Aguada [Español: aguada, guache, tempera. Català: aiguada, guaix. Francès: gouache. Italià: guazzo. Anglès: gouache, guache].
Pedro de Valpuesta (1614-1668). El sacrificio de Isaac (h. 1656). Pluma y aguada sobre papel. Col. Art Institute of Chicago. Copia de una obra de Tintoretto.
La aguada o gouache es una técnica de pintura que consiste en aplicar pigmentos o tintes con agua para obtener una pintura opaca pero luminosa. Se puede definir también como una acuarela opaca y a veces se la ha llamado “el color con cuerpo”.
Como en la acuarela, se precisa emplear como soporte un papel grueso o cartón que resista el agua y así evitar que pueda ondularse.
Tradicionalmente, igual que la acuarela, su aglutinante es la goma arábiga o incluso miel, pero los gouaches modernos usan substancias plásticas. El aglutinante se combina normalmente con un pigmento blanco (blanco de zinc) molido en un grado menos fino que el de las acuarelas, y por esto es más denso, sólido y opaco, y por tanto menos luminoso y transparente que en la acuarela. Se utiliza una amplia gama cromática, a partir de un único color básico en toda la imagen, generalmente el negro o el sepia, o con otros colores, como los tierra rojizo, verde botella o azul marino, con difuminaciones. A menudo también se utiliza tinta china diluida en agua, pero resulta menos “dúctil” y produce saltos o cortes en el tono del degradado.
La pintura se aplica más o menos diluida en agua, normalmente con un pincel, en diferentes capas una sobre la otra, esperando que se seque cada capa antes de continuar, comenzando con una capa ligera para los colores más claros, y después con nuevas capas sobre los colores más oscuros, yendo progresivamente de la luz a la oscuridad.
En Europa, esta técnica comenzó a practicarse a partir de la Edad Media, cuando la calidad y el grueso del papel mejoraron notablemente, y tal vez, en atención a que proviene del término guazzo, fue inventada por un monje italiano del siglo XI que añadió blanco de zinc a los pigmentos y al agua, creando así una acuarela más opaca, que se utilizaba para resaltar el pan de oro en las miniaturas.
La técnica de la aguada triunfó sobre todo en el Renacimiento, cuando se buscaba mejorar los efectos de claroscuro y sfumatto. En 1437 se referencia en el tratado de pintura de Cennino Cennini.
Entre los primeros pintores célebres que la han usada están Guercino, Rembrandt y Claude de Lorena en el siglo XVII y Boucher en el siglo XVIII, cuando los pintores empleaban la aguada para dar distinción a una zona concreta de la pintura hecha con acuarela. Según el pintor Paul Signac: «determinados rosas violáceos de los cielos de Turner, ciertos verdes de las acuarelas de Johan Jongkind no se habrían podido conseguir sin un poco de gouache.»
El artista contemporáneo que tal vez mejor ha utilizado la aguada es Joan Miró, en las famosas Constelaciones (1940-1941).
Aguada de Toulouse-Lautrec.
Constelación nº 20. Cifras y constelaciones enamoradas de una mujer (1941), de Joan Miró.
Fuentes:
Historias de arte para Bachillerato de Algaida, Anaya, Edebé, ECYR, Santillana, SM, Teide,Vicens Vives...
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