viernes, 19 de junio de 2015

La escultura gótica en Europa.

LA ESCULTURA GÓTICA EN EUROPA.
1. CARACTERÍSTICAS.
Independencia y naturalismo en la escultura.
2. LAS ESCUELAS.
FRANCIA.
ITALIA.
ALEMANIA.
FLANDES Y  BORGOÑA.
La escuela borgoñona: características.
Claus Sluter.

1. CARACTERÍSTICAS.
Independencia y naturalismo en la escultura.
Notorio es el cambio en la escultura durante el Gótico. En el nuevo estilo un soplo de vida anima las figuras, y estas, aunque incluidas en la arquitectura, parecen estar allí de paso, accidentalmente. Su valor plástico no está nunca condicionado al lugar arquitectónico que se les confía. Al hacerse independientes, las actitudes y los gestos son más naturales y más realistas, alcanzando cotas sorprendentes. Las esculturas suelen situarse sobre una ménsula y cubiertas con doselete, y al estar situadas en las arquivoltas siguen la alineación del arco, a diferencia del románico que colocaba las figuras según la dirección de las dovelas.
Va apareciendo la escultura exenta: calvarios y otros temas religiosos, así como la escultura funeraria, toman un desarrollo que preludia el de estos temas en el Renacimiento y en el Barroco. Esta escultura, normalmente, es polícroma.
Características: creciente naturalismo y humanismo, con figuras de rasgos individualizados y gestos y actitudes más realistas, con más movimiento y expresión de sentimientos. Triunfa la línea curva. La temática es religiosa, pero de más clara interpretación.

Retablos.
Obra de arquitectura y artes plásticas, hecha de piedra, madera u otra materia, que compone la decoración de un altar, con un conjunto de figuras pintadas o de talla que representan una serie de historias, generalmente sagradas. El uso del retablo no se generalizó hasta el siglo XII, cuando se colocó detrás del altar tablas chapeadas de cobre, plata u oro, que contenían en relieve asuntos sagrados. Estas tablas, después pintadas, tenían igual anchura que el altar y no pasaban de 60 o 70 cm de altura. Estaban divididas en compartimentos separados por arco y columnas y tenían esculpidas en relieve diversas imágenes sagradas. En los siglos XIII y XIV el uso de los retablos se generalizó y alcanzaron mayores dimensiones, llegando a su completo desarrollo en el siglo XV, cuando comenzaron a cubrir todo el muro hasta la bóveda.

2. LAS ESCUELAS.
FRANCIA.
A comienzos del siglo XII toda la producción artística está ligada a la arquitectura. La escultura se ciñe, según patrones aún románicos, a su marco arquitectónico, principalmente en las grandes portadas catedralicias. No faltará, sin embargo, escultura independiente propia de interiores, o la de carácter funerario, aunque esto sólo sea usual a partir del siglo XIV. En los pórticos el esquema es básicamente el mismo que en siglos anteriores, pero con mayor presencia del tema de la Virgen, principalmente en el parteluz. El Juicio Final o las referencias a la vida del santo a quien se dedica el templo ocupan el tímpano. Destaca la maravillosa fachada occidental de la catedral de Chartres, que nos ha legado la mejor escultura del periodo, con una perfecta integración con la arquitectura. La estatua-columna posiblemente se inspiró en la miniatura cisterciense, que unía la figura humana con la letra I inicial, pero Von Simson supone también que se debió a un gusto artístico general que procedería de los mosaicos bizantinos de la Sicilia normanda. La iconografía es serena y tranquila, con un benigno Salvador en el tímpano central, muy alejado de los vengativos personajes divinos del Románico. Otra novedad es que en la portada derecha la Virgen como Madre de Dios está rodeada por primera vez de las personificaciones de las artes liberales y de sus maestros. La Virgen es así la Madre de la Sabiduría.
Las proporciones son precisas, de acuerdo al módulo de la sección áurea. El cuadrado y el triángulo equilátero dominan.
La geometría es el principio ordenador de toda la fachada.
El naturalismo que caracteriza el gótico se va haciendo más patente a medida que avanza el siglo XIII. En las primeras portadas de París, Amiens y Reims. Es en Reims donde la escultura gótica alcanza la madurez de su estilo, con un clasicismo casi helénico.

