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viernes, 20 de febrero de 2015

Comentario: la Giralda de Sevilla.

Comentario: la Giralda de Sevilla.



La Giralda es el alminar (o minarete) de la destruida mezquita almohade del siglo XII y principios del XIII, adosado al edificio principal. Se edificó a partir de 1172. Muestra una rica mezcla de materiales: sillería en la parte inferior y ladrillo en la superior. 
La planta es cuadrada, con dos cuerpos: torre interior y exterior, con una rampa entre las dos, cubierta con bovedillas de arista. La torre interior tiene pisos con bóvedas.



La decoración exterior muestra unas ventanas iguales, de compleja estructura: inscritas en arcos de herradura, y estos en unos arcos lobulados insertos a su vez en un arco apuntado. Los lienzos decorativos son las seqbas, con rombos de arcos lobulados entrecruzados y mixtilíneos. Su exterior estaba pintado de rojo hasta el siglo XIX, como consta en un texto de 1568, así como en dibujos, grabados e incluso pinturas de Murillo, en el siglo XVII.
Su influjo posterior es notable en el gótico-mudéjar de la propia ciudad de Sevilla y su entorno.

FUENTES.
Internet.

Documentales / Vídeos.

                                      La Giralda de Sevilla. Dos minutos.
Artículos.
Mora, A. J. Unas obras de restauración acreditan que la Giralda era roja. “El País” (6-IV-2018). El alminar almohade ya estaba pintado de rojo y se mantuvo así hasta el siglo XIX.
Molina, Margot. Los tonos ocultos de la Giralda. “El País” (17-X-2019). Hacia 1568 el arquitecto renacentista Hernán Ruiz II pintó con almagra (un color rojo) la torre de la Giralda y ahora la restauración lo revela.

Comentario: La Aljafería de Zaragoza.

Comentario: La Aljafería de Zaragoza.



La Aljafería de Zaragoza es un palacio de recreo fortificado de los soberanos taifas de Zaragoza, de la dinastía de los hudíes, en el siglo XI. La planta del palacio manifiesta que las salas tienen una finalidad especializada, según el modelo romano.
Tiene un exterior sobrio, de carácter defensivo, que ha sufrido importantes modificaciones posteriores. 

El interior es de una gran riqueza decorativa, con pilares de ladrillo (no de sillería como en Córdoba) con dobles columnillas adosadas, de capitel inspirado en el estilo corintio y con un cimacio grande, arcos polilobulados apuntados con arcos entrelazados más pequeños, que han sufrido transformaciones mudéjares posteriores. 
La decoración es de motivos geométricos y vegetales (ataurique). 

El patio tiene una galería que cubre casi todo su perímetro, con dos tipos de arcadas en los cuatro laterales. Todo el conjunto se cubre con techumbre de teja árabe, reforzada con ménsulas.
Dos laterales tienen un tipo de arcos polilobulados sustentados sobre pilares flanqueados en dos de sus laterales por medias columnas con fuste liso, capitel decorado y cimacio. Los arcos se agrupan en parejas para formar marcos de arcos apuntados más grandes, que engloban a los arcos más pequeños en parejas, y estos se entrecruzan. Entre los arcos anteriores tenemos dos pequeños orificios que hacen de ventanas, las cuales tienen un arco de herradura apuntado.
Los otros dos laterales tienen otras dos galerías con columnata similar, pero más amplia, de arcos apuntados, y una forma polilobulada más sencilla aunque elegante. En esta parte las ventanas son más amplias.
La pequeña mezquita de la Aljafería es uno de los pocos edificios religiosos de este periodo. Tiene un mihrab de arco califal con alfiz.

Influencia y desarrollo posterior.
La Aljafería, después de la reconquista de Zaragoza en 1118 por el rey aragonés Alfonso I El Batallador pasó a ser residencia de los reyes cristianos de la Corona de Aragón, con lo que la Aljafería se convirtió en el principal foco difusor del mudéjar aragonés.
Fue utilizada como residencia regia por Pedro IV el Ceremonioso y posteriormente, en la planta principal, se llevó a cabo la reforma que convirtió estas estancias en palacio de los Reyes Católicos en 1492.
En 1593 experimentó otra reforma que la convertiría en fortaleza militar, primero según diseños renacentistas (que hoy se pueden observar en su entorno, foso y jardines) y más tarde como acuartelamiento de regimientos militares.
Sufrió reformas continuas, y padeció grandes desperfectos en los sitios de Zaragoza durante la Guerra de la Independencia hasta que finalmente fue restaurada en la segunda mitad del siglo XX y actualmente acoge la sede parlamentaria de las Cortes de Aragón.

FUENTES.
Internet.

Comentario: La mezquita de Córdoba.

Comentario: La mezquita de Córdoba.



Descripción.
La mezquita de Córdoba es la obra máxima del arte islámico occidental. Fue comenzada hacia 785-786  por el primer emir omeya independiente, Abd-al-Rahman I (731-788), al final de su mandato (756-788).
El lugar fue probablemente el solar de la iglesia catedral visigoda de San Vicente Mártir, que desde la conquista en 711 se había compartido en dos partes, entre musulmanes y cristianos. Las fuentes islámicas afirman que el emir compró hacia 785-786 la parte mozárabe, mediante la enorme suma de 100.000 dinares y un permiso a los mozárabes para levantar templos en las afueras. Acto seguido reconstruyó todo el templo reaprovechando gran parte de los materiales anteriores


Posteriormente, Hisam I construye el primer alminar a finales del siglo VII; Abd-al-Rahman II hace la primera ampliación en el siglo IX; ya en el siglo X, Abd-al-Rahman III construye el nuevo alminar y refuerza la fachada del patio; Al-Hakam II hace la segunda, más importante y bella ampliación; y Almanzor hace la última y mayor ampliación. Es importante destacar que se hicieron tres ampliaciones para poder albergar a un número cada vez mayor de fieles a medida que crecía la población islámica en la ciudad, y que al final de la tercera era, con 23.400 metros cuadrados, la segunda más extensa del Islam, tras la de La Meca, hasta que los turcos levantaron en el siglo XVI la Mezquita Azul de Constantinopla.

La evolución y ampliaciones, y su análisis formal
La obra original de Abd-al Rahman I es un edificio hipóstilo, con 11 naves perpendiculares a la pared de la qibla, como el modelo de las mezquitas de Kairuán y Al-Aqsa, contrarias al modelo de naves paralelas de la mezquita de Damasco. La nave central, que conduce al mihrab, y las dos de los extremos son más anchas. Cada nave tiene a su vez 12 intercolumnios.
El patio original, el sahn, no tiene pórtico, lo que la distingue de las mezquitas orientales, y ya entonces tenía una fuente (sabil), por lo que en época islámica se le llamaba "Patio de las abluciones"; hoy se llama "Patio de los Naranjos".
El interior (haram) es muy original en su sistema de soportes. Apuntemos, que al final de las ampliaciones llegó a haber 1.003 columnas (hoy subsisten 856), cuyos materiales son diversos, de jaspe, mármol y granito) y 365 arcos de herradura. El efecto visual del conjunto es como el de un bosque de palmeras en un paraíso terrenal. 


En la primera mezquita se reutilizaron muchas columnas, algunas de fuste rojo, como algunos muros de la anterior basílica, y los capiteles, mientras que las arquerías sí fueron originales, caracterizadas por su doble altura, con un primer piso de columnas y un segundo de pilares cuadrados, con cimacios, capiteles y modillones de rollos como nexos con los pilares. 


La imagen corresponde a la ampliación de Abd-al Rahmán II, pero el sistema es similar.

El sistema de doble arquería es de arco de herradura ancho en la parte de abajo y de arco de medio punto en la parte de arriba. Los arcos están ligados por la dovela de base (arcos enjarjados). Las dovelas son de una combinación de colores, sillar de piedra caliza blancoamarillenta y ladrillo rojo, tal vez por la influencia del acueducto tardorromano-visigodo de Los Milagros de Mérida.

Modillón de rollos, un elemento decorativo típico de Al-Andalus. Debajo del modillón vemos el cimacio, un abaco troncopiramidal invertido, de origen bizantino.

