lunes, 8 de febrero de 2021

Comentario: Rubens y 'Las Tres Gracias' (c. 1635).

            Comentario: Rubens y 'Las Tres Gracias' (c. 1635).

     


Descripción y datación.

Las Tres Gracias (c. 1635) de Rubens es un óleo sobre tabla (220,5 x 182 cm), que se expone en el Museo del Prado de Madrid. Usó 15 tablas de madera de roble, de menos de un centímetro de grosor.



Rubens. El juicio de Paris (1639). 


Rubens, con una amplia cultura mitológica, tanto literaria como artística, pinta y dibuja este tema en al menos una decena de ocasiones, enmarcados en diferentes contextos, como un canto a la belleza y la sensualidad, la vitalidad y la alegría, que caracterizan su última etapa. En concreto, esta pintura sobre tablas no fue un encargo, sino que la pensó para su colección personal como casi todas sus obras para colgar en su casa, mientras que los lienzos, más fáciles de transportar, eran para los encargos.

El cuadro presenta a tres mujeres desnudas, las Tres Gracias, en un paisaje bucólico con ciervos, acompañadas de la escultura de un cupido que porta una cornucopia de la que mana agua. 

La datación ha sido muy discutida. Parece indudable que es posterior a 1630, bastantes la fechan en 1630-1635 y otros en 1636-1639, y algunos estudiosos incluso alargan su realización hasta 1640. En suma, no hay un consenso, pero parece razonable que la acabase poco antes o poco después de 1635.

La obra entró en la colección real española a través de la almoneda de los bienes del artista tras su muerte en junio de 1640, cuando su viuda puso a la venta sus bienes y sus pinturas, acudiendo compradores de toda Europa. Felipe IV mandó como representante al ayuda de cámara Francisco de Rojas para adquirir pinturas de Rubens y también de otros artistas flamencos, como Van Dyck. El infante cardenal Don Fernando, hermano suyo y entonces su gobernador en Flandes, mantuvo una correspondencia con su hermano al respecto. En septiembre de 1640 escribe: ‹‹(...) las que tiene Rubens en su casa son muchas y muy buenas, y por no errar y acertar mejor el gusto de V. M. le envío esta memoria de todas, para que me mande lo que fuere servido, que no hay peligro en esperar la respuesta de V.M. porque quieren imprimir esta memoria y enviarla por toda Europa››. Finalmente compró decenas de obras, que son una parte fundamental de lo que dos siglos después fue el Museo del Prado.

En la época barroca la obra se tapaba cuando pasaban las reinas y se ha comentado que el mojigato Carlos III sopesó quemarla, hasta que a finales del siglo XVIII hubo un cambio de sensibilidad, y Las Tres Gracias, junto a otras obras de la colección real potencialmente ofensivas para el decoro, fue trasladada primero a la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y después a la Sala Reservada del Museo del Prado, a la cual solo se podía acceder con un pase especial. De allí emergió en 1839. Desde entonces, ningún gobernante ha puesto objeciones a las carnes rubensianas, tan voluptuosas.

 

Análisis formal. 

Esta obra muestra las calidades y cualidades técnicas del Rubens final, cinco años antes de su muerte.



La pincelada es suelta, muy libre, y trabaja los detalles mediante el color cálido y brillante, sobre todo en las carnaciones. Su conocimiento anatómico es extraordinario: la piel de las diosas se contrae y se hunde al contacto de sus manos.



La perspectiva aérea está muy conseguida, contrastando la minuciosa definición de los cuerpos y las joyas en primer plano, con el esbozo difuminado del paisaje del fondo y de los ciervos, un infinito escenario natural que se pierde en el horizonte, tan bajo que el cielo azul ocupa casi tres cuartos de la altura de la pintura.




La luz incide en los cuerpos desnudos para resaltarlos en su morbidez sensual, prescindiendo de un realismo lumínico al dejar pasar la luz a través de los árboles, tanto del primer término como del fondo, mediante pinceladas sueltas, muy libres, propias de su estilo de madurez.


            

En el primer plano, a la izquierda, el tronco de un árbol cierra la composición y de él cuelgan unas ropas, las mismas que su esposa Helena porta en otras pinturas de esta época.