ITALIA.
La escultura verdaderamente gótica es casi inexistente en Italia por el poco arraigo de este estilo y a la pronta recuperación de las formas clásicas. A lo más pueden anotarse algunas importaciones de obras extranjeras o la instalación de artistas foráneos, lo que influirá parcialmente en la obra de pocos escultores italianos del Gótico (que son a su vez los primeros del Renacimiento), como Juan Pisano. En suma, hay pocas piezas góticas de calidad.
Pero la escultura italiana del periodo sí es riquísima, aunque sea clasicista (muchos la consideran ya renacentista). El mismo espíritu clásico de la arquitectura trasciende en toda la escultura de esta época en Italia.
Arnolfo di Cambio realiza una importante labor escultórica en donde siempre comunica a sus obras una severidad y grandiosidad propias de la Antigüedad.
El más sorprendente escultor del siglo XIII es Nicolás Pisano (1280). Su extraordinario instinto clasicista le lleva a producir una obra que se anticipa en el tiempo al Renacimiento. Aunque parezca proceder del sur, de Apulia, es en Pisa donde nos ofrece la obra más sorprendente y genial del Duecento italiano. Para el Baptisterio realiza los relieves del púlpito; este es hexagonal, lo que permite labrar seis escenas de la iconografía cristiana, todas ellas con la solemnidad y la grandeza de la estatuaria romana.
Sin embargo, su hijo Juan Pisano resulta un ardiente goticista, más próximo a la expresividad alemana y al fuerte dibujo francés, que a la serenidad de los clásicos. Labra púlpitos en Pisa y Pistoia y extraordinarias Vírgenes con el Niño para la catedral de Siena. Su dramatismo lleva a sus últimas consecuencias el expresionismo característico del realismo gótico.

ALEMANIA.
En Alemania la crisis política se manifiesta en una crisis artística. La escultura alemana prima la expresividad, en detrimento de la elegancia y de la belleza, más propias de la escuela francesa. En los siglos XIII y XIV destaca la estatua ecuestre del Caballero de la catedral de Bamberg. Las obras cumbre están en las catedrales de Estrasburgo y Magdeburgo. Hay una larga tradición de tallas de madera. La escultura se lleva al interior.
En la catedral de Naumburgo hay el muro del Crucifijo, una portada interior en el presbiterio, con una expresividad extraordinaria en las figuras realistas de la Pasión de Cristo.
Otras obras extraordinarias en este templo son las estatuas de los margraves y sus esposas, como la bella Uta.
Destaca en el siglo XV Nicolas Gerhaert de Leyden, un escultor alemán de origen flamenco, cuyas obras tienen una tendencia de la figura a ocupar todo el espacio, y una acentuación fisiognómica, con realismo psicológico. Sólo hay obras de 1460-1473: Tumba del arzobispo de Tréveris Jakob von Sierck, Monumento funerario de Federico III.
En la misma Alemania tenemos a Michael Pacher, de gran dramatismo, en el Retablo del altar mayor de San Wolfgang (1471-1481), con la Coronación de la Virgen (detallismo, movimiento). En la decoración la arquitectura sirve a la escultura. Nilman Riemenschneider, de gran naturalismo, monumentalismo, delicadeza e idealismo. Rechaza el decorativismo y dramatismo, en el Retablo de la Virgen María de Creglingen (1511) y el Retablo de la Sagrada Sangre. Veit Stoss trabaja en Polonia y Núremberg, donde realiza obras de un gran dramatismo, naturalismo, realismo y expresividad, como el Retablo de la Virgen de Cracovia, la Salutación Angélica y el Retablo de Bamberg (1523).
En Bohemia (parte del Imperio alemán) hay tres corrientes: formalista, realista y sensible. Se funden en la obra de Peter Parler y su taller, con las estatuas reales yacentes (tumba de Otocar I en 1377) y los bustos del triforio de la catedral de San Vito en Praga (1375-1393).

