ARQUITECTOS.
El arquitecto japonés Tadao Ando (1941).
Tadao Ando (Osaka, 1941), nacido en una familia pobre, primero fue boxeador
profesional para poder pagarse los estudios de arquitectura como autodidacta. Viajó a Francia en
1965 para conocer a Le Corbusier, pero recién había muerto, se movió por Europa
y asumió el compromiso cívico que le despertó el Mayo del 68 en París. Inició
su carrera al volver en 1969 a Osaka, donde estableció su estudio aunque desaprovechando el impulso de la Exposición Universal de 1970, para mejor crear viviendas de formas austeras y sencillas, gobernadas por las matemáticas que admiró
en el Partenón ateniense y la luz que aprendió en las iglesias romanas, y
finalmente se consagró con sus poéticos proyectos para museos, combinando
cemento, geometría, luz y agua, para crear un paisaje humanizado aunque armonioso
con la naturaleza. Su evolución va desde hitos como la Casa Guerrilla (1971) —su casa manifiesto, que ha reconstruido seis veces—a
la Casa Azuma en Sumiyoshi (1976), desde el Centro Contemporáneo de la Punta
della Dogana veneciana o la Fundación Kubach-Wilmsen (2010) a la reforma de la
Bolsa de Comercio de París para convertirla en sede de la Fundación François
Pinault (2019). Solo tiene una treintena de empleados en su estudio, para así supervisar de cerca sus proyectos
El comisario Fréderic Migayrou entrevista en 2018 al arquitecto:
‹‹FM– Fundó
su agencia en 1969 y, en 1971, realizó su primera casa, la Guerrilla House, que
es una casa-manifiesto. Compró esta casa y se convirtió en su agencia. Desde
entonces, la ha reconstruido seis veces. En 1970, Osaka acogió la Exposición
Universal, que tuvo una repercusión mundial, pero usted se mantuvo a distancia
de ese acontecimiento, del movimiento metabolista y de esa imagen de expansión
tecnológica y económica. ¿Cuál era su postura en esa época? ¿Acaso la idea de
la Guerrilla House respondía a una actitud política o era un tipo de
manifiesto.
TA – Más que un mensaje político, la Guerrilla House era un
desafío. Hasta ese momento, al menos en Japón, solo los edificios públicos –
bibliotecas, gimnasios o museos – se consideraban obras de arquitectura. Se
decía: «¿Las viviendas? Eso no es arquitectura». Lo mismo para el tamaño: se
consideraba que no era posible hacer arquitectura con construcciones pequeñas,
así que se me ocurrió que era necesario crear posibilidades y dar esperanza a
los numerosos arquitectos, así como a mí mismo. En un primer momento, quise
enfrentarme al desafío de realizar con setenta metros cuadrados una vivienda
totalmente conveniente, y esa vivienda planteó una serie de cuestiones. Lo
mismo ocurrió con la arquitectura comercial. Pensé que si se pretendía crear un
mundo nuevo, ese era un desafío al que había que enfrentarse. La arquitectura
no podía limitarse a los edificios públicos.
FM – Sus críticas más virulentas hacia el modernismo
se dirigen a Mies van der Rohe. Sin embargo, su uso de las pantallas de cristal
podría corresponderse con una cierta idea de la relación entre el interior y el
exterior característica de la arquitectura japonesa. Por el contrario, sus
primeros proyectos cerraban los espacios con muros y, tal vez en relación con
el movimiento Gutai, el cuerpo se imponía como el primer principio de una
definición del espacio arquitectural.
TA – A fin
de cuentas, ¿para quién existe la arquitectura? Visto que son los hombres los
que la utilizan, mantiene unos profundos lazos con el cuerpo. Si la
arquitectura se crea partiendo de la superposición de un mundo y de conceptos
concretos y no abstractos, hay que tener en cuenta estos dos elementos: el
mundo y los conceptos. En este sentido, ¿no es el shintai mportante? Nuestro cuerpo percibe todo tipo de elementos,
como el aire o los materiales. Me he dado cuenta de ello observando
constantemente la arquitectura. Por ejemplo, la villa Katsura es una célebre
vivienda aristocrática y también necesitamos ese tipo de construcciones, pero
no es lo único: en espacios reducidos como las casas machiya hay un
tsuboniwa – un pequeño patio –, por donde entran la luz y la sombra y donde cae
la lluvia, y todas esas sensaciones que vivimos en ese espacio son para mí algo
grandioso. La arquitectura tiene que dar cabida a la alegría de vivir de los
hombres. De lo contrario, nuestro cuerpo no se siente atraída por ella.
FM – En su trabajo arquitectural, la abstracción es un
método, pero no es una desrealización, una reducción, es un principio genérico.
