viernes, 19 de octubre de 2012

Comentario.: El Erecteión (421-406), de Mnesicles.

Comentario: El Erecteión (421-406), de Mnesicles.

Descripción.

Vista desde el SO, con los restos del antiguo templo de Atenea Poliás y otros edificios posteriores en primer término.


El Erecteion en 1896, a la derecha. La parte posterior de los Propileos se ve al fondo.

El Erecteión (o Erecteón),  probablemente obra de Mnesicles, fue erigido en 421-406, en el lado norte de la acrópolis, en paralelo al Parte­nón, al otro lado de donde antes habían estado los templos de Atenea Poliás y el Hecatompedón, destruidos por los persas en el 480.


         

               Vista idealizada desde el Oeste de la Acrópolis en época clásica, con los Propileos y los principales templos. 


Vista idealizada del interior de pórtico y de la acrópolis, con la fachada interior dórica. Al fondo a la derecha se observa el Partenón y a la izquierda la estatua de Atenea Prómachos y más allá el Erecteión. Es realidad esta vista no era posible porque había varios muros intermedios que encauzaban y bifurcaban los caminos.


Vista del Erecteión en un grabado del francés Turpin de Crissé h. 1800. Entonces era el edificio del harén  del gobernador turco, estaba cerrado y compartimentado, y en algunos grabados incluso se ve la ropa para secar colgada de las Cariátides.


El Erecteión en una pintura del irlandés Edward Dodwell (1821). Se observa detrás a la derecha el edificio del harén, y al fondo a la izquierda la guarnición turca. Poco después el Erecteión fue bombardeado y padeció graves daños.

El templo se quemó en el siglo I aC y fue reparado posteriormente con alteraciones menores. En el siglo IV se convirtió en una iglesia paleocristiana dedicada a la Theometor (Madre de Dios). Se convirtió en palacio bajo el dominio franco en el siglo XIII y fue la residencia del harén del gobernador turco durante el dominio otomano hasta principios del siglo XIX, cuando Lord Elgin se llevó una de las Cariátides y una columna a Londres. Durante la inmediata Guerra de Independencia griega, hacia 1823-1824, el edificio fue bombardeado y dañado severamente. Se restauró hacia 1830 y después de padecer un terremoto en 1852, fue reconstruido por los arqueólogos de la Escuela Francesa de Atenas, y de nuevo fue ampliamente restaurado en 1979-1987.

Análisis formal.
Es un tem­plo jónico excepcio­nal. El hecho de que el terreno fuera accidenta­do, y el temor a destruir los importantes santuarios anteriores del pequeño lugar (entre otros mitos, se creía que en ese punto exacto la diosa Atenea había fundado la ciudad), forzaron al ar­quitecto a idear una complicada planta asimétri­ca, por lo que el conjunto une dos edificios perpendiculares entre sí, con dos niveles. Construyó el conjunto en el mismo mármol pentélico del Partenón y lo pintó con ricos y caros colores, gris para la mayor parte y dorado (con láminas de oro) en las más importantes, de cuyo presupuesto nos ha quedado una inscripción hallada en las excavaciones.

1. Naos consagrada a Atenea. 2. Pórtico Norte consagrado a Poseidon. 3. Naos de Poseidon-Erecteo. 4. Naos del héroe Butes. 5. Naos de Hefesto. 6. Tribuna de las Cariátides.



Vista desde el SE del edificio oriental dedicado a Atenea Poliás.
Vista desde el E del edificio oriental dedicado a Atenea Poliás.
Atenea Poliás, en una probable copia de la xoana del Erecteión.

El edificio oriental, de un nivel más alto, de eje mayor en sentido este-oeste y pórtico jó­nico he­xás­ti­lo en la fachada del este, se dedicaba a Ate­nea Poliás, la antigua diosa de culto agrícola, y cuenta con una amplia naos de forma rectangular, en la que se guardaba el xoanon de Atenea, el más sagrado de la ciudad, una antiquísima y muy venerada (los atenienses llamaban popularmente al Erecteión “el templo de la acrópolis donde se guarda la antigua estatua”) estatua de madera de olivo de la diosa, de la que se decía que era un regalo de Zeus caído del cielo y había sido consagrada por el rey Cécrope. Ante la estatua de la diosa ardía permanentemente el aceite de la famosa “llama eterna” en una lámpara de oro con forma de palmera. También se guardaban en la naos los trofeos y tesoros de las Guerras Médicas, entre otros la espada del general persa Mardonio tomada en la batalla de Platea en 479.
El edificio occidental, situado a un nivel tres metros más bajo que el anterior, tiene un eje mayor en sentido sur-norte y cuenta con pórticos en ambos extremos, al sur y al norte. Es el de estructura más compleja y se dedicaba a los dioses Poseidón Erecteo y Hefesto, y a los reyes Erecteo, Butes y Cécrope.
El espacio principal es el de Poseidón Erecteo (“el que sacude la tierra”, uno de los epítetos áticos del dios marino y de los terremotos).