El tejado interior era plano, de madera, con vigas transversales decoradas, pero en el siglo XVIII se cambió por bóvedas de cañón. Apuntemos que la cubierta exterior es de doble vertiente cada nave (para recoger el agua), mientras que en el más seco Oriente es plano.


Almenas o merlones escalonados, típicos elementos decorativos de Al-Andalus.


El exterior es como una muralla con remate de almenar escalonado, con material de sillar (como las sucesivas obras) aparejado en el método de soga y tizón [wiki/Soga_y_tizón], con contrafuertes para apoyar el muro. Queda hoy en el lado occidental la puerta de San Esteban (el nombre es muy posterior, de época cristiana, pues en la islámica se llamaría de los Visires, el nombre de los ministros del emir), con un arco de herradura de dovelas bícromas (piedra blanca y ladrillo rojo), lo que servirá como modelo para las puertas que se irán abriendo posteriormente en las ampliaciones, y un alfiz decorado, siendo tanto el arco como el alfiz posteriores, de la época de Muhammad I, en el siglo IX. 


La quibla de Abderramán I fue desmontada por la siguiente ampliación, y hay que destacar que no se dirigía hacia La Meca, sino hacia el sur, con un ángulo de 51 grados, como es típico en las mezquitas de Al-Andalus. Esta práctica puede tener en Córdoba tres causas: esta era la dirección que tomaban los peregrinos que se dirigían hacia La Meca; una influencia omeya, ya que la Gran Mezquita de Damasco también mira hacia el sur, en dirección a La Meca; o que las naves de la mezquita son paralelas a la antigua vía del cardo romano, la misma que lleva al cercano puente romano.

Hisham I (788-796), hijo de Abd-al Rahman I, prosiguió las obras, acabando el patio y el primer alminar, más tarde derruido por Abd-al Rahman III.

La ampliación de Abd-Al Rahmán II.


La ampliación de Abd-al Rahman II (822-852) de la sala de oraciones se realiza probablemente entre 833 y 855, aunque con una mayor intensidad entre 840 y 848.




Sustituye la pared de la quibla, dejando de la antigua solo visibles los pilares, y amplía las 11 naves hacia el sur, con ocho intercolumnios más, unos 24 metros de longitud. Los capiteles son ahora nuevos, según un tipo más abstracto, como evolución de las formas vegetales del corintio.

El emir Abd-al Rahmán II también levantó un mihrab, posteriormente derruido, y asimismo reformó el patio o sahn, al que añadió las saqqifas (galerías reservadas para las mujeres) conformando así un riwag (conjunto de arcadas o lados porticados) asemejándose así más al atrio paleocristiano.

Las reformas y ampliaciones del siglo X.

Siguen en el siglo X las reformas de Abd-al Rahmán III, y dos ampliaciones, la de Alhakam II y la de Almanzor.

La reforma de Abd-al Rahmán III.


Abd-al Rahman III (emir en 912-929, califa en 929-961) amplía hacia 951-952 el patio y erige el alminar cuadrado, recortado por las reformas cristianas y coronado en el siglo XVII con un campanario y revestido con una fachada de estilo herreriano.




La ampliación de Alhakam II, con el mihrab al fondo, y los arcos lobulados y entrecruzados.


En el alfiz de la puerta del mihrab destaca la decoración de ataurique y epigráfica..

La ampliación de Alhakam II.

Alhakam (o Alhakém) II (961-976) realiza hacia 961-966 la ampliación más lujosa de la mezquita, fusionando las formas palatinas y religiosas. El sistema de soportes es similar al anterior haram, con una planta en forma de T de influencia fatimí. 


Cúpula central gallonada de la maqsura, en la ampliación de Alhakam II.

La maqsura era una sala cupulada reservada para el emir (luego el califa) y otras autoridades, que hoy está en la capilla tardogótica de Villaviciosa (levantada en 1486-1496, y denominada así por una Virgen medieval), a su vez situada en la catedral cristiana de estilo plateresco que el arquitecto Hernán Ruiz el Viejo y su hijo erigieron hacia 1523 en el centro del haram, estropeando el conjunto islámico.
Previos a la maqsura se levantaron arcos polilobulados y entrecruzados (no mixtilíneos, que serían una combinación de líneas rectas y curvas), y en las columnas se alternaron fustes rosas y azules. Los capiteles y otros elementos decorativos fueron labrados por hábiles artesanos, y destaca la aparición de los capiteles de pencas, denominados también califales, que son una una abstracción y esquematización de los corintios y compuestos del arte romano y que derivarán en los de avispero que se pueden observar en Medina Al-Zahara.


Cúpula del mihrab.

El mihrab (la principal sala de la mezquita, de planta centralizada que es análoga al presbiterio de un templo cristiano, aunque sin imágenes, pues en ella se concentra la espiritualidad) es el primero de Al Andalus que es una verdadera estancia independiente y no un simple nicho. Es una amplia estancia de planta octogonal, con materiales de mármol, con una cúpula de concha gallonada, de material de estuco adornado con motivos geométricos por primera vez en Al-Andalus. Se accede por una bellisima portada con arco de herradura, alfiz y friso trilobulado con columnillas, con un revestimiento exterior de mosaico bizantino, pues lo levantaron técnicos enviados por el emperador, el basileus de Bizancio, con 320 quintales de teselas), con una decoración vegetal (de ataurique) y epigráfica, la cual se inspira en la epigrafía de la cúpula de la Mezquita de la Roca de Jerusalén. También se decoraron con mosaicos las cúpulas que preceden al mihrab.  Al lado estaba el púlpito (mimbar) elevado desde el que los imames dirigían la oración.
Ante el mihrab se levantaron, con la función de lucernarios para la iluminación, cuatro cúpulas nervadas (no se cierran en la clave), todas distintas y con una plementería decorada con mosaicos. La primera, previa a la maqsura, está actualmente en la Capilla de Villaviciosa, y las otras tres están delante del nuevo muro de qibla; una delante del mihrab y las otras dos flanqueándolo. Tienen un original sistema de soportes de arcos trilobulados y entrelazados, con arcos de herradura arriba y los pilares con una columnilla adosada. 
La quibla de Alhakam II llegó a los límites al sur que podían alcanzarse con seguridad porque más allá los terrenos arcillosos de la ribera del Guadalquivir no permitían asentar los cimientos. La quibla es novedosa porque tiene un doble muro, lo que que facilita la conexión segura con el sabat (un pasadizo de comunicación entre el palacio y la mezquita, reservado para las autoridades) y da más espacio al mihrab


La ampliación de Almanzor.


Almanzor (caudillo en 976-1002, fue el hombre fuerte durante el califato del incapaz Hisham II) mandó hacer en 987 la última ampliación de la mezquita, la más espaciosa pero también la menos suntuosa, tal vez por la austeridad de costumbres de un periodo guerrero. Se dirigió la expansión hacia el este, añadiendo ocho naves a las 11 anteriores, rompiendo así la simetría anterior del mihrab de Alhakam II, y se prolongó el patio y la quibla (esta ya es simple, sin doble muro)
Los arcos de la ampliación de Almanzor son del tipo polilobulado (hasta 11 lóbulos en algunos casos) y del tipo de herradura apuntado (denominado túmido); pero la alternancia de dovelas es solo cromática y no de materiales, puesto que todas son de piedra caliza, aunque pintadas de almagra las rojas. La decoración sigue siendo la típica omeya. 


Fachada oriental, de Almanzor.