En el centro vemos a las tres mujeres, entrelazadas por los brazos formando un círculo, la mujer central de espaldas a nosotros, la de la izquierda de perfil y la de la derecha casi de frente. Rubens realiza un alarde formal al mostrar mediante el color y la luz la desnudez de sus cuerpos exuberantes, de ampulosos contornos. Los coloca en leves contrapostos para enfatizar el movimiento de danza de los cuerpos, pues su intención es captar teatralmente un momento concreto, el del baile feliz de las tres ninfas. Orna sus cabellos con collares de perlas y gemas.



En un segundo plano, cerrando la composición a la derecha, hay otro árbol y sobre todo la escultura de un cupido que sujeta un surtidor en forma de cornucopia de la que brota agua. 



Por encima, una guirnalda de rosas actúa como telón, con el que además Rubens logra introducir unas alegres notas de variado y luminoso colorido y enfatizar la presencia dominante del amor. 


Significado


Mosaico tardoromano de las Tres Gracias, en el Museo de Arqueología de Barcelona.


La tradición representativa de las Tres Gracias se remonta en la literatura y en las artes plásticas a la Antigüedad griega y romana, ya desde la Teogonía del poeta Hesíodo, en la que las hijas de Zeus (Júpiter en Roma) y de la ninfa Eurymone, llamadas Aglae (brillo o resplandor), Eufrosina (gozo o alegría) y Talía (amor y abunfancia), simbolizando varios conceptos muy relacionados entre sí. El escritor griego Homero las asoció en La Iliada y La Odísea como sirvientas de la amorosa diosa Afrodita, convirtiéndose así en perennes símbolos de la belleza, el amor, la fertilidad y la sexualidad, y otros autores las relacionaban con la generosidad y la amistad al recibir y otorgar dones.

Rubens muestra todos estos atributos, especialmente la fertilidad y la generosidad. Los cuerpos desnudos son amor y sexo, el cupido es amor, la cornucopia es el mítico cuerno de la abundancia, el agua es también símbolo del amor, así como la guirnalda de flores (las rosas son otro símbolo amoroso) y el paisaje con ciervos (símbolos del amor y el deseo, por ejemplo en Tiziano) del fondo, pues ambos representan los dones de la naturaleza que Dios ha concedido a los hombres.

Rubens, empero, interpreta a las tres Gracias de un modo diferente al de la tradición. Los antiguos las representaban como Cárites, es decir, como doncellas tímidas, que no mostraban sus rostros y además vestidas, aunque en el periodo helenístico ya se atreven a aparecer desnudas, y en el Renacimiento tanto Botticelli como Rafael las habían mostrado todavía bastante recatadas, con telas vaporosas. En cambio, Rubens las presenta casi como unas bacantes que muestran sin pudor el esplendor de sus cuerpos. Es un homenaje a la feminidad más erótica.


¿Helena Fourment, su segunda esposa, como modelo?


Que lo pintara para su contemplación personal nos acerca al optimista estado de ánimo del pintor tras su segundo matrimonio con la joven Helena (Hélène) Fourment el 6 de diciembre de 1630, cuando ella tenía solo 16 años y él ya contaba 53. Le hizo muy feliz y le dio cinco hijos. Los rasgos de la diosa de la izquierda se han identificado con bastante seguridad con los de su segunda esposa, enfatizando su vinculación íntima con la obra, y algunos autores han interpretado que las otras dos diosas son también variaciones de la misma Helena y/o de una hermana de esta, y otros apuntan que usó para la mujer de la derecha las facciones de su primera esposa, Isabella Brant, de la que había enviudado en 1626, después de haberle dado tres hijos.


        ¿Isabella Brant, su primera esposa, como modelo? 



Contexto histórico-artístico: El barroco flamenco y el pintor Rubens (1577-1640).

La católica Flandes, bajo la dinastía de los Habsburgo españoles, destaca por su gusto por la alegría de vivir y por ello la pintura flamenca es alegre, con una temática popular y cotidiana. Su nivel de calidad es muy alto, gracias a su rica tradición y a la recepción del modelo italiano en la forma y la temática. El gran maestro es Rubens, dominador de todos los temas religiosos, mitológicos y profanos, que es el epítome de artista cortesano. Anton Van Dyck destaca en el retrato, tanto en Flandes como en la corte inglesa. Jordaens es otro maestro del retrato.

