EL RENACIMIENTO EN NÁPOLES.
El rey Alfonso V de Aragón (1396-1458), llamado el Magnánimo, conquista el reino de
Nápoles definitivamente en 1443 y pronto solicita arquitectos y artistas para su programa de
construcciones y propaganda, en el que se unen la influencia del estilo del gótico
catalán, la bizantina, la renacentista que llega de Toscana y la flamenca de
Jan van Eyck).
El Castelnuovo de Nápoles.
El ático de la puerta del Castelnuovo.
Destaca la profunda reforma del Castelnuovo de Nápoles, erigido por los angevinos dos aiglos antes, en el que se conjuga con su concepción espacial
gótica con los relieves lombardos del arco triunfal de la puerta, erigida por el
mallorquín Guillem Sagrera desde 1452, Pietro da Milano hasta 1466, y luego Laurana,
en la que apreciamos una escasa influencia renacentista.
Antonello da Messina.
El pintor más destacado de esta época es Antonello da Messina
(c. 1430-1479), un artista plenamente renacentista, que ha recibió una amplia formación
humanista en Toscana con el pintor Della Francesca, del que tomó la perspectiva
central, la simetría y la proporción, y en Nápoles a través de Colantonio y el
influjo de Van Eyck que se manifiesta en el detallismo, el claroscuro, los
rótulos explicativos y la técnica del óleo. Lo cierto es que Antonello fusionó
con acierto estas influencias toscanas y flamencas y las difundió en Nápoles e
Italia, con obras como San Jerónimo en su
celda (c. 1460-1474), en las que despunta como un gran retratista en la expresión
del sentimiento humano.
Antonello da Messina. San Jerónimo en su celda (c. 1460-1474)
FUENTES.
Internet.
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