Significado.
La dinastía omeya iniciada en Al-Andalus por el emir Abd-al-Rahman I necesitaba una mezquita aljama, un "lugar de postración" principal, que estuviera cerca del palacio, para albergar al creciente número de musulmanes, tanto los de origen oriental y africano venidos con la conquista, como los provenientes de la conversión de muchos cristianos a la nueva religión dominante, los llamados "muladíes".
El emir seguía el ejemplo de la gran mezquita de la ciudad de Damasco, en donde la dinastía había tenido su capital, como un modo de reivindicar su legitimidad política como heredero de los auténticos califas originales, frente a los usurpadores abásidas. En Damasco se había reaprovechado la venerable iglesia de San Juan el Bautista, y en Córdoba se reaprovechó la iglesia caredral de San Vicente Martír, con lo que se aseguraba además de eliminar la presencia cristiana en el interior de la ciudad (medina) amurallada musulmana, y se creaba un conjunto palaciego-religioso integrado espacialmente, con el alcázar para albergar el poder político a un lado de la calle y justo enfrente la mezquita aljama para el poder religioso.
La mezquita aljama tanía también otras funciones, como era común en el resto del mundo islámico, en especial la política, la judicial, la educativa y la limosnera. 
Como sitio político allí se se proclamaban los emires y los califas, que se reunían con los representantes de la comunidad islámica, se leían las leyes y las principales medidas administrativas, así como los nombramientos oficiales de los principales cargos públicos, y se bendecían los estandartes antes de las campañas militares.
Era la sede judicial principal, pues los principales jueces de la ciudad cordobesa citaban en ella a los ciudadanos, y se guardaban los documentos oficiales. El cadí de la mezquita aljama era la mayor autoridad jurídica de Al-Andalus por debajo del emir o califa.
Como centro educativo tenía un múltipleuso, pues allí se relizaba la enseñanza del Corán a los hijos pequeños de los ciudadanos, probablemente con varias madrassas en las galerías porticadas del patio y en las naves del interior, y además ejercía como universidad para los estudios superiores. También era el sitio favorito para las reuniones de los teólogos, filósofos, escritores, científicos, como si fuera un precedente de las academias italianas del Renacimiento.
Como lugar social allí se realizaba la beneficiencia a los pobres, los huérfanos o las viudas, porque en la mezquita se centralizaba el cobro de la limosna y el reparto posterior. La función limosnera era tan importante que Al-Hakam II incluso erigió un edificio anexo, la Casa de la Limosna (Dar al-Sadaqa) frente a la fachada occidental de la mezquita.
La mezquita formó parte de una política urbanística de islamización del espacio urbano de la ciudad romano-visigoda. Los emires construyeron mezquitas menores, baños públicos, cementerios, mercados..., reaprovechando o demoliendo los edificios monumentales antiguos hasta el punto de que en la actualidad quedan escasos vestigios arquitectónicos de ese pasado y solo la arqueología reciente ha mostrado dónde estaban los templos mozárabes rehechos desde 786, como la basílica catedralicia de los Tres Santos o Tres Mártires, sita en el barrio o arrabal de la Ajarquía, reconvertida en mezquita en el siglo XII y que hoy es la iglesia de San Pedro.

El contexto histórico-artístico.
Los musulmanes han conquistado la Península Ibérica en el siglo VIII y pronto comienzan a desarrollar un arte propiamente islámico, sobre todo desde la llegada al poder en Al-Andalus de la rama superviviente de la dinastía omeya siendo la mezquita de Córdoba su obra más emblemática. El siglo X es el del apogeo del arte hispano-musulmán de Al-Andalus, coincidiendo con el auge político, militar, económico y cultural de la dinastía omeya de Córdoba, y recordemos que en 929 Abd-al-Rahman III ha tomado el prestigioso título político-religioso de califa. Por tanto, se denomina a este periodo como “arte califal” (929-1012). Se expresa en especial en la arquitectura en las ampliaciones de la mezquita de Córdoba y en la ciudad palaciega de Medina al-Zahara. 
En el arte destacan las nuevas formas de mezquita de origen palatino, por influencia de los palacios orientales y fatimíes, con un canon constructivo propio, empleado en relaciones numéricas enteras, medidas en tercios de módulo. Se utiliza sistemáticamente el arco de herradura con alzado peraltado. Se introducen los arcos lobulados y los arcos entrecruzados, y se utilizan bóvedas de nervios no entrecruzadas en el centro (como en la mezquita del Cristo de la Luz). Las columnas generalmente no tienen basa y son decoradas con motivos corintios. 
La ornamentación es lujosa, introduciendo elementos orientales como motivos geométricos, junto a relieves vegetales y epigráficos, mediante placas de mármol, gres y, sobre todo, escayola. En la escultura destacan los capiteles y las pilas de mármol ornamentales, decorados con figuración zoomórfica, como los leones.

Las influencias anteriores y posteriores
La mezquita de Córdoba reúne y funde complejas influencias orientales, africanas, hispanas y bizantinas.
Los modelos oriental y africano influyeron notablemente, porque se erigió cuando ya se habían construido las grandes mezquitas de Damasco, Al-Aqsa de Jerusalén y Kairuán, por lo que asume sus hallazgos arquitectónicos, como la elevación del haram en dos pisos (Damasco), la estructuración del haram en numerosas naves transversales a la qibla (Al-Aqsa) y el tipo de mezquita en forma de T (Kairuán).
En cuanto a las influencias hispanas se evidencia en el uso de capiteles y columnas de templos romanos, paleocristianos y visigodos anteriores, así como de arcos de herradura romano-visigodos y de las dovelas bícromas, como vemos en el acueducto tardorromano-visigodo de Mérida
La influencia bizantina se vislumbra sobre todo en la austeridad de los exteriores, la rica decoración interior de mosaicos o el uso del cimacio en las columnas.
La influencia posterior de la mezquita cordobesa es patente en Al Andalus tanto en la época califal como en la de los reinos de Taifas, en las soluciones estructurales de las cúpulas y las arcuaciones de herradura, lobuladas y mixitlíneas, la tipología del capitel califal o la decoración. Su influjo llegó hasta las mezquitas del norte de África y las fatimíes de Egipto. Un influjo específico es el del alminar de Abd-al-Rahman III, imitado en los alminares almohades y los campanarios mudéjares.

La cuestión de la reconversión cristiana de la mezquita en mezquita-catedral.
El rey castellano Alfonso VII recuperó la ciudad brevemente en mayo de 1146 y durante nueve días se celebraron misas cristianas en la mezquita, pero pronto cayó en manos de los almohades, hasta que el sábado 29 de junio de 1236 el rey Fernando III de Castilla y León recuperó la ciudad definitivamente para el dominio cristiano y reconvirtió la mezquita en catedral, bajo la invocación de Santa María.
Desde entonces el cabildo catedralicio de Córdoba ha mantenido el culto cristiano en el interior del templo, conservando en gran medida los elementos islámicos, pero sin dar uso religioso a los musulmanes.
Un primer momento clave fue la construcción en 1486-1496, con permiso de Isabel I, de la Capilla Mayor, luego llamada Capilla de Villaviciosa, en el antiguo lucernario de Al-Hakam II, la zona más iluminada de la mezquita. Era una modificación relativamente pequeña pero que creaba un precedente de profundo cambio estético. 
El segundo momento decisivo fue el comienzo en 1523 (los trabajos terminaron en 1607) de la construcción de un templo propiamente tcristiano en el interior de la mezquita, destruyendo parte de esta. Es lo que se conoce como Capilla Mayor, Crucero y Coro. Resultó una pequeña basílica cruciforme de estilo plateresco renacentista, de notable calidad, levantada por los arquitectos Hernán Ruiz el Viejo y su hijo, Hernán Ruiz el Joven. Parece que el rey Carlos I lamentó mucho el estropicio, porque admiraba la belleza original del edificio islámico, que la reforma no respetó.

En el siglo XX surgió una creciente aunque minoritaria demanda de reasignar el templo a los musulmanes, que chocó con la firme oposición de las autoridades eclesiásticas, que inmatricularon la propiedad inmobiliaria del templo a su favor para asegurarse su control  El relativo consenso actual es que debe considerarse una mezquita-catedral, con usos ecuménicos, manteniendo el uso religioso cristiano en la parte del templo cristiano a la vez que guardando en el resto del edificio el respeto a un lugar que los musulmanes consideran sagrado.
La cuestión explica en parte el debate historiográfico sobre si hubo o no en el lugar un templo cristiano antes de la mezquita, lo que legitimaría el derecho preferente de la Iglesia católica a recuperar el sitio. Una interpretación es que el primer emir sustituyó una pequeña mezquita anterior adscrita al alcázar, a su vez levantada sobre un derruido templo cristiano. Otra opción es que en el lugar había edificaciones de un complejo basilical tardorromano-visigodo, y no la citada iglesia visigoda, y que la historia de la compra fue solo una copia de una parecida sobre la mezquita de Damasco, como sostiene el catedrático José Luis Corral. Mientras no se hallen nuevas pruebas es un tema abierto. 

FUENTES.
Internet.
[https://rutacultural.com/mezquita-catedral-de-cordoba-claves/] Amplia y documentada explicación, aunque su transcripción de los nombres árabes es controvertible, así como su excesiva seguridad en que allí estaba la iglesia de San Vicente Mártir.

