viernes, 20 de febrero de 2015

Comentario: La mezquita de Córdoba.

Comentario: La mezquita de Córdoba.



Descripción.
La mezquita de Córdoba es la obra máxima del arte islámico occidental. Fue comenzada hacia 785-786  por el primer emir omeya independiente, Abd-al-Rahman I (731-788), al final de su mandato (756-788).
El lugar fue probablemente el solar de la iglesia catedral visigoda de San Vicente Mártir, que desde la conquista en 711 se había compartido en dos partes, entre musulmanes y cristianos. Las fuentes islámicas afirman que el emir compró hacia 785-786 la parte mozárabe, mediante la enorme suma de 100.000 dinares y un permiso a los mozárabes para levantar templos en las afueras. Acto seguido reconstruyó todo el templo reaprovechando gran parte de los materiales anteriores


Posteriormente, Hisam I construye el primer alminar a finales del siglo VII; Abd-al-Rahman II hace la primera ampliación en el siglo IX; ya en el siglo X, Abd-al-Rahman III construye el nuevo alminar y refuerza la fachada del patio; Al-Hakam II hace la segunda, más importante y bella ampliación; y Almanzor hace la última y mayor ampliación. Es importante destacar que se hicieron tres ampliaciones para poder albergar a un número cada vez mayor de fieles a medida que crecía la población islámica en la ciudad, y que al final de la tercera era, con 23.400 metros cuadrados, la segunda más extensa del Islam, tras la de La Meca, hasta que los turcos levantaron en el siglo XVI la Mezquita Azul de Constantinopla.

La evolución y ampliaciones, y su análisis formal
La obra original de Abd-al Rahman I es un edificio hipóstilo, con 11 naves perpendiculares a la pared de la qibla, como el modelo de las mezquitas de Kairuán y Al-Aqsa, contrarias al modelo de naves paralelas de la mezquita de Damasco. La nave central, que conduce al mihrab, y las dos de los extremos son más anchas. Cada nave tiene a su vez 12 intercolumnios.
El patio original, el sahn, no tiene pórtico, lo que la distingue de las mezquitas orientales, y ya entonces tenía una fuente (sabil), por lo que en época islámica se le llamaba "Patio de las abluciones"; hoy se llama "Patio de los Naranjos".
El interior (haram) es muy original en su sistema de soportes. Apuntemos, que al final de las ampliaciones llegó a haber 1.003 columnas (hoy subsisten 856), cuyos materiales son diversos, de jaspe, mármol y granito) y 365 arcos de herradura. El efecto visual del conjunto es como el de un bosque de palmeras en un paraíso terrenal. 


En la primera mezquita se reutilizaron muchas columnas, algunas de fuste rojo, como algunos muros de la anterior basílica, y los capiteles, mientras que las arquerías sí fueron originales, caracterizadas por su doble altura, con un primer piso de columnas y un segundo de pilares cuadrados, con cimacios, capiteles y modillones de rollos como nexos con los pilares. 


La imagen corresponde a la ampliación de Abd-al Rahmán II, pero el sistema es similar.

El sistema de doble arquería es de arco de herradura ancho en la parte de abajo y de arco de medio punto en la parte de arriba. Los arcos están ligados por la dovela de base (arcos enjarjados). Las dovelas son de una combinación de colores, sillar de piedra caliza blancoamarillenta y ladrillo rojo, tal vez por la influencia del acueducto tardorromano-visigodo de Los Milagros de Mérida.

Modillón de rollos, un elemento decorativo típico de Al-Andalus. Debajo del modillón vemos el cimacio, un abaco troncopiramidal invertido, de origen bizantino.

El tejado interior era plano, de madera, con vigas transversales decoradas, pero en el siglo XVIII se cambió por bóvedas de cañón. Apuntemos que la cubierta exterior es de doble vertiente cada nave (para recoger el agua), mientras que en el más seco Oriente es plano.


Almenas o merlones escalonados, típicos elementos decorativos de Al-Andalus.


