domingo, 10 de agosto de 2014

Paisajismo y jardines.

PAISAJISMO  Y JARDINES.



La jardinería (ocasionalmente se usa el término jardinismo) es el arte o técnica de crear espacios para el cultivo de plantas, con una intención estética superior a la económica, y con unas características artificiales en la estructura, que puede ser racional o irregular.

La botánica es una ciencia que estudia las plantas y procura su conservación, mientras que la jardinería es un arte que aúna la exposición y el placer de la contemplación.
El paisajismo es el arte de recrear espacios naturales, con una intención estética, procurando imitar una determinada idea subjetiva de la naturaleza, generalmente racional.
Ambos, jardinería y paisajismo, a menudo se confunden al unir los creadores de jardines y paisajes los conceptos de artificialidad y naturalismo y utilizar similares elementos naturales o artificiales, desde las plantas a las rocas, dando ejemplos en que separar ambos es casi imposible, como el caso de un jardín romántico británico de influencia china que pretende reproducir la idea oriental de la naturaleza, aunando elementos racionales con otros pretendidamente propios del azar natural.
La historia del paisajismo se inicia en la Edad Antigua, cuando se pretendía tanto el solaz del pueblo y sus élites gobernantes como la creación de un paraíso terrenal, evocación de un mundo ideal más allá de la muerte. Así fueron realizados los jardines de los palacios y templos de Mesopotamia y especialmente famosos fueron los Jardines Colgantes de Babilonia. En Persia los llamados paradissos fueron numerosos y algunos, en las ciudades imperiales, tuvieron una excepcional calidad. En Chinase realizaron los mejores jardines privados de la Antigüedad, y después se añadieron los de la India y más tarde los de Japón, casi siempre en templos, pues los famosos del emperador en Kioto son muy posteriores.
En Grecia no conocemos jardines públicos, pero sí sabemos de privados en los que se realizaban actividades lúdicas y académicas, como en la Academia de Aristóteles. En Roma fueron muy abundantes los jardines, tanto públicos (financiados por emperadores y aristócratas, algunos de enormes dimensiones según describen los autores) como privados (en los peristilos de las domus y las villas), habiendo llegado algunos hasta hoy en las mansiones desenterradas en Pompeya,
La Alta Edad Media fue un periodo de crisis para el paisajismo en la Europa cristiana, pero el mundo islámico logró algunas de las cumbres del paisajismo
En la Baja Edad Media europea abundaban los jardines pequeños en el interior de la ciudad y en las mismas casas, con una doble funcionalidad de albergar la vida privada cotidiana de las familias (siendo entonces muy ocultos) y del cultivo de los alimentos. Eran normales los huertos de las familias nobles y de los conventos. Es muy parecido al islámico, por ser un trasunto de la imagen del Paraíso, consagrado a la Virgen, con césped, setos de flores, pájaros y plantas exóticos.
Desde el Renacimiento los jardines de la monarquías autoritarias y la nobleza competieron en tamaño y esplendor, convirtiéndose el paisajismo en una disciplina científica (para el cuidado racional de las plantas y el regadío) y un arte, que alcanzó su cumbre en los jardines de Versalles a finales del siglo XVII, proverbiales por su racionalismo.
En el siglo XVIII se consolidó el paisajismo, sobre todo en Inglaterra, donde la mayoría de las mansiones de la nobleza y la alta burguesía contaron con jardines, con estéticas muy variadas, desde el racionalismo geométrico al romanticismo idealista que procuraba imitar el azar, En España destacan los jardines del Palacio Real de Aranjuez y en Alemania los de Postdam.
En los siglos XIX y XX los jardines públicos fueron más frecuentes, para adecentar las ciudades, con ejemplos como el Retiro de Madrid, el Green Park de Londres o el Central Park de Nueva York. También se crearon numerosos jardines botánicos para conservar y difundir las especies vegetales, muchas veces en entornos de gran belleza.
Hoy el paisajismo es una disciplina plenamente consolidada en las mejores facultades de arquitectura y las instituciones invierten en incontables jardines botánicos. Entre los jardineros-paisajistas más relevantes de la actualidad descuellan el británico John Tebbs, el belga Mark Colle y el holandés Piet Oudolf.

