lunes, 8 de febrero de 2021

Comentario: Tintoretto y el 'Lavatorio de los pies' (1548-1549).

Comentario: Tintoretto y el 'Lavatorio de los pies' (1548-1549).


Tintoretto. El lavatorio de los pies.

Descripción y datación.

Tintoretto pintó El lavatorio de los pies, un óleo sobre lienzo (210 x 533 cm), a menudo titulado solo El lavatorio, hacia 1548-1549, para la iglesia de San Martuola de Venecia. Fue vendido al rey inglés Carlos I y tras la ejecución de este la compró el rey español Felipe IV y por ello hoy se muestra en el Museo del Prado, de Madrid.

Pertenece al género religioso y representa a Jesús lavando los pies a sus discípulos en un entorno arquitectónico romano, que parece tomado de una concepción del manierista Serlio.


Análisis temático.

El cuadro representa la escena en la que Jesús lava los pies a sus discípulos, los futuros apóstoles, la noche de la última cena, justo antes del inicio de su Pasión. Son personas sencillas, que Tintoretto representa en actividades cotidianas como descansar, desatarse las sandalias o lavarse. Es el pueblo llano al que se dirige este mensaje, siguiendo las reglas aconsejadas por la Contrarreforma católica en el Concilio de Trento, de un arte que hablara, impresionara y convenciera a la gente.



Jesús está en el extremo derecho inferior del cuadro, con una toalla blanca ceñida a la cintura, como un humilde trabajador, y lavando a san Pedro, que pone los pies en la jofaina mientras san Juan echa agua, todos coronados con nimbos sagrados.
En una habitación en el fondo de la derecha representa la Última Cena con los asistentes sentados, en un atrevido salto temporal, pues el cuadro narra así dos momentos bien distintos de aquella noche. Probablemente se le ocurrió este idea porque en la Iglesia, enfrente de donde debía colgar El lavatorio, en un lateral del presbiterio, había colgada una Última Cena del mismo Tintoretto, y así la mostraba como un juego de espejos. 

Análisis formal.

Tintoretto aplica en esta obra su extraordinaria maestría técnica como pintor.


            Una reconstrucción virtual de la escena sin personajes.

Logra un intenso sentido dramático mediante una perspectiva en diagonal, con el desplazamiento de la escena principal hacia el lateral derecho, en un rincón de la gran estancia del cuadro, enfocando nuestra atención hacia la izquierda con líneas de fuga en las losetas del pavimento, la mesa, los discípulos y la arquitectura misma. El punto de fuga es el centro del gran arco que se divisa al fondo, y como curiosidad allí hay el pequeño agujero del clavo que Tintoretto usó para atar los hilos con los que luego dibujó las líneas de fuga. Trucos de un pintor consumado.

 

Velázquez, cuando dispuso el cuadro en la Sacristía de El Escorial de Madrid supo ver que el espectador debía verlo en diagonal y lo situó de manera que así tuviera la primera visión. Cuando el cuadro pasó al Museo del Prado se situó inicialmente de frente en una esquina, perdiendo su pleno sentido visual, pues recordemos que su sitio original era un lateral del ábside, pero tiempo después se rectificó el error y hoy puede verse como fue concebido.





El pintor trata en atrevidos escorzos a los personajes que llenan ese espacio con sus figuras ligeramente alargadas, unos en quietud en la mesa y otros en movimientos tensos e inestables, como los dos apóstoles en segundo término, uno de los cuales descalza al otro. Otro apóstol se descalza en la parte izquierda, cerrando la composición en ese lado, equilibrando así la presencia de san Pedro en la derecha.

 


En cambio, el perro que ocupa el centro de la composición en primer término está muy quieto, admirando a Jesús. Algunos estudiosos apuntan que Tintoretto le pidió a su amigo Jacopo Bassano (1515-1592) que lo pintara puesto que era un consumado especialista en animales. 