El exterior es como una muralla con remate de almenar escalonado, con material de sillar (como las sucesivas obras) aparejado en el método de soga y tizón [wiki/Soga_y_tizón], con contrafuertes para apoyar el muro. Queda hoy en el lado occidental la puerta de San Esteban (el nombre es muy posterior, de época cristiana, pues en la islámica se llamaría de los Visires, el nombre de los ministros del emir), con un arco de herradura de dovelas bícromas (piedra blanca y ladrillo rojo), lo que servirá como modelo para las puertas que se irán abriendo posteriormente en las ampliaciones, y un alfiz decorado, siendo tanto el arco como el alfiz posteriores, de la época de Muhammad I, en el siglo IX. 


La quibla de Abderramán I fue desmontada por la siguiente ampliación, y hay que destacar que no se dirigía hacia La Meca, sino hacia el sur, con un ángulo de 51 grados, como es típico en las mezquitas de Al-Andalus. Esta práctica puede tener en Córdoba tres causas: esta era la dirección que tomaban los peregrinos que se dirigían hacia La Meca; una influencia omeya, ya que la Gran Mezquita de Damasco también mira hacia el sur, en dirección a La Meca; o que las naves de la mezquita son paralelas a la antigua vía del cardo romano, la misma que lleva al cercano puente romano.

Hisham I (788-796), hijo de Abd-al Rahman I, prosiguió las obras, acabando el patio y el primer alminar, más tarde derruido por Abd-al Rahman III.

La ampliación de Abd-Al Rahmán II.


La ampliación de Abd-al Rahman II (822-852) de la sala de oraciones se realiza probablemente entre 833 y 855, aunque con una mayor intensidad entre 840 y 848.




Sustituye la pared de la quibla, dejando de la antigua solo visibles los pilares, y amplía las 11 naves hacia el sur, con ocho intercolumnios más, unos 24 metros de longitud. Los capiteles son ahora nuevos, según un tipo más abstracto, como evolución de las formas vegetales del corintio.

El emir Abd-al Rahmán II también levantó un mihrab, posteriormente derruido, y asimismo reformó el patio o sahn, al que añadió las saqqifas (galerías reservadas para las mujeres) conformando así un riwag (conjunto de arcadas o lados porticados) asemejándose así más al atrio paleocristiano.

Las reformas y ampliaciones del siglo X.

Siguen en el siglo X las reformas de Abd-al Rahmán III, y dos ampliaciones, la de Alhakam II y la de Almanzor.

La reforma de Abd-al Rahmán III.


Abd-al Rahman III (emir en 912-929, califa en 929-961) amplía hacia 951-952 el patio y erige el alminar cuadrado, recortado por las reformas cristianas y coronado en el siglo XVII con un campanario y revestido con una fachada de estilo herreriano.




La ampliación de Alhakam II, con el mihrab al fondo, y los arcos lobulados y entrecruzados.


En el alfiz de la puerta del mihrab destaca la decoración de ataurique y epigráfica..

La ampliación de Alhakam II.

Alhakam (o Alhakém) II (961-976) realiza hacia 961-966 la ampliación más lujosa de la mezquita, fusionando las formas palatinas y religiosas. El sistema de soportes es similar al anterior haram, con una planta en forma de T de influencia fatimí. 


Cúpula central gallonada de la maqsura, en la ampliación de Alhakam II.

La maqsura era una sala cupulada reservada para el emir (luego el califa) y otras autoridades, que hoy está en la capilla tardogótica de Villaviciosa (levantada en 1486-1496, y denominada así por una Virgen medieval), a su vez situada en la catedral cristiana de estilo plateresco que el arquitecto Hernán Ruiz el Viejo y su hijo erigieron hacia 1523 en el centro del haram, estropeando el conjunto islámico.
Previos a la maqsura se levantaron arcos polilobulados y entrecruzados (no mixtilíneos, que serían una combinación de líneas rectas y curvas), y en las columnas se alternaron fustes rosas y azules. Los capiteles y otros elementos decorativos fueron labrados por hábiles artesanos, y destaca la aparición de los capiteles de pencas, denominados también califales, que son una una abstracción y esquematización de los corintios y compuestos del arte romano y que derivarán en los de avispero que se pueden observar en Medina Al-Zahara.


Cúpula del mihrab.