BORGOÑA Y FLANDES.
En Borgoña y Flandes gobernó durante gran parte del siglo XV la dinastía Valois de los duques Felipe el Atrevido, Juan sin Miedo, Felipe el Bueno y Carlos el Temerario, a cuya muerte su hija María, por matrimonio con Maximiliano, pasaría sus derechos sobre gran parte de los dominios patrimoniales a la Casa de Habsburgo. Este Estado, a caballo entre Francia y Alemania, fue un centro artístico de primer orden, en el que algunos autores han querido ver la cuna de un Renacimiento “nórdico”, pero la mayoría de los autores lo sitúan en el Gótico tardío. Su pintura y escultura influyeron decisivamente en toda Europa.

La escuela borgoñona: características.
La escuela borgoñona introduce el naturalismo en la escultura occidental del siglo XV. Se caracteriza por los mismos rasgos que la escultura centroeuropea (Flandes y Borgoña, Alemania y Bohemia) del siglo XV.
Expresividad, efectismo, dramatismo. Naturalismo y realismo: mayor plasticidad de las figuras. Detallismo minucioso. Independencia del marco arquitectónico. Penetración de los volúmenes en el espacio. Uso creciente de la madera. Narratividad, para la ilustración moral del pueblo. Las obras responden a la nueva religiosidad de la época, más íntima y popular, emotiva y hasta mística.         Predominio de unos pocos géneros de escultura, básicamente religiosa: retablo, de devoción y funeraria. Auge del retrato. Influencia del teatro religioso en la escultura, con temáticas, modelos de representación, etc., teatrales. Novedosa temática religiosa (Piedades, Descendimientos, temas relacionados con la Pasión), inspirada por una lectura más libre de las fuentes literarias e iconográficas: Evangelios Apócrifos y las Meditaciones de San Buenaventura. La temática profana tiene un origen proverbial y popular, reflejándose en los objetos cotidianos, en las misericordias... Interrelación de la escultura con las otras artes: grabado, pintura y arquitectura. Incremento del comercio, por la demanda privada de obras escultóricas, por parte de una burguesía en auge.      Mayor movilidad de las obras, de tamaño más reducido.
Convivieron dos tendencias: un estilo suavizado, iniciado en el siglo XIV y que conecta con el Renacimiento, y un estilo anguloso, de Sluter, apasionado, tenebroso, germánico.
Los primeros escultores borgoñones fueron Jean de Marville y Jacob de Baerze, pero el más destacado es Sluter.
Claus Sluter.
El maestro indiscutido es el holandés Claus Sluter (c. 1345-1406), que trabajó en Bruselas, Brujas y sobre todo en la cartuja de Champmol (Dijón, Borgoña). En su obra se resumen las características de naturalismo, retrato realista, expresividad, con los grandes conjuntos escultóricos de El duque Felipe el Atrevido y su esposa, el grupo del Calvario (llamado Pozo de Moisés o Pozo de los profetas) y el Sepulcro de Felipe el Atrevido.


Sluter. Pozo de Moisés (1395-1405).



Claus Sluter (terminado por Klaus de Werwe)Sepulcro de Felipe el Atrevido

Le sucedieron en su taller escultores tan interesantes como Klaus Werwe (continuó el sepulcro del duque Felipe el Atrevido), el aragonés Juan de la Huerta (sepulcro del duque Juan sin Miedo) y Antoine le Moiturier (sepulcro de Philippe Pot), que siguen un proceso de creciente realismo, que enlaza con el espíritu humanista del Renacimiento.

En Flandes (parte del Imperio alemán) la escultura flamenca reside en los talleres, con los rasgos comunes de la especialización en la madera, la policromía y el realismo, y los retablos como el género favorito.

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