Imagen del dios Poseidón Erecteo.

Pórtico norte del Erecteión.

Se abre con un pórtico tetrástilo con seis columnas jónicas (cuatro enfrente y dos a los lados), en el que se veneraba (hoy los visitantes se conforman con la visión de unas fracturas similares en un arquitrabe) como un tesoro una roca estriada por el tridente del dios durante la mítica disputa por el dominio de Atenas entre Poseidón y Atenea, que fue finalmente vencedora según el juicio del rey Erecteo porque le regaló un olivo. 
Debajo del pórtico había una habitación con una estatua del rey Cécrope como dios-serpiente, a la que los atenienses ofrendaban unas tortas de miel en agradecimiento a su ley por la que prohibía los sacrificios humanos a Zeus, sustituyéndolos por dichas tortas.

Cécrope representado como dios-serpiente en una cerámica. La estatua del Erecteión sería muy similar.

En el interior sigue una naos amplia, de forma rectangular en sentido norte-sur, consagrada al mismo dios Poseidón Erecteo y al rey Erecteo, llamada por este doble vínculo Erecteión (de esto viene el nombre con que el hoy se conoce a todo el conjunto). Del dios se contemplaba aquí un manantial sagrado de agua salobre que vendría del “mar de sal” bajo la tierra, que según el mito abrió Poseidón con un golpe de su tridente, y que hoy está cegado y seco. En cuanto a Erecteo, homónimo del dios, fue un famoso rey de Atenas que tuvo un destino aciago según varios mitos (uno contaba que había sido fulminado por Poseidón y otro por Zeus), y en esta naos estaba su tumba.
En el lateral de la naos situado al este había dos puertas por las que se accedía a otras dos naos más pequeñas, casi cuadradas, una de ella consagrada al dios Hefesto (del fuego y protector de los herreros) y la otra a Butes (el hermano sacerdote de Erecteo y su sucesor en el trono, casado con su hija Ctonia, la única superviviente del sacrificio que más abajo se comentará) y sus descendientes, que constituyeron la familia real ateniense.

Vista desde el SE del Pórtico de las Cariátides.


Vista desde el S (posición del Partenón) del Pórtico de las Cariátides.

Prosigue este nivel occidental en el pór­tico meridional, llamado comúnmente Pórtico o Tribuna de las Cariáti­des, que cubre la escalera que desciende a la tum­ba de Cécro­pe (Pausanias y Heródoto le llamaron Erecteo y con este nombre aparece en varios textos en vez de Cécrope), el mítico segundo rey del Ática, representado como un sabio dios-serpiente y reverenciado como fundador de Atenas. Tiene seis columnas jónicas, con fustes policromados de figu­ras feme­ni­nas de 2,3 metros de altura, que visten túnicas jónicas y llevan sobre la cabeza un cesto que actúa como capitel para soportar la carga del arquitrabe. Les faltan las manos pero se supone que la izquierda sujetaría la vestimenta y la derecha algún objeto de culto. Actualmente se muestran copias, pues cinco originales están en el Museo de la Acrópolis y la otra en el British Museum. Fueron esculpidas probablemente por el taller de Alcámenes, un brillante discípulo de Fidias, pues se reconoce su estilo en estas figuras y en otras obras de su mano. Algunos autores señalan al escultor Calímaco, que trabajaba por entonces muy cerca, en el templo de Atenea Niké, pero su estilo parece bien distinto.



El Pórtico de las Cariátides en un grabado h. 1830, una vez despojado de los elementos añadidos del harén turco.

Parece razonable suponer que el mismo escultor Alcámenes o comentaristas posteriores fundieron la historia original de las hijas de Erecteo con este rito de la ciudad de Caria y, mucho más cercano, el rito de las korai, las jóvenes que participaban en la Procesión de las Panateneas y en otros eventos religiosos atenienses, probablemente imitando el rito cario, que aprenderían en el Brauronión (el santuario dedicado a  Artemesa muy cerca de la entrada de la acrópolis).

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Las Cariátides en el nuevo Museo de la Acrópolis.

