LA ARQUITECTURA ESPAÑOLA EN 1488-1599.
Hay una periodización bastante clara:
1) Renovación e indefinición estilística, 1488-1526.
2) Tradición y modernidad, 1526-1563.
3) Estilo clásico, 1564-1599.
La arquitectura manierista o herreriana.
1) La
arquitectura de renovación e indefinición estilística, 1488-1526.
El periodo es 1488-1526 está marcado por la afirmación
del Humanismo, con una arquitectura que vive una lenta evolución hacia el
Renacimiento, en la Corte de los Reyes Católicos (hasta 1516) y los primeros
años de Carlos I. Es una arquitectura inicialmente gótica, pero que evoluciona
mediante la influencia decorativa renacentista.
Los rasgos principales de la arquitectura gótica en
este periodo son:
1) El sentido unitario y la regularización de los
interiores, con plantas centrales alrededor de un patio, en el Hospital de
Toledo y otros hospitales. En las iglesias la nave tiene una gran axialidad en
contraste con el espacio centralizado de la gran cabecera (se rompe con el
anterior modelo cruciforme de nave, crucero y ábside).
2) La concepción espacial de escalas en proporción al
hombre.
3) La reducción y la simplificación tipológica, en la
iglesia, en el hospital y, más tarde, en el palacio.
4) La identificación entre los elementos de la
estructura y la decoración de la portada-retablo.
5) El hiperdecorativismo, con una función esencial en
la simbología del edificio, con reiteración de símbolos y emblemas y su
concentración en las portadas-retablo.
6) La introducción sólo superficial del Renacimiento
que no satisface nuevas funciones y que se limita a lo decorativo y figurativo.
Los hospitales.
La tipología hospitalaria provenía de Italia (Ospedale
de Santa Maria Nuova de Florencia, Ospedale Maggiore de Milán), pero en España
se dieron soluciones arquitectónicas todavía góticas. La planta central
cruciforme es más funcional al disponer alas y patios para los distintos sexos
y estados (religioso y seglar).
El Hospital de Santiago de Compostela, de Enrique Egas
(1501-1511) es de planta central cuadriculada. El interior del patio tiene una
decoración ya clasicista. Su portada en la plaza del Obradoiro tiene una composición
medieval, pero una ornamentación renacentista. El gótico se ha adaptado a las
nuevas necesidades del siglo y sólo incorpora lo renacentista en lo decorativo.
El Hospital Real de Granada de Egas (d. 1511) tiene
planta central cuadrada, dividida en cuatro espacios cuadrados, con dos patios
en un lado y dos claustros en el otro, para separar los dos sexos y los dos
estados (religioso y civil).
El Hospital General de Toledo (1504-1515) de Egas,
planta central, separa espacios eclesial y exterior de asistencia hospitalaria.
Es un edificio gótico pese a su apariencia renacentista.
Las fachadas.
La fachada de la iglesia de San Pablo en Valladolid es
monumental, con dos torres góticas sin decoración (ni gótica ni renacentista),
y en la portada-retablo hay una decoración gótica con división en escenas,
aunque hay un frontón renacentista. No se puede considerar plateresca sino una
obra es de un gótico de transición, con indefinición estilística.
La fachada del Colegio de San Gregorio en la
universidad de Valladolid reproduce el esquema compositivo de las residencias
medievales góticas, con decoración renacentista en la portada. Es una obra
gótica de transición hacia el Renacimiento, con una extraordinaria confusión de
elementos, una gran indefinición estilística.
El convento de San Esteban de Salamanca tiene también una
estructura gótica, con una gran portada-retablo que tiene composición y
elementos tanto góticos como renacentistas en su decoración escultórica. Esta variedad tan común a las obras de periodo se debe
a que eran obras colectivas: en esta portada trabajaron seis escultores y 22
tallistas.
El Colegio de Santa Cruz de Valladolid muestra un
avance hacia el Renacimiento. Sobre un edificio comenzado en estilo gótico
(1479) se hace a media construcción una reforma (1488-1494) impuesta por el
Cardenal González de Mendoza, un célebre humanista, de extraordinaria
formación y desbordante vitalidad, gran coleccionista, traductor de Ovidio y
Virgilio, uno de los introductores del Renacimiento en España, por su voluntad
de diferenciarse y engrandecerse como mecenas respecto a las obras anteriores.