Tintoretto cuida el choque cromático de los colores azul y blanco, rojo y gris terroso.

Desarrolla las luces, ora tenues ora violentas, con contrastados claroscuros que componen la obra en niveles de distinta luminosidad, de manera que la luz y el colorido enfatizan todavía más ese desplazamiento diagonal de la representación del espacioPara experimentar estos juegos de luces sabemos que usaba velas que disponía en la gran maqueta de escenario teatral.


Contexto histórico-artísticoLa escuela veneciana en el siglo XVI: Giorgione, Tiziano, Tintoretto y Veronés.

La escuela veneciana de los Bellini y Carpaccio, caracterizada por el color, perdura en el Cinquecento de inicios del siglo XVI con Giorgione, y Tiziano, y más adentrado el siglo XVI en el Manierismo de Tintoretto y Veronés, que ya preludian el Barroco.
Venecia es el marco ideal para esta pintura: es una ciudad acuática de sorpresas y matices neblinosos, abierta a visitantes de todos los países, con sus ropajes exóticos y coloristas, propios de una sociedad rica, alegre y festiva. Su pintura se caracteriza por:
- La preeminencia del color, con tonos cálidos.
- La importancia de los temas secundarios: la anécdota, el detalle.
- La exaltación de la riqueza: palacios, procesiones, fiestas, ropajes.
- La contemplación poética del paisaje, con el casi romanticismo de Giorgione y Tiziano.

La Tempestad
Giorgione. La tempestad.

Giorgione (1478-1510) es un enigmático pintor, autor de pocas obras, aunque de extraordinaria calidad y misterio, que trabaja la temática de la mitología y el paisaje. Destacan La tempestad y Concierto campestre (elaborado en colaboración con el joven Tiziano).

Tiziano. Carlos V en Mühlberg.

Tiziano (1489-1576) es un clasicista (con algunos pequeños y ocasionales rasgos manieristas) y destaca como el gran retratista, con una composición que equipara al retratado con el paisaje y los detalles, con obras como el retrato ecuestre de Carlos V en Mühlberg y el de Isabel de Portugal; con desnudos de formas blandas y redondas, como en la Venus de UrbinoVenus y el Amor, y Dánae. En la Bacanal aúna lo mitoló­gico y lo social, la alegría, el desnudo femenino, el paisaje luminoso, las telas lujosas, el detalle del jarro central. Sus temas religiosos son contenidos, pero en su Entierro de Cristo consiguió efectos intensos con el color, como el amarillo del cuerpo de Cristo en contraste con el manto azul de la Virgen. En sus últimas obras muestra ya el influjo del Manierismo y preludia el Barroco, y evoluciona a la melancolía, con una factura más pastosa, de manchas más que de formas, como en el Autorretrato.