Documentales / Vídeos.

La mezquita de Córdoba (2014). RTVE. Serie: ‘La mitad invisible’. 28 minutos. [https://www.rtve.es/play/videos/la-mitad-invisible/mitad-invisible-mezquita-catedral-cordoba/1605459/]


La mezquita de Córdoba. AcademiaPlay. 5:39. [https://www.youtube.com/watch?v=FQvrONIgQjY]


Mezquita de Córdoba. ArteHistoria. 3:03. [https://www.youtube.com/watch?v=JbSoK0_CxNM] Muy breve, pero excelente resumen. 


Mezquita de Córdoba. Es otra versión de ArteHistoria en sólo 1:48. [https://www.youtube.com/watch?v=LDYqMBz080M].

La mezquita de Córdoba. Su historia y ampliaciones. 10:14. [https://www.youtube.com/watch?v=h6RBGuDnqmw] Un buen resumen.

Conferencias.


La mezquita de Córdoba, un monumento universal. Conferencia de Antonio Almagro. Fundación Juan March (2016). 1:08:58. [https://www.youtube.com/watch?v=PWNDzi_x_MU] Una explicación de nivel universitario o para alumnos de Bachillerato que quieran investigar.

Libros.
Lora Serrano, Gloria: Calvo Poyano, José (eds. y coords.). El templo de Córdoba. La Mezquita-Catedral, un espacio único en el mundo. Almuzara. 2019. 280 pp. Se recogen los debates historiográficos y los datos documentales y arqueológicos sobre el paganismo, el cristianismo y el islam en Córdoba, no rehuyendo la falta de seguridad de muchas afirmaciones sobre la mezquita.
Puerta Vilchez, José Manuel. Historia del pensamiento estético árabe. Al-Andalus y la estética árabe clásica. Akal. Madrid. 1997. 913 pp.
Yarza, Joaquín. Arte y arquitectura en España 500/1250. Cátedra. Madrid. 1990. 385 pp.

Artículos.
Moneo, Rafael. La mezquita. “FMR”, ed. española, v. 1, nº 2 (1990) 27-43. La mezquita de Córdoba.
Albert, Manuel J. Batalla por la mezquita de Córdoba. “El País” (22-II-2014) 36-37. La Junta andaluza, apoyada en una plataforma ciudadana, pugna con el obispado por la propiedad del edificio, ante el temor de que la progresiva cristianización actual amenace su atractivo.
Albert, Manuel J. El PP defiende la titularidad católica de la Mezquita. “El País” (24-II-2014) 35.
Albert, Manuel J. El borrado de la Mezquita. “El País” Domingo (2-III-2014) 6. La pugna entre la plataforma ciudadana y el obispado, que intenta borrar el pasado islámico del edificio.
Junquera, Natalia. La colonización de la (ex) mezquita. “El País” (7-I-2015) 15.
Altares, Guillermo. La oportunidad perdida de Córdoba. “El País” (24-I-2015) 38-39. Polémica por la presión del Cabildo para minimizar el pasado islámico de la mezquita.
Zabalbeascoa, A. Jacques Herzog. Mi edificio favorito: Mezquita de Córdoba. “El País” Semanal 2.025 (19-VII-2015).
Morán, Carmen. Un informe municipal deja sin dueño la mezquita de Córdoba. “El País” (12-III-2016) 26.
Moneo, Rafael. La mezquita de Córdoba, compleja e inaprensible. “El País” Ideas 132 (19-XI-2017). Fragmento de ‘La vida de los edificios’ (Acantilado. 2017).
Martín-Arroyo, J. La Mezquita de Córdoba no es de los obispos, según los expertos. “El País” (15-IX-2018). Fue de titularidad pública hasta hace 12 años.
Álvarez Junco, José. Estambul y Córdoba. “El País” (26-IX-2020). La conversión de Santa Sofía en mezquita se inscribe en una tradición de cambiar la religión de los templos, sin ir más lejos cómo la Iglesia Católica hizo con la mezquita de Córdoba convirtiéndola en catedral.

Molina, Margot. Argumentos medievales para la propiedad estatal de la mezquita. “El País” (11-VIII-2021). El historiador Jesús Padillas encuentra documentos, desde el siglo XIII al XVIII, que prueban que la mezquita-catedral de Córdoba es del Estado. 

Saiz, Eva. Una nueva cruzada por la mezquita de Córdoba. “El País” (18-III-2023). El Cabildo incrementa las imágenes cristianas en el interior del monumento y prioriza el uso religioso frente al cultural.

Tamayo, Juan José. Comerciar con lo sagrado. “El País” (18-III-2023). Critica la apropiación por la Iglesia católica de bienes culturales como la mezquita de Córdoba. Debería devolverlos.

Comentario: La Alhambra de Granada.

Comentario: La Alhambra de Granada.

Índice.
Descripción.
Las partes de la Alhambra.
El Generalife.
Análisis formal de la decoración.
Significado.
La interpretación de Oleg Grabar.
Fuentes.
Apéndice: Comentario del libro de Oleg Grabar. La Alhambra: iconografía, formas y valores




Descripción.
El conjunto granadino de la Alhambra y el Generalife, de los siglos XIV-XV. es la obra cumbre del arte nazarí, erigido sobre una colina en Granada, es un palacio-fortaleza con un carácter militar, palaciego y religioso, una auténtica ciudad aislada de la ciudad inferior mediante las murallas y torres. Funcionalmente se dividía en dos palacios, cada uno con sus dependencias y patios.

Las partes de la Alhambra.

Patio de Comares con la Torre al fondo.

- El palacio de Comares, dedicado a la recepción pública del sultán y a la administración. Destacan como elementos la Torre, el Cuarto y el Patio de Comares (el patio también se llama de los Arrayanes y es célebre su estanque) y el Patio del Mexuar (donde se realizaban los juicios).

Resultado de imagen de Patio de los Leones de la Alhambra.
Patio de los Leones de la Alhambra.


            Vista desde la estancia sur del Patio de los Leones.

- El palacio de los Leones, reservado a la vida privada del sultán. Destacan como elementos el Cuarto de los Leones con sus salas de los Abencerrajes y de Dos Hermanas, que van de sur a norte como casi todos los recintos de la Alhambra, y el bello Patio de los Leones, que excepcionalmente discurre de este a oeste, probablemente para adaptarse a las limitaciones del espacio.
Es un lugar para el solaz, un paraíso terrenal. En el brocal de la fuente del Patio de los Leones reza un verso del visir Ibn Zmrak: “¿No ves cómo el agua se derrama en la taza, pero sus caños la esconden enseguida? Es un amante cuyos párpados rebosan de lágrimas…”

Mexuar.

- El Mexuar, un salón de reuniones dedicado a las funciones judiciales, probablemente el edificio más antiguo (h. 1315-1320), ha sido demasiado reformado en la Edad Moderna y apenas queda la estructura original. 

Pabellón del Partal.

-El Partal es un pabellón de descanso apartado, con un estanque y jardines de notable belleza.
Además, el conjunto incluye los Baños Reales, varios jardines interiores, miradores (destaca el de Daraxa), puertas monumentales, etc.

Mirador de Daraxa (o Lindaraja), con su decoración de mocárabes.

Las murallas, tienen 2.200 metros de longitud, rodeando un recinto de 720 metros de largo por 220 de ancho. Son gruesas, de mampostería recubierta de piedra y ladrillo. Se unen a la muralla de la ciudad por dos puntos, lo que convierte a la Alhambra a la vez en parte de la ciudad y en un organismo independiente. Hay 22 torres, de funciones diversas. Toda esta fortificación combina la función defensiva con la de planificación interior.

El Generalife.
El Generalife es un amplio espacio anexo, exterior a la Alhambra. Cuenta con algunos pabellones para el descanso y el más notable de los jardines, con un gran equilibrio entre el cultivo, la estética del agua y el color de las plantas. 
La restauración y remodelación modernas nos impiden conocer con exactitud su plano original. Una parte estaba terminada en 1319, y su estructura indica que estaba abierto al público tanto como a la Corte. Estanques, pórticos, pabellones, escaleras, etc., le daban una gran complejidad, dentro de un bello escenario de agua, árboles y flores.