El mihrab (la principal sala de la mezquita, de planta centralizada que es análoga al presbiterio de un templo cristiano, aunque sin imágenes, pues en ella se concentra la espiritualidad) es el primero de Al Andalus que es una verdadera estancia independiente y no un simple nicho. Es una amplia estancia de planta octogonal, con materiales de mármol, con una cúpula de concha gallonada, de material de estuco adornado con motivos geométricos por primera vez en Al-Andalus. Se accede por una bellisima portada con arco de herradura, alfiz y friso trilobulado con columnillas, con un revestimiento exterior de mosaico bizantino, pues lo levantaron técnicos enviados por el emperador, el basileus de Bizancio, con 320 quintales de teselas), con una decoración vegetal (de ataurique) y epigráfica, la cual se inspira en la epigrafía de la cúpula de la Mezquita de la Roca de Jerusalén. También se decoraron con mosaicos las cúpulas que preceden al mihrab.  Al lado estaba el púlpito (mimbar) elevado desde el que los imames dirigían la oración.
Ante el mihrab se levantaron, con la función de lucernarios para la iluminación, cuatro cúpulas nervadas (no se cierran en la clave), todas distintas y con una plementería decorada con mosaicos. La primera, previa a la maqsura, está actualmente en la Capilla de Villaviciosa, y las otras tres están delante del nuevo muro de qibla; una delante del mihrab y las otras dos flanqueándolo. Tienen un original sistema de soportes de arcos trilobulados y entrelazados, con arcos de herradura arriba y los pilares con una columnilla adosada. 
La quibla de Alhakam II llegó a los límites al sur que podían alcanzarse con seguridad porque más allá los terrenos arcillosos de la ribera del Guadalquivir no permitían asentar los cimientos. La quibla es novedosa porque tiene un doble muro, lo que que facilita la conexión segura con el sabat (un pasadizo de comunicación entre el palacio y la mezquita, reservado para las autoridades) y da más espacio al mihrab


La ampliación de Almanzor.


Almanzor (caudillo en 976-1002, fue el hombre fuerte durante el califato del incapaz Hisham II) mandó hacer en 987 la última ampliación de la mezquita, la más espaciosa pero también la menos suntuosa, tal vez por la austeridad de costumbres de un periodo guerrero. Se dirigió la expansión hacia el este, añadiendo ocho naves a las 11 anteriores, rompiendo así la simetría anterior del mihrab de Alhakam II, y se prolongó el patio y la quibla (esta ya es simple, sin doble muro)
Los arcos de la ampliación de Almanzor son del tipo polilobulado (hasta 11 lóbulos en algunos casos) y del tipo de herradura apuntado (denominado túmido); pero la alternancia de dovelas es solo cromática y no de materiales, puesto que todas son de piedra caliza, aunque pintadas de almagra las rojas. La decoración sigue siendo la típica omeya. 


Fachada oriental, de Almanzor.