Para ello, usted ha definido una gramática, con la noción de pilar, la noción
de muro y los sistemas geométricos que aplica, las formas sencillas, círculos,
rectángulos, cuadrados, que se multiplican en subdivisiones creando espacios
intermedios. A partir de esa gramática sencilla, invierte la lógica
constructiva del modernismo para liberar el espacio para el cuerpo. El espacio
debe ser vivido y no abstracto en el sentido modernista.
TA - Más
que un método, ¿la geometría no sería más bien el resultado de una larga
reflexión? Si sigo el camino de la geometría, llego a Grecia. Si continúo
siguiendo su camino, estoy obligado a hacer de ella una abstracción. En un
mundo en el que hay que realmente reflexionar para alcanzar una arquitectura
concreta, vuelvo a ese punto de partida que son el círculo, el cuadrado y el
triángulo. Pero ese punto de partida no es suficiente para hacer arquitectura.
¿Cómo hacer arquitectura? A fuerza de reflexionar, llego a la relación entre
dimensión, altura, superficie y volúmenes tridimensionales. ¿Cómo introducir el
material en esta búsqueda de la relación entre volumen, altura y superficie? Ir
en pos del material, de la forma y de la geometría. Es algo bastante difícil.
Los jóvenes no lo entienden, pero es lo más importante…
FM – Cada vez más a menudo, sus proyectos organizan
programas colectivos, iglesias, museos, fundaciones, muchos espacios
espirituales, donde se puede compartir esa experiencia del espacio y de la
arquitectura, y hasta proyectos que abarcan grandes territorios y que crean
nuevas relaciones entre la naturaleza y la arquitectura. ¿Permite esta función
de lo espiritual en la arquitectura reconsiderar la idea de la comunidad, federar
a los individuos a la escala de una sociedad y, quién sabe, a nivel
internacional, más allá de las culturas específicas?
TA -Lo que he
sentido al observar edificios románicos tales como la abadía del Thoronet o
Nuestra Señora de Sénanque es que la luz es la esperanza. Cuando concebí la
Iglesia de la Luz, mi reflexión se basó en que cada uno tenía que percibir de
forma diferente la luz que entraba por la cruz. Si había treinta personas, la
luz tenía que penetrar de forma que fuera percibida de treinta maneras
distintas. Y, al mismo tiempo, esas treinta personas tenían que formar una
única persona. Creé ese lugar preguntándome si el símbolo de la comunidad era
la luz. La arquitectura también consiste en crear lugares para la comunidad. En
ese sentido, los arquitectos tienen una gran responsabilidad. Muchas personas
fundan sus esperanzas en la arquitectura. No solo en el caso de la Iglesia de
la Luz. Por ejemplo, en Kobe, en la costa, realicé unas viviendas colectivas
constituidas por una red de unidades de cinco metros cada una, pero cuyo
espacio interior era cada vez diferente. Asimismo, para volver a la luz, en la
Casa Koshino, hice que la luz, que entraba por varios lugares, incitara a
querer tenerla entre las manos. Y tengo que concebir la luz de cada
construcción de forma diferente. Así es cómo empecé a realizar mis proyectos y
con ese mismo ánimo es cómo sigo trabajando en la actualidad. Realizo mis obras
preguntándome cómo podría concebir cosas que permanezcan grabadas en el alma de
los hombres para la eternidad.›› [Migayrou. Entrevista a Ando. “Code Couleur" 32 (2018)]
Fuentes: Tadao Ando.
Exposiciones.
<Tadao Ando. Le défi>. París. MNAM
(10 octubre-31 diciembre 2018). Retrospectiva de sus proyectos: 180 dibujos, 70 maquetas, diaporamas,
fotografías…. Comisario: Frédéric Migayrou. Reseña de Caballero, Óscar. El testamento de Tadao Ando. “La Vanguardia”
(17-X-2018). [https://www.lavanguardia.com/cultura] / Vicente, Álex. Entrevista. Tadao Ando, poesía de hormigón. “El País” S Moda 244 (XII-2018). / Itinerante a <Tadao Ando.
The Challenge>. Milán. Museo Armani/Silos (desde 9 abril 2019).
Entrevista de Diego Parrado a Ando. Arquitecto
a puñetazos. “El País” Icon Design 5 (IV-2019).
Libros.
Ando, Tadao. Ando.
Complete Works 1975-Today. Taschen.
2018.
Entrevistas.
Otros.
Moneo, Rafael. “Crea
ámbitos poéticos”. “El País” S Moda 244 (XII-2018). Su admiración por Ando.
El arquitecto japonés Shigeru Ban (1957).*
No hay comentarios:
Publicar un comentario