Análisis formal de la decoración.
La Alhambra se caracteriza por la pobreza de los materiales constructivos (mampostería, ladrillo, piedra) y en cambio por la riqueza ornamental de los interiores, ocupando la mayoría de los espacios, con abundancia de artísticas composiciones geométricas en madera y yeso, con las que se componían los arcos y bóvedas.
En el edificio se pueden observar todos los tipos de decoración, con cubiertas de mocárabes, paredes repletas de motivos vegetales (ataurique), geométricos (a menudo de lacería, a base de formas muy simples como cuadrado y círculo, cuyas combinaciones forman estrellas, octógonos, cruces y otras formas) y epigráficos. El término 'arabesco' que aparece en algunas fuentes se refiere a la mezcla de motivos geométricos y vegetales, a veces indiscernibles. En general se cumplen las pautas islámicas de simetría, infinitud y horror vacui, llenando de decoración todos los espacios hábiles.
La escultura es muy escasa, aunque destacan los animales del Patio de los Leones, así como los relieves de motivos vegetales o de símbolos nazaritas. 
Excepcional es la presencia de pinturas al fresco con personas y animales en el interior de las estancias privadas.

Significado.
La Alhambra es un palacio-fortaleza con un carácter militar (el castillo del lado oeste) y las sólidas murallas), palaciego (las residencias reales con sus miradores, baños y jardines), administrativo (salas de reunión y audiencia, juzgados, archivos), religioso (mezquitas), residencial (gran parte de los funcionarios y sirvientes residían en el interior), agrícola (producía gran parte de sus alimentos en las fértiles huertas), conformando una auténtica ciudad aislada de la ciudad inferior mediante las murallas y torres. Los reyes nazaríes temían con razón las revueltas populares, pues varios de ellos fueron depuestos en cruentas guerras civiles en el seno de la familia gobernante, así que la fortaleza era tanto para resistir a los enemigos externos como a los internos.
La funcionalidad militar se consigue con eficientes elementos defensivos en las torres y las almenas. La función residencial se perfecciona con una técnica constructiva muy elaborada, los materiales locales como ladrillo y yeso, la ventilación de los espacios, los estanques y  canalillos con agua que se evaporaba y refrescaba, así como la pequeñez de las aperturas para evitar el calor veraniego. La función religiosa se cuida mediante el simbolismo de la decoración con motivos geométricos y módulos matemáticos, lo mismo que el gusto por el agua y las plantas.
Fue un modelo palaciego muy importante ya en su época: su estilo decorativo influyó en el Alcázar de Sevilla construido para el rey Pedro I de Castilla.
Con el tiempo ganó fama como uno de los palacios más bellos del mundo. Los Reyes Católicos conquistaron la ciudad y no destruyeron el conjunto aunque hicieron algunos cambios menores. El lugar fue elegido por el emperador Carlos V para los inicios de su matrimonio con Isabel de Portugal, y ordenó al arquitecto Pedro Machuca la construcción de su propio palacio, destruyendo algunas edificaciones islámicas de valor menor. En el siglo XVI y en los siguientes las obras de mantenimiento continuaron a bajo ritmo y muchos edificios se convirtieron en viviendas e incluso establos. Los militares franceses destruyeron varios edificios, como la Torre del Agua. Por fin, desde el segundo tercio del siglo XIX, con la eclosión del romanticismo y la reivindicación de lo exótico, su fama renació gracias a visitas de eximios escritores como el estadounidene Washington Irving, autor de Cuentos de la Alhambra, o artistas como Rusiñol. 
En la actualidad es uno de los monumentos más visitados de España.

La interpretación de Oleg Grabar.
El experto Oleg Grabar destaca lo mucho que queda por investigar, tanto en trazado de plantas de los edificios a lo largo de su evolución, y como faltan los pequeños detalles de las excavaciones y muchos temas más. Sus conclusiones son:
- La Alhambra era una ciudad en miniatura, dominada por un enclave real.
- Todo el conjunto es orgánico, creciendo por adición en el espacio, de modo que cada edificio es una entidad propia.
- Resulta muy difícil asignar funciones estables a estas entidades.
- El vocabulario constructivo o decorativo es muy simple: torres, patios, estanques, galerías, salas alargadas y cuadradas, cúpulas de mocárabes, techos de madera, yeserías y azulejos, son los elementos dominantes.
- La extraordinaria belleza del conjunto y de sus partes.

FUENTES.
Internet.

Documentales / Vídeos.

La Alhambra. Francia. 52 minutos. Movistar+. Explicación, con imágenes virtuales. 


            La Alhambra de Granada. National Geographic. 47 minutos.

Exposiciones.

*<Una visión inédita de la Alhambra. Jean Laurent y Fernando Manso>. Madrid. Museo Arqueológico Nacional (17 marzo-17 mayo 2015). [https://www.elconfidencial.com]

Libros.
Borrás, Gonzalo M. La Alhambra y el Generalife. Anaya. Madrid. 1989. 96 pp.
Grabar, Oleg. La Alhambra: iconografía, formas y valores. Alianza. Madrid. 1980 (1978 en inglés). 229 pp.
Puerta Vilchez, José Manuel. Historia del pensamiento estético árabe. Al-Andalus y la estética árabe clásica. Akal. Madrid. 1997. 913 pp.
Raquejo, Tonia. El palacio encantado. La Alhambra en el Arte británicoTaurus. Madrid. 1990. 198 pp.
Schack, Adolf Friedrich. Poesía y arte de los árabes en España y Sicilia. M. Rivadeneyra. Madrid. 1867. 3 vols.
Torres Balbás, Leopoldo. Arte Almohade, Nazarí, Mudéjar. Vol. IV. Ars Hispaniae. Plus Ultra. Madrid. 1949. 428 pp.
Yarza, Joaquín. Arte y arquitectura en España 500/1250. Cátedra. Madrid. 1990. 385 pp.