Tintoretto, nacido Jacopo Comin y también llamado Jacopo Robusti (1518-1594), es el gran pintor manierista veneciano. No es seguro que naciera en 1518 (generalmente se indica el 29 de septiembre) porque se perdieron los documentos del bautismo, pero es lo más probable porque su acta de defunción del 31 de mayo de 1594 indica que tenía 75 años. Tomó el seudónimo de Il Tintoretto ('el pequeño tintorero') en alusión a la profesión de su padre. Siendo aún niño estuvo durante cierto tiempo en el taller de Tiziano, pero el maestro le expulsó, dicen algunos que celoso de sus capacidades, y otros por el arisco carácter de Tintoretto; en todo caso el recelo entre estos dos grandes pintores perduró en el tiempo.
A diferencia de Tiziano, Tintoretto vivió y trabajó casi únicamente en Venecia, para las iglesias, las hermandades y los gobernantes de la ciudad y de las zonas limítrofes de la Terra Ferma que controlaba. Solo se conoce una larga estancia en Mantua entre 1578 y 1580, al servicio del duque Guillermo Gonzaga.
Durante su primer decenio como pintor (c. 1538-1548) desarrolló un estilo personal como gran dibujante y pintor, a partir del influjo del dibujo y la composición de pintores manieristas como Salviati; los volúmenes y movimientos de Miguel Ángel y del escultor Jacopo Sansovino; el colorido de Tiziano; y la manera de pintar de manera ligera, libre y abocetada del pintor dálmata Andrea Schiavone y Tiziano.
El comienzo de su plena madurez artística vino marcado por el gran San Marcos liberando al esclavo (1548, Galleria dell'Accademia, Venecia) que pintó para la Scuola di San Marco en Venecia y el coetáneo El lavatorio (1548-1549, Museo del Prado, Madrid), en los que combina atrevidos escorzos, profundas ilusiones espaciales y una gran luminosidad para dar la sensación de una acción espontánea, pues sentía pasión por los efectos de las luces, lo que explica que a menudo pintaba tanto de día como de noche, retirado del contacto humano, salvo de su familia y sus ayudantes. Hacía figuras de cera o arcilla de sus modelos y experimentaba con ellas colocándolas en teatrillos en distintos ángulos para ver el efecto de la luz antes de pintarlos, y, como resultado de estas pruebas, algunas figuras aparecen en más de una de sus obras, siempre pintadas con diferente iluminación. A veces tomaba como modelos a muertos diseccionados o estudiados en escuelas de anatomía, algunos envueltos en telas, otros desnudos.
En los siguientes decenios Tintoretto gozó de un elevado número de encargos de una clientela entusiasta, que apreciaba además que a menudo trabajara gratis, por amor al arte y a la religión. De resultas, aunque era de mano muy rápida, sus dotes no fueron suficientes para satisfacer tanta demanda, por lo que montó un taller con discípulos, a los que supervisaba estrechamente. Entre ellos destacaban sus hijos Domenico y Marietta, tan hábiles en el aprendizaje que sus pinceladas son a menudo indistinguibles de las de su padre.
En su madurez perfeccionó su arte, con una progresiva tendencia hacia los fuertes contrastes de luz y sombra que cuida más que el color (aunque si quería era un gran colorista), las excéntricas y profundas perspectivas y los escorzos muy forzados, la composición de espectaculares grupos escenográficos y el realce del dramatismo de los acontecimientos representados.
De entre su producción artística destacan las obras de tema religioso como los tres lienzos sobre los milagros de San Marcos para la Scuola di San Marco en 1562-1566, con los que concluye su largo trabajo para este lugar iniciado en 1548, y a partir de entonces su posición como gran pintor fue ya indiscutible. 
Sigue con las escenas bíblicas de la vida de Jesús y La Virgen María con las que decoró los techos y muros de la Scuola i la adyacente iglesia di San Rocco entre 1564 y 1588, que suponen la mayor empresa pictórica de su carrera y componen uno de los mejores conjuntos de la pintura manierista.
Es interesante el ciclo pictórico realizado por Tintoretto y sus ayudantes desde 1560 en el Palacio Ducal de Venecia, pero muchas fueron dañadas en un incendio en 1577 y fueron restauradas con una calidad menor por el propio Tintoretto, su amigo Veronés y sus ayudantes, culminando en el inmenso Paraíso (1588-1590), de 22,6 x 9,1 metros sobre lienzo. Posteriormente las sucesivas restauraciones han restado todavía más valor a estas grandes obras. 
Finaliza su carrera como pintor religioso con un trío de obras para la Iglesia de San Giorgio Maggiore, de las que destaca La última cena (1594), que compone a los apóstoles de manera distorsionada, casi barroca, en violenta oposición a la perfecta simetría de la versión de Leonardo un siglo antes.
Tintoretto tuvo asimismo un gran éxito como retratista de la aristocracia, el clero y la burguesía de Venecia, por su realismo idealizado y su habilidad para mostrar la intimidad psicológica de los personajes. Destacan La dama que descubre el seno y El caballero de la cadena de oro, ambas fechadas entre 1556 y 1560, y pertenecientes al Museo del Prado. 
Si en algo no alcanzó la excelencia fue solo en el género de la pintura mitológica, para el que tuvo pocos encargos, como el de una Danae, pleno de ironía, pero de casi nulo erotismo si la comparamos con la sensualidad del mismo tema en Tiziano.
La influencia posterior de Tintoretto fue muy importante en el Barroco, pues gustó por su dinamismo y pasión en las composiciones diagonales y en zigzag dentro de profundos espacios, iluminados con un carácter teatral de su iluminación. Se puede observar este influjo en el pintor flamenco Rubens y los pintores clasicistas de la familia Carracci, pero donde su influencia fue mayor fue sobre las sucesivas generaciones de pintores venecianos del siglo XVII, que leyeron sus famosas anotaciones taquigráficas sobre la forma y la luz, aunque estos seguidores fueron sólo un pálido reflejo del maestro, pues la muerte de Tintoretto en Venecia el 31 de mayo de 1594, a causa de la peste, abre un periodo de larga decadencia de la pintura veneciana, que solo se recuperará un siglo después con los vedutistas Canaletto, Bellotto, Guardi o Marieschi.