Aunque nunca estuvo en Italia, fue influenciado por una estancia de su sobrino
como embajador en Roma, por su colección de arte y por la amistad con el
Cardenal Rodrigo Borgia, futuro Alejandro VI. Pero en otras obras mostraría su
gusto ecléctico, con soluciones góticas, flamencas o mudéjares.
El arquitecto de la reforma fue Lorenzo Vázquez y es
un buen ejemplo de la penetración del Renacimiento a través de la decoración
italianizante de una estructura gótica. Esta nueva obra consiste en una portada
enmarcada por dos contrafuertes decorados. El paramento es almohadillado y hay
un arco de medio punto flanqueado por pilastras, con un entablamento sobre el
que descansa un “frontón de vuelta redonda” con candeliere a los lados, en el que el tímpano tiene los relieves del
Cardenal con Santa Elena y la Cruz de Jerusalén sobre fondo de lazos. La
decoración de la portada muestra grutescos.
Los palacios.
Los palacios medievales en España tenían fachadas
meramente regulares y defensivas y la decoración (a menudo mudéjar en los siglos
XIV y XV) se reservaba para el interior, pero desde finales del siglo XV se
engalanan sus fachadas con temas heráldicos, por la nueva concepción del
palacio como objeto representativo en la ciudad, mientras en el interior prosigue
la predominante decoración mudéjar.
El palacio del Infantado en Guadalajara es el mejor
ejemplo de la renovación del palacio gótico, aunque con indefinición
estilística. El duque del Infantado, encarga las obras a Juan Guas y al
decorador Egas Cueman.
La fachada es típicamente urbana y representativa,
decorada con cabezas de clavos (la tradición medieval de conchas). Hay
influencias diversas en la entrada (no simétrica) y las ventanas.
El patio es un espacio central que distribuye los
espacios interiores. Se utiliza ya el orden toscano en las columnas del piso
inferior pero con un hiperdecorativismo gótico (bestias medievales). Las
columnas superiores son todavía medievales, con su estriado en espiral.
El palacio de Cogolludo en Guadalajara (c. 1520) es gótico
es su composición, aunque más regular, con una entrada y unas ventanas
simétricas, con almohadillado. En la entrada las columnas son corintias.
Los últimos
ejemplos de la transición.
Otros ejemplos de esta indefinición estilística común
en el periodo 1500-1526 son el castillo de La Calahorra en Granada, la Escalera
Dorada de la Catedral de Burgos y la fachada de la Universidad de Salamanca.
El castillo de La Calahorra, en Granada (1508-1512), es
una iniciativa de uno de los Mendoza, Rodrigo Díaz de Vivar, con un diseño del italiano
Michele Carlone en colaboración con el español Lorenzo Vázquez. Dispone un
patio central sobre la planta anterior gótica. Se trasladó piedra por piedra desde
el puerto italiano de Génova hasta España. El modelo es el cortile italiano,
con decoración lombarda y simbología humanista.
La planta es cuadrada con torres cilíndricas cubiertas
con cúpulas, con un volumen cuadrado para la torre del homenaje, cuya función
cambia (espacio para la servidumbre). Los pisos del cortile cuadrado se
implantan dentro de la estructura medieval. El patio es novedoso por su
clasicismo y humanismo (la mansión de un humanista). Hay alegorías en las
cornisas y pilares, grutescos, vestidos, rosetas en intradoses de los arcos...
La Escalera Dorada de la Catedral de Burgos es un
proyecto de Diego de Siloé (1519), con un esquema regular, axial e integrado,
con un eje articulado con dos brancales de escalones, divergentes y
convergentes, en una doble escalera imperial, con otro brancal de salida a
nivel de la planta, con curvas (como la Biblioteca Laurenciana, 1523-1524). La
novedad es la regularidad de su estructura, no la decoración lombarda, dentro
de un edificio de espacialidad medieval.
La fachada principal de la Universidad de Salamanca
(c.1525) muestra una composición medieval y una decoración en la que se mezclan
lo medieval y lo renacentista, pero su simbología es ya totalmente
renacentista. La composición es la de una portada-retablo, con tres cuerpos (en
horizontal) y cinco calles (en vertical). Los soportes son medievales en los
extremos y en el centro con pilastras clásicas. La decoración es también mixta,
con los remates góticos y antorchas y pináculos, pero los grutescos son renacentistas.
Los temas son:
1) En el primer cuerpo, en la calle central, con un
medallón con la efigie de los Reyes Católicos, que fueron mecenas de esta
universidad.
