viernes, 14 de diciembre de 2018

Comentario: Los mosaicos de San Vital de Rávena.

Comentario: Los mosaicos de San Vital de Rávena.

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            Los dos mosaicos principales, centro de atención del comentario.

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            Basílica de San Vitale in Ravenna. 6:39. [https://www.youtube.com/watch?v=1EvF2Yhw2Fo]

Contexto histórico-artístico.
Rávena fue la capital de la península italiana en gran parte de los siglos V a VII gracias a su situación estratégica gracias al puerto de Classe sobre el Adriático y la protección que le brindaban las marismas aledañas. La ciudad estuvo bajo el dominio ostrogodo hasta 540, cuando fue conquistada por el general bizantino Belisario y este momento de cambio coincide con la construcción de la iglesia de San Vital de Rávena (San Vitale de Ravenna en italiano), erigida en 525-547, según un modelo de planta centralizada oriental que es raro en la Italia de su época, más tendente a la planta basilical como en el resto de Occidente.
El interior de la iglesia está decorado con dos diferentes estilos figurativos, que aparecen por adaptación a las intenciones temáticas y no por una simple diversidad estilística entre la época ostrogoda y.la bizantina inmediatamente posterior
Los mosaicos ostrogodos (probablemente de 530 a 540) están en el coro del presbiterio y el arco de triunfo; mientras que los mejores mosaicos, ya de época justinianea (desde 540 hasta 547 o tal vez incluso más tarde), están en ambos lados del ábside.

Los mosaicos de época ostrogoda (¿c. 530-540?).


            Sacrificios de Isaac y Melquisedec.


            La hospitalidad de Abraham.

Las escenas del coro del presbiterio, basadas en el Antiguo Testamento (AT) son una muestra excelente del modelo narrativo, especialmente por su fondo pintoresco de rocas, flores y nubes rosáceas, con evidentes reminiscencias pompeyanas. 
La figuración del presbiterio abunda en temas del AT y cristológicos. El anticlasicismo es patente en el uso de una doble imagen en el mismo espacio, con ausencia de perspectiva y proporción, con un color convencional. En el lado del Evangelio, en una luneta con escenas de la hospitalidad de Abraham y el sacrificio de Isaac, y en otras lunetas hay representaciones cristológica con dos ángeles, Moisés en el Sinaí, Jeremías, sacrificios de Abel y Melquisedec… En el vano de la tribuna hay dos Apóstoles sentados. En la bóveda está el Cordero Místico, rodeado de ornamentación similar a la tardorromana.

Los mosaicos de época bizantina (¿540-547?).
La decoración justinianea muestra los tres modelos: narrativo, icónico y de inspiración clásica, que se repitieron en todos los periodos trascendentes del arte bizantino.

En la bóveda de horno que cubre el ábside, aparece la figura de Cristo imberbe, como un Apolo, sentado sobre la esfera del universo, esto es en la pose de Cristo Cosmocrátor sedente, derivado de los sarcófagos paleocristianos que ejemplifica la herencia clásica en el arte bizantino. Cristo y los evangelistas que aparecen en el arco triunfal, representan a la Iglesia que transmitirá la Nueva Alianza y la Salvación a la Humanidad. A Cristo le acompañan San Vitale, dos arcángeles y el obispo Ecclesius portando en sus manos la maqueta del mismo edificio de San Vitale, cuyas diferencias con el actual se deben a las reformas posteriores, en los siglos X y XI sobre todo.


            Cristo Cosmocrátor, con San Vitale, dos arcángeles y el obispo Ecclesius,

Los mosaicos bizantinos de Justiniano y Teodora.

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En la parte baja de la imagen se entrevén a la izquierda del espectador, en el Evangelio, el mosaico de Justiniano, y a la derecha, en la Epístola, el de Teodora.

Las dos obras que han consagrado la fama de los mosaicos de San Vital, hasta el punto de que muchos ignoran el resto, son las dedicadas a la pareja imperial en los dos lados del muro curvo del ábside.

En el lado izquierdo (desde la perspectiva de los fieles mirando al altar), llamado del diaconicón o del Evangelio (allí se leía este), reservado para los hombres, aparece Justiniano, frente a su esposa Teodora, situada pues en el lado derecho, llamado de la prótesis o de la Epístola (donde se leía esta), reservado para las mujeres. Ambos están flanqueados por su corte y ataviados con sus mejores atributos imperiales, erguidos ante los espectadores con la mirada perdida, mística, al estilo de las representaciones icónicas, asistiendo simbólicamente al milagro de la misa.




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            Detalle del emperador Justiniano.

Detalle del ¿general Belisario?


            Detalle del obispo Maximiano.

Debajo del nicho absidal está en el Evangelio la representación del emperador con su séquito, formado por unos cortesanos; el obispo Maximiano (su nombre fue añadido en un momento posterior) del que destaca su rostro realista y que sea el único del séquito con un ropaje púrpura (elevando su estatus por encima del resto hasta casi el nivel del emperador) y que porta una cruz decorada con gemas, acompañado por unos sacerdotes auxiliares que sostienen un Evangelio y un incensario; los otros figurantes son probablemente el general Belisario (es muy dudoso que fuera el general y eunuco Narsés) y cuatro soldados (uno porta el escudo del símbolo sagrado del crismón). El emperador apoyado en la Iglesia y el Ejército, conduce destacado la procesión de la Corte para participar en la ceremonia de la Eucaristía, tal vez en el primer rito de la consagración del templo (las fuentes apuntan el 17 de mayo de 548).
Justiniano (que nunca estuvo personalmente en Rávena) está representado y reverenciado como vicario de Cristo en la tierra, un gobernante temporal con la corona y un gobernante religioso con el nimbo (los vivos se representaban en la época altomedieval con un halo cuadrado y los santos fallecidos con uno redondo, y que aquí sea redondo permite sospechar que el nimbo se puso después del fallecimiento del emperador), participando en la ceremonia eucarística al portar un gran recipiente con la ofrenda del pan.

