arte cristiano, por la doble vinculación: arte/ideología del poder
imperial y arte/religión cristiana.
La iconografía y las formas del arte
plástico bizantino se explican por este doble vínculo, mientras que en la arquitectura
se alumbra una nueva concepción espacial, un espacio dilatado, dinámico, con una
fuerte jerarquización de la distribución interna, que extrema la tradición paleocristiana
de tal distribución en la basílica, por ejemplo en la separación física del clero
respecto a los fieles mediante la iconostasis.
El urbanismo de Bizancio.
El urbanismo de la capital es extremadamente
variado, con parques, caminos, puentes, puertos, acueductos, cisternas, murallas,
villas en el campo próximo, mansiones para los ricos dentro de la urbe, palacios
para la familia imperial, iglesias para el pueblo y una gran iglesia imperial, termas,
bibliotecas, hipódromo…
Hay un cuidado exquisito de la estética,
lo que se percibe incluso en monumentos ocultos a la visión normal de los ciudadanos,
como la famosa cisterna subterránea de las 336 columnas con capiteles.
El centro urbanístico más importante
era el sector palacial o ciudad palatina, en el extremo al este de la península.
Su modelo influyó en la Europa de la Alta Media, por ejemplo en la Aquisgrán carolingia.
La época de Justiniano.
El imperio de Justiniano cubre los
años 527-565, cuando se abrió un periodo de estabilidad en las estructuras políticas,
económicas y sociales, que se prolongó hasta el fin de la crisis iconoclasta. Justiniano
lideró una gran expansión territorial hacia Occidente: norte de África, Italia y
sur de Hispania, motivado por la voluntad de reconstruir el antiguo poder del Imperio
Romano.
Justiniano consolidó un Estado de monarquía
absoluta, apoyada en una aristocracia de corte, consagrada a la función burocrática.
El Estado controló estrechamente la economía, acaparando gran parte de la plusvalía
del campo, la industria y el comercio, lo que le permitió casi monopolizar el mecenazgo
cultural y artístico.
En lo ideológico rigió la doctrina
constantiniana del “cesaropapismo”, basada en un completo control de la Iglesia
por el emperador, que lo es “por la gracia de Dios”, como verdadero representante
de Dios en la tierra, lo que le legitima para nombrar a las autoridades eclesiásticas
e intervenir en cuestiones dogmáticas y litúrgicas. Es la tradición del emperador-pontífice
romano, que pervivirá en la tradición oriental en Rusia hasta principios del siglo
XX, y que se readaptó en la Inglaterra anglicana de Enrique VIII en el siglo XVI.
La crisis iconoclasta del siglo
VIII.
En el siglo VII Bizancio sufre una
fuerte crisis política, territorial (ataque del Islam, pérdida de importantes regiones),
demográfica (peste, guerras, hambres), rural y urbana (despoblación de regiones
enteras y de las ciudades). La crisis se prolonga en lo religioso, con la crisis
de la iconoclastia en el siglo siguiente, una violenta reacción contra la iconodulia.
Aunque el arte religioso estaba
estrechamente ligado a la iglesia de Oriente, importantes sectores de esta se opusieron
a cualquier representación de escenas o personajes sagrados, pues se deploraba que
las imágenes eran veneradas casi como dioses.
Esta postura llevó al comienzo
de la iconoclastia en 726-727, cuando el emperador León III ordenó la destrucción
por todo el imperio no sólo de los iconos, sino de todas las representaciones religiosas
donde apareciera la figura humana. Había un sentido político en su decisión: luchar
contra el poder monacal y el papado de Roma. Únicamente el territorio bizantino
de Italia se resistió a esta nueva norma y la iconoclastia alejó a Bizancio y Occidente
hasta que fue abandonada definitivamente en 843, pero ya había fomentado una importante
división, que se ahondó en los siglos siguientes, hasta el cisma del siglo XI.
Todo ello se refleja en la crisis artística,
con menos obras y menos innovación.
El arte deuterobizantino (siglos
IX-XV).
El arte deuterobizantino (deuteros:
segundo) se clasifica en dos periodos, subdivididos en dinastías: 1) Un Imperio
Medio (867-1204), con las destacadas dinastía de los Macedonios (867-1057) y los
Comnenos (1081-1185), desde mediados del siglo IX a finales del siglo XII. En esta
etapa Bizancio conoce un periodo de auge político, económico y artístico, con su
cima en 850-1050, cuando se consolida el lenguaje bizantino, con una difusión por
toda Europa. 2) Un Imperio final, el llamado periodo de Renacimiento Paleólogo,
que transcurre de 1261 a 1453, con su auge en el siglo XIV.
Estas dos etapas de esplendor tienen
dos rasgos en común para Krautheimer:
- La influencia imperial. Los emperadores
desarrollan un mecenazgo extraordinario, con una implicación personal en el arte.
Algunos emperadores incluso son ilustradores y copistas.
- El desarrollo de la conciencia de
identidad nacional. En el siglo X se reivindican las formas del primer bizantino,
y la miniatura del siglo X vinculada a la Corte vuelve a temas y formas del arte
clásico antiguo. Lo mismo ocurre en las artes suntuarias (que no se verán en este
curso). Así, la pintura bizantina es la más clásica del Arte Medieval. En el siglo
XIV hay un renovado interés por la Antigüedad, visible en la miniatura, el mosaico
y el fresco, debido a que se entiende como una vuelta al pasado mítico del Imperio
en un momento de desesperación ante la inminencia del fin.
En arquitectura la iglesia típica de
la primera etapa desarrolla el modelo de planta central, con cruz inscrita en la
planta y de cúpula de aspa en la cubierta. Este modelo pasa a Rusia y los Balcanes.