Significado.
La dinastía omeya iniciada en Al-Andalus por el emir Abd-al-Rahman I necesitaba una mezquita aljama, un "lugar de postración" principal, que estuviera cerca del palacio, para albergar al creciente número de musulmanes, tanto los de origen oriental y africano venidos con la conquista, como los provenientes de la conversión de muchos cristianos a la nueva religión dominante, los llamados "muladíes".
El emir seguía el ejemplo de la gran mezquita de la ciudad de Damasco, en donde la dinastía había tenido su capital, como un modo de reivindicar su legitimidad política como heredero de los auténticos califas originales, frente a los usurpadores abásidas. En Damasco se había reaprovechado la venerable iglesia de San Juan el Bautista, y en Córdoba se reaprovechó la iglesia caredral de San Vicente Martír, con lo que se aseguraba además de eliminar la presencia cristiana en el interior de la ciudad (medina) amurallada musulmana, y se creaba un conjunto palaciego-religioso integrado espacialmente, con el alcázar para albergar el poder político a un lado de la calle y justo enfrente la mezquita aljama para el poder religioso.
La mezquita aljama tanía también otras funciones, como era común en el resto del mundo islámico, en especial la política, la judicial, la educativa y la limosnera. 
Como sitio político allí se se proclamaban los emires y los califas, que se reunían con los representantes de la comunidad islámica, se leían las leyes y las principales medidas administrativas, así como los nombramientos oficiales de los principales cargos públicos, y se bendecían los estandartes antes de las campañas militares.
Era la sede judicial principal, pues los principales jueces de la ciudad cordobesa citaban en ella a los ciudadanos, y se guardaban los documentos oficiales. El cadí de la mezquita aljama era la mayor autoridad jurídica de Al-Andalus por debajo del emir o califa.
Como centro educativo tenía un múltipleuso, pues allí se relizaba la enseñanza del Corán a los hijos pequeños de los ciudadanos, probablemente con varias madrassas en las galerías porticadas del patio y en las naves del interior, y además ejercía como universidad para los estudios superiores. También era el sitio favorito para las reuniones de los teólogos, filósofos, escritores, científicos, como si fuera un precedente de las academias italianas del Renacimiento.
Como lugar social allí se realizaba la beneficiencia a los pobres, los huérfanos o las viudas, porque en la mezquita se centralizaba el cobro de la limosna y el reparto posterior. La función limosnera era tan importante que Al-Hakam II incluso erigió un edificio anexo, la Casa de la Limosna (Dar al-Sadaqa) frente a la fachada occidental de la mezquita.
La mezquita formó parte de una política urbanística de islamización del espacio urbano de la ciudad romano-visigoda. Los emires construyeron mezquitas menores, baños públicos, cementerios, mercados..., reaprovechando o demoliendo los edificios monumentales antiguos hasta el punto de que en la actualidad quedan escasos vestigios arquitectónicos de ese pasado y solo la arqueología reciente ha mostrado dónde estaban los templos mozárabes rehechos desde 786, como la basílica catedralicia de los Tres Santos o Tres Mártires, sita en el barrio o arrabal de la Ajarquía, reconvertida en mezquita en el siglo XII y que hoy es la iglesia de San Pedro.

El contexto histórico-artístico.
Los musulmanes han conquistado la Península Ibérica en el siglo VIII y pronto comienzan a desarrollar un arte propiamente islámico, sobre todo desde la llegada al poder en Al-Andalus de la rama superviviente de la dinastía omeya siendo la mezquita de Córdoba su obra más emblemática. El siglo X es el del apogeo del arte hispano-musulmán de Al-Andalus, coincidiendo con el auge político, militar, económico y cultural de la dinastía omeya de Córdoba, y recordemos que en 929 Abd-al-Rahman III ha tomado el prestigioso título político-religioso de califa. Por tanto, se denomina a este periodo como “arte califal” (929-1012). Se expresa en especial en la arquitectura en las ampliaciones de la mezquita de Córdoba y en la ciudad palaciega de Medina al-Zahara. 
En el arte destacan las nuevas formas de mezquita de origen palatino, por influencia de los palacios orientales y fatimíes, con un canon constructivo propio, empleado en relaciones numéricas enteras, medidas en tercios de módulo. Se utiliza sistemáticamente el arco de herradura con alzado peraltado. Se introducen los arcos lobulados y los arcos entrecruzados, y se utilizan bóvedas de nervios no entrecruzadas en el centro (como en la mezquita del Cristo de la Luz). Las columnas generalmente no tienen basa y son decoradas con motivos corintios. 
La ornamentación es lujosa, introduciendo elementos orientales como motivos geométricos, junto a relieves vegetales y epigráficos, mediante placas de mármol, gres y, sobre todo, escayola. En la escultura destacan los capiteles y las pilas de mármol ornamentales, decorados con figuración zoomórfica, como los leones.

Las influencias anteriores y posteriores
La mezquita de Córdoba reúne y funde complejas influencias orientales, africanas, hispanas y bizantinas.
Los modelos oriental y africano influyeron notablemente, porque se erigió cuando ya se habían construido las grandes mezquitas de Damasco, Al-Aqsa de Jerusalén y Kairuán, por lo que asume sus hallazgos arquitectónicos, como la elevación del haram en dos pisos (Damasco), la estructuración del haram en numerosas naves transversales a la qibla (Al-Aqsa) y el tipo de mezquita en forma de T (Kairuán).
En cuanto a las influencias hispanas se evidencia en el uso de capiteles y columnas de templos romanos, paleocristianos y visigodos anteriores, así como de arcos de herradura romano-visigodos y de las dovelas bícromas, como vemos en el acueducto tardorromano-visigodo de Mérida
La influencia bizantina se vislumbra sobre todo en la austeridad de los exteriores, la rica decoración interior de mosaicos o el uso del cimacio en las columnas.
La influencia posterior de la mezquita cordobesa es patente en Al Andalus tanto en la época califal como en la de los reinos de Taifas, en las soluciones estructurales de las cúpulas y las arcuaciones de herradura, lobuladas y mixitlíneas, la tipología del capitel califal o la decoración. Su influjo llegó hasta las mezquitas del norte de África y las fatimíes de Egipto. Un influjo específico es el del alminar de Abd-al-Rahman III, imitado en los alminares almohades y los campanarios mudéjares.