Artículos.
Stierlin, Henri. L'Alhambra. “CdA”, 475 (IX-1991) 70-83.
Valverde, Fernando. Los dibujos prohibidos de la Alhambra. “El País” (5-V-2011) 46.
Cortés, Valme. El agua vuelve a sonar en el Patio de los Leones de la Alhambra. “El País” (15-I-2012) 40. Se inaugura la restauración de la famosa fuente, cuyos 12 leones sustentan la gran pila de forma dodecagonal en cuyo borde el poeta Ibn Zamrak esculpió un poema. Se ha usado piedra de Macael (Almería), la misma que se usó en el siglo XIV cuando se esculpió la obra por mandato del sultán Muhammad V.
Cortés, Valve. Guerra político-cultural en torno a La Alhambra. “El País” (13-I-2015) 36. El PP quiere pagar la conservación del Albaicín con los ingresos de La Alhambra, que bate su récord de visitas.
Molina, Margot. Los Baños Reales desvelan sus secretos en la Alhambra. “El País” (20-II-2015) 38. La restauración de los Baños Reales de Comares.
Morales, Manuel. La eterna belleza de la Alhambra. “El País” (16-III-2015) 44. Exposición de las fotos de Jean Laurent a mediados del siglo XIX y de Fernando Manso en la actualidad.
Mora, Antonio J. Los dibujos secretos de la Alhambra. “El País” (3-XII-2015) 29. Los restauradores encuentran en el templete oriental del Patio de los Leones nuevas técnicas de trazado y decoración como estrellas de 11 puntas (lo habituales es que sean pares), zafates (piezas de madera alargadas) de formas irregulares (lo habituales es que sean regulares); tableros tallados (lo habitual es que sean lisos), más una serie de composiciones figurativas de cabezas de animales y humanas, datadas en el reinado de Mohamed V, hacia 1380.
Morales, Manuel. Las otras llaves de la Alhambra que entregó el rey Boabdil. “El País” (30-I-2016) 32. Un estudio de Elena Díez Jorge sobre las viviendas que se erigieron en la Alhambra después de la conquista cristiana.
Arroyo, Javier. Los mensajes ocultos de la Alhambra. “El País” (30-X-2016). Se publica el Corpus Epigráfico de la Alhambra, en el que el CSIC, bajo la dirección del arabista Juan Castillo Brazales, cataloga las diez mil leyendas epigráficas en las paredes del palacio, la mayoría textos laudatorios para Alá y los monarcas.
Molina, Margot; Limón, Rául. La Alhambra cierra la puerta a Siza. “El País” (22-XII-2016). El Gobierno andaluz rechaza el proyecto de Siza para construir un atrio en el monumento tras un informe desfavorable del órgano consultor de la Unesco.
Limón, Raúl. La Alhambra quiere amortizar los dos millones invertidos ya en el proyecto del nuevo atrio. “El País” (29-XII-2016). La Junta pide a Siza y Santos que reformen su diseño del atrio para que sea aceptable para la Unesco.
Arroyo, Javier. La Sala de los Reyes de la Alhambra, vista a un palmo. “El País” (27-II-2017). La restauración de las pinturas de las tres bóvedas de la Sala de los Reyes, aneja al Palacio de los Leones. Destacan sus figuras humanas y animales, que rompen con la idea del aniconismo musulmán, que solo las prohíbe en lugares sagrados y de Dios como humano.
Arroyo, J. La Alhambra secreta. “El País” (28-V-2017). El conjunto tiene túneles, mazmorras y pasillos secretos.
Arroyo, Javier. El gran complejo penitenciario de la Alhambra. “El País” (14-IV-2018). Los trabajos de adecuación de la mayor mazmorra alhambreña muestran la difícil vida de los prisioneros en la época nazarí.
Olaya, V. G. El día en que se salvó la Alhambra. “El País” (13-VI-2020). En 1431 un gran terremoto había afectado a la ciudadela y no se había podido reconstruir debido a las parias que se pagaban a Castilla, lo que inició la degradación de la Alhambra. Los Reyes Católicos y sus sucesores debieron invertir grandes sumas para evitar el constante deterioro, sobre todo de la torre de Comares, de 45 metros de alto cuando la mandó construir Yusuf I  (1318-1354). Un estudio de Virginia Brazille, Antonio Orihuela y Luis José García-Pulido recuerda que en 1590 la explosión de un polvorín junto al río Darro dañó gravemente, por la vibración y los incendios subsiguientes, la torre de Comares y los principales lugares del palacio, como el Patio de los Leones, la sala de los Mocárabes o la sala de los Abencerrajes. El aparejador real Juan de la Vega acometió en 1590 su urgente reparación, que continuó en el siglo siguiente, llevando a sustituir la pesada cúpula de ladrillo de Comares por una ligera cubierta de madera, finalizada en 1691.


APÉNDICE.
Sigue un comentario del libro de referencia: Grabar, Oleg. La Alhambra: iconografía, formas y valores. Alianza Forma. Madrid. 1980 (1978 en inglés). 229 pp. La historiografía ha avanzado desde la aparición del libro pero sigue siendo la aproximación de referencia al tema.

INTRODUCCION
La Alhambra ha sido un monumento popular, anclado en la imaginación romántica. Muchos escritores, como Washington Irving, Chateaubriand, Víctor Hugo y Gautier, han escrito páginas famosas sobre hechos sucedidos entre sus muros. Otros autores románticos del siglo XIX, movidos por un fin más científico, como Goury, Jones y De Prangey, han estudiado su arquitectura y decoración. Todos ellos han asentado la certidumbre de que la Alhambra es el palacio mejor conservado de la tradición islámica, no sólo en España sino en todo el Islam, e incluso que es uno de los pocos palacios medievales europeos bien conservados. Oleg Grabar se propone estudiar el conjunto arquitectónico como una estructura única pero en relación con otros de su cultura y tradición, a lo largo de tres capítulos: Primero, describir el monumento, en su estructura y a lo largo de su evolución. Segundo, identificar mediante fuentes literarias y otras evidencias las funciones de sus partes y relacionarlas con las de otros palacios, de modo que constituya una iconografía de la arquitectura. Tercero, definir y valorar su forma, en lo práctico y estético.

1.     EL MARCO ARQUEOLÓGICO E HISTÓRICO.
Qal'at al-Hamra, «la fortaleza roja» es un recinto fortificado sobre la colina de la Sabika, sobre la ciudad de Granada, en un lugar de fácil defensa pero difícil suministro de agua. Es un conjunto de edificios de origen y función diversos, estrechamente relacionados con su entorno geográfico y urbano.
Un breve resumen de la historia de la España musulmana nos lleva a lo largo del periodo del emirato y del califato omeyas, cuando en Granada subsistía una importante población cristiana (mozárabe), hasta la aparición de los reinos de Taifas, a principios del siglo XI, y la aparición de la primera entidad política independiente en Granada, con la dinastía beréber de los ziríes (1025-1090) y sus tres reyes, Habus, Badis y Abdallah, y un visir judío, Yusuf ibn Nagrela (asesinado en 1066), que construyó para sí mismo una fortaleza-palacio en la colina de la Alhambra, seguramente sobre los restos de una fortificación anterior, probablemente de origen prerromano. De este primer palacio islámico quedan algunos restos de murallas y varios elementos, entre ellos posiblemente los leones de la fuente del Patio de los Leones.
El periodo almorávide-almohade (1090-1238) es un largo hiato de islamización de la población, pero sin edificaciones importantes que nos hayan llegado.
En 1238 aparece un condottiero musulmán, Muhammad ibn Yusuf ibn Nasr (Ibn al-Ahmar), que se apoderó de Granada e inició la dinastía de los nazaríes, que a lo largo de 22 des­cendientes gobernaría el reino hasta su desaparición en 1492. Fue un largo periodo de inestabilidad política y dinástica, de frecuentes guerras exteriores, de progresivo debilitamiento político-militar (una tesis arriesgada de Grabar, que debería relativizarse), pero de gran riqueza demográfica, económica y cultural. Los refugiados musulmanes del resto de España incre­mentaron la población y la islamizaron casi por completo, la agricultura y la artesanía florecieron, la literatura cortesana y popular se difundió, mientras que el misticismo arrastraba a amplias masas. Fue una época de profunda erudición y de exaltado amor por los lejanos y glorio­sos tiempos del Islam.
La cronología de la Alhambra es dudosa. Pero parece que hacia 1250 ya estaba conformada como una ciudad interior de Granada, con murallas y jardines, residencia real, mezquita, casas y edificios para todas las actividades sociales y económicas, como un barrio independiente. Las murallas y el acueducto se completaron hacia 1300, los jardines y pabellones del Generalife hacia 1320 y los edificios principales se alzaron en los años 1340-1390. Hacia 1370-1390 la Alhambra ya estaba configurada en lo esencial tal como ahora la conocemos.

MURALLAS, TORRES, PUERTAS.
Las murallas tienen 2.200 metros de longitud, rodeando un recinto de 720 metros de largo por 220 de ancho. Son gruesas, de mamposteria recubierta de piedra y ladrillo. Se unen a la muralla de la ciudad por dos puntos, lo que convierte a la Alhambra a la vez en parte de la ciudad y en un organismo independiente. Hay 22 torres, de funciones diversas. Toda esta fortificación combina la función defensiva con la de planificación interior.
Las puertas principales son cuatro. La Puerta de la Ley (1348), con una mano esculpida en la clave del arco, tiene una función simbólica de poder. La Puerta de Los Siete Suelos (o de las Cisternas) es la más grandiosa y tiene un carácter defensivo. La Puerta de Hierro llevaba al Generalife y la Puerta de las Armas conectaba con la ciudad de Granada.

LA ALCAZABA.
La parte occidental es la fortaleza llamada Alcazaba, de funciones completamente defensivas, sin información epigráfica. Reúne una compleja estructura de torres y bóvedas. Su origen es anterior a 1238.

EL CONJUNTO DEL MEXUAR.
Es el Palacio Real, dividido en cinco partes por Grabar, siendo un conjunto orgánico de restos islámicos y de restauraciones. Un primer grupo de edificios consta de dos patios, rodeados de galerías y naves. Su fecha es dudosa, tanto como su función (¿tribunal real, acceso?).

EL CUARTO DORADO.
Llamado Patio de la Mezquita, cuenta con una notable decoración parietal en escayola y yeso de sus dos puertas. Una cita coránica y un poema dan una función oficial y ceremonial al monumento.