Pedro Pablo (Petrus Paulus) Rubens (1577-1640) nace en Alemania, de padres flamencos desterrados. Volvió a Amberes, donde residió cuando no estaba en sus constantes viajes, a Italia para aprender de Tiziano (del que hizo bastantes copias). Fue embajador de Felipe IV, de quien fue uno de sus pintores favoritos, en varias cortes europeas, compaginando la diplomacia con la pintura y aprovechando para promocionar su obra.
Es el polo opuesto de El Greco. Pinta gruesas figuras femeninas rebosantes de vida, en ricos ambientes aristocráticos. Pinta la vida: todo bulle y se mueve, las figuras se contorsionan en posturas incómodas, los caminos serpentean y los árboles retuercen sus ramas. Es un maestro del tenebrismo pero en equilibrio con el clasicismo y se atreve con las composiciones más novedosas. Pinta muchas obras, gran parte hechas por sus discípulos de taller, aunque bajo su dirección y con su acabado final.
Los temas mitológicos son los más frecuentes, con su capacidad para el color; los sátiros de músculos broncíneos contrastan con las ninfas de piel nacarada; destacan Ninfas perseguidas por sátirosDiana y sus ninfasLas tres Gracias (en varias versiones, siendo la mejor la del Museo del Prado) Alegoría del Amor, al modo italiano. Cultiva el género religioso, con sus grandes cuadros de altar, en La Adoración de los ReyesLa Erección de la Cruz, El Descendimiento de la catedral de Amberes, con un gran efectismo de la luz. Pintor de la vida familiar, de temas históricos, de corte en el Retrato de María de Médicis, de temas populares: la Danza de los campesinos. Su influencia, a través de sus discípulos, llena el siglo XVII.

FUENTES.
Internet.

Blogs

Conferencias.


Las tres Gracias y el círculo del misterio. Conferencia en Museo del Prado (2015) de la escritora Soledad Puértolas y la conservadora Teresa Posada. 1:06:17. [https://www.youtube.com/watch?v=UHsrblSx-tc]

Documentales / Vídeos.


Las tres Gracias, de Rubens. Maite Jover, en el Museo del Prado. 7:19. [https://www.youtube.com/watch?v=2TxumetYLOA] La restauradora se centra en el uso de la madera como soporte.


Rubens. Las Tres Gracias. Alejandro Vergara en Museo del Prado. 2:24. [https://www.youtube.com/watch?v=saC5VurG2rQ]


Rubens. Las tres Gracias. 5:01. [https://www.youtube.com/watch?v=bAOZ2zxb1as]



Rubens. Las tres Gracias. Museo del Prado, audioguía infantil. 1:31. [https://www.youtube.com/watch?v=mrAwda5kgD0]



Rubens. Las Tres Gracias. 6:48. [https://www.youtube.com/watch?v=pPmfsVBo1hE] Se fija en detalles de la composición y la técnica.


Rubens: La gloria de la carne. 39:48. [https://www.youtube.com/watch?v=Hoc6jnbmfkcSu vida y obra.


Rubens. 47:46. [https://www.youtube.com/watch?v=ywPYL2n4YZM] Su vida y obra.

Exposiciones.
<Rubens. El espectáculo de la vida>. Madrid. Museo del Prado (5 noviembre 2010-23 enero 2011). 90 obras. Comisario: Alejandro Vergara. Reseña de J. Rodríguez Marcos. El Prado reivindica al rey de los pintores. “El País” (5-XI-2010) 40.

Libros.
Alpers, Svetlana. La creación de RubensVisor. Madrid. 2001. 205 pp.
Belkin, Kristin Lohse. Rubens. Phaidon. Londres. 1998. 352 pp.
Vosters, Simon A. Rubens y España. Estudio artístico-literario sobre la estética del BarrocoCátedra. Madrid. 1990. 481 pp.
White, Christopher. Peter Paul Rubens. Yale University Press. New Haven. 1987. 324 pp.

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