Son iglesias pequeñas pero muy altas relativamente. Las iglesias rurales en Rodas
son un modelo, con planta de cruz griega inscrita en un cuadrado, con brazos de
la cruz que llegan hasta la pared exterior. En el esquema de ábside central y pastoforios
estas tienen la forma occidental tripartita. Las cubiertas del tramo central de
la cruz tienen una cúpula elevada con un alto tambor. En los brazos de la cruz tienen
bóveda de cañón que destaca al exterior. Hay tres tipos de cubierta: pequeñas cúpulas
para los espacios pequeños, cúpula con cubierta de arista, y algunas veces con bóveda
de cañón con cúpula. Es el sistema de cúpulas en aspa. Un relicario del siglo XII
en San Marcos de Venecia nos muestra este tipo de iglesia.
FUENTES.
Internet.
Enciclopedia Encarta. Microsoft. Se ha utilizado para el estudio
diacrónico.
[http://artebizantinoysuimportancia.blogspot.com.es/] Muy interesante.
[http://arteinternacional.blogspot.com.es/2009/06/arte-bizantino]
[http://arteinternacional.blogspot.com.es/2009/06/arte-bizantino]
Conferencias.
Bizancio/Constantinopla/Estambul: la gran ciudad
charnela entre Oriente y Occidente, entre la Antigüedad y el Medievo. Conferencia de Manuel Bendala,
Licenciado y Doctor por la Universidad de Sevilla (14 de enero de 2014),
Fundación Juan March. Ciclo Las ciudades
en la antigüedad mediterránea (II).
Documentales.
Ciudades bajo tierra. Capadocia.
Documental. 43 minutos. Las galerías y salas de la región esconden restos de
civilizaciones desde el II milenio aC a la época bizantina, como el monasterio
de San Basilio y las doscientas iglesias cristianas del valle de Goreme.
Ciudades bajo tierra. Estambul. Documental. 44
minutos. Los subterráneos de los edificios monumentales de Constantinopla: los
acueductos, las cisternas, el Hipódromo, el Gran Palacio de Constantino, la
mazmorra de Anemas (siglo XII), los naufragios de Yenikapi.
La construcción de un imperio.
Los bizantinos. Documental. 45 minutos.
Las grandes épocas del arte. Arte
paleocristiano y bizantino. Documental. 53
minutos.
Exposiciones.
*<Bizancio>. Nueva York.
Metropolitan Museum (1977). Obras de la primera Edad de Oro bajo Justiniano.
*<Bizancio>. París. Louvre
(1992).
*<Bizancio>. Londres.
British Museum
(1994).
*<Bizancio>.
Copenhague (1996).
*<The Glory
of Byzantium>. Nueva
York. Metropolitan Museum (11 marzo-6
julio 1997). 344 obras de la segunda Edad de Oro de Bizancio, entre 843 y 1261.
Cat. Textos de Oleg Grabar et al. Reseña de Calvo Serraller, F. La gloria de
Bizancio. “El País” Babelia (15-III-1997). García Gual, Carlos. Bizancio.
“El País Semanal” 1.071 (6-IV-1997) 70-75.
*<Bizancio en España. De la antigüedad
tardía a El Greco>. Madrid. Museo Arqueológico Nacional (22 abril-6
julio 2003). 165 obras, entre las que destacan El Disco de Teodosio, de los
siglos IV-V, en plata fundida y cincelada, descubierto en 1847 en Almendralejo (Badajoz),
col. Real Academia de la Historia, y el manuscrito del Nuevo Testamento (col.
Monasterio de El Escorial, Patrimonio Nacional), del siglo XII, con las figuras
de Judas y Pablo. Comisario: Miguel Cortés Arrese, catedrático de Historia del Arte
de la Universidad de Castilla-La Mancha y miembro del comité español de estudios
bizantinos. Cat. Textos de Miguel Cortés Arrese, Marina Chinchilla, Pedro Bádenas,
Darío Bernal y Margarita Vallejo, Inmaculada Pérez, Ángela Franco y Miguel Ángel
Elvira. Reseña de Samaniego, Fernando. El Museo Arqueológico Nacional rastrea
el arte bizantino en España. “El País” (23-IV-2003).
*<Bizancio: Faith and
Power>. Nueva York. MET (24
marzo-julio 2004). 350 obras de ssiglo XIII-XV, desde 1261 a 1453. Comisaria: Helen
Evans. El término “bizantino” fue acuñado por el erudito Hyeronimus Wolf en 1558.
<Byzantium
330-1453>. Londres. Royal Academy of Arts (25 octubre 2008-22 marzo 2009).
300 objetos de arte y cultura
bizantinos. Reseña de Walter Oppenheimer. Arte y disputas bizantinas. “El
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Libros.
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Borsook, Eve.
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Artículos.
Olaya,
V. G. Identificado el primer monasterio bizantino de la península ibérica.
“El País” (18-I-2020). El yacimiento de El Monastil (Elda, Alicante), conocido
desde 1875, tiene el edificio del monasterio y una necrópolis, y ahora el
hallazgo de los pesos que el emperador Justiniano obligaba a tener en las
iglesias ha demostrado que en la segunda mitad del siglo V (posterior a 552)
era un cenobio bizantino, con funciones administrativas y fiscales. También hay
un altar sigmático de mármol y una basa octogonal de columna, típicos de la
arquitectura bizantina, una píxide (una cajita cilíndrica de marfil para
las obleas) con una escena de Hercules, y otros objetos litúrgicos propios del
rito bizantino, y todo ello es único en la península ibérica. Poco antes de 610
los visigodos tomaron El Monastil y fundaron el obispado de Elo (convertido en
la Edad Media en Ella y hoy en Elda).
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