EL PATIO DE LOS ARRAYANES Y SUS DEPENDENCIAS.
El Patio de los Arrayanes, llamado Patio de Comares, es rectangular, con un largo estanque, un pórtico en lado sur y, sobre todo, otro pórtico, bellísimo, en el lado norte, contra el fondo de la torre de Comares, con una galería con cúpula y las Salas de la Barca (con su artesonado de madera) y la cuadrada de los Embajadores bajo la torre, con extraordinaria decoración de azulejos y yeserías. Es clara la función oficial para todo el conjunto, muy bien planificado.

EL BAÑO Y EL JARDIN DE DARAXA.
El baño está en un plano inferior, entre los Patios de los Arrayanes y de los Leones. Antes estaba relacionado con el conjunto del Jardín de Daraxa.

EL PATIO DE LOS LEONES Y SUS DEPENDENCIAS.
Es la parte más conocida del palacio. Data de la época de Muhammad V (antes de 1391), con un patio pequeño y armonioso rodeado de pórtico con dos pabellones saledizos. Todo tiene una finalidad estética. Al Oeste está la larga Sala de los Mocárabes. Al Este está la Sala de los Reyes, con tres unidades cuadradas, con cúpulas de mocárabes, conectadas con tres alcobas, con pinturas en los techos, de finales del siglo XIV, de clara influencia europea. Al Norte está la Sala de las Dos Hermanas, cuadrada, con cúpula de mocárabes sobre un octógono; está rodeada por largas salas rectangulares, una de las cuales lleva al Mirador de Daraxa, de bella decoración, que domina los jardines y apartamentos inferiores. Al Sur está la Sala de los Abencerrajes, con cúpula de mocárabes sobre una estrella de ocho puntas. Todo el conjunto tenía una función estética.

OTROS ELEMENTOS.
Los jardines del Partal y la Torre de las Damas.
El Partal es un amplio jardín, con estanque y pórtico, con la torre-mirador de las Damas. Algunas dependencias tienen restos de pinturas de temas cortesanos cotidianos.

Las Torres de la Cautiva y de las Infantas.
Fueron transformadas en pabellones, con salas en varios pisos. La remodelación y decoración de la torre de las Infantas fue la última gran obra del arte nazarí (1445-1461).

La Rauda.
Sólo quedan las ruinas de un edificio cuadrado, con cúpula y restos de tumbas. Era seguramente el mausoleo de los monarcas nazaríes, cuyos restos se llevó Boabdil a África.

La Puerta del Vino y restos urbanos.
La Puerta del Vino, con una sala superior, está ahora aislada de su contexto original, relacionada con el núcleo urbano de la colina, pero con una función dudosa: ¿defensiva, de acce­so? En cuanto a este núcleo urbano, que tenía casas, mezquita y baños, hay pocos restos, porque todo fue demolido.

EL GENERALIFE.
Es un maravilloso conjunto de pabellones y jardines en varios niveles. La restauración y la remodelación moderna nos impiden conocer con exactitud su plano original. Parte estaba terminado en 1319, y su estructura indica que estaba abierto al público tanto como a la Corte. Estanques, pórticos, pabellones y escaleras le daban una gran complejidad, dentro de un bello escenario de agua, árboles y flores.

CONCLUSIONES.
Grabar destaca lo mucho que queda por investigar, tanto en trazado de plantas de los edificios a lo largo de su evolución, como faltan los pequeños detalles de las excavaciones y muchos temas más. Sus conclusiones son:
1) La Alhambra era una ciudad en miniatura, dominada por un enclave real.
2) Todo el conjunto es orgánico, creciendo por adición en el espacio, de modo que cada edificio es una entidad propia.
3) Resulta muy difícil asignar funciones estables a estas entidades.
4) El vocabulario constructivo o decorativo es muy simple: torres, patios, estanques, galerías, salas alargadas y cuadradas, cúpulas de mocárabes, techos de madera, yeserías y azule­jos, son los elementos dominantes.
5) Su última conclusión es la extraordinaria belleza del conjunto y de sus partes.
Pero quedan muchas preguntas sin respuesta.

2. FUNCIONES Y SIGNIFICADOS: LA ICONOGRAFÍA DE LA TRADICIÓN PALACIAL MUSULMANA.
Faltan documentos sobre la construcción de la Alhambra: proyectos, esbozos, descripciones, crónicas, etc. Apenas contamos más que con las inscripciones en sus paredes, de tres tipos: 1) informativas (fecha y soberano de la construcción), 2) reiterativas (fórmulas coránicas, etc.), 3) iconográficas (explican funciones o asociaciones de ideas, con fuente en el Corán y la poesía). La utilización de los poemas es un rasgo innovador de la Alhambra y se ponían a la altura de los ojos para facilitar su lectura, con un sentido claramente de explicación de la iconografía, de la función de las partes del edificio.

LA ALHAMBRA COMO FORTALEZA.
Si la localización y la apariencia exterior es la de una fortaleza, sin embargo su interior muestra un sentido más complejo, de ocio y recreo de los sentidos. Debió ser un progresivo cambio desde la función militar del siglo XIII a la recreativa del siglo XIV, más seguro en lo político-militar.
Las tradiciones de esta arquitectura palacial-militar son:
1) La tradición aristocrática de la residencia privada, en el campo, como las villas romanas, el palacio de Diocleciano en Spalato, los palacios omeyas del de­sierto, los islámicos del Asia Central, etc.
2) La tradición de la ciudad real dentro de un núcleo urbano más amplio, con ejemplos en los palacios orientales antiguos (la Jorsabad asiria), Roma, Bizancio, los palacios abasíes, las ciudadelas de Aleppo, Jerusalén, El Cairo, etc.
La Alhambra está en esta tradición de las ciudades-ciudadelas, pero de la primera tomó el uso de algunas torres para finalidades privadas más que defensivas. Las murallas tienen una función más de separación que de defensa. Es una función simbólica y sólo ocasionalmente defensiva. Otro rasgo, único, es que no hay perspectivas urbanísticas, no hay una comunicación evidente entre los elementos del conjunto.

LA ALHAMBRA Y EL AGUA.
Los acueductos suministraban el agua necesaria para la higiene, el consumo, el baño y los jardines. El baño es del tipo común en el Islam, con una función de servicio urbano, con sala-vestidor muy decorada y las cámaras frías y calientes. El agua tiene un simbolismo de poder y de bienestar.
Los jardines, estanques y fuentes siguen un modelo tradicional islámico, con un sentido de reconstrucción del Paraíso santo, de sensualidad y bienestar. Hay tres poemas que nos ilustran sobre este sentido:
Ibn Luyun, un poeta granadino del siglo XIV [p. 123], parece que describe el patio de la Acequia en el Generalife, con un pabellón, una alberca, flores, etc.
Un poema anónimo del siglo XIV [124-126] en la taza de la Fuente de los Leones, con un significado del agua como monumento esculpido y de la fuente como el príncipe victorioso.
Un poema de Ibn Gabirol, un judío del siglo XI, que compara la pila colocada sobre leones con el mar de metal fundido del templo de Salomón.
Estos tres poemas nos indican que la Fuente de los Leones y su jardín fueron entendidos en tres niveles: adorno de una mansión, símbolos del poder principesco y marco lujoso asociado a Salomón. Otra asociación es la que Grabar encuentra entre los jardines de la Alhambra y los jardines de las villas romanas antiguas, de Tívoli y Piazza Armerina.

LA ALHAMBRA Y LA FE.
La fe del Islam es el tercer elemento básico de la Alhambra, expresada en las mezquitas, hoy desaparecidas, así como en los oratorios, situados en las partes más nobles del conjunto, según la tradición islámica. Otro elemento religioso es la Puerta de la Ley, siempre fundida en el Islam con los preceptos religiosos.

LA ALHAMBRA Y LOS SIMBOLOS Y CEREMONIAS REALES.
Las funciones ceremoniales oficiales o privadas están sumidas en enigmas aún irresueltos. Grabar concluye que los principales conjuntos carecían de un propósito consciente y único, siendo la función esencial la de la satisfacción sensual. Las inscripciones posibilitan algunas adscripciones de funciones, como la del pórtico de la Sala de la Barca, un panegírico de Muhammad V victorioso (la toma de Algeciras en 1369), así como en otras estancias. Otra inscripción, en la Sala de Embajadores, en un nicho, indica que éste fue usado para instalar el trono de Yusuf I. La Sala de las Dos Hermanas tiene otra inscripción poética, que trata del tema del jardín, la cúpula como representación giratoria del cielo, los colores y sus efectos, la victoria. Asimismo la cúpula se asocia con el tema tan difundido en el Islam del rey-profeta Salomón, que a su vez está relacionado con el mito del palacio celestial. Otras inscripciones se relacionan con victorias de monarcas granadinos contra los cristianos, en lo que parece un intento de suplir con la fantasía una realidad poco agradable. Todo parece indicar que los usos variaban incluso en el reinado de un mismo rey, y que las habitaciones eran de funciones intercambiables.