Su vestimenta es altamente simbólica: lleva en los pies sandalias purpúreas, llamadas campagi, que estaban adornadas con piedras preciosas; viste unos calzones sobre los que lleva una túnica blanca, llamada divitision, con una banda de oro hasta las rodillas; la túnica está cerrada por un cinto, el cingulum, que era una enseña distintiva del servicio público (utilizada por todos los funcionarios, de alto o bajo rango); sobre la túnica lleva un manto púrpura (el color imperial), cerrado en el hombro derecho por una suntuosa fíbula y decorado en un lado por un recuadro dorado de forma rectangular: se trata del llamado tablion, un motivo ornamental que se repite en los mantos de los dignatarios situados a la derecha del emperador.



El lado de la Epístola del ábside con el mosaico de la emperatriz Teodora.

Detalle de la emperatriz Teodora.

Detalle de una dama del séquito, probablemente Antonina, esposa de Belisario.

En el lado de la Epístola está la emperatriz Teodora, señalada por su ropaje lujoso (de nuevo el color púrpura de la tela, más un sinfín de gruesas perlas, rubíes, esmeraldas y zafiros), la corona imperial, el nimbo sagrado y el arco superior, portando el cáliz con el vino para completar la ceremonia de la Eucaristía con la ayuda de un cortesano (un eunuco si estaba en el séquito de la emperatriz) mientras más a su izquierda otro cortesano le abre la cortina (una referencia que perdura del cuarto estilo pompeyano, cinco siglos anterior) de la entrada de la iglesia junto a la pila bautismal, en referencia a la Fons Lustralis de los templos antiguos en las que se purificaban los creyentes. Está acompañada a nuestra derecha por sus damas de la corte, destacando las dos más próximas, probablemente su amiga Antonina y la hija de esta, Juana, esposa e hija a su vez del general Belisario.

Significado.
La iconografía justinianea está relacionada con la ideología cesaropapista del Imperio, con el dato excepcional aquí de que unos personajes todavía vivos estén representados en un lugar tan sagrado como el ábside, aunque en un nivel inferior a Cristo. Justiniano marca con su presencia icónica en el templo su dominio sobre Rávena e Italia, sustituyendo a los ostrogodos arrianos.
Las características principales de estos mosaicos son la desmaterialización, el hieratismo (la apariencia de vivir una experiencia sagrada), la presentatividad de las figuras sin narración ni movimiento, concentrando la expresividad en la mirada fija y ensimismada, la frontalidad de todos los personajes, la perspectiva “tolemaica” (distintas filas en profundidad en las que se sitúan los personajes) que parece flotar en un espacio etéreo, los pies dispuestos en forma de V.
Los retratos de la pareja imperial y de los cortesanos principales son realistas, basados probablemente en modelos extraídos de medallas, monedas y platos conmemorativos, los “misssorium”.


En cambio, los anónimos soldados y las damas de compañía muestran la típica isocefalia bizantina.

La isocefalia es un procedimiento compositivo de la Edad Antigua y la Edad Media, que alinea las cabezas a una misma altura formando una línea continua, para que las personas representadas tengan la misma altura aparente, aunque tengan distinta altura real o simbólica. A menudo los rostros son también muy semejantes, salvo a veces los de los personajes principales, teniendo así la isocefalia (isos, mismo, y cefalos, cabeza) un doble sentido, de misma altura de cabeza y de similar imagen del rostro.

La desmaterialización es evidente también en el espacio del fondo dorado (la luz solar que simboliza un infinito espacio divino) mediante unas teselas muy especiales (pequeñas piezas hechas de un fino pan de oro y recubiertas en ambos lados por láminas de vidrio), sin una perspectiva natural dado que las figuras parecen flotar en un espacio indeterminado, según una tradición que continúa en Bizancio hasta el siglo VII, y en Occidente hasta el siglo XIV, aunque se irá perdiendo con el paso del tiempo el sentido simbólico y restará sólo el decorativo. En este Primer estilo bizantino de Rávena el fondo dorado no está todavía generalizado, pero sí se emplean motivos arquitectónicos y paisajísticos para ilustrar el carácter religioso, como la fuente que denota que la emperatriz va a entrar en la iglesia.
El color de las teselas no es siempre natural sino decorativo, con colores vivos y plenamente simbólicos de la escena narrada.
En resumen estos dos magnos ejemplos de primer estilo del mosaico bizantino se relacionan a la vez con Oriente (esquematismo, simbolización y estilización) y Occidente (naturalismo, ornamentación vegetal).

FUENTES.
Internet.

Documentales / Videos.

San Vitale, Ravenna. Smarthistory. 10:17.  [https://www.youtube.com/watch?v=It3i-dKusIM] La iglesia y sus mosaicos, en inglés.

Basílica de San Vitale. Grand Tour. Project 7 minutos. La iglesia y sus mosaicos, en italiano.



Mosaico de Justiniano y su séquito. Novaschool myAgora. 7 minutos.

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