2) En el segundo cuerpo in crescendo, el escudo de
Carlos V, a las calles laterales emblemas imperiales (águilas), laureas en
perfil (Hércules, patrón del rey español, amor divino, y de Venus, amor
profano). Sobre los emblemas y laureas hay conchas con personajes, a la
izquierda los jefes militares Escipión y Aníbal, símbolos de la virtud militar,
y a la derecha Medea y Jasón, símbolos del enfrentamiento y la destrucción, el
vicio.
3) En el cuerpo superior, el papa Martín V en la calle
central, da consejos a sus cardenales. A los lados Hércules y Venus desnudos en
dos fornículos, con dos medallones a los lados. Con Hércules están Teseo y
Fedra, vicio y virtud, mientras que con Venus están Baco y Marte, que
representan la lucha entre contrarios. Hay muchos elementos decorativos de
discutida simbología. La rana es símbolo del vicio y de la virtud, y para
Sebastián y Cortés representa la lucha de ambos extremos, para a través del
conocimiento llegar a la virtud. Es la primera lectura propia y profunda del
Renacimiento en España. Hay una hiperdecoración de grutescos, animales, etc.
2) La
arquitectura de la tradición y la modernidad, 1526-1563.
En este periodo disputan dos influencias: la medieval
y la considerada antigua (en realidad renacentista y moderna). Sus años 1526-1563
coinciden con el reinado de Carlos V y los inicios del de Felipe II.
La política cultural de Carlos V propició la entrada
del Renacimiento en España, pues penetra el clasicismo gracias al impulso de la
familia imperial, como medio de propaganda para consolidar su posición. No hay
una Corte estable en España, por lo que no hay un arte cortesano, aunque Sevilla
es entonces la principal capital cultural, por razones económicas y políticas,
seguida de centros secundarios como Valladolid o Granada.
Se fomenta la importación de obras y artistas
italianos, con un lenguaje protocolario oficial renacentista, y se construye el
palacio de Carlos V en Granada y se reforma el alcázar de Madrid.
Se popularizó la influencia renacentista en el arte
gracias a las fiestas imperiales y de las entradas triunfales: el emperador
llega en 1518 a
Valladolid y la ciudad le recibe con fiestas y procesiones ante la catedral. El
rey viste en la ocasión una ropa a la moda italiana, mientras que los nobles todavía
vestían de negro. En la segunda visita en 1520 los nobles le reciben ya a la
moda italiana, un cambio profundo en sólo tres años. Lo mismo ocurre en
Zaragoza y Palma de Mallorca (1541), donde ya se copió el modelo manierista.
El palacio de Carlos V, en el centro de La Alhambra. [https://iessonferrerdghaboix.blogspot.com.es/2011/12/comentario-el-palacio-de-carlos-v-en.html]
El patio.
El palacio de Carlos V en Granada, es una obra propia del
arte áulico imperial, encargada por el emperador en 1526 para su estancia en La
Alhambra de la antigua ciudad islámica, donde se asoló una pequeña mezquita
para dejar espacio al nuevo palacio. Su arquitecto, Pedro Machuca, había vuelto
a España en 1520, tras alcanzar una excelente formación junto a Miguel Ángel.
Para algunos estudiosos es un ejemplo manierista de
contraste de ideas estéticas, como un planteamiento crítico frente al
Renacimiento, aunque no pertenece todavía al Manierismo español
El edificio resulta un conjunto de apariencia rústica,
austera, apropiada para un héroe y un rey humanista. Muestra una planta
cuadrada alrededor de un sobrio patio interior circular con columnas de orden
toscano. Las fachadas se ordenan con un clasicismo armónico en la gramática de
los elementos, pero ya manierista en su mentalidad abigarrada para la representación
de la iconografía imperial.
La enorme catedral de
Granada, reforma una previa planta gótica de Enrique Egas iniciada en 1523, tomando como modelo la catedral de Toledo, con lo que se quería manifestar el definitivo dominio sobre la ciudad islámica. En 1526-1529 el nuevo arquitecto, Diego de Siloé, introduce una
proporción renacentista del espacio, con un crucero nuevo de planta circular y
una mejor adaptación a la medida humana. Se cambian las columnas góticas
adosadas a los pilares fasciculados por otras columnas clásicas, pero se
mantienen las bóvedas de crucería gótica.
La puerta del Perdón, iniciada en 1528 y terminada en 1610, según un patrón renacentista. [http://lastresgranadas.blogspot.com.es/2011/12/catedral-de-granada-i-segun-siloe.html]
La fachada principal de la catedral de Granada es clasicista,
pero adaptada a las inmensas medidas, con un arco triunfal y pilastras dóricas adornadas con medallones.