CONCLUSIONES.
La Alhambra se entiende como un monumento de su tiempo y a la vez producto de tradiciones muy antiguas. Grabar selecciona cuatro temas (fortaleza, agua, fe, iconografía) para ilustrar sus tres grandes conclusiones:
1) Es un monumento no sólo de recreo sino de una sorprendente erudición, como un resumen de los temas medievales de la ideología principesca (la victoria exterior).
2) La gran versatilidad de funciones de los elementos del conjunto, que se inscribe en la tradición islámica de la casa.
3) La perdurabilidad de las influencias del mundo romano, antes que la influencia islámica.

3. FORMAS Y VALORES: ARQUITECTURA Y DECORACIÓN.
Grabar estudia la composición, alzado y decoración, para explicar las formas y la influencia en el arte mudéjar. Esta explicación debe estar atenta a lo sensual.

LA COMPOSICIÓN.
La unidad central de la composición es el patio rectangular, en cada uno de los grupos del conjunto, con agua en el centro, tanto en un estanque o en una fuente.
Alrededor del patio se disponen otras unidades. La más importante es cuadrada, acompañada por lo general de una sala rectangular y un pórtico, en una composición helenística según Marçais [161]. A menudo se proyectan en las torres en forma de miradores. El crecimiento de estos grupos es orgánico, en forma de «cuadrados dinámicos» [165]. El agua se utiliza como elemento de unión entre las unidades con techo y a cielo abierto.

EL ALZADO.
Los muros son tienen una gran simplicidad de estructura, con un contraste entre los perfiles interiores (muy complejos) y exteriores (simples). Están cubiertos con enlucido exterior y una rica decoración interior, con aberturas (pasadizos o ventanas) cubiertas con un arco en relieve. Los materiales son pobres, simples apoyos de la decoración.
Las columnas son bajas y esbeltas, anilladas en la parte superior. Los capiteles tienen dos zonas: en la inferior una greca en bajorrelieve, mientras que en el ensanche superior tienen una profusa decoración foliada. Las impostas son grandes y de líneas verticales en su decoración. Todo este conjunto de columna, capitel e imposta es de origen clásico, excepto la decoración, siempre islámica.
Por contra, las cornisas, ménsulas, modillones y celosías son de origen islámico.
Los sistemas de cubierta son: cúpulas sobre trompas y bóvedas de cañón o de aristas, con modelos poco innovadores.
Los materiales de cubrición de las paredes y techos son la madera (artesonado) y, con mayor frecuencia, la escayola empleada en abundantes y bellos mocárabes, usados en todo tipo de elementos. Los mocárabes tuvieron su origen en el Irán, en el siglo X, y se difundieron por el Norte de África en el siglo XI y a través de este por Al-Andalus (como por todo el Islam), con cuatro rasgos: 1) tridimensionalidad, 2) uso como forma arquitectónica (bóveda) y ornamento aplicado, 3) carencia de límites intrínsecos, 4) posibilidad de tener un volumen sólido o hueco. En la Alhambra se emplearon siete tipos de prismas en los mocárabes, en tres secciones: triángulo rectángulo, rectángulo y triángulo isósceles.
El alzado cuenta, en definitiva con cuatro elementos esenciales: los soportes son muros y columnas, las cubriciones son techos de madera y mocárabes. Todo está enfocado a una finali­dad, crear ilusiones en el espectador.

LA DECORACIÓN DE SUPERFICIES.
Faltan estudios para abordar de un modo sistemático la decoración de la Alhambra, así como sería preciso un vocabulario aceptado universalmente. Grabar sólo expone los usos y téc­nicas de decoración, y los significados formales más lógicos.
Las partes inferiores se cubrían con azulejos y las superiores con escayola. La madera sólo se utilizaba en los techos (y en las vigas y aleros). Se pintaba tanto la madera como la escayola, con motivos que debían cambiar con frecuencia de acuerdo al gusto de cada monarca. El panel rectangular era la unidad básica de decoración, fácilmente adaptable a los distintos espacios de los muros. Se acepta que a menudo las paredes se cubrían con tejidos y tapices. Todos los espacios libres en el edificio se cubrían con una profusa decoración, de similar calidad, lo que dificulta la atribución de significados iconográficos a las distintas estancias.
Los motivos decorativos son:
1) Epigráficos, en pequeñas cartelas o largas bandas.
2) Vegetales, derivados de la piña, del acanto y de la palmeta, de una relativa pobreza.
3) Geométricos, siendo predominantes o incluso únicos en los paneles, sin dejar espacios libres. Más que horror vacui hay una voluntad de dar significación a toda la superficie. Los más frecuentes principios geométricos de esta decoración son: A) simetría, B) una sola unidad de composición (cuadrado o polígono), C) crecimiento lineal, D) rotación respecto a unos ejes.
¿Por qué este predominio de la geometría? Grabar se aleja hasta la Bagdad y el Irán del siglo X, cuando un cambio cultural dio la primacía a lo geométrico sobre lo vegetal (y figurativo), con la colaboración de las matemáticas. Esta nueva concepción matemática-geométrica de la decoración fue asimilada en todo el Islam por los artesanos y fueron estos, con una larga tradición a sus espaldas, los que trabajaron en la Alhambra, aun sin comprender las profundas implicaciones de los motivos. La decoración geométrica de la Alhambra carece, pues, de un verdadero valor creativo.

CONCLUSIONES.
1) La Alhambra se parece más a un objeto precioso que a un edificio.
2) Sus formas no son originales ni numerosas, pues muestra un vocabulario artístico ya normal en la España Almohade, con orígenes en el Oriente islámico.
3) A pesar de lo anterior, la disposición y la calidad de estos elementos en la Alhambra  son únicas. La disposición es planificada con perfección: espacios cubiertos y abiertos unidos con el motivo del agua corriente, diseños que unen todos los elementos, la infinidad de posibles puntos focales, siempre en atención a crear ilusiones. La calidad técnica, asimismo, es inmejorable en el conjunto y en el detalle.
4) En lo negativo, enlazando con la segunda conclusión, las formas de la Alhambra apenas son innovadoras. El conjunto asemeja un maravilloso resumen de varios siglos de innovaciones formales anteriores.

CONCLUSIÓN: LA ALHAMBRA, UN ENSUEÑO DEL PASADO.
Grabar recuerda las dos preguntas iniciales:
1) Dilucidar si la Alhambra es un ejemplo de una tradición de edificios regios o un monumento singular, irrepetible.
2) Cuál es la naturaleza y las causas de su extraordinario impacto estético en los visitantes.
Las conclusiones son de tres clases:
1) La local, es que la Alhambra es el fruto del desarrollo en la Granada del siglo XIII de un conjunto de moradas, jardines y pabellones, que devino único por su calidad e importancia ideológica, de modo que su conservadurismo formal se atempera con su clasicismo.
2) La general, es que la Alhambra refleja una compleja tradición regia, desde el Oriente Antiguo a Bagdad, desde la Antigüedad clásica al mito de Salomón. Su pasado iconográfico era tan vasto y profundo que no fue comprendido en el Renacimiento y nos ha sido legado a través de los siglos.
3) La estética, es que tiene un intrínseco valor estético, con una finalidad en todo el conjunto y sus elementos de una percepción “interiorizada”, de placer sensual y de versatilidad funcional pues la función está siempre al servicio del gusto.
La Alhambra puede interesar de dos modos, el intelectual y el sensual, puede entusiasmar al estudioso de los diseños geométricos, pero además puede hechizar al visitante romántico, inte­resado por la evocación sentimental y sensual del pasado.
Es por esto, que la Alhambra, a pesar de pertenecer a multitud de antiguas tradiciones, es un monumento único.