Pero la tesis más repetida, aunque muy improbable por no decir increíble, es que las Cariátides representan a las mujeres de la Caria laconia, que había colaborado con los invasores persas y en represalia los atenienses tomaron la ciudad, mataron a los hombres y esclavizaron a las mujeres, que fueron obligadas a soportar en efigie el peso del templo. Pero esta versión, que difundió a principios del siglo XIX el mitólogo francés François Noël, se basa solo en un texto de Vitruvio, el gran arquitecto romano del siglo I aC, que probablemente recogió esta historia de una fuente hoy desconocida que interpretaría el nombre de este modo sin más pruebas. Señalo que de esta historia de traición y venganza sobre la ciudad laconia de Caria nada dice Heródoto en su famosa historia de las Guerras Médicas, la principal fuente histórica de la época, que en cambio sí señala que la ciudad peloponesia de Argos “medizó” y por ello fue castigada por Esparta en 493, y además no es lógico que Esparta aceptara que la lejana Atenas atacara a una ciudad de su propio territorio de Laconia, que entonces dominaba con mano férrea. En mi opinión, la fuente de esta historia confunde la ciudad laconia de Caria con la región asiática de Caria, entonces gobernada por un sátrapa persa, que sí participó en las Guerras Médicas con un gran contingente y fue saqueada a menudo por los atenienses después del 479.


            Vista desde el O, con el falso pórtico en el centro, el pórtico septentrional de Poseidón a la izquierda y el pórtico meridional o de las Cariátides a la derecha.


Volviendo al edificio, el pórtico occidental era en realidad un falso pórtico, con ventanas separadas por semicolumnas adosadas a pilastras. Tenía probablemente una doble función, de acceso y lugar de contemplación en un nivel superior sobre el Pandroseión, situado más abajo. Pero en algún momento que desconocemos (o tal vez desde el inicio) el acceso a la escalera se abrió unos metros más al norte, en un lateral del pórtico septentrional.
Vista desde el O, con el terreno del antiguo santuario del Pandroseión en primer término. El olivo actual fue sembrado en 1917 en homenaje al olivo sagrado de Atenea.

Más allá del nivel occidental, en un nivel todavía más inferior, está el Pandrossos o Pandroseión, un pequeño santuario en forma de jardín abierto o exedra, para honrar el primer olivo, un regalo de Atenea a la ninfa Pandrosia, una hija de Erecteo (o Cécrope según otros). Se erigió también en 421 y los autores todavía discuten si debe considerarse un templo independiente o una parte más del gran conjunto del Erecteión (la tesis por la que me inclino).

Significado.
A la salida del Partenón, ya alcanzada la parte más alta de la Acrópolis, el camino de las Panateneas proseguía con la obligada visita al más ancestral de los templos, situado justo enfrente, el Erecteión, en realidad un conjunto de al menos seis pequeños santuarios y templetes, y al menos dos tumbas, erigidos en distintas épocas, descollando los templos antiguos de Atenea Poliás y Erecteo, lo que explica la diversidad de espacios y niveles del edificio, que fueron restaurados y reformados (421-406) por el arquitecto Mnesicles para que tuvieran una unidad estética en un estilo jónico, del que es una de las obras maestras en la arquitectura griega.

Procesión al Erecteión en sentido O-N de la acrópolis. A la derecha está el Pandroseión.

Asombra el hecho de que la ciudad de Atenas emprendiera este caro y ambicioso proyecto justamente durante la época final de la Guerra del Peloponeso, puesto que la situación financiera de la ciudad fue a menudo desesperada, en medio de las frecuentes derrotas, de las constantes bajas humanas, de los excesivos gastos militares, pero el pueblo ateniense demostraba en el Erecteión su compromiso religioso con sus dioses y antepasados ancestrales. En medio de la peor crisis, la vuelta y el respeto al pasado eran anclajes de estabilidad emocional y política. Un año después de acabar las obras del Erecteión, Atenas fue vencida finalmente por Esparta, pero su espíritu democrático no fue destruido y al cabo de pocos años retornó con nuevo vigor.

Fuentes.
Internet.

Libros.
AA.VV. Arquitectura griega. Parramón. Barcelona. 2000. 95 pp.
AA.VV. Historias de arte para Bachillerato de las editoriales Algaida, Anaya, Bruño, ECIR, Edebé, Santillana, SM, Vicens Vives...
Boardman, John. El arte griego. Destino. Barcelona. 1991 (1967). 252 pp.
Martin, Roland. Arquitectura Griega. Aguilar. Madrid. 1989 (1980 italiano). 198 pp.
Papaioannou, Kostas. Arte griego. Gustavo Gili. Barcelona. 1973. 531 pp.
Pijoan, José. El Arte Griego. Summa Artis IV. Espasa-Cal­pe. Madrid. 1982. 591 pp.
Richter, Gisela. El Arte Griego. Destino. Barcelona. 1980.
Robertson, Martin. Arquitectura Griega y Romana. Cáte­dra. Madrid. 1988. 357 pp.
Robertson, Martin. El Arte Griego. Alianza. Madrid. 1987. 434 pp.

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