Otros edificios del periodo muestran la influencia
renacentista. La Sacristía de la catedral de Sevilla muestra todavía un
hiperdecorativismo gótico aunque incluye grutescos clasicistas en una
estructura también clásica.
La Sacristía de la catedral de Jaén es también
clasicista.
Entre las puertas de la ciudad de Burgos destaca la de
San Cosme por su portada-retablo renacentista en un marco todavía gótico.
La Puerta de Bisagra en Toledo es también una mezcla, siendo
clasicista en la portada (con el enorme águila imperial) enmarcada por dos
torres circulares góticas.
El palacio Vázquez de Molina, en Úbeda muestra una
fachada clasicista en su proporción y sus frontones triangulares, aunque las pilastras
evidencian aún la falta de conocimiento de las reglas de la superposición de
órdenes.
La fachada principal del Alcázar de Toledo es un notable
ejemplo renacentista, claramente español en la fusión de axialidad y
centralidad de la puerta, aunque el portal es elevado hacia arriba. Cuenta con
elementos extraños como el almohadillado en el piso superior, lo que demuestra la
falta de un sólido desconocimiento teórico.
El caso de Sevilla.
En un video de la BBC, realizado por Tim Benton, y con
la ayuda del Libro de Viajes de
Münzer en 1494-1495 se nos muestra la evolución histórica de Sevilla en la Edad
Media, con la influencia islámica omnipresente, pero ya con influencias
italianas.
La influencia islámica estaba presente en la Giralda,
la Torre de Oro. Se adaptó la Giralda y la mezquita al culto cristiano, de modo
que la catedral gótica de Sevilla debía ser la mayor de España, con un flujo de
artistas españoles, franceses e italianos. Carlos V influyó en el cambio de
gusto, al erigirse en la época la tumba de Fernando III y la cúpula con
representaciones de los reyes anteriores.
Los barrios comerciales rodeaban la catedral y el
Alcázar. Los judíos fueron perseguidos en 1391 y expulsados en 1492 del barrio
de la Judería, que mantuvo su estructura urbanística típicamente islámica. El
interior del Alcázar, por Pedro I, es de decoración mudéjar, aunque en 1504
Nicolo de Pisa hace una ampliación de la decoración en barro vidriado, con los
símbolos de los Reyes Católicos.
El edificio del Ayuntamiento (o Cabildo) presenta una
mezcla de temas medievales, con Hércules (representante de la ciudad) y Julio
César (su fundador). La fachada toma el tema del arte triunfal, para recibir al
emperador. La decoración se hizo progresivamente cargada a lo largo de los 30
años que duró la construcción.
Felipe II hizo construir una nueva Lonja, por Juan
Herrera, con el mismo estilo austero de El Escorial.
La Casa de Pilatos es un palacio clasicista, para
el que se trajo la portada de Génova. Imitó la residencia romana de Poncio
Pilatos en Jerusalén, a donde había ido el duque de Feria en peregrinación. La
balaustrada es de decoración gótica. Es pues una planta clásica romana pero con
decoración gótica y mudéjar. Las rejas son renacentistas. Las estatuas son
originales griegos y romanos, con emperadores romanos. Los azulejos no son sólo
de diseño islámico, sino también renacentista. La escalera y la cúpula son de
una extraordinaria riqueza decorativa. El palacio era un centro de estudios
humanistas, con residencia, jardines, biblioteca, museo privado, etc.
3) La
arquitectura del estilo clásico (1564-1599).
La época de Felipe II es la del definitivo triunfo del
Renacimiento, del que se hace una lectura propia en España. Para c.
EL ESCORIAL.
El Escorial es la obra cumbre de esta etapa clasicista,
erigida en los años 1563-1584.
Panorámica de El Escorial.
Hay tres textos coetáneos que favorecen su
comprensión:
-Fray Juan de San Jerónimo, Libro de memorias de San
Lorenzo el Real. 1571. Es un libro de cuentas.
-Juan de Herrera. Discursos sobre la figura pública.
1585. Sobre los símbolos y la magia.
-Fray José de Siguënza. Historia de la Orden de los
Jerónimos. 1605. Los libros III y IV son la crónica oficial del
edificio.