La cuestión de la reconversión cristiana de la mezquita en mezquita-catedral.
El rey castellano Alfonso VII recuperó la ciudad brevemente en mayo de 1146 y durante nueve días se celebraron misas cristianas en la mezquita, pero pronto cayó en manos de los almohades, hasta que el sábado 29 de junio de 1236 el rey Fernando III de Castilla y León recuperó la ciudad definitivamente para el dominio cristiano y reconvirtió la mezquita en catedral, bajo la invocación de Santa María.
Desde entonces el cabildo catedralicio de Córdoba ha mantenido el culto cristiano en el interior del templo, conservando en gran medida los elementos islámicos, pero sin dar uso religioso a los musulmanes.
Un primer momento clave fue la construcción en 1486-1496, con permiso de Isabel I, de la Capilla Mayor, luego llamada Capilla de Villaviciosa, en el antiguo lucernario de Al-Hakam II, la zona más iluminada de la mezquita. Era una modificación relativamente pequeña pero que creaba un precedente de profundo cambio estético. 
El segundo momento decisivo fue el comienzo en 1523 (los trabajos terminaron en 1607) de la construcción de un templo propiamente tcristiano en el interior de la mezquita, destruyendo parte de esta. Es lo que se conoce como Capilla Mayor, Crucero y Coro. Resultó una pequeña basílica cruciforme de estilo plateresco renacentista, de notable calidad, levantada por los arquitectos Hernán Ruiz el Viejo y su hijo, Hernán Ruiz el Joven. Parece que el rey Carlos I lamentó mucho el estropicio, porque admiraba la belleza original del edificio islámico, que la reforma no respetó.

En el siglo XX surgió una creciente aunque minoritaria demanda de reasignar el templo a los musulmanes, que chocó con la firme oposición de las autoridades eclesiásticas, que inmatricularon la propiedad inmobiliaria del templo a su favor para asegurarse su control  El relativo consenso actual es que debe considerarse una mezquita-catedral, con usos ecuménicos, manteniendo el uso religioso cristiano en la parte del templo cristiano a la vez que guardando en el resto del edificio el respeto a un lugar que los musulmanes consideran sagrado.
La cuestión explica en parte el debate historiográfico sobre si hubo o no en el lugar un templo cristiano antes de la mezquita, lo que legitimaría el derecho preferente de la Iglesia católica a recuperar el sitio. Una interpretación es que el primer emir sustituyó una pequeña mezquita anterior adscrita al alcázar, a su vez levantada sobre un derruido templo cristiano. Otra opción es que en el lugar había edificaciones de un complejo basilical tardorromano-visigodo, y no la citada iglesia visigoda, y que la historia de la compra fue solo una copia de una parecida sobre la mezquita de Damasco, como sostiene el catedrático José Luis Corral. Mientras no se hallen nuevas pruebas es un tema abierto. 

FUENTES.
Internet.
[https://rutacultural.com/mezquita-catedral-de-cordoba-claves/] Amplia y documentada explicación, aunque su transcripción de los nombres árabes es controvertible, así como su excesiva seguridad en que allí estaba la iglesia de San Vicente Mártir.

Documentales / Vídeos.

La mezquita de Córdoba (2014). RTVE. Serie: ‘La mitad invisible’. 28 minutos. [https://www.rtve.es/play/videos/la-mitad-invisible/mitad-invisible-mezquita-catedral-cordoba/1605459/]


La mezquita de Córdoba. AcademiaPlay. 5:39. [https://www.youtube.com/watch?v=FQvrONIgQjY]


Mezquita de Córdoba. ArteHistoria. 3:03. [https://www.youtube.com/watch?v=JbSoK0_CxNM] Muy breve, pero excelente resumen. 