Pero la influencia de Tintoretto no acaba en el Barroco sino que trasciende hasta el arte contemporáneo, como vemos en la perspectiva en diagonal del expresionista El grito (1893) de Munch.


Veronés. Bodas de Caná.

Veronés (1528-1588), nacido en Verona, pero establecido en Venecia desde 1551, es un pintor plenamente manierista, y fue estrecho amigo y colaborador de Tintoretto. Pinta el lujo, las fiestas en palacios y jardines maravillosos, con complejas arquitecturas de mármoles blanquísimos, con numerosas figuras envueltas en bellos ropajes, las mujeres con sus joyas y cabelleras. Sus efectos pictóricos son extraordinarios en la monumental Bodas de Caná, donde extrema el anec­dotismo

FUENTES.
Internet.

Comentarios en blogs.

Documentales / Vídeos.

Tintoretto: Artist of Renaissance Venice. National Gallery of Art. 18:50. [https://www.youtube.com/watch?v=YXt3tBxc2WE]




Tintoretto profano. Miguel Falomir, Museo del Prado. 51:00. [https://www.youtube.com/watch?v=29ZszZeIXPc]



Tintoretto: El lavatorio. Miguel Falomir, Museo del Prado. 9:10. [https://www.youtube.com/watch?v=MuF-s5-hHYc]


El lavatorio, de Tintoretto. Historias desde la palmera. 16:12. [https://www.youtube.com/watch?v=qvYlLYc2I0g]

El lavatorio2:18. [https://www.youtube.com/watch?v=DeMc49W5C4U] Un simpático resumen para niños.

Conferencias.


Tiziano versus Tintoretto. Conferencia de Miguel Falomir en Museo del Prado (8-XI-2017). 54:51. [https://www.youtube.com/watch?v=kV0Bg3DUw3o]


Exposiciones.

<Tintoretto (1519-1594)>. Venecia. Palazzo Ducale (7 septiembre 2018-6 enero 2019). Washington. National Gallery of Art (2019). Comisarios: Robert Echols y Frederick Ilchman. Reseña de Fernández, Milena. Venecia rescata al auténtico Tintoretto. “El País” (16-IX-2018). [https://elpais.com/cultura/2018/09/15/actualidad/1537034130_550621.html]


Artículos.

Rodríguez Marcos, Javier. El pintor de los escritores. “El País” (16-I-2019). Tintoretto, admirado por Jean-Paul Sartre, Thomas Bernhard o Melania G. Mazucco.

Zabalbeascoa, A. Festín de ‘tintorettos’ en Venecia. “El País” El Viajero 1.103 (20-XII-2019).

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