Felipe II (1527-1598, rey desde 1556) es un rey muy
culto y preocupado por las artes y su uso ideológico para legitimar el poder
político. Los motivos de su edificación son muy precisos y conocidos, gracia a
una carta de fundación de 1565 y al testamento del rey:
-Un agradecimiento a Dios por la victoria sobre los
franceses en San Quintín el 10 de agosto de 1557, día de San Lorenzo. Así se
entiende que la orientación de la obra no sea la dirección de Jerusalén, sino
que tenga una desviación de 16 grados hacia el sur, en la dirección Este-Oeste,
puesto que se dirige hacia la puesta de sol, la misma que hubo durante la victoria
militar en san Quintín.
- Un agradecimiento a Dios por el mantenimiento del
catolicismo en los dominios de Felipe II.
- Una alabanza a Dios por su protección a la dinastía
real.
- Una sepultura para los miembros de la familia real.
La construcción debía estar bajo la custodia de los
Jerónimos, con un convento, un colegio-seminario y un hospital.
Los arquitectos fueron Juan Bautista de Toledo y Juan
de Herrera.
Juan Bautista de Toledo (1515-1567), matemático y
geómetra en Universidad de Salamanca, trabajó con Antonio de Sangallo el Joven,
con Miguel Ángel en San Pedro, en Nápoles en el castillo de Castelnuovo.
Juan de Herrera (1532-1597), le sustituyó e hizo la
traza definitiva de El Escorial. Estudió geometría en la Universidad de Alcalá
de Henares. Hacia 1550 acompañó a Felipe a Flandes, y despues viajó solo por
Italia. Estuvo más tarde con Carlos I en Yuste y en 1563 fue ayudante de Juan
Bautista de Toledo y tras su muerte en 1567 ascendió a arquitecto real y en
1587 a arquitecto general del reino.
El lugar tardó en decidirse varios años y finalmente
se eligió un llano a 1.050 metros sobre el nivel del mar, al sur de la sierra
de Guadarrama. Las razones fueron que era el centro exacto de la Península ibérica;
estaba cerca de Madrid, la capital desde 1561; era un paisaje tranquilo, con
buenas condiciones climáticas; y la proximidad a una cantera de granito, el principal
material de la construcción.
Es un edificio polifuncional: el convento, el colegio,
el seminario, el colegio público, el hospital, el edificio administrativo,
residencia de asistentes de la Corte...
Planta de El Escorial.
Panorámica de la planta de El Escorial.
Hay un eje principal: biblioteca, iglesia y residencia
real. Se articula en un rectángulo casi cuadrado y cúbico definido por el eje,
con dos patios a cada lado, con una cuadrícula de cubos.
La forma es austera, de proverbial desnudez, casi una
caja de muros, con tejado de pizarra y zócalo de granito, más cuatro torres en
los ángulos, coronadas con capiteles flamencos en las puntas.
Fachada sur de El Escorial.
Fachada y entrada principal de El Escorial, con una portada-retablo de
inspiración clasicista (una excepción en el edificio).
El sistema de patios muestra un rectángulo de dos
patios a cada lado y los dos de delante divididos en cuatro.
La lectura estética del edificio es múltiple:
- Estilísticamente se discute si corresponde a plena madurez
del Renacimiento, encarna el Manierismo que entonces domina en las cortes
reales europeas, o ya preanuncia el Barroco. De este debate nace la discusión
sobre la influencia de Serlio y el sentido de la estructura y la decoración.
Hay pocas referencias clásicas: la portada principal del edificio y la fachada
de la iglesia. La portada es un retablo clásico, con columnas monumentales, del
modelo de Serlio, con un frontispicio tomado de su libro IV. Pero también es
clásica la relación iglesia-biblioteca que une todo el edificio, en el que el
arquitecto planifica todos los elementos.
- La lectura contrarreformista se basa en la
multifuncionalidad y en la influencia de la Iglesia y de la Orden Jerónima. El edificio
muestra la estrecha vinculación de España y su dinastía con la ortodoxia
católica. Desde el lecho el rey podía ver, a través de una ventana, el altar
mayor de la iglesia. El edificio es también una acción de gratitud a Dios por
las mercedes que ha hecho a España.
- La lectura funeraria es que El Escorial era un
mausoleo real, dispuesto espacialmente en un camino hacia las sepulturas, como
evidencia la situación de la iglesia en el centro de los aposentos reales. Todavía
no tenía nuestra dinastía un mausoleo real y era necesario hacerlo por motivos áulicos
y simbólicos. Se vincula además con la pasión por coleccionar reliquias
provenientes de todo el Imperio español.
- El Escorial como expresión de la figura cúbica, con
una configuración geométrica en cubo en su alzado y en su planta, que enlaza
con la concepción del neoplatonismo de que el cubo es la expresión de la
tierra, el más pesado de los elementos. Platón, en el Timeo, cubo = tierra.