Mezquita de Córdoba. Es otra versión de ArteHistoria en sólo 1:48. [https://www.youtube.com/watch?v=LDYqMBz080M].

La mezquita de Córdoba. Su historia y ampliaciones. 10:14. [https://www.youtube.com/watch?v=h6RBGuDnqmw] Un buen resumen.

Conferencias.


La mezquita de Córdoba, un monumento universal. Conferencia de Antonio Almagro. Fundación Juan March (2016). 1:08:58. [https://www.youtube.com/watch?v=PWNDzi_x_MU] Una explicación de nivel universitario o para alumnos de Bachillerato que quieran investigar.

Libros.
Lora Serrano, Gloria: Calvo Poyano, José (eds. y coords.). El templo de Córdoba. La Mezquita-Catedral, un espacio único en el mundo. Almuzara. 2019. 280 pp. Se recogen los debates historiográficos y los datos documentales y arqueológicos sobre el paganismo, el cristianismo y el islam en Córdoba, no rehuyendo la falta de seguridad de muchas afirmaciones sobre la mezquita.
Puerta Vilchez, José Manuel. Historia del pensamiento estético árabe. Al-Andalus y la estética árabe clásica. Akal. Madrid. 1997. 913 pp.
Yarza, Joaquín. Arte y arquitectura en España 500/1250. Cátedra. Madrid. 1990. 385 pp.

Artículos.
Moneo, Rafael. La mezquita. “FMR”, ed. española, v. 1, nº 2 (1990) 27-43. La mezquita de Córdoba.
Albert, Manuel J. Batalla por la mezquita de Córdoba. “El País” (22-II-2014) 36-37. La Junta andaluza, apoyada en una plataforma ciudadana, pugna con el obispado por la propiedad del edificio, ante el temor de que la progresiva cristianización actual amenace su atractivo.
Albert, Manuel J. El PP defiende la titularidad católica de la Mezquita. “El País” (24-II-2014) 35.
Albert, Manuel J. El borrado de la Mezquita. “El País” Domingo (2-III-2014) 6. La pugna entre la plataforma ciudadana y el obispado, que intenta borrar el pasado islámico del edificio.
Junquera, Natalia. La colonización de la (ex) mezquita. “El País” (7-I-2015) 15.
Altares, Guillermo. La oportunidad perdida de Córdoba. “El País” (24-I-2015) 38-39. Polémica por la presión del Cabildo para minimizar el pasado islámico de la mezquita.
Zabalbeascoa, A. Jacques Herzog. Mi edificio favorito: Mezquita de Córdoba. “El País” Semanal 2.025 (19-VII-2015).
Morán, Carmen. Un informe municipal deja sin dueño la mezquita de Córdoba. “El País” (12-III-2016) 26.
Moneo, Rafael. La mezquita de Córdoba, compleja e inaprensible. “El País” Ideas 132 (19-XI-2017). Fragmento de ‘La vida de los edificios’ (Acantilado. 2017).
Martín-Arroyo, J. La Mezquita de Córdoba no es de los obispos, según los expertos. “El País” (15-IX-2018). Fue de titularidad pública hasta hace 12 años.
Álvarez Junco, José. Estambul y Córdoba. “El País” (26-IX-2020). La conversión de Santa Sofía en mezquita se inscribe en una tradición de cambiar la religión de los templos, sin ir más lejos cómo la Iglesia Católica hizo con la mezquita de Córdoba convirtiéndola en catedral.

Molina, Margot. Argumentos medievales para la propiedad estatal de la mezquita. “El País” (11-VIII-2021). El historiador Jesús Padillas encuentra documentos, desde el siglo XIII al XVIII, que prueban que la mezquita-catedral de Córdoba es del Estado. 

Saiz, Eva. Una nueva cruzada por la mezquita de Córdoba. “El País” (18-III-2023). El Cabildo incrementa las imágenes cristianas en el interior del monumento y prioriza el uso religioso frente al cultural.

Tamayo, Juan José. Comerciar con lo sagrado. “El País” (18-III-2023). Critica la apropiación por la Iglesia católica de bienes culturales como la mezquita de Córdoba. Debería devolverlos.

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