Zabalbeascoa resume con suma brevedad en Hacia un jardín del siglo XXI [“El País” (26-XII-2017)] la evolución del jardín:
‹‹Los paisajes no solo retratan los lugares. También explican sus tiempos, revelan los valores de cada momento. El microcosmos de los jardines simboliza lo mejor y lo peor de cada época. Si una persona dice quién es en su relación con los demás, un parque inmortaliza las prioridades de un momento en la relación que establece el poder con la naturaleza. Así, si los vergeles del absolutismo francés pretendieron domarla, desviando el curso de los ríos para regar parterres geométricos y si el llamado jardín inglés pasó por natural la construcción de grandes colinas artificiales y extensiones infinitas de prado recién segado, el siglo XX transcurrió sin que los paisajistas se pusieran de acuerdo sobre qué constituía un jardín moderno. ¿Sería recuperar la lógica natural: el cultivo de las plantas autóctonas frente al exotismo de las especies viajeras de la historia? ¿Sería la ubicación inesperada? En 1983, Roberto Burle Marx respondió a ambas preguntas coronando la torre del Banco Safra en São Paulo con uno de sus jardines más inolvidables.
El siglo XXI ya ha demostrado que la lógica sostenible —que facilita el cultivo con pocos medios y la recuperación de paisajes y técnicas agrícolas y ganaderas— deberá dibujar nuestros parques y jardines. Hoy hay paisajistas, como los barceloneses Batlle y Roig o la ingeniera agrícola Teresa Galí, que reivindican la presencia del ganado como los mejores cortadores de césped. Eran las vacas, precisamente, las que mantenían ecológicamente segados los famosos greens de los jardines ingleses. El jardín actual reivindica la recuperación de la dimensión útil. Sumar función a la contemplación ya fue una constante en los planteles medievales y hoy, el siglo XXI siembra los mismos huertos urbanos que florecieron durante las guerras. Recupera las márgenes de los ríos como parques inundables —preparados para detener las riadas— o transforma antiguos vertederos en inesperados parques. La lógica paisajística de este siglo consiste en curar, preservar y recuperar.››


Guillermo Altares celebra en El paraíso es un jardín [“El País” (13-V-2019)] la importancia de la naturaleza en general y de los jardines en particular para nuestra felicidad:

‹‹De todas las pesadillas que ofrecía la primera versión de Blade Runner, la más angustiosa era ese mundo urbano sometido a una constante lluvia embarrada en el que no existían la naturaleza ni los animales ni, desde luego, árboles y zonas verdes. Los jardines son mucho más que un lugar en el que respirar en medio del asfalto. Recientemente, “The New York Times” adelantaba un capítulo del último libro que el neurólogo Oliver Sacks dejó escrito antes de fallecer, una recopilación de artículos. Una de las personas más sabias y divertidas de nuestro tiempo consideraba que los jardines tenían un auténtico poder sanador para los pacientes que trataba.

Para Sacks el papel de los parques en una ciudad iba mucho más allá de la estética, del oxígeno o del ocio. “Es evidente que la naturaleza despierta algo muy profundo en nuestro interior” escribió en el libro ‘Everything in It Place. “La biofilia, el amor por la naturaleza y los seres vivos, forma parte esencial de la condición humana. Los efectos de las cualidades de la naturaleza en la salud no son solo espirituales y emocionales, sino también físicos y neurológicos”. No hace falta que sean parques inmensos, como la Casa de Campo en Madrid, en la que uno puede perderse en bicicleta durante horas entre bosques y praderas, o Hampstead Heath en Londres, que inspiró a C. S. Lewis su mundo mágico de Narnia. El Jardín de los Naranjos, en la colina del Aventino en Roma, es minúsculo, pero basta con cruzar su puerta para que cambie por completo la perspectiva de la ciudad y, en una tarde de verano de calor pegajoso e insoportable, incluso de la vida.

Tokio, la megaurbe japonesa destruida casi por completo durante la Segunda Guerra Mundial, alberga los que son tal vez los jardines más bellos del mundo. Rikugien, por ejemplo, situado en un barrio más o menos anodino, sobrevivió al conflicto y se mantiene como fue creado en el siglo XVIII. Cada árbol, cada puente, cada pradera, cada planta, hasta cada hoja caída tiene un sentido. Una mañana de invierno estaba lleno de aficionados con imponentes cámaras, que buscaban paz e imágenes de pájaros. La vida, en todas sus facetas, incluida la política, no se puede concebir sin que de vez en cuando se pueda atravesar un umbral y encontrar un espacio a la vez reconfortante y sanador.››

 

Dosier: Jardines de África.*

Dosier: Jardines de América.*

Dosier: Jardines de Asia.*

Dosier: Jardines de Europa.*

Dosier: Jardines de Oceanía.*

BIBLIOGRAFÍA GENERAL. 
Internet.
[http://es.wikipedia.org/wiki/Jardinería]
[http://thegardenedit.com/] The Garden Edit es la web del británico John Tebbs, experto de fama mundial en jardinería.
Documentales / Vídeos.
El mundo en 80 jardines. Serie documental.