Es una relación macrocosmos-microcosmos, determinada por la voluntad de los
constructores y explicitada en sus escritos: Juan de Herrera escribe el Discurso
de la figura cúbica, la tierra.
- El Escorial como Ciudad de Dios es un reflejo de la
sabiduría divina, un edificio que Dios habría diseñado, con medidas conocidas a
través de la Biblia. En un cuadro de Sánchez Coello aparece San Agustín con una
maqueta de El Escorial en las manos. El santo había escrito la Ciudad
de Dios, sobre la sabiduría divina, la proyección de Dios sobre las
criaturas, en las tres construcciones, el Arca de Noé, el Tabernáculo y el
Templo de Salomón, diseñadas por el mismo Dios y transmitidas a los hombres.
Son el reflejo de la voluntad arquitectónica de Dios y el hombre que imite
estas dimensiones será poseedor de la Sabiduría Divina. Hay tres secciones
diferenciadas en el Templo de Salomón: las residencias cultural, real y
religiosa. El jesuita Francisco de Villalpando hizo una reconstrucción ideal
del Templo de Salomón.
- El Escorial entendido como jeroglífico tiene su
lugar específico en la Biblioteca, que muestra una decoración alegórica que
escondería símbolos no narrativos que serían soluciones al enigma, con una
cultura visual emblemática, jeroglífica o de epigramas relacionada con la
astrología y el hermetismo. La Biblioteca fue dirigida por Benito Arias Montano,
de la Familia Caritatis, opuesta al grupo de la Nueva Restauración.
La Biblioteca tiene una amplia colección de libros,
debido a Felipe II, cuyo coleccionismo es muy temprano, gracias al influjo de
su preceptor Caldete. El núcleo de la colección es la obra luliana, la mayor
del mundo, junto a Mallorca (que envió muchos libros), aunque un incendio en el
siglo XVIII destruyó parte de la colección luliana en El Escorial. La magia y
la astrología son los temas básicos. El orden de disposición de la librería y
de los libros es el inverso al normal, de derecha a izquierda, por razón
mágica. La Biblioteca es también un «gabinete de curiosidades». La decoración
de frescos es de Tibaldi y Nicolà Granello, con alegorías de las artes liberales:
la música, la retórica, astrología, etc., cuyas recreaciones tienen escenas
relacionadas con la cultura hermética.
La interpretación dominante fusiona las anteriores
tesis y concluye que El Escorial sería un talismán, el producto de un mago
protector. Sería un objeto material, sensible, pero indescifrable en su
interior, el resultado de la vasta cultura de Felipe II y sus arquitectos, adeptos
a la relación magia-ciencia, que serían indistinguibles entre sí. Entences un
astrónomo era un científico tanto como un astrólogo. El hermetismo y el
esoterismo de larga tradición medieval pervivían en las Universidades y en la
Corte, en la que había dos grupos secretos, el de la Nueva Restauración, dirigido
por el arquitecto Juan de Herrera, y la Familia del Amor (o Familia Caritatis),
comandado por el humanista Benito Arias Montano. El mago era el custodio de esa
sabiduría, un científico de lo oculto. Así, El Escorial es el resultado de esa
cultura mágica.
La arquitectura
manierista o herreriana.
El arquitecto Andrés de Vandelvira (1509-1575)
construyó bellos edificios manieristas en Andalucía: Jaén, Úbeda, Baeza… La
catedral de Jaén fue proyectada por él y su diseño fue seguido durante los dos
siglos y medio que exigió su construcción. Sirvió de modelo para las catedrales
americanas de Ciudad de México, Oaxaca, Puebla, Cuzoc o La Habana. La fachada
principal es barroca del siglo XVII, pero de Vandelvira es sin duda la
sacristía, de sobriedad clásica y purismo manierista.
FUENTES.
Libros.
Nieto, Víctor; Morales, Alfredo J.; Checa, Fernando. Arquitectura
del Renacimiento en España 1488-1599. Cátedra. Madrid. 1989. 426 pp.
Wilkinson-Zerner, Catherine. Juan de Herrera. Arquitecto de Felipe II. Akal. Madrid. 1996. 223
pp.
Artículos.
Morales, Manuel. Una
rana y otros misterios. “El País”
(23-X-2016). La restauración de la Fachada Rica de la Universidad de Salamanca,
de compleja decoración, y de la que se ignora su autoría.