FERRARA.
En Ferrara se unen tradiciones locales medievales, la
cultura humanista, los mecenas de la familia Este y un arquitecto Rossetti (c.
1447-1516). Llegaron artistas importantes como Pisanello, Mantegna, Alberti,
Della Francesca o Jacopo Bellini a una corte fastuosa, la capital de la poesía
y del teatro del Renacimiento en Italia. Esta literatura influirá en la
composición y los temas de la pintura, como «tableau vivant» y en la
predilección por los temas cortesanos y amorosos: frescos del palacio Schifanoia.
Palazzo Dei Diamanti (1493).
La ciudad fue ampliada en 1451 y 1490, mediante dos
proyectos clave del urbanismo renacentista. Rossetti introdujo el estilo florentino,
fundiendo las tradiciones de Toscana, Bolonia, Padua y Venecia. Diseñó calles y
plazas, palacios como el Dei Diamanti (1493) y cuatro templos que recuperan el
clasicismo antiguo, con experimentación.
LA PINTURA EN FERRARA
En la pintura se sigue la tradición local, caracterizada
por la expresividad en el color y movimiento, con notable influencia flamenca
(Rogier van der Weyden) y medieval (en Tura y Roberti). Así pues la pintura de
Ferrara es ecléctica, confluyendo las características de expresividad,
detallismo y ornamentalismo del gótico tardío y de la tradición flamenca, junto
a la influencia toscana de la perspectiva científica y el interés por la
proporción y más tardíamente la introducción de nuevas temáticas.
Pisanello (c. 1390-c. 1450) está unos pocos años e
influye en la escuela local de Ferrara con la perspectiva y la proporción.
Rasgos góticos de expresividad, linealidad, luz, detallismo, desproporción., como en su famosa pareja Lionello d’Este, Ginebra d’Este.
Ercole de Roberti (c. 1450-1496) es muy gotizante.
Formado en la tradición del Gótico y de Toscana, como se ve en Pasión, con planos muy controlados en perspectiva, y expresividad.
Cosme Tura (c. 1430-1495) es la máxima figura del
Renacimiento en Ferrara,m con su obra compleja de influencias medievales y
renacentistas, especialmente en sus santos en actitud mística, o la famosa Pietà (c. 1460). Al final realiza
una obra renacentista (pétrea y metálica), San
Antonio de Padua (1484) y Virgen con
el Niño y ángeles músicos (c. 1480), aunque todavía con influencias
flamencas y venecianas como el color, detallismo y la decoración con racimos de
uvas.
Del Cossa. Salón de los Meses del palacio Schifanoia.
Francesco del Cossa (c. 1436-c. 1478) es el más
renacentista. Pese a su estrecha relación con Tura sus obras tienen menos
dureza en las formas, menos dramatismo, y cuentan con una perspectiva lineal
más geométrica y elegante, con luz y un precioso detallismo. Destaca el ciclo
astrológico de los frescos del Salón de los Meses (1458) y el Triunfo de Venus del palacio Schifanoia.
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