Exposiciones.
*<Jardines impresionistas>. Madrid. Museo Thyssen-Bornemisza (16 noviembre 2010-13 febrero 2011).

*<Jardins>. París. Grand Palais (15 marzo-24 julio 2017). Seis siglos de representación de jardines, desde el Renacimiento, con pinturas, esculturas, fotografías, dibujos e instalaciones de Durero, Watteau, Fragonard, Monet, Cézanne, Bonnard, Klimt, Matisse, Picasso… [http://www.grandpalais.fr/fr/evenement/jardins]

Libros.
Assunto, Rosario. Ontología y teleología del jardínTecnos. Madrid. 1991 (1988). 181 pp.
Beruete, Santiago. Jardinosofía. Una historia de los jardines. Turner. Madrid. 2016. 536 pp. Reseña de Calvo Serraller, F. Aflorar. “El País” Babelia 1.295 (17-IX-2016).
Hansmann, Wilfried. Jardines del Renacimiento y el Barroco. Nerea. Madrid. 1989 (1983). 416 pp.
Lhote, André. Tratado del paisaje. Poseidón. Barcelona. 1985. 86 pp.

Lively, Penelope. Vida en el jardín. Impedimenta. 2019. 224 pp. Ensayo sobre los jardines literarios reales y ficticios. Reseña de Guelbenzu, J. M. Regreso al Edén. “El País” Babelia 1.425 (16-III-2019).
Satz, Mario. Pequeños paraísos. El espíritu de los jardines. Acantilado. Barcelona. 2017. 176 pp. Ensayo. Fragmento: Jardines cercanos al paraíso. “El País” Ideas (11-VI-2017). Reseña de Ayala-Dip, E. Meterse en el jardín. “El País” Babelia 1.349 (30-IX-2017).

Artículos. Orden cronológico.
Marcos, Natalia. El rey de los jardines acuáticos“El País” (9-VIII-2014) 49. Anthony Archer-Wills (Reino Unido, 1944), especialista desde 1963 en jardines acuáticos con piscinas y en el diseño de espacios naturales. Su empresa ha realizado miles de proyectos.
Gragera de León, Flor. Jardines que se comen. “El País” Revista Sábado (30-V-2015) 6. La moda de la horticultura urbana une la jardinería decorativa y el cultivo alimentario.
López-Letón, Sandra. Jardines con sello de autor. “El País” Negocios 1.645 (4-VI-2017). La demanda de proyectos paisajísticos.
Lahoz, Use. Un jardín en cada árbol. “El País” Semanal 2.124 (11-VI-2017). El proyecto del Ayuntamiento de París para promover la participación ciudadana en el cultivo y mantenimiento de minijardines en las calles. No solo embellece sino que favorece la convivencia.
Marías, Isabel. Fernando Caruncho. ‘Ser jardinero es una manera de ser hombre’. “El País” Semanal 2.131 (30-VII-2017). Fernando Caruncho (Madrid, 1957) ha triunfado como diseñador de jardines en Europa, EE UU, Japón y Nueva Zelanda, desde su estudio Caruncho Garden & Architecture.
Altares, G. Robin Lane Fox. ‘Leer a Homero te cambia para siempre’. “El País” Semanal 2.150 (10-XII-2017). El historiador británico Robin Lane Fox (1946) es profesor de Oxford, un reputado ensayista de historia antigua. Además es un experto aficionado a la jardinería tras medio siglo como responsable de la sección semanal del “Financial Times” y responsable de varios jardines de Oxford. Considera que los dos mejores jardines botánicos del mundo son los de Edimburgo y Múnich, y son admirables también los de Madrid y otras ciudades, así como muchos privados.
Zabalbeascoa, A. Hacia un jardín del siglo XXI. “El País” (26-XII-2017).

Altares, Guillermo. El paraíso es un jardín. “El País” (13-V-2019).

Vila-Matas, E. Café Perec. Heterónimos en el jardín. “El País” (29-IX-2020). Comentario de varios